Artículos - Robert Adams
¡Ese momento divino es ahora!
Por Robert AdamsRobert: Buenas tardes. Les doy la bienvenida de todo corazón.
Recuerda que esta es tu casa. Tú te crees que tienes una casa y una dirección y un número de teléfono y una familia, un marido, una esposa, hijos, padres. ¿Cuánto tiempo duran? Ellos se acaban marchando uno tras otro. ¿Adónde perteneces realmente? Perteneces a Dios, al Sí mismo (Self).
Cuando comienzas a entender esto a fondo, que tu casa está en la casa de Dios, comenzarás a comprender que, «Yo y el Padre somos uno». No hay separación entre tú y la fuente. Pero siempre y cuando creas que tu padre, tu madre, tu esposa, tu marido y tus hijos, tus empleados, son eternos, son lo primero en tu vida, nunca vas a entender tu naturaleza divina.
No estoy diciendo que tienes que renunciar a tu familia o renunciar a tu trabajo, todo esto es mental. Es en tu mente donde tiene lugar la identificación. ¿Por qué te identificas con algo que es transitorio? ¿Es decir, está hoy aquí y mañana se ha ido?
Cuando digo que esta es tu casa, no me estoy refiriendo a la casa de Henry. Me refiero al Sí mismo. El Sí mismo es tu hogar. Siempre ha sido así. Nunca hubo un momento en que no lo fuera. ¿A quién crees que perteneces? ¿Perteneces a los árboles, a las montañas, al mar, a una persona? Esa es una falsa identificación. Perteneces al Sí mismo porque eres el Sí mismo. Tal como eres. Eres la consciencia tal como eres. Eres la realidad absoluta tal como eres.
Sé que algunos de ustedes están diciendo, «Pero este cuerpo es frágil. Tengo todo tipo de problemas. ¿Cómo puedo ser el Sí mismo tal como soy?»
Si te paras a pensar en ello será frágil y te identificarás con el mundo. Pero si en vez de pensar en ello, aprendes a no pensar y permaneces en el momento, en ese momento eres divino, en ese momento eres la unidad final. Ese momento es sat-chit-ananda, el nirvana. Sólo existe el momento, el tiempo y el espacio no existe. El tiempo y el espacio se condensan en el momento. En ese momento eres libertad total.
Pero cuando intentas pensar en ello lo echas todo a perder. Cuando surge un pensamiento, el momento se olvida. Por lo tanto, tienes que hacer cualquier cosa y todo lo que puedas para aprender a descansar en el momento. El momento es aquí y ahora. No hay problemas ni preocupaciones, ni hay enfermedad ni carencia, ningún mal en este momento. ¿No es cierto? Es sólo cuando comienzas a pensar. Tan pronto como empiezas a pensar comienzas a pensar en lo que necesitas, cómo hacer tu vida mejor, cómo eliminar ciertas cosas de tu vida para que puedas tener éxito y ser más feliz. Todo esto es una locura. ¡Nunca puedes hacer eso! ¡Cuándo aprenderás!
Cuando eliminas las cosas de tu vida que te han estado frenando, como tú dices, aparecerán cosas nuevas. Nunca va a terminar. Simplemente no hay final. Tienes que encontrar el momento exactamente donde te encuentras ahora. Ese momento divino no existe cinco minutos a partir de ahora o de un segundo a partir de ahora. ¡Ese momento divino es ahora! Simplemente es y tú eres eso. No hay ninguna cosa que buscar, no hay nadie a quien ver, no hay mantras especiales que tienes que memorizar. Incluso la auto-indagación es sólo un método para ponerte en el momento.
El preguntar, «¿Quién soy yo? ¿A quién vienen estos pensamientos?», no es en sí la cuestión. Se trata de un método. Un método que no existe. Existe en el mismo lugar que el mundo existe, en tu mente. Por lo tanto, cuando no puedes guardar silencio por ti mismo, la auto-indagación parece ser la manera más rápida para despertar. Pero es un método, es una práctica. Nunca te va a llevar a casa. Simplemente te da un indicio de lo que está por venir.
