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Artículos - Luis de Santiago

Satsang con Luis de Santiago

Satsang con Luis de Santiago
Luis de Santiago

Vamos a empezar hablando de lo que yo no soy, para dejar claro eso. Yo no soy un filósofo, yo no tengo una forma de pensar, yo no tengo ninguna técnica para hacer que la mente piense de una forma o piense de otra. Al contrario, yo estoy aquí para ayudaros a encontrar lo que queda cuando el pensamiento se ralentiza, cuando el pensamiento desaparece. Así que por ese lado podéis estar tranquilos que no voy a hablar de filosofía. No soy un estudioso, no soy una persona que haya leído todos los libros sobre Advaita, que haya leído a todos los maestros. Confieso que en mi vida he leído un libro espiritual. Así que en ningún momento voy a contaros lo que he leído, o voy a hablar de cosas que he leído. Tampoco vengo a transmitiros las enseñanzas de Robert Adams, mi Maestro, porque yo no recibí ninguna enseñanza de Robert Adams. Yo estuve dos años con Robert Adams en una época en la que Robert Adams no podía hablar, así que lo único que hacía era sentarme a sus pies y sentarme en silencio, así que tampoco os voy a hablar... si queréis después en los intermedios o cuando bajemos a tomar un café, os cuento historias os cuento chistes, pero a eso no es a lo que venimos aquí.

Entonces, ¿qué carallo, como decimos en Galicia, he venido yo a hacer aquí?, vengo a hablaros de mi experiencia en esta búsqueda, que creo que todos vosotros estáis sumergidos en ella, y solamente mi experiencia. No voy a hablar de la experiencia de otra persona, no voy a hablar de la experiencia de nadie, no voy a hablar de nada que leí, no voy a hablar de nada que me contaron. A cambio de ello os voy a pedir a todos vosotros que hagáis lo mismo, que nadie ponga aquí delante algo que leyó, que nadie ponga aquí delante ninguna filosofía, que nadie ponga aquí delante nada que no hayáis vivido, preguntad con vuestra experiencia, preguntad acerca de vuestra búsqueda. Y si los dos hacemos eso va a ser una experiencia maravillosa y vais a sentiros que estáis yendo en la dirección correcta ¿hacemos ese trato?

La otra cosa es rápidamente definir lo que es Satsang. Satsang no es un cursillo, Satsang no es un grupo de estudio, Satsang no es una discusión intelectual. Satsang es básicamente Silencio y Presencia, y para que Satsang sea Satsang tiene que estar presente una persona que haya conseguido lo que todos vosotros estáis buscando. Si no, no funciona, si no no es Satsang.

También os voy a pedir que abráis vuestro corazón, que penséis lo menos posible, aunque la mente va a pensar y la mente os va a decir cosas, y la mente va a querer saber, y la mente va a querer entender, y la mente va a querer medir, y la mente va a querer explicar... no le hagáis caso, porque no sirve de nada, de nada en absoluto. Abrid vuestro corazón, estad aquí con vuestro corazón.

Todos estáis aquí por una cosa, porque hay algo dentro de vosotros que os dice que la felicidad es posible, la felicidad, la paz, estar en paz, estar tranquilo, completa, total y para siempre. Hay algo dentro de vosotros que a pesar de todo lo que la sociedad os dice, a pesar de todo lo que otras filosofías os dicen, hay algo dentro de vosotros que os llama y os dice, esto sí puede ser, esto es posible. Tengo que daros una buena noticia y una mala noticia. La buena noticia es que sí es posible, total y absolutamente. Es muy sencillo además, y es muy simple y lo podéis conseguir. La mala noticia es que tenemos una cosa que se llama la mente, y su trabajo es no dejar que nos demos cuenta ¿de qué?, de que ya somos felices, de que somos completamente felices ya, en este momento, lo hemos sido siempre y lo vamos a ser siempre, lo que pasa es que tenemos una cosa que se llama mente que su trabajo es distraernos para que no miremos donde está ese tesoro que llevamos y que es nuestro, que es nuestro derecho.

Es como esa luz que entra por la ventana, veamos esa luz como lo que somos. Imaginemos que vienen unos enanitos con unos cubos de agua sucia y empiezan a tirar cubos de agua sucia a la ventana, y esta agua sucia es tan sucia, tan densa que tapa totalmente, la entrada de luz, pero como es agua, tarde o temprano esa agua sucia va a escurrir y va a dejar entrar la luz otra vez. Lo que pasa es que antes de que eso ocurra, viene otro enanito con otro cubo y vuelve a tirarlo y antes de que escurra viene otro enanito y vuelve a tirar agua sucia. Así que prácticamente no llegamos a ver, no llegamos a sentir esa luz que somos.

¿Qué podemos hacer? Eso es lo importante. Lo que podemos hacer es estorbarle a los enanitos para que haya más tiempo entre la llegada de un enanito y del otro, para que dé tiempo a que escurra, y para que dé tiempo de que percibamos la luz, antes de que te entre el otro enanito. Y cada vez que lo hacemos tarda más el siguiente enanito en llegar. Hasta que llega un momento en que hay mucha más luz en nuestra vida que agua sucia. Eso es todo.

