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Artículos - Menas Kafatos

Sobre la Naturaleza de la Realidad

El Ser, el Tiempo, el Espacio y la Experiencia

Escrito por Menas C. Kafatos y Deepak Chopra
Espacio exterior

En este artículo abordamos la naturaleza de la Realidad, la Consciencia universal y el Yo subjetivo como se encuentran en los sistemas monistas de la India, sobre todo en muchos sutras del Vedanta y el Shivaísmo de Cachemira. Estos sistemas monistas no consideran el tiempo (o el espacio) como primarios, sino que los tratan como un derivado de la consciencia. Se añade a este volumen especial un breve resumen del proceso del monismo sobre la manifestación de toda la existencia objetiva, incluyendo el tiempo. El monismo complementa a la ciencia occidental. Las escuelas monistas de la India complementan a la ciencia occidental por medio de los interesantes paralelismos con la teoría cuántica moderna y el rol del observador. Por otra parte, los qualia, las innumerables cualidades de experiencias subjetivas, desempeñan un papel fundamental en ambas descripciones monistas y científicas de la consciencia según se despliega desde su fuente. El universo consciente es una visión emergente en la ciencia, de acuerdo con visiones antiguas sobre la primacía de la consciencia en todos los niveles de la realidad.

Introducción

Varios de los temas explorados en el número especial de Cosmologia "La Máquina del Tiempo de la Consciencia" están en el centro mismo de lo que constituye la experiencia subjetiva. Sin embargo, los problemas de la experiencia, y, en última instancia, de la auto-conciencia no son abordados por la ciencia moderna porque la ciencia se ocupa de la naturaleza del mundo objetivo, de las interacciones entre los objetos. Aunque en una variedad de campos, incluyendo la psicología, la neurociencia e incluso la filosofía de la ciencia se hacen intentos para abordar el tema de la experiencia, el reto fundamental es que, por su naturaleza, la ciencia sólo puede hablar de la realidad objetiva, mientras que la auto-conciencia en última instancia se refiere a la experiencia subjetiva y la existencia. Sin embargo, las filosofías perennes de la India han tratado el tema de la consciencia extensamente y proporcionan los medios para combinar la comprensión intelectual con las experiencias personales que comienzan con las percepciones cotidianas pero que se extienden más allá de las posibilidades de la mente como una fuerza que altera la realidad de "ahí fuera". Los sistemas monistas consideran el tiempo (y el espacio) como derivados de la experiencia misma, la Consciencia es lo fundamental. Este punto de vista es profundamente diferente de la ontología de la ciencia, en la que la consciencia es un derivado de los procesos físicos.

Este artículo introductorio ofrece un resumen de la naturaleza de la Realidad, que consiste en la Consciencia universal, el Yo de todos los seres y en todos los niveles de la existencia. La explicación monista de la manifestación y de la aparición del tiempo y el espacio cuenta con el rigor suficiente como para complementar la ciencia occidental y proporcionar información y comprensión sobre las cuestiones especialmente difíciles de la experiencia misma.

Sistemas Monistas Perennes

Las filosofías perennes se preocupan por la naturaleza de la Consciencia, la relación del individuo con el universo y la relación del individuo con la Consciencia misma. A continuación vamos a ilustrar con algunas declaraciones seleccionadas algunas de estas verdades eternas y examinar la manera en que se relacionan con la experiencia, incluyendo la forma en que surgen el tiempo y el espacio.

Los sistemas no-dualistas originarios de la India, en concreto el Vedanta Advaita y el Shivaísmo de Cachemira, nos dan una visión más elevada del individuo, el universo y la naturaleza de la consciencia. La premisa subyacente es que el ser humano es un reflejo de la Consciencia fundamental y que, en realidad, no hay ninguna diferencia entre la Consciencia individual y la universal. El Shivaísmo y el Vedanta son completos sistemas de enseñanzas sobre la naturaleza de la realidad última, o el Absoluto. Esta realidad subyacente se llama Brahman en el Vedanta y Paramashiva o Shiva Supremo en el Shivaísmo de Cachemira. Ambos aceptan la Consciencia indiferenciada Absoluta como la Realidad última, como la realidad subyacente de todos los innumerables objetos, sujetos y los procesos que los unen, como la observación, la sensibilidad, la comprensión, la dinámica, la causa y efecto, etc. Aunque están de acuerdo sobre la Realidad última, se diferencian en el énfasis: el Vedanta hace hincapié en que Brahman es la única realidad y la percepción del universo es como algo separado de eso, como una ilusión; mientras que el Shivaísmo acepta el universo como real, siendo en sí mismo, como veremos más adelante, parte de la Consciencia universal. El universo es parte del todo, aunque toda experiencia objetiva ―física, mental y sutil― procede del gran mar subyacente de la Consciencia.

El Vedanta Advaita

El Vedanta acepta la autoridad de tres conjuntos de obras o escrituras, que abarcan varios siglos: los Upanishads, los Brahma Sutras y el Bhagavad Gita (Kuiken, 2006). Sus principios básicos se resumen en el Viveka Chudamani (La Joya Suprema del Discernimiento) de Adi Shankara:

a) "Brahman es la Realidad", b) "El mundo es una ilusