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Artículos - Robert Adams

Tú eres inhumano

Por Robert Adams
Robert Adams

Robert: Me alegro de estar de nuevo con ustedes. Bienvenidos. Quiero que os hagáis la pregunta, "¿Cuál es mi verdadera razón para venir aquí esta noche? ¿Por qué he decidido venir a una reunión como esta? ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué estoy buscando?" Si eres verdaderamente honesto contigo mismo, te darás cuenta de que la mayoría de la gente está interesada en mejorar su humanidad. Quieren ser mejores seres humanos. Quieren mejorar sus asuntos, su salud, sus finanzas, sus posiciones, su estatus. Y, por supuesto, te das cuenta de que esta es la razón equivocada para venir aquí.

No estamos interesados en tu humanidad, ya que la premisa de esta enseñanza es que tú eres inhumano. Tú no eres tu cuerpo, ni tu mente, ni eres el hacedor. Así que mejorar tu humanidad es absurdo. Ustedes no están tratando de ser mejores seres humanos. Estás tratando de olvidar que eres un ser humano y centras tu atención en tu divinidad, en tu Ser, en el Yo-soy, hasta que tu humanidad es trascendida y transmutada. Eso se llama liberación o despertar, que es en realidad tu verdadera naturaleza. Entonces eres libre.

A veces es difícil de entender, "¿Qué pasa si me estoy muriendo de una enfermedad? ¿Qué pasa si soy pobre? ¿Qué pasa si la gente está tratando de matarme? ¿Cómo puedo olvidarme de eso? Si yo me convierto en un auto-realizado ¿qué le sucederá a mi cuerpo? ¿Continuará estando enfermo, o empobrecido, o esperando ser asesinado?"Al preguntar una premisa como esa, una pregunta como esa, estás tomando la dirección equivocada. Tú no existes como pareces. Tú no tienes cuerpo. El cuerpo parece ser real, pero tras una investigación encuentras que no lo es. Cuando descubres tu realidad, tu verdadera naturaleza, el cuerpo es trascendido. Ya no es lo mismo para ti. Puede parecer real a los demás, pero para ti ya no está ahí. Es como el agua en el espejismo. Parece ser real, pero no lo es. En cuanto a tus funciones corporales se refiere, van a continuar. Así es como aparecerá a los demás. Tu cuerpo parecerá que pasa por experiencias, pero no para ti, cuando estás despierto. Para los demás tú parecerás que eres el hacedor, pero no para ti. No tratas de ocultarlo, o hacer creer que no tienes un cuerpo. Ni siquiera te identificas con algo que te haga pensar que no tienes un cuerpo. Te conviertes en ti mismo, la realidad absoluta. Eso es lo que has sido siempre, conciencia pura, Sat-Chit-Ananda, Yo soy el que (Yo) soy. Esa es tu verdadera naturaleza en este momento. Eso es lo que realmente eres.

Es por esto que era difícil de entender cómo es que personas como Ramana Maharshi o Ramakrishna se estaban muriendo de cáncer. Los devotos estaban llorando y llorando, y ambos Ramana y Ramakrishna trataron de explicarles: "No seáis tontos. Yo no voy a ninguna parte. Estaré donde siempre estoy. Lo que veis no es una imagen verdadera". Sin embargo, los devotos todavía no podían entender, porque ellos le veían desde un punto de vista humano, y por supuesto en el mundo humano, hay sufrimiento, hay muerte, hay nacimiento, hay miseria, hay todo tipo de cosas. Y también hay cosas hermosas. Pero todas ellas son parte de la misma maya, la misma gran ilusión.

Por lo tanto, trata de entender esto. Todo saldrá bien. No hay absolutamente nada de qué preocuparse. Todo está bien. Cuanto más tratas de pensar en tu cuerpo, con el fin de mejorarlo de alguna manera, peor será, porque estás usando tu mente para imaginar algo que tal vez no es tu karma. Cuando yo digo: "No te preocupes por tu cuerpo", yo sé desde donde hablo. Tu cuerpo no existe. Nunca existió. Nunca existirá. Tu verdadera naturaleza es la alegría, el amor, la paz ilimitados. Tú no eres lo que pareces ser.

