Aitzol Zunzunegi Etxeberria
La realización del Ser
Por Aitzol Zunzunegi EtxeberriaAcalla la mente y el intelecto, elévate sobre la circunstancia y siente la sensación de plenitud que te invade. Ésta bien podría ser la enseñanza del Advaita. No desistas en el intento de comprender esta tradición no dual.
Como seres finitos en un espacio infinito y presencias que se desvanecen en la atemporalidad, difícilmente podremos escapar del dilema que nos plantea esta tesitura. Y más allá, la posibilidad de transcender nuestros propios límites.
Ahora se nos presenta el paradigma de encontrar un nexo entre nosotros y la totalidad. Llamémosle Consciencia, llamémosle Dios, llamémosle Uno, llamémosle Absoluto.
La plena realización del ser no se produce sin transcender la dualidad que caracteriza a lo terrenal. Acariciemos un pedazo del cielo, abracemos todo lo que nos ofrece la experiencia sin hacer juicios.
En la armonía cósmica, bailar no es tarea fácil bajo el balanceo de los opuestos, aunque sabemos, perfectamente, que lo real no tiene atributos.
No hay dos entre tú y yo, ni dos en todo lo que se nos presenta como tal.
Tuvimos que dinamitar el futuro para retornar al ahora y desprendernos del pasado. Alcanzar la comprensión de que, más allá de las circunstancias, podíamos experimentar una alegría que no dependiera de ellas.
Y en esta realización del ser, ya no había otros, no había separación.
Contemplar la realidad desde el rechazo a todo límite; sea en forma de sistema de creencia, sea en forma de juicio, nos hizo despertar del sueño en el que nos encontrábamos inmersos, revelándosenos la verdad en su totalidad.
Sólo el espíritu puede hablar de lo no lineal, porque sabe en el fondo que todo es espontáneo. Todo lo que el Ser experimenta, no es más que lo que la mente y el intelecto son incapaces de discernir, al igual que el lenguaje, que es incapaz de manejarse en la no dualidad que experimenta el espíritu. Al fin y al cabo, lo inefable es aquello que no podemos describir con palabras, lo que caracteriza al estado de plena iluminación no dual.
No resulta fácil practicar la no dualidad. De hecho, más que una práctica, habría de ser una comprensión profunda a experimentar. Pero ni desde el intelecto, ni desde la mente.
Acallémoslas.
Lo que nos ocupa, sin embargo, tiene que ver con la experiencia directa de la comprensión. Desde la perspectiva no dual, la plena realización del ser empieza a asomarse en el horizonte. Todas las metáforas que nos puedan ilustrar, sirven de poco si no se es capaz de experimentarlas. Porque el ejercicio de la razón no es suficiente para alcanzar la comprensión. Sólo transcendiendo ésta, comenzaremos a vislumbrar la expresión de la no dualidad. Y de ella, la plena iluminación será la consecuencia directa.
La plena realización del ser se produce; cuando sentimos la perfección que nos invade, cuando experimentamos la alegría sin causa que se nos revela con la experiencia de la comprensión de la no dualidad.