La única vez que puedes llegar a alguna parte es por cualquier método que uses. Has hecho que la mente se quede completamente quieta, tranquila, inmóvil. Cuando no hay mente, nada sucede. Cuando nada sucede, ya no sufres. Ya no tienes ansiedades, ya no crees que algo anda mal en alguna parte, ya no juzgas, te has convertido en consciencia dichosa. En ese momento, no sucederá mañana.
Así que muchas personas siguen preguntando, «¿Cómo puedo realizar la auto-indagación? ¿Estoy haciéndola correctamente? ¿La estoy haciendo bien? ¿Estoy haciendo eso bien?» Pero yo os digo, que estáis empezando a perderos en el método. No te preocupes si lo estás haciendo bien o no. Mantén tu mente en la fuente, en el Sí mismo, yo soy el que soy. Esa es tu casa. Ahí es donde perteneces, todo lo demás es temporal.
Una vez más, no creas que estoy hablando de no tener relaciones con la gente o casarte o amar a tu familia, al contrario. En esta enseñanza no tienes que renunciar a nada. Simplemente tienes que saber la verdad sobre estas cosas. Es el conocimiento de la verdad lo que te hace libre. Y el único lugar que tienes que conocer está en tu mente. Por lo tanto, usa tu mente para conocer la verdad y la verdad es silencio. Esa es la verdad suprema. Por todos los medios, haz todo lo que esté en tu mano para silenciarte.
No te preocupes por tus asuntos. ¿Los hermosos árboles que hay por ahí se preocupan por sus asuntos? ¿La montaña se preocupa por sus asuntos? ¿El océano se preocupa por sus asuntos? Todo sucede como se supone que debe suceder. Las flores florecen, los árboles crecen, las montañas exhiben su esplendor y todo está bien en todas partes. Por lo tanto, si aprendiste a permanecer en el momento en silencio, también serás atendido por el poder que conoce el camino y serás conducido a tu mayor bien.
El silencio es la clave.
No importa lo terribles que pienses que son las cosas o lo maravillosas que creas que son las cosas, ambos son impostores. No estás tratando de cambiar condiciones negativas por condiciones positivas. No estamos tratando de cambiar lo malo por lo bueno. Son dos caras de la misma moneda. Queremos trascender a ambos. Hay un lugar que está más allá del bien y del mal, de lo correcto y lo incorrecto, de la alegría y la tristeza. Ese lugar es donde estás ahora. Despierta a eso.
Recibí una llamada telefónica interesante esta mañana de un tipo en San Diego. Al parecer, acababa de salir de la prisión estatal. Después de pasar diez años por robo a mano armada. (No sé cómo estas personas obtienen mi número de teléfono (los estudiantes se ríen). Pero de todos modos, hizo que la historia fuera realmente interesante después de contármela). Dijo que mientras estuvo en prisión lo pusieron a cargo de la biblioteca de la prisión. Nunca había leído un libro en su vida. Siempre había estado en problemas y dificultades desde que tenía doce años. Pero por alguna razón descubrió libros sobre Vedanta Advaita. (¿De dónde han salido estas prisiones?)
Y empezó a leer estos libros. Dijo que tenía mucho sentido para él, no sabe por qué. Pero empezó a practicar sentado en el silencio. Tuvo mucho tiempo para hacer eso. No tenía adónde ir. Y lo hizo durante años. No sabía nada acerca de la auto-indagación. Pero leyó que debería practicar, «¿Quién soy yo?» Leyó algo de Shankara. Y practicó, «¿Quién soy yo?».
La forma en que explicaba era maravilloso. Porque él dijo que no estaba realmente buscando nada. No buscaba desarrollar poderes sobrenaturales ni convertirse en nada. Las palabras que utilizó fueron: «Tenía sentido simplemente hacerlo». Y después de un par de años de hacer esto, encontró la paz. La paz que nunca había tenido antes. Él no sabía lo que era, pero sentía como si los guardias fueran los prisioneros y él era libre.
Él me contó que fue como si hubiera entrado en un monasterio y se hubiera metido en una celda de forma voluntaria, para estar consigo mismo, para estar solo. La prisión, dijo, era una bendición para él. Pero él no me llamó solo por eso, tenía una pregunta. Me contó sobre sus antecedentes antes de hacer la pregunta.