No tengas miedo. No hay nada en el universo que tenga la posibilidad de hacerte daño. Todo está bien. Si crees en un Dios, ve a ese Dios como omnipresente, omnisciente, omnipotente. Date cuenta de que ese Dios es tu verdadera naturaleza, que Dios es tú, nadie más, pero no como tu ego, no como tu cuerpo, no como tu mente, sino como tú. Tú eres eso. Comprende el verdadero significado del Ser, la felicidad pura, la inteligencia pura, la unidad final. Tú eres eso. Centra tu mente en Dios, dándote cuenta de que yo soy. Yo no soy esto ni aquello, sólo yo soy. Siempre he sido y siempre seré. No reces por las cosas. Dedica tu tiempo a identificarte con tu Ser. Rezar por las cosas es una pérdida de tiempo. Puedes obtener cosas, pero te vas a arrepentir después.

Esto me recuerda la historia de este hombre católico que quería 50.000 dólares para remodelar su casa. Así que se fue a su iglesia y le dijo al párroco: "Padre, he estado viniendo a esta iglesia desde que era un niño. Ahora necesito 50.000 dólares para remodelar mi casa. ¿Puedes por favor ayudarme?" Y el padre le dijo: "Hijo, aquí no prestamos ni damos dinero. Vete a casa y reza a Jesús y puede que lo consigas". Así que se fue a su casa y se puso de rodillas y dijo: "Jesús, tengo que remodelar mi casa. Por favor, dame 50.000 dólares". No pasó nada. Él hizo esto todos los días durante un mes, y no pasó nada. Así que él dijo: "Jesús, voy a hacer un trato contigo. Me quedo con 25.000 dólares. ¿Puedes hacer algo para que los tenga?" No pasó nada. Él rezó por los 25.000 cada mes, y no pasó nada.

Así que él se enfadó. Se levantó una noche oscura y se fue a la iglesia, se coló en ella, y robó la estatua de la Virgen María, la madre de Jesús, se la llevó a su casa, cogió un pañuelo, y se lo ató alrededor de su boca, cogió otro pañuelo y se lo ató a los ojos, y dijo: "OK Jesús. Si quieres ver a tu madre de nuevo, será mejor que me des 25.000 dólares." (los estudiantes se ríen)

Esa es la manera en que rezamos.

SF: ¿Y funcionó? (risas)

R: Creemos que Dios nos va a dar regalos, presentes, si rezamos lo suficiente. Y a veces los conseguimos, y eso es lamentable, porque entonces creemos que para tener todo lo que necesitamos, sólo tenemos que rezar. La oración tiene cosas buenas. Puede aumentar tu concentración, y hacerte llegar más cerca de la deidad de tu elección, pero pedir regalos es un error, porque en cuanto los obtengas, entonces realmente empezarán tus problemas.

Olvídate de tu cuerpo, de tus necesidades. Todo saldrá bien. Pregúntate a ti mismo: "¿Quién tiene que hacer todas estas cosas? ¿Quién está preocupado? ¿Quién tiene miedo?" y espera. La respuesta vendrá, "Yo soy. Yo tengo miedo. Entonces ¿cuál es la fuente del yo?" Y sigue al yo hasta su fuente, aferrándote a él, siguiendo al yo, permaneciendo en el yo. Llegará el día cuando finalmente despiertes y serás libre. Lo que te estoy diciendo es simplemente esto. Haz tu vida simple. Sigue preguntando, "¿Quién soy yo?" Cualquiera que sea tu necesidad, cualquiera que sea tu posición, cualquiera que sea tu procedencia, no importa. No te compares con nadie más. Sigue preguntando, "¿Quién soy yo? ¿De dónde viene este yo? ¿Cuál es su fuente?" Sigue al yo hasta el centro del corazón espiritual, en el lado derecho de tu pecho. Deja que se fusione.

