Artículos - J. Krishnamurti (1955)
Condicionamiento y Conocimiento de Sí Mismo
Por J. KrishnamurtiCasi todos ustedes buscan, por eso están aquí, y en su búsqueda quieren encontrar algo, obtener un resultado, alcanzar un fin, un estado en el cual puedan ser felices, tener paz; por tanto, su búsqueda ya está predeterminada, ¿no es cierto? Cuando buscamos es porque deseamos encontrar algo que queremos, de manera que nuestra búsqueda está preestablecida, determinada de antemano, lo cual significa que no es una verdadera investigación; creo que es muy importante comprender esto. Cuando la mente busca cierto estado, la solución a un problema, cuando busca la verdad o a Dios, o bien desea tener cierta experiencia, ya sea mística o de cualquier otra índole, ya tiene decidido lo que quiere y, debido a que ya lo ha decidido, ya ha establecido lo que quiere encontrar, y esa búsqueda es totalmente fútil. Liberar a la mente de este deseo de lograr un resultado es una de las cosas más difíciles.
Me parece que nuestros problemas no pueden solucionarse a menos que exista una revolución fundamental en la mente, porque tan solo una revolución como esa puede traer la comprensión de eso que llamamos la verdad. Así pues, es importante comprender cómo funciona nuestra propia mente, no mediante el auto-análisis o la introspección, sino observando toda su actividad; y eso es lo que me gustaría que discutiéramos durante estas charlas. Si no podemos vernos a nosotros mismos tal como somos, si no comprendemos al pensador, esa entidad que busca, que constantemente pregunta, exige, cuestiona e intenta encontrar, esa entidad que crea el problema, el "yo", el ego, entonces nuestro pensar y nuestra investigación no tendrá ningún sentido. Mientras el instrumento que piensa no tenga claridad, esté distorsionado, esté condicionado, cualquier cosa que se piense será limitada, restringida.
De modo que la cuestión es cómo liberar la mente de todo condicionamiento, no cómo condicionarla mejor, ¿entienden? Pero eso es lo que la mayoría busca, un condicionamiento mejor. Los comunistas, los católicos, los protestantes, y los de las demás sectas que existen en el mundo, así como hindúes y budistas, todos intentan condicionar la mente de acuerdo con un modelo más noble, más virtuoso, menos egoísta y más religioso. Es evidente que la intención en todo el mundo es ofrecer a la mente un condicionamiento mejor, y nunca plantearse si es posible liberar la mente de todo condicionamiento. Sin embargo, me parece que a menos que la mente esté libre de todo condicionamiento, es decir, mientras esté condicionada a pensar como cristiana, budista, hindú, comunista, o lo que sea, tendrá problemas.
No cabe duda de que solo cuando la mente está libre de todo condicionamiento tiene la posibilidad de descubrir aquello que es real, o si existe eso que llamamos Dios; pero el simple interés que pueda tener una mente condicionada por Dios, por la verdad, por el amor, en realidad no tiene ningún sentido, porque esa mente solo puede funcionar dentro de su propio campo condicionado. El comunista que no cree en Dios piensa de determinada manera, y el hombre que cree en Dios, que vive pendiente de un dogma, piensa de manera distinta, pero ambas mentes están condicionadas y, por consiguiente, ni el uno ni el otro pueden pensar con libertad, todas sus declaraciones, sus teorías y creencias tienen muy poco valor. Así, la religión no tiene nada que ver con ir a la iglesia o acatar ciertas creencias y dogmas; la religión tiene que ser algo enteramente distinto, tiene que liberar por completo a la mente de la enorme tradición de siglos, porque solo una mente libre puede descubrir la verdad, la realidad, aquello que está más allá de sus propias proyecciones.
No es una teoría personal mía, podemos verlo si observamos lo que está sucediendo en el mundo. Los comunistas quieren resolver los problemas de la vida de cierta manera, los hindúes de otra, y los cristianos de forma diferente; sus mentes están condicionadas. Tanto si lo admitimos como si no, nuestras mentes están condicionadas por el cristianismo, y aunque superficialmente hayamos dejado la tradición cristiana, las capas profundas de nuestro inconsciente están impregnadas de esa tradición, están condicionadas por siglos de educación basada en ese modelo concreto. Sin duda, una mente que quiere descubrir algo que está más allá, si es que existe tal cosa, antes debe estar libre de todo condicionamiento.