Una vez que sentimos lo que somos, una vez que saboreamos lo que somos, una vez que saboreamos esa felicidad, esa paz, no vamos a querer hacer ninguna otra cosa. Y la capacidad de la mente para no dejarnos disfrutar de lo que somos, va a perder fuerza completamente, completamente. Es así de simple, no hay nada más complicado. Es muy muy simple.

¿Cómo ralentizamos la mente? Cómo hacemos que haya agujeros entre un pensamiento y el otro, entre un cubo de agua sucia y el otro cubo de agua sucia. No podemos luchar con la mente. Es una perdida de tiempo, porque la mente se alimenta del conflicto. Si tratamos de luchar contra ella, si tratamos de obligarla a que se calle, si tratamos de obligarla a que nos deje tranquilos, ella lo que va a hacer es crecer más y hacerse más fuerte, entonces ¿qué nos queda por hacer? La forma de ralentizar la mente es algo muy muy antiguo. En sánscrito se llama Atma Vichara. En castellano no tiene una traducción directa. Podría ser "autoindagación" podría ser "observación de la mente". Lo que vamos a hacer cuando venga un pensamiento, cuando venga un sentimiento, no vamos a tratar de acallarlo no vamos a tratar de hacerlo desaparecer, no vamos a tratar de hacer nada con él. Lo único que vamos a hacer es observarlo, desde la tranquilidad, desde la paz, y vamos a ver, como a medida que lo observamos, ese sentimiento tan molesto, ese pensamiento tan molesto, empieza a disolverse, hasta que llega un momento que desaparece, esa es la única forma de hacerlo. Cualquier otra cosa que tratemos de hacer con la mente, de educarla, de leer libros, de obligarla, de tratar de cambiar pensamientos negativos por pensamientos positivos, todas esas cosas lo único que hacen es alimentar el monstruo del cual queremos deshacernos. Lo único que podemos hacer es observarla, y vais a ver como funciona perfectamente, desde la paz, desde la tranquilidad, sin hacer nada, sin ninguna acción por nuestra parte, simplemente estar conscientes de lo que está tratando de hacer la mente.

Así que comencemos con Atma Vichara. Primero, os voy a pedir que miréis dentro de vosotros. No con la mente. Abrid vuestro corazón. Vais a encontrar, si buscáis con el corazón, vais a encontrar algo dentro de vosotros, que ha estado ahí siempre, y que no ha cambiado. Vuestro cuerpo ha cambiado, vuestra mente ha cambiado, todo lo demás de vosotros ha cambiado, a veces para mejorar, a veces para empeorar, pero hay algo dentro de vosotros, que está ahí y no ha cambiado. Está idéntico a la primera vez que lo sentiste, cuando eras un niño pequeño. Es perfecto y no ha mutado y no ha aprendido nada, ni ha cambiado para nada. Es importante encontrar esto dentro de vosotros. Ahora. Ya.

―Largo silencio―

Eso que ha estado ahí siempre, y que va a estar ahí siempre, en la tradición de Ramana Maharshi lo llamamos el Yo Soy. Yo Soy, Punto. No es yo soy fulanito, yo soy menganito, o yo soy esto o yo soy lo otro. Es Yo Soy. Punto. Yo existo. Es lo más básico y es la raíz de todo. El hecho de ser, sin nada más agregado. Muy importante que os pongáis en contacto con eso (Luis se toca el corazón). Yo hago esto porque en mi experiencia la primera vez que lo sentí, lo sentí en esta zona, pero yo no sé vosotros, a lo mejor lo tenéis en el dedo gordo del pie (Risas), por eso no quiero deciros que lo busquéis aquí o lo busquéis allá, pero poneros en contacto con eso. Porque eso es lo más importante, esa es la raíz de todo lo demás.

―Largo silencio―

¿Qué tal? ¿Está ahí verdad? Os ponéis en contacto, desaparece... os ponéis en contacto, desaparece. Eso son los enanitos con el cubo de agua sucia. Pero siempre está ahí, siempre. Y con práctica vais a poder estar todo el tiempo.

―Largo silencio―

Muy bien. Todos lo habéis sentido. Unos más, otros menos, no importa. No va a haber un examen al final, no se le dan puntos a nadie (Risas). Ahora vamos a hacer otra cosa, vamos a concentrarnos en nuestra mente, esa cosa que normalmente pensamos que está detrás de nuestro ojos. Y vamos a hacer lo que hablamos antes, vamos a dejar que los pensamientos vengan, vamos a dejar que los sentimientos vengan, y no vamos a hacer nada, sino estar conscientes de ello, nada en absoluto, simplemente estar consciente, no vamos a juzgarlos, no vamos a tratar de que se vayan, no vamos a tratar de hacer nada. Simplemente vamos a observarlos. Por muy absurdos que sean, por muy desagradables que sean.

