Ruta de Sección: Inicio > Artículos >Charlas > Artículo

Artículos - Robert Adams

La felicidad eterna

Por Robert Adams
Robert Adams

Robert: Cuando Henry me invitó por primera vez a su casa para tener este satsang, me dijo, "Robert vamos a llenar este lugar para ti. Vamos a tener cientos de personas". Y yo dije: "Henry, no queremos cientos de personas. Queremos sustancia. Queremos calidad no cantidad. Queremos unos cuantos buenos devotos que quieran despertar en esta encarnación y ser libres y liberados". Así que Henry dijo: "Bueno, ¿qué sucedería si viene mucha gente?" Así que le contesté: "Sabré exactamente qué decir, así que no volverán de nuevo". Y eso es lo que ha estado sucediendo.

La mayoría de las personas son buscadores. Ellos van de un movimiento a otro, de un maestro a otro. De una conferencia a la siguiente y nunca practican nada. ¿Cómo esperan llegar a alguna parte? Queremos hacer algo positivo aquí y hacer que algo suceda de modo que no tengas que volver una y otra vez... y jugar al juego de la vida una y otra vez.

¿Qué es lo que todo el mundo quiere realmente de la vida? ¿Qué es lo que todo el mundo está buscando? ¿Qué es lo que la gente realmente quiere más que cualquier otra cosa?

Y la respuesta es la felicidad. Todo lo que haces es por la felicidad. Te casas para ser feliz. Te divorcias para ser feliz. Tienes un trabajo y vas a trabajar, para que puedas ganar dinero y te traiga felicidad. Pero como todos sabemos nunca es duradera. Lo que realmente queremos es la felicidad eterna. La felicidad que dura para siempre. La felicidad que no cambia. Queremos la felicidad eterna. Piensa en eso, la felicidad completa. La felicidad que nunca desaparece.

Ahora la pregunta es: ¿Existe tal cosa? Y si es así, ¿cómo la consigo? Bueno, la respuesta a la primera pregunta es sí, existe tal cosa y la consigues al no permitir que tu mente salga al mundo. Manteniendo tu mente en el corazón. Cuando tu mente sale por el mundo lo estropea.

Es como el sol. El sol siempre brilla. A veces, las nubes cubren el sol. ¿Pero decimos que no existe el sol? Sólo los hombres ignorantes dirán que no hay sol. Somos conscientes de que las nubes han cubierto el sol. Y después de un rato las nubes se disiparán y tendremos la felicidad de nuevo. Por que el sol volverá a brillar de nuevo.

Es exactamente lo mismo con la felicidad. Hemos permitido que nuestra mente nos haga creer que las condiciones externas pueden hacernos felices. Tenemos que aprender de la manera difícil, que no es verdad. Las condiciones externas solo nos pueden traer miseria.

Lo primero que tenemos que entender es esto: que todo en este universo, galaxias, estrellas, planetas, soles, lunas, personas, lugares, cucarachas, animales, minerales, son todos una manifestación de tu mente, incluso Dios, es todo una proyección de tu propia mente. Tú has inventado tus propios Dioses con tu mente. Y es este Dios el que te trae la miseria, porque ves a este Dios como a Santa Claus. Cuando no se cumplen tus deseos te enfadas, y culpas a Dios. Ni te imaginas siquiera que has creado tu propio Dios a tu propia imagen. Todo, todo, es una proyección de la mente.

Entonces, ¿cómo alcanzar la felicidad?

Permitiendo que tu mente vuelva dentro de ti mismo y repose en tu corazón. La felicidad es tu naturaleza divina. La felicidad es lo que eres. Sin embargo, sólo puedes saber esto cuando tu mente está tranquila y en silencio. En ese momento le da lo mismo lo que está pasando en el mundo. Estarás feliz, dichoso y tranquilo.

Como ejemplo: Una persona compra un billete de lotería, porque quiere ganar la lotería. Sigue comprando billetes de lotería todas las semanas. La mente se ha ido, se ha ido al mundo y te ha dicho que puedes ganar la lotería. Así que comprar billetes de lotería desde hace años. Y estás ansioso, estás estresado, estás afligido, eres infeliz, porque estás comprado billetes de lotería. Tu objetivo es ganar la lotería. Después de diez años de comprar billetes de lotería por fin alcanzas tu objetivo, ganas cuarenta millones de dólares.

Después de que el entusiasmo se desvanece, algo extraño te sucede. Te sientes tranquilo, te sientes dichoso, te sientes feliz y no tienes idea de lo que ha ocurrido. Crees que el haber ganando el dinero es lo que ha hecho que te sientas feliz. Pero no lo es.