Durante estas charlas, bajo ningún concepto vamos a tratar la auto-ayuda personal, ni tenemos interés en perfeccionar ningún modelo, no pretendemos condicionar la mente con otro modelo más noble ni con un modelo que tenga un mayor impacto social, sino todo lo contrario, intentamos descubrir si es posible liberar la mente, toda la consciencia de cualquier condicionamiento porque a menos que eso suceda será imposible experimentar lo que es la realidad. Podemos hablar de la realidad, leer innumerables volúmenes sobre ella, revisar todos los libros sagrados de Oriente y de Occidente, pero hasta que la mente no se dé cuenta de su propio proceso, hasta que no se vea a sí misma actuando según un determinado modelo y sea capaz de liberarse de ese condicionamiento, como es obvio, cualquier búsqueda será en vano.
De modo que me parece muy importante que comencemos por nosotros mismos, que nos demos cuenta de nuestro propio condicionamiento; ¡y qué increíblemente difícil es admitir que uno está condicionado! En el nivel superficial, en las capas visibles de la mente, quizá nos demos cuenta de que estamos condicionados, tal vez renunciemos a un modelo y adoptemos otro diferente, puede que abandonemos el cristianismo y nos hagamos comunistas, dejemos el catolicismo para ingresar en cualquier otro grupo igualmente tiránico, y lo hagamos convencidos de que evolucionamos, de que nos movemos hacia la realidad, pero es todo lo contrario, lo único que hacemos es cambiar de cárcel.
No obstante, eso es lo que la mayoría queremos, encontrar un lugar donde nuestra forma de pensar se sienta segura, queremos encontrar determinados modelos que no interfieran en nuestra manera de pensar ni actuar. Pero solo la mente que es capaz de observar con paciencia su propio condicionamiento y liberarse de él, tan solo esa mente puede experimentar una revolución, una transformación radical y, en consecuencia, descubrir aquello que está infinitamente más allá de sí misma, más allá de nuestros deseos, de nuestras vanidades y aspiraciones. Sin conocimiento propio, sin conocerse uno mismo tal como uno es, no como nos gustaría ser, eso es una simple ilusión, un escape idealista, sin conocer los movimientos de nuestro pensar, todos los motivos, cada pensamiento, las innumerables reacciones, es imposible comprender y trascender todo el proceso del pensar.
Se han tomado muchas molestias para venir hasta aquí y escuchar esta charla en esta tarde tan calurosa, y me pregunto si realmente están escuchando. ¿Qué es escuchar? Creo que deberíamos hablar un poco sobre esto, si no tienen inconveniente. ¿De verdad escuchan, o lo que hacen es interpretar todo aquello que se dice de acuerdo con su propia forma de entender las cosas? ¿Son capaces de escuchar a alguien, o mientras escuchan interfieren varios pensamientos y opiniones, de manera que su propio conocimiento y sus experiencias se interponen entre lo que se dice y lo que entienden de ello?
Creo que es importante ver la diferencia entre atención y concentración. Concentrarse significa elegir, ¿no es cierto? Si tratan de concentrarse en lo que estoy diciendo, su mente quedará fijada, restringida, y otros pensamientos interferirán; por tanto, no estarán realmente escuchando, habrá un forcejeo en la mente, un conflicto entre lo que están escuchando y su deseo de interpretar, de llevar a la práctica aquello de lo que estoy hablando, y así sucesivamente. Pero la atención es algo muy distinto, en la atención no hay fijación, no hay elección; atención es darse cuenta de todo sin interpretar nada. Si somos capaces de escuchar lo que se dice con gran atención, de forma completa, entonces esa misma atención produce un cambio milagroso dentro de la misma mente.
Todo lo que estamos hablando tiene una enorme importancia, porque a menos que se produzca en cada uno de nosotros una revolución fundamental, no veo cómo podemos generar un cambio profundo y radical en el mundo; y no hay duda de que ese cambio radical es esencial. La revolución meramente económica, ya sea comunista o socialista, no tiene mucha relevancia; debe haber una revolución religiosa, y esa revolución religiosa no puede darse si la mente se limita a amoldarse a un modelo previo de condicionamiento. Mientras uno siga siendo cristiano o hindú, no puede haber una revolución fundamental en el sentido verdaderamente religioso de esta palabra; sin embargo, esa revolución es necesaria. Cuando la mente está libre de todo condicionamiento, entonces uno descubre la creatividad de lo real, de Dios, o como prefieran llamarlo; y solo una mente así, una mente que vive en un estado constante de creatividad puede generar una actitud, unos valores, un mundo diferente.