―Largo silencio―

Os dais cuenta la cantidad de pensamientos, uno detrás de otro, uno detrás de otro, todo tipo, aunque probablemente en este momento el más común sea, "¿qué hago yo aquí?, perdiendo el tiempo oyendo a este gilipollas". No importa, obsérvalo. Y si lo observas sin hacer nada, sin tratar de cambiarlo, sin juzgarlo, sin hacer nada, vais a ver algo muy interesante. El pensamiento empieza a perder fuerza, y se empieza a colapsar, empieza a colapsarse en si mismo. Cada vez se hace más pequeño, cada vez se colapsa más, y termina en nuestro amigo el Yo Soy. Fijaos en eso. Pero no tratéis de que se colapse. Así no funciona. Simplemente observadlo. Y si lo hacéis como os digo, vais a ver que se empieza a debilitar y empieza a colapsarse y se mete en el Yo Soy, que en el fondo es de donde surge todo, está volviendo a su origen.

―Largo silencio―

Una vez que este pensamiento, que este sentimiento se colapsa en el Yo Soy, tratad de manteneros en el Yo Soy, por la mayor cantidad de tiempo que podáis. Va a surgir otro pensamiento y vais a tener que empezar de cero otra vez. Eso es normal, así funciona, pero tratad de manteneros en el Yo Soy por el mayor tiempo posible.

―Largo silencio―

Eso es Atma Vichara, así de sencillo, y lo tenéis que hacer constantemente, constantemente, porque es la única forma.

Durante estos momentos que vamos a pasar juntos os voy a conminar a quedaros en silencio y a que hagáis Atma Vichara, porque quiero que os acostumbréis a hacerlo en cualquier momento que os sea posible, en vuestra vida normal. Tenéis cosas que hacer, tenéis trabajo, tenéis que cuidar a los niños, tenéis que hacer un montón de cosas, pero siempre aparecen pequeños momentos. Bajando en el ascensor, en un semáforo que sabes que tienes 5 segundos... Hacedlo constantemente, porque lleva empeño, lleva tiempo, lleva tenacidad, lleva paciencia.

Muchas veces que me escriben "no, yo lo estuve haciendo, estuve viendo el pensamiento, el pensamiento se colapsó, pero después vino otro...." Pero tú que te crees (risas).... probablemente. Que lo haces una vez y ya. Encontrar quien eres es lo más importante en tu vida. Si fuera fácil, todo el mundo sabría quien es. Lleva tenacidad, lleva trabajo. Es muy simple, es muy fácil... si no estuviera la mente ahí... como está la mente ahí tenemos que estar constantemente observándola porque es la única forma, la única.

Luis de Santiago

 

Y me preguntaréis ¿Entonces si yo hago Atma Vichara, constantemente y por un tiempo suficiente, me voy a realizar? No. Os vais a realizar cuando a la Gracia le de la gana. Nada que hagáis ni nada que dejéis de hacer os va a realizar, porque hacéis y dejáis de hacer con el ego, y el ego nunca se puede realizar, pero si hacéis Atma Vichara, constantemente, si observáis los pensamientos, si lográis abrir espacios de silencio entre un pensamiento y otro, entonces, hasta que a la gracia le de la gana, vais por lo menos a saborear la paz, vais a saborear lo que es estar realizado, y en algún momento a la gracia le va a dar la gana, porque siempre, si sois honestos, si sois sinceros en la búsqueda, si ponéis la búsqueda de quien sois en realidad primero en vuestra vida, la gracia le va a dar la gana, tarde o temprano, le va a dar la gana. Ninguna técnica os va a realizar, no depende de vosotros. Pero hay que demostrarle a la gracia que de verdad somos sinceros y que de verdad es lo que queremos en la vida, por encima de ninguna otra cosa...

―Largo silencio―

También os vais a dar cuenta de que hacer Atma Vichara en Satsang, es más fácil que hacerlo por vuestra cuenta, pero para eso es Satsang, para que con la ayuda de la presencia de un maestro, podáis hacerlo con más facilidad e ir cogiendo confianza y va a llegar un momento en que lo hacéis en casa por vosotros mismo y va a ser lo mismo, pero en principio Satsang es para eso. En presencia de una persona que sabe quien es, la mente tiende a ralentizarse espontáneamente. De eso me di cuenta yo con Robert Adams, yo llegaba en presencia de Robert e inmediatamente mi mente se ponía en "cámara lenta", sin que el dijera nada, sin que nadie dijera nada, era simplemente estar ahí. Que sorpresa me llevé yo hace unos años cuando me di cuenta que yo tenía el mismo efecto. No sé por qué, no sé como y no tiene ninguna lógica, pero es así, y para eso estoy aquí, para eso es Satsang.

Así que no os asustéis si tratáis de hacerlo en casa y os resulta más difícil, no está pasando nada raro, no hay ningún problema, no habéis perdido nada, no habéis dejado de encontrar lo que sois, simplemente que es más fácil aquí en Satsang, por ahora... por ahora...