Lo que ha ocurrido es simplemente esto: Una vez que has alcanzado tu objetivo, te vuelves tranquilo, te aquietas. No hay objetivo por el que luchar. Por lo tanto, tu corazón ha excluido tu mente. Tu mente ha vuelto a tu corazón. Eres feliz automáticamente. No tiene nada que ver con el dinero o las ganancias.

Ahora, ¿cuánto tiempo dura esto antes de que tu ego comience a jugar juegos contigo otra vez? Así que empiezas a pensar para tí mismo, mis parientes y mis amigos sólo vienen a verme porque quieren mi dinero. No he pagado el IRS (impuestos). Probablemente se llevarán (el fisco) la mitad de todo y sólo me quedarán veinte millones. La gente puede tratar de secuestrarme y pedir un rescate, ¿qué voy a hacer? Así que contratas a un guardaespaldas. Construyes una cerca alrededor de tu casa y tu felicidad se ha ido. Pero cuando construyes una cerca alrededor de tu casa y contratas a un guardaespaldas te sientes feliz de nuevo, ya que has alcanzado otro objetivo. La razón de tu felicidad es porque de nuevo tu mente ha vuelto de nuevo a tu Ser. Y tu Ser es feliz por naturaleza, pero tú crees que la razón de tu felicidad es porque te sientes seguro y así continúas. Arriba y abajo como un yo-yo. Eres feliz cuando alcanzas un objetivo o meta y eres miserable cuando estás buscando algo.

El mundo exterior no puede traerte más que miseria. Tenemos que aprender esta lección de la manera difícil, lamentablemente.

Aquí hay otro ejemplo: Una persona que quiere casarse, que quiere una pareja. Se pone a buscar y no está contento hasta que encuentre la pareja adecuada. Va de una persona a otra, de una persona a otra. Entonces, finalmente, va al bar adecuado y encuentra a la persona adecuada y dice: "Esta es la chica que quiero o este es el chico que quiero". Y piensa que es feliz. Una vez que has dejado de pensar y de conseguir y de buscar de nuevo la mente regresa al corazón. Cuando la mente está de nuevo en el corazón automáticamente eres feliz. Pero piensas que es porque has encontrado a la pareja adecuada.

Entonces, ¿cuánto tiempo dura esta felicidad?

Tu ego toma el control de nuevo y empiezas a pensar. Me pregunto si mi pareja tiene un nuevo amigo, un nuevo novio, una nueva novia. Me estoy cansando de él o ella, voy a ir en busca de otra persona. Se está haciendo aburrida la vida con esa persona y eres miserable otra vez, hasta que vayas a buscar a alguien más. Cuando encuentras otra persona, te sientes feliz por un momento, o por un día, o por una semana, o por un mes, o por un año. Tu mente ha regresado de nuevo al corazón. Esa es la única cosa que te hace feliz, porque la felicidad no se puede encontrar en el mundo. Porque el mundo no es lo que crees que es. El mundo no es real por sí mismo, pero Brahman es real. Brahman es el mundo. El mundo sólo es real cuando te das cuenta de que el mundo es Brahman. Brahman es la consciencia.

¿Cómo es esto?

Es como una pizarra. Imagine la pizarra como la consciencia. Puedes dibujar imágenes en la pizarra. Imágenes de galaxias, de pirámides, de estrellas, de gusanos, de personas. ¿Son los dibujos reales? Los dibujos sólo son tan reales como la pizarra, ya que sin la pizarra no podrías tener los dibujos. Así que los dibujos representan el universo. La pizarra representa la consciencia. A continuación, borras todos los dibujos y dibujas un bebé. Borras el bebé, y dibujas un niño crecer como una persona joven. Borras al joven y dibujas una persona joven que crece hasta sus cincuenta y sesenta años. Luego borras eso y dibujas otra persona moribunda, la misma persona.

Pero, ¿qué ha pasado con la pizarra todo este tiempo?

Nada, la pizarra sigue siendo la misma. El universo cambia, la gente cambia. Uno nace, crece, muere, pero la consciencia es siempre la misma. El problema es la identificación errónea. Estamos identificándonos con las imágenes, con el mundo, con la creación. No nos identificamos con la consciencia. Cuando te identificas con la consciencia, la creación se convierte en una película (imágenes en movimiento). Viene y se va, pero no reaccionas. No reaccionas a las cosas buenas y no reaccionas a las cosas malas. Ambas son dos caras de la misma moneda y ambas son impostoras, ilusiones. Es como un sueño.

Me puedes decir a mí, "Robert esto parece ridículo, ¿cómo puede ser el mundo como un sueño?"

Bueno, piensa en ello de esta manera. Cuando sueñas. Cuando estás soñando, ¿no proyectas todo el universo en ese sueño? En ese sueño tienes una estrella, tienes una galaxia, tienes una luna, tienes un sol, tiene casas, tienes gente, tienes océanos, lo tienes todo en el sueño. ¿De dónde viene?