Por eso es tan importante comprenderse a uno mismo, ¿no les parece? El conocerse a uno mismo es el principio de la sabiduría. Lo cual no significa el conocimiento basado en lo que dice cierto psicólogo, filósofo o algún libro, sino conocerse a uno mismo de instante en instante, ¿entienden? Conocerse a uno mismo es observar lo que se piensa y se siente, no solo en el nivel superficial, sino estar profundamente atento a "lo que es", sin condenar, sin juzgar, sin valorar o comparar. Hagan la prueba y verán lo difícil que es, para una mente que durante siglos ha sido educada para comparar, condenar, juzgar y evaluar, detener todo ese proceso y sencillamente observar "lo que es". Pero a menos que eso suceda, no solo en el nivel superficial sino hasta el mismo fondo del contenido de la consciencia, no es posible ahondar en la profundidad de la mente.
Por favor, si de verdad han venido aquí para comprender lo que se está diciendo, ese debe ser nuestro único interés y no otro. Nuestro problema no es a qué sociedad debemos pertenecer, qué actividades debemos realizar, qué libros debemos leer, y todos estos asuntos tan triviales, sino cómo liberar la mente del condicionamiento. La mente no es solo esa parte consciente que está ocupada con las actividades diarias, sino que es también las capas más profundas del inconsciente donde está el residuo del pasado, de la tradición, de los instintos raciales. Todo eso es la mente y, a menos que la totalidad de la consciencia no esté libre por completo, nuestra búsqueda, nuestra investigación y nuestros descubrimientos, estarán condicionados, serán limitados e insignificantes.
Así, si la mente está del todo condicionada, si no hay ninguna parte que no lo esté, entonces cabe preguntarse: ¿puede esa mente en sí misma ser libre? Y: ¿cuál es la entidad que la liberará? ¿Comprenden la dificultad? La mente es la totalidad de la conciencia con todas sus diferentes capas de conocimiento, de logros conseguidos, de tradición, de instintos raciales, de memoria, y ¿puede esa mente en sí misma ser libre? ¿O la mente solo puede ser libre cuando se dé cuenta de que está condicionada y que cualquier acción que salga de ese condicionamiento seguirá siendo parte de ese condicionamiento? Espero que entiendan todo esto; de no ser así, lo investigaremos durante los próximos días.
La mente, en su totalidad, está condicionada, lo cual es un hecho obvio, no es una invención mía, es un hecho. Pertenecer a una determinada sociedad, recibir cierta educación basada en una determinada ideología, con sus dogmas, sus tradiciones y la enorme influencia de la cultura y de la sociedad, condiciona de forma constante la mente. Ahora, ¿cómo puede esa mente ser libre, teniendo en cuenta que cualquier acción que haga para liberarse será el resultado de su propio condicionamiento y, por tanto, generará aún más condicionamiento? Nada más hay una respuesta: la mente solo será libre cuando esté en completo silencio. Aunque tenga problemas, innumerables necesidades, conflictos y ambiciones, si a través del conocimiento propio, de observarse a sí misma sin aceptar ni condenar, si la mente se da cuenta sin elección de su propio proceso, entonces, de ese darse cuenta surge un asombroso silencio, una quietud donde no hay ningún movimiento. Tan solo en ese momento la mente puede ser libre, porque ha dejado de desear cosas, ha dejado de buscar, de perseguir una meta, un ideal, todo lo cual son proyecciones de esa mente condicionada.
Si uno llega a esa comprensión, que no es un engaño creado por uno mismo, entonces descubrirá que hay una posibilidad de que se manifieste esa extraordinaria cosa llamada creatividad. Solo entonces la mente puede experimentar lo inconmensurable, eso que llamamos Dios, la verdad, o como prefieran llamarlo; la palabra tiene muy poca importancia. Puede que socialmente sea muy afortunado, tenga muchas posesiones (automóviles, casas, frigoríficos, cierto bienestar superficial), sin embargo, a menos que eso inconmensurable tenga presencia en su vida, siempre le acompañará el sufrimiento; porque lo único que pone fin al sufrimiento es liberar la mente del condicionamiento.