José Miguel Ruiz Valls
La consciencia de la muerte
Por José Miguel Ruiz Valls 21 de abril de 2018Solemos utilizar la palabra "estado" para referirnos a situaciones que imaginamos estables. Al imaginar una situación política estable surge, por ejemplo, el concepto "estado español" y al imaginar una situación de pareja estable surge el "estado: casado". La palabra "suceso", en cambio, la aplicamos a situaciones que consideramos pasajeras, que dejamos pasar, que pasan.
El caso es que la mente, imaginando, confunde lo pasajero y lo permanente y así convierte un suceso que llamamos "muerte" en un estado que llamamos "muerto". La mente cree que tras el suceso "muerte" uno empieza a estar "muerto" y así permanece, por los siglos de los siglos. Acoger tal creencia ocasiona mucho miedo y la mente intenta compensarlo tratando de imaginar un inimaginable "paraíso post mortem".
Pero ¿en qué podría consistir eso de "estar muerto"?.. La verdad es que es una pregunta que nadie puede responder. Aunque diéramos por cierta la realidad de tal estado, también sería cierto que nunca podría mezclarse con "estar vivo". Si "estar muerto" es no-estar, no-ser y "estar vivo" es sí-estar, si-ser ¿Cómo puede el que sí está saber lo que significa no estar?.. ¿Cómo pueden ser estables, permanentes, ambos estados?.. Si no estoy, ¿qué miedo puedo tener?.. Si no soy ¿quién puede tener miedo?.. La mente imagina "estar muerto" como ausencia de experiencias pero ¿no es el miedo una experiencia?
Para la no-dualidad, el "estado muerto" es irreal. Todo lo que es real tiene algún efecto y "estar muerto" no puede tener ningún efecto.. ¿Por qué preocuparse por algo que no nos puede afectar?.. Mientras estoy vivo no puedo adentrarme en la muerte, no puedo experimentarla y, por tanto, no puedo adquirir ningún conocimiento de lo que sería "estar muerto"... Y si algún día "estoy muerto", no podré sentir, ni siquiera miedo… Y si tras el "suceso muerte" advirtiera que sigo teniendo consciencia, ¿podría decir que estoy muerto o debería decir que sigo estando vivo?
Cuando se entiende que ese "estar muerto" que teme la mente nunca puede alcanzar el presente, se entiende que el tiempo es una ilusión, que no es lineal como la mente lo piensa. Cuando se entiende que el "estado muerto" es, tan solo un pensamiento que nunca se va a convertir en experiencia, pierde todo interés, deja de parecer importante y deja de causar miedo. La muerte, hablando no-dualmente, es siempre un suceso dentro de la vida, nunca un estado opuesto a la vida. Para la no-dualidad, la vida es sinónimo de consciencia y la muerte es un suceso que sucede, cada vez que la mente, al imaginar, se proyecta en el futuro y pierde el contacto con la realidad presente. Para imaginar hay que dejar de observar, y al dejar de observar se deja de ver, y al dejar de ver se deja de entender, se deja de progresar, de evolucionar. Cuando se entiende que la mente es un automatismo, resulta evidente que, mientras se funciona en "modo automático", no se funciona en "modo consciente".
Recuperar la consciencia ahora ―o resucitar a la vida― es lo que propone la no-dualidad. La mente piensa que eso no puede hacerse; que lo lógico es esperar a esa muerte, que viene, viajando desde el futuro al presente; e imaginar o no, mientras llega, seres que tendrían el poder de sacarnos de nuestro "estado muerto o inconsciente". La mente piensa así porque recuperar la consciencia es tanto como desconectar el automatismo, y ella es el automatismo. La mente teme que resucites ahora porque cree que eso sería su muerte.
Pero ya hemos dicho que la mente confunde el "suceso muerte" con el "estado muerto". El "suceso muerte" acaba en el instante en que nos damos cuenta de que es imaginar lo que nos impide prestar atención, lo que nos impide observar y, por tanto ver, y por tanto conocer, y por tanto comprender, progresar, evolucionar. Al comprender eso, también se comprende que prestar atención es lo que impide que la mente imagine e impide, por tanto, "estar muerto". El movimiento/vida o el inmovilismo/muerte... ¡Esa es la elección!.. Pero si crees que no puedes elegir porque el miedo te tiene inmovilizado, no te agobies, porque la verdad es que todo se está moviendo, cambiando, continuamente, aunque tu mente no pueda apreciarlo; porque todo lo que sucede son sucesos... ¡Y el único estado permanente es el permanente cambio!