Él dijo: «Robert, he estado cometiendo malas acciones la mayor parte de mi vida. Muchas veces no me han atrapado. Fui a la cárcel por un robo a un banco, pero hay muchos otros robos que cometí y no me han descubierto. Ahora que me he encontrado a mí mismo y soy una persona completamente diferente, ¿tendré que sufrir las consecuencias de mi karma, por todas esas malas acciones que cometí en mi ignorancia?»
Esa es una pregunta muy profunda. Déjame hacer una digresión unos momentos y hablemos de ti.
Como seres humanos somos muy imperfectos. Muchos de ustedes han cometido malas acciones que nadie conoce. Es interesante constatar que en el mundo relativo, incluso si piensas en algo malo, es como si estuvieras cometiendo el acto. Eso es extraño pero muy cierto en el mundo relativo, que no existe. Sin embargo, en el mundo relativo ―que no existe― si crees que has cometido un crimen mentalmente, la mente subconsciente no sabe la diferencia entre un pensamiento y un acto. Los pensamientos son cosas ― en el mundo relativo que no existe.
Imaginemos por un momento que odias a alguien con pasión y quieres matar a esta persona. Pero sabes que te meterán en la cárcel o visitarás la cámara de gas. Esa es la única razón por la que te abstienes de hacerlo. Pero en tu mente te ves matando a la persona todos los días. Te digo que ―en el mundo relativo que no existe― tu mente no conoce la diferencia entre el acto y el pensamiento. Es lo mismo. Entonces, todos nosotros hemos pasado por períodos en los que mentalmente odiamos a alguien o mentalmente le deseamos el mal a alguien. Algunos de nosotros hemos cometido algunos actos cobardes que nadie ha descubierto jamás. Y ahora que estamos estudiando Vedanta Advaita y estamos trabajando en nosotros mismos, ¿se elimina el karma?
Esa es la misma pregunta que hizo este tipo, volvamos a la historia. (Ed siempre me dice que me desvío de la historia y nunca vuelvo, esta vez te engañé. Normalmente hago eso, me desvío y nunca vuelvo a coger el tema). Así que volvamos a este tipo que quiere saber ―igual que nosotros queremos saber― ¿tengo que pasar por las experiencias kármicas?
En primer lugar, si estuvieras realizado, o liberado, nunca harías esa pregunta. Porque tiene que haber un yo para hacer esa pregunta. Así le respondí. El yo es el mundo, el ego. El yo personal es un pensamiento, una idea, en realidad no existe. Sin embargo, el hecho de responder a la pregunta que me has hecho significa que estás saliendo del yo personal. Si has trascendido el yo y te has liberado, no quedará nadie para experimentar el karma. No habría nadie que pasara por ninguna experiencia pues el ego, el yo, la mente estarían muertos. El ego, el yo y la mente son sinónimos por cierto.
Ellos son los que parecen pasar por el sinsentido que llamamos karma, nacimiento tras nacimiento. Causa y efecto. Es el yo el que hace todo eso. Si vienes del yo, por supuesto que tienes que pasar por tu experiencia. Tienes que experimentar el efecto de la causa que pones en movimiento ― en el mundo relativo que no existe. Solo cuando puedes despertar te liberas del karma.
Ahora bien, esto no significa que puedas salir y robar otro banco, o en lo que a ustedes concierne, no significa que puedan salir y tener malos pensamientos, o lastimar a la gente, porque si estás iluminado nunca tendrías la idea de hacer esas cosas. Mientras tengas la idea de que alguien está tratando de lastimarte, alguien no te quiere, alguien no te gusta, quieres lastimar a alguien, mientras tengas ideas como estas, estás trabajando desde tu pensamiento-yo y el karma debe volver a ti. Entonces, ¿qué debería hacer?
Debes alejarte del pasado o del presente, si no te gusta el presente. Si estás demasiado apegado a alguien, si crees que tienes un problema con tu salud, si crees que tienes un problema con las finanzas, si crees que tienes un problema con cualquier cosa, aléjate mentalmente de esa condición. No estoy diciendo que tengas que hacer esto físicamente, lo físico se cuidará solo. Pero tienes que volver a tu fuente.
