Henri Bori
Mi espacio vacío
Por Henri Bori 20 de julio de 2020Espacio vacío en mí que no me hablas,
pero me lo dices todo con tu mirada.
Yo soy el que hablo, hablo y hablo,
mientras tú, simplemente miras y callas.
Tú callas para que yo hable,
y disfrutas cada una de mis palabras.
Hoy quiero hablar de las tantas cosas que me dices
con la luz de tu mirada.
¡Oh, espacio vacío en mí!
Estás tan vacío de criterios, juicios, pensamientos,
sobre aquello que tan gentilmente observas en mí,
que no me avergonzaría para nada,
desnudarte completa mi alma.
Hay tantas cosas negativas que pienso de mí,
Por ejemplo,
que me mata por dentro ser un simple ser humano,
que me importa poco el valor de los amigos,
que Dios debe hablarles a todos menos a mí,
porque soy malo y no merezco su atención,
que las personas que me quieren deben estar despistadas,
porque aunque yo los quiero, les dedico poco tiempo o nada.
¡Oh, espacio vacío en mí!
Le he quitado hasta los calzones a mi alma,
y hoy estoy aquí, en cueros ante ti.
Mírame.
¡No sé por qué pierdes tu tiempo conmigo!
¿Qué haces en mi interior?
¿Por qué no te dedicas mejor a observar
a las flores, a las mariposas, o a otras personas
que son por mucho mejores que yo?
¿Por qué no me hablas?
¿Por qué estás todo el tiempo así, callado,
sin quitar ni un solo segundo tu vista de mí,
como si yo fuera lo más importante del mundo,
como si no hubiera otra cosa que te interesara más que yo?
¿Acaso significo tanto para ti?
Tienes a todo un Universo para observar,
con un sinfín de galaxias hermosas e imponentes;
y aun así, estás aquí, dentro de este insignificante ser,
lleno de inconstantes emociones,
un día bien, otro día mal, y hay días que ni sé.
¡Oh, espacio vacío en mí!
¿Que quiero ser mejor que todos? Es verdad.
Quiero ser perfecto y bien.
Quiero que me amen, que me aplaudan,
que me levanten en sus hombros.
Quiero ser el hombre más importante del mundo.
Tengo algunos defectos, pero también tengo muchas virtudes.
Y no es que me crea cosas pero, a pesar de todo,
sé que podré llegar a ser alguien muy importante en el mundo.
Me estás mirando, ¿verdad?
Sé que lo estás haciendo. Siempre lo haces.
¿Que soy orgulloso? Es verdad.
¿Quién, en el fondo de su corazón,
no guarda al menos una pizca de orgullo?
¿Me estás mirando?
¿Realmente soy tan importante para ti?
¿Qué piensas de mí? Anda, dime.
Algo debes estar pensando.
¿Por qué no me hablas?
¿Por qué pareces estar tan atento a cada una de mis palabras,
como si no hubiese una que quisieras perderte?
¿Por qué estás tan atento a lo que huelo, a lo que oigo,
a lo que saboreo, a lo que veo y toco?
¿Por qué prestas tanta atención a lo que pienso y siento?
No puedo creer que sea tan importante para ti.
Nadie más me mira como tú.
Nadie más me escucha como tú.
Nadie más me vive como tú.
¡Oh, espacio vacío en mí!
Nadie más me ama como tú,
porque a nadie más parece interesarle mi vida,
como te interesa a ti.
Al final de esta aventura,
sé que podrás contarme mi historia
con detalles que aún yo desconozco.
Pero no lo harás... No lo harás.
Porque aunque mi alma pase a la otra vida,
seguirás observándome sin hablar.
Porque no dejarás de estar dentro de mí,
ni en esta vida, ni en la otra, ni en la otra.
Porque no puedes separarte de mí aunque quisieras,
y sé que no quieres.
Porque, ¡oh espacio vacío en mí!,
yo soy tu propia vida.
Yo vivo para ti... Yo vivo para ti...
No importa que no me hables.
Ya me lo has dicho todo, con tu mirada.