Artículos - Rupert Spira
La meditación es lo que somos
Por Rupert Spira Barcelona - Febrero 2013 (IV)Rupert Spira: Una manera de describir la meditación sería decir que es como dormirse pero permaneciendo despierto. Por la noche cuando nos acostamos, simple y gradualmente dejamos partir todo; dejamos que el mundo nos deje, dejamos que el cuerpo nos deje y entramos en el estado de sueños que son simplemente pensamientos e imágenes.
De hecho, no entramos en el estado de sueño sino que el mundo y el cuerpo nos dejan, y tan sólo pensamientos e imágenes permanecen. El pensamiento malinterpreta esto como el estado de sueño y, al cabo de un tiempo, los pensamientos y las imágenes también nos dejan y tan sólo nuestro ser esencial permanece.
Ésta es la esencia de la meditación: Permitir que todo lo que pueda partir se vaya, abandonar todo lo que se puede abandonar —pensamientos, imágenes, percepciones, sentimientos— y aquello que permanece es nuestro ser esencial. Todo aquello que realmente hemos anhelado en nuestra vida reside verdaderamente allí. Así que, ahora, duérmete mientras permaneces despierto.
Esto es lo que quería decir Ramana Maharsi cuando dijo "sé lo que eres". Sé, conscientemente, esta presencia de consciencia abierta y vacía que es inherentemente libre de pensamientos, sensaciones y percepciones.
No hay ninguna necesidad de deshacerse de los pensamientos, sensaciones y percepciones; simplemente ve que no los necesitas. Ellos te necesitan a ti, pero tú no los necesitas. La imagen necesita la pantalla, pero la pantalla no necesita la imagen.
El pensamiento nos dice que somos una entidad que pasa del estado de vigilia al estado de sueño, y del estado de sueño al estado de sueño profundo. Esto no es cierto; somos esta presencia consciente eternamente abierta y despierta que jamás cesa de ser y de conocerse a sí misma.
De vez en cuando, toma la forma de pensamientos e imágenes y el pensamiento etiqueta esto como el estado de sueños. De vez en cuando, toma la forma de sensaciones y percepciones y el pensamiento etiqueta esto como el estado de vigilia. En ningún momento la consciencia se mueve a través de los estados, sino que los estados se mueven en la presencia consciente y no la presencia consciente en los estados.
No nos despertamos en el mundo, es el mundo que despierta en nosotros. Es el mundo que se duerme y desaparece durante la noche, mientras que nosotros permanecemos eternamente despiertos; nosotros, yo, presencia consciente.
¿Por qué buscamos dormir por la noche? Porque existimos allí de manera pacífica y feliz, sin pensamientos, sentimientos, sensaciones, ni percepciones. Cada noche experimentamos el hecho de que existimos perfectamente bien sin la mente, el cuerpo y el mundo.
No tenemos que dormirnos para experimentar esto. No tenemos que apagar la película para darnos cuenta que la pantalla es inherentemente libre de las imágenes que aparecen en ella. La pantalla es libre, aparezcan o no las imágenes en ella. No necesitamos dormirnos para experimentar la inherente libertad de nuestro propio ser. Nuestro propio ser está brillando y resplandeciendo en el corazón de la experiencia veinticuatro horas al día siete días de la semana. Pensamientos, sentimientos, sensaciones y percepciones fluyen a través de nosotros sin dejar traza alguna.
Nada puede realmente tocarnos, aunque nosotros tocamos íntimamente todas las cosas. Nada puede verdaderamente dañar nuestro ser más profundo. Mantente en contacto con tu ser esencial, no es difícil. Es como no perder de vista la pantalla mientras dura la película. La pantalla no está escondida en algún lugar en la película, sino que está resplandeciendo a plena vista.
De la misma manera, nuestro ser esencial no está escondido en el cuerpo o la mente, sino que está justo en la superficie de toda experiencia, resplandeciendo a plena luz.
No pases por alto tu ser esencial. Permanece con él, haz de él tu morada en vez de hacerla en pensamientos y sentimientos. Deja que pensamientos y sentimientos habiten en ti, pero tú no habites en ellos.
Ved que cuando empezamos nuestro diálogo no hay nada que realmente cambie. No es que acabe la meditación y empiece la conversación, la verdadera meditación es ser conscientemente la presencia de la consciencia y somos siempre esa presencia de la consciencia. En otras palabras, la meditación es lo que somos, no algo que hacemos.
Puede haber meditación con diálogo o meditación sin diálogo; puede haber pantalla con imagen o sin imagen. Para la pantalla no hay diferencia alguna en que haya imagen o no. En nuestro caso, el único propósito de la imagen es apuntar hacia la pantalla, de la misma manera que el único propósito de nuestro diálogo es apuntar hacia nuestra naturaleza esencial; y después realinear la mente, el cuerpo y el mundo con nuestro ser esencial.
Tan sólo es un ser separado el que entra y sale de la meditación. De la misma manera es sólo desde el punto de vista del ser separado que entramos y salimos de los tres estados: Vigilia, sueños y sueño profundo. Desde el punto de vista de la consciencia, que es el único punto de vista real, ni entramos ni salimos de la meditación y ni entramos ni salimos de los tres estados: Vigilia, sueños y sueño profundo.