El centro del corazón espiritual es el Ser. Es infinito. Obsérvate a ti mismo, sé consciente de tus pensamientos. Cualquiera que sean los pensamientos que vengan, buenos o malos, siempre pregúntate, "¿A quién le vienen?" Haz esto durante todo el día. Date cuenta. Recuérdate a ti mismo. Cuando preguntas, "¿A quién vienen?" observa los pensamientos que entran en tu cabeza. Conviértete en el testigo. Luego pregúntate de nuevo, "¿A quién vienen?" Haz lo mismo. Puedes hacer esto cuando estás meditando formalmente si quieres, o hacerlo durante el día, todo el día, incluso cuando estás durmiendo. Olvídate del tiempo. Olvídate del mundo. Recuerda, cuando digo, "olvídate del mundo," no estoy diciendo que ignores tus responsabilidades. Hay algo que se hará cargo de ellas. Hay algo que sabe cómo cuidar de tu cuerpo, que crees que es real.

Eso es lo maravilloso de esta enseñanza, tú no tienes que preguntarte acerca de tu cuerpo. No tienes que preocuparte de que si no haces esto y lo otro, tal o cual, el trabajo no se realiza. Tu cuerpo va a continuar haciendo lo que ha venido a hacer aquí. No tiene absolutamente nada que ver contigo. Deja a tu cuerpo en paz. Siempre se hará cargo de sí mismo. Tú haz el trabajo que has venido a hacer aquí. Que es permanecer en el Ser, la fuente, el centro espiritual en el lado derecho de tu pecho. El yo parece haber venido de eso. El yo parece emanar del centro espiritual. Así es como parece surgir, cuando despiertas. Cuando estás dormido, el yo se asienta en el pecho, en tu corazón. Cuando despiertas, se hace consciente, ¿qué sucede? Observa cómo el yo se hace más grande. Va desde el corazón hasta el cerebro. Cuando llega a tu cerebro te identificas con el mundo. Dices, "Tengo hambre. Tengo sed. Llego tarde. Necesito esto. Necesito eso", sin embargo, cuando te estás quedando dormido, esos pensamientos comienzan a abandonarte mientras el yo se asienta de nuevo en el centro espiritual. Sé consciente de esto. Mira lo que sucede. Observa. Descubre al yo haciendo todo eso. Esto se llama permanecer en el yo, cuando observas al yo hacerse cada vez más fuerte mientras avanza hacia el cerebro, y tú te vuelves mundano, y de nuevo cuando te quedas dormido, el yo abandona tu cerebro y vuelve a bajar hasta el centro espiritual.

Todo el secreto está en mantener al yo en el centro espiritual en todo momento. Esto se llama liberación. Y esto sucede por preguntar, "¿Quién soy yo?" Lo que estás diciendo en realidad es: "¿Cuál es la fuente del yo?" Has estado viendo. Has estado observando. Has estado observando al yo que vuelve al centro espiritual por la noche, mientras te quedas dormido, y has estado observando al yo volver a la vida otra vez, cuando despiertas, y haces la pregunta: "¿Qué es esto? ¿Quién le dio la vida? ¿De dónde viene? ¿Cuál es su fuente?" y te quedas en silencio. Cuando los pensamientos vengan, pregunta, "¿A quién vienen?" Haz esto de nuevo, una y otra vez. Un día algo sucederá. Tu yo se fundirá en la fuente mientras estás despierto, y te experimentarás a ti mismo como consciencia, como la conciencia pura, como la realidad absoluta, y serás libre.

Robert Adams, 16 mayo 1991 (Transcripción 61)
Fuente: Robert Adams Satsangs - The Collected Works (eBook version)