Ruta de Sección: Inicio > Artículos >Charlas > Artículo

Artículos - Adyashanti

¿Estás preparado para perder tu mundo?

Por Adyashanti
Adyashanti

Hay un poema muy famoso escrito por el tercer patriarca Zen, Seng-ts'an, llamado Ming Hsin-Hsin, que se traduce como Versos en una Mente de Fe. En este poema Seng-ts'an escribe estas líneas: "No busques la verdad; solamente deja de albergar opiniones". Este es un cambio de rumbo en la forma en que la mayoría de la gente va a tratar de realizar la verdad absoluta. La mayoría de las personas buscan la verdad, pero Seng-ts'an dice que no busques la verdad. Esto suena muy extraño. ¿Cómo vas a encontrar la verdad si no la buscas? ¿Cómo vas a encontrar la felicidad si no la buscas? ¿Cómo vas a encontrar a Dios si no buscas a Dios? Todo el mundo parece estar buscando algo. En la espiritualidad la búsqueda es algo muy honrado y respetado, y aquí viene Seng-ts'an diciendo no buscar.

La razón por la que Seng-ts'an dice no buscar es porque la verdad, o la realidad, no es algo objetivo. La verdad no es algo que está "ahí afuera". No es algo que se encuentra como un objeto de percepción o como una experiencia temporal. La realidad no está ni dentro ni fuera de ti. Tanto el "afuera" como el "adentro" no es la cuestión. Ambos erran el blanco porque fuera y dentro son construcciones conceptuales sin ninguna realidad inherente. Se trata simplemente de puntos de referencia abstractos. Incluso palabras como "tú", "usted", o "yo", "mí", no son más que puntos de referencia conceptual que existen sólo en la mente. Tales conceptos pueden tener un valor práctico en la vida diaria, pero cuando se asumen como ciertos distorsionan la percepción y crean una realidad virtual, o lo que en el Oriente se llama el mundo del samsara.

Seng-ts'an era un viejo maestro zen astuto. Él veía las cosas a través del ojo de la iluminación y era íntimamente consciente de cómo lo mente condicionada se engaña a sí misma en búsquedas falsas y callejones sin salida. Él sabía que la búsqueda de la verdad, o de la realidad, es tan tonto como un perro pensando que debe perseguir su cola para alcanzar su cola. El perro ya tiene plena posesión de su cola desde el principio. Además, una vez que el perro agarra la cola, tendrá que soltarla para que funcione. Así que incluso si fueras a buscar la verdad a través del entendimiento, tendrás que soltarla en algún momento para que funcione. Pero aún así, cualquier verdad que se alcanzase a través del entendimiento no es la verdad real, porque desde el principio esa verdad sería un objeto y por lo tanto no es real.

Con el fin de buscar, primero debes tener una idea, un ideal, o una imagen, de lo que estás buscando. Esa idea puede ni siquiera ser muy consciente o muy clara, pero tiene que estar ahí para que la busques. Al ser una idea no puede ser real. Es por eso que Seng-ts'an dice "solamente deja de albergar opiniones". Por opiniones quiere decir ideas, ideales, creencias e imágenes, así como las opiniones personales. Esto parece fácil, pero rara vez es tan fácil como parece. Seng-ts'an no está diciendo que nunca debas tener pensamientos en tu cabeza, está diciendo que no albergues pensamientos en tu cabeza. Albergar implica un apego emocional y aferrarse a ello. Cuando albergas algo, le das un valor porque crees que es real o porque define quién te crees que eres. Este albergar pensamientos y opiniones es lo que hace prosperar al falso yo. Es de lo que el falso yo está hecho. Cuando te das cuenta de que ninguna de tus ideas acerca de la verdad son verdaderas, es una conmoción para tu sistema. Es un golpe inesperado para el buscador y la búsqueda.

La tarea de cualquier práctica espiritual provechosa es por consiguiente desmantelar ese albergar pensamientos, opiniones e ideas que constituyen el falso yo, el yo que está buscando. Esta es la verdadera tarea de la meditación y la indagación. A través de la meditación podemos llegar a ver que lo único que nos hace sufrir es nuestra propia mente. Sentarse en silencio revela que la mente no es nada más que pensamientos condicionados que surgen espontáneamente en la conciencia. A través de albergar estos pensamientos, y tomarlos como reales y relevantes, creamos imágenes internas de uno mismo, los demás y el mundo. Entonces vivimos en estas imágenes como si fueran reales. Ser capturado por estas imágenes es vivir en una realidad virtual e ilusoria.

A través de la observación de la naturaleza ilusoria del pensamiento sin resistirse a él, podemos empezar a cuestionar e indagar en las subyacentes estructuras de creencias que lo sustentan. Estas estructuras de creencias son las que forman nuestros apegos emocionales al falso yo y al mundo que nuestra mente crea.

Es por eso que a veces pregunto a la gente: "¿Estás preparado para perder tu mundo?" Ya que el verdadero despertar no cabe en el mundo que te imaginas o el yo que te imaginas que eres. La realidad no es algo que integras en tu visión personal de las cosas. La realidad es la vida sin tus historias, ideas y creencias distorsionadas. Es unidad perfecta, libre de todos los puntos de referencia, sin ningún lugar para estar y nada a que agarrarse. Nunca ha sido hablada, nunca ha sido escrita, nunca ha sido imaginada. No está oculta, sino a plena vista. Deja de albergar opiniones y aparecerá ante tus propios ojos.