Es increíble cómo tu mente inconscientemente cuando estás soñando puede manifestar todas esas cosas. Y también tú mismo estás en el sueño. Te ves en el sueño como a un bebé. Vas creciendo, te vas al ejército, entras en guerra, quedas herido, vuelves a casa en una silla de ruedas y luego te casas, tienes hijos. Todo esto está ocurriendo en el sueño. Entonces, un día hay un terremoto. Los edificios se caen, el suelo se abre y se traga a la gente y estás gritando y luego me ves. Yo estoy muy tranquilo y digo: "No te preocupes amigo, es sólo un sueño". Pero me miras como si estuviera loco. Y dices: "¿De qué estás hablando, no ves lo que está pasando, la tierra se ha abierto y se está tragando a la gente y me estás diciendo que esto es un sueño? ¡Debes estar mal de la cabeza!" Y yo te digo, "Amigo ten calma, es sólo un sueño", pero no me crees. Entonces la tierra se abre donde tú estás y te empieza a tragar y entonces sucede algo curioso. ¡Te despiertas!

¿Qué pasó con todos mis problemas? ¿Qué pasó con mi cuerpo mutilado? ¿Qué pasó con el terremoto?

Has despertado. Ya no es un sueño. Ahora estoy sentado aquí diciéndote que tu vida es como un sueño y que no te preocupes, no tengas miedo. Sino que estés tranquilo y sepas que yo soy Dios. Que comprendas que eres consciencia. Que eres la conciencia pura. Que eres la realidad absoluta, que eres el Parabrahman, que eres sat-chit-ananda, pero no me crees. Crees que eres mortal. Te identificas con tu consciencia del cuerpo. Te identificas con los acontecimientos de este mundo. Y tu mente siempre está maquinando, siempre planeando, siempre queriendo ser más grande de lo que eres. Pensando que algo está mal y que vas a corregirlo. Tienes arrogancia y beligerancia. Porque no crees en tu verdadera naturaleza y esto es debido otra vez a que tu mente ha salido al mundo en lugar de dejar que tu mente repose en tu corazón.

Aquí hay otro ejemplo: Imagina que eres un hombre que va por el sol. Y en el sol hay 60 grados. Ahora el sol y el calor representan la mente que sale al mundo. Te empiezas a abrasar, ves una sombra de un árbol. Corres debajo de la sombra del árbol y te sientes cómodo, relajado y en paz y feliz. Pero después de un tiempo te olvidas de eso y quiere un poco más de sol. Así que sales al sol. Y te estás abrasando y sudando de nuevo. Esto es equivalente a que te has establecido en el mundo y has quedado atrapado por los acontecimientos del mundo. Atrapado en tus problemas personales, creyendo que tu vida es importante como es. Pero luego ves la sombra de un árbol de nuevo y recuerdas lo bien que te sentías, así que vas de nuevo a la sombra del árbol y te sientas debajo de él y te sientes refrescado de nuevo, fresco y tranquilo y feliz. Pero sólo un tonto y un imbécil volvería hacia al sol a quemarse y luego volver a la sombra y estar en calma. Y luego salir al sol y quemarse. Sólo un tonto o un loco haría eso. El sabio se quedaría bajo el árbol y estaría tranquilo y fresco.

Ahora echemos un vistazo a tu vida. ¿Cuántos problemas cree que tienes? ¿Crees que algo está mal en tu vida porque quieres más de algo que no estás consiguiendo? La única razón por la que crees que tienes un problema es porque el mundo no está cambiando de la forma que tú quieres. Es la identificación errónea. Tienes que comenzar identificándote con la consciencia, con la realidad absoluta y no con tus asuntos cotidianos. Entonces, ¿cómo alcanzas la felicidad? ¿Cómo puedes hacer que tu mente no salga?

Sencillo. No reacciones a nada. No pienses más allá de tu nariz. No permitas que tus pensamientos te atrapen y te digan nada. Incluso si parecen correctos. Cuando veas una situación, buena o mala, no reacciones. Si ganas la lotería y ganas cuarenta millones de dólares, no reacciones. Te darás cuenta que traerá sus propios efectos. Vivimos en un mundo de dualidad. Por cada algo bueno hay algo malo. Por cada algo malo hay algo bueno. Por algo que sube hay algo que baja. Así es como funciona el mundo. Si llegas a un extremo que llamas bueno, tendrás que experimentar el equivalente que es malo, que llamas malo. En realidad no existe lo bueno ni lo malo. Pero tu mente lo hace así.