Viniste de tu fuente y regresas a la fuente. Si puedes encontrar la fuente antes de soltar tu cuerpo, serás liberado. Es tan simple como eso. Cuando estás liberado, ¿para quién hay karma? ¿De quién son los problemas? ¿Para quién hay problemas? ¿Para quién hay tristeza? ¿Para quién hay lo que sea? Todo lo que te perturba, todo lo que parece mal en tu vida es porque te identificas con el pensamiento-yo.
Algunos de ustedes todavía tienen miedo de que si se liberan, perderán su amor por alguien o no les importará su trabajo o creerán que no les importa nada, se volverán cínicos, esto es falso. Te vuelves más una persona amorosa, compasiva, llena de alegría. Le das tu amor a tu pareja de forma gratuita. No esperas nada a cambio. Tu amor aumenta mil veces. Porque eres libre. Puedes amar a alguien sin ninguna necesidad, incondicionalmente y no tienes que pensar en ello.
Por lo tanto concluí hablando con este señor por teléfono: vuélvete hacia adentro. Tu pasado está muerto, ambos lo sabemos, te has convertido en una nueva persona como dices, pero el yo todavía vive en ti. Si el yo todavía está vivo en ti, tus samskaras todavía están activos. Es posible que te sientas inclinado a robar un banco nuevamente. No tienes idea de lo que va a pasar mañana cuando permites que exista el yo personal. Por lo tanto, comienza a comprender que este yo, este ego, esta mente es solo un pensamiento, una idea. No tiene realidad.
Debes indagar dentro de ti mismo, «¿A quién viene la mente? ¿A quién viene el yo? ¿A quién viene el ego?» Cuando surgen pensamientos sobre tu pasado. Cuando piensas en tus diez años en prisión. Cuando piensas en los malos actos que has cometido. Inmediatamente haz todo lo que puedas para detener esos pensamientos. Puedes preguntar, «¿A quién vienen estos pensamientos?» O simplemente puedes permanecer perfectamente en silencio y convertirte en testigo de los pensamientos, sin reaccionar ante ellos. Sin tratar de detenerlos en absoluto. Si no reaccionas a tus pensamientos, se quemarán solos. Solo se vuelven más poderosos cuando reaccionas ante ellos.
Por ejemplo, si estás tratando de luchar contra una enfermedad, si reaccionas a tu enfermedad imaginando y creyendo en tu mente que no existe, que lo estás pasando fatal. ¿Por qué me ha ocurrido esto a mi? No puedo soportarlo más. Esto es lo que te está reteniendo, no la enfermedad. Pero a medida que tu enfermedad continúa sobre ti, si simplemente la observas sin pensar, te conviertes en testigo de ella sin tratar de hacer nada más, o preguntando: «¿A quién le viene?» En otras palabras, haz lo que tengas que hacer para detener el proceso de pensamiento. Usa el mismo método con cualquier otro problema o con cualquier otro bien que te venga.
Recuerda que toda la bondad humana también es una ilusión. Entonces, si tienes una buena vida, es solo temporal. Si no te encuentras a ti mismo tendrás que volver a esta tierra una y otra vez y tener otras experiencias. Puede que regreses cuando la tierra esté en la edad oscura una vez más y tengan la inquisición española y estés colgando de tus pulgares mientras te sacan los ojos. Y luego puedes volver a una vida diferente en la que eres multimillonario y vives en un castillo y tienes el control de miles de personas.
Son dos caras de la misma moneda. Por lo tanto, despierta. No trates de cambiar lo malo por lo bueno. No creas que si me hago multimillonario seré feliz o si me deshago de mi enfermedad seré más feliz o si vivo en una mejor casa seré más feliz o si tengo una nueva pareja seré más feliz o si no tengo pareja seré más feliz, o si tengo esto seré más feliz. Todo es ilusión.
La felicidad es tu verdadera naturaleza. La felicidad es lo que eres. Eres eso ahora, si vives en el momento. En ese momento eres la realidad absoluta. En ese momento eres la conciencia pura. Eres Brahman en ese momento. Eres sat-chit-ananda, la unidad última, la vacuidad. Esa es tu verdadera naturaleza. Indentifícate con eso. Enfócate en eso. Conviértete en eso y serás siempre libre.