Así que el primer paso es no reaccionar, te conviertes en el testigo del despliegue del mundo. Te das cuenta de que todo es el Ser y yo soy eso. Eres testigo de todo en el mundo, pero no te involucras. Cuando digo que no te involucras no me refiero simplemente a quedarte en casa y sentarte en la bañera y no hacer nada. Me refiero a que tu cuerpo ha venido a esta tierra para hacer algo. Y tu cuerpo está bajo sus propias leyes del karma. Pero ¿para quién existe el karma, para ti o para tu cuerpo? Sólo para tu cuerpo. Por lo tanto, si te identificas con tu cuerpo sufres. Si te identificas con tu Ser, que es la consciencia, siempre eres feliz.

Entonces, si eso se te hace difícil, practicas atma-vichara, la auto-indagación. Cuando tu mente empieza a pensar, pensar, pensar, pensar, pensar en el bien y el mal, sólo tienes que hacer la pregunta, "¿A quién vienen estos pensamientos?" No contestas, simplemente te planteas la pregunta a ti mismo. Todo sucede dentro de ti mismo. "¿A quién vienen estos pensamientos?" La respuesta eventualmente te llegará. "Estos pensamientos vienen a mí. Yo los pienso. ¿Yo los pienso? ¿Yo? ¿Quién es este yo? Bien, ¿cuál es la fuente del yo?" Te aferras al yo, pero no te concentras en el yo, te concentras en la fuente. "Bien, ¿cuál es la fuente del yo" Porque parece que todos mis problemas están adheridos al yo. Porque yo digo: "Yo me siento mal. Yo me siento molesto. Yo me siento enojado. Yo me siento engañado. Yo me siento emocional", o incluso "yo me siento bien. Yo me siento feliz", esa es la felicidad humana. Te sientes feliz porque alguien te dio algo que te gusta o alguien hizo algo para ti. Eso es tan malo como sentirse deprimido. Yo siento esto y yo siento aquello, yo siento que soy un Jñani, yo siento que no soy un Jñani, yo siento todo tipo de cosas. Pero siempre hay yo, yo, yo.

Si investigas descubrirás que todo está adherido al yo. Y si te deshaces del yo, todos tus problemas, todo el mundo, todo el universo, Dios y todo lo relacionado con él, desaparecerá. Y la fuente será tu verdadero Ser que es consciencia pura, la unidad final, el nirvana, vacuidad. Este es tu verdadero Ser. Y verás el mundo como tu Ser.

Seguirás viendo el mundo, pero lo verás de manera diferente. Nada volverá a molestarte otra vez. Porque te darás cuenta de que el mundo es tu Ser. ¿Cómo puedes estar molesto con tu Ser? Te has convertido en una encarnación del amor divino, la felicidad, la inteligencia pura, la conciencia última, sat-chit-ananda, Parabrahman, que es omnipresencia. Entonces, ¿cómo puedes estar enojado o molesto por cualquier cosa si tú eres la consciencia pura? Simplemente no puedes. ¿Ves lo que estoy diciendo?

Si aprendes a identificarte con la consciencia, siempre serás feliz. Si sigues identificándote con las condiciones del mundo o con tu cuerpo o tu mente, serás miserable y tendrá rachas cortas de felicidad, cuando las cosas salen como quieres. Pero entonces no confiarás en la gente. Vas a sospechar de los motivos de todo el mundo y sentirás que algo va mal. Si quieres saber si eres un Jñani o no, pregúntate: "¿Cuándo fue la última vez que vi algo mal? ¿Cuándo fue la última vez que algo no estaba bien, cuando tuve un mal pensamiento, cuando creía que alguien me estaba haciendo algo, o cuando me enfadé?", y esto te dará una buena tendencia de donde vienes.

Lo que ves en ti mismo, lo ves en todos los demás. Si estás auto-realizado, entonces sabes que tu Ser es omnipresente y sólo puedes ver amor, paz, armonía y felicidad en todo el mundo. La elección es tuya. La única libertad que tienes en este planeta, en este universo, es tomar la decisión de ir hacia adentro y no reaccionar ante cualquier condición.

Todo lo demás acerca de ti está predestinado. Todo lo demás acerca de ti es prarabdha karma. Incluso cuando levanto mi mano así, es kármico. Pero, ¿qué tengo yo que ver con mi mano? Yo no soy mi mano, no soy mi cuerpo, no soy mi mente, yo-soy lo que yo-soy. La conciencia absoluta, la inteligencia pura, la realidad absoluta, el Parabrahman, el nirvana. Yo soy ilimitado, yo soy innacido, yo soy inmortal. El agua no puede ahogarme y el fuego no puede quemarme. Esa es mi verdadera naturaleza. Encuentra tu verdadera naturaleza amigo mio y siempre serás feliz. Om shanti.

Robert Adams, 22 noviembre 1990 (Transcripción 27)
Fuente: Robert Adams Satsangs - The Collected Works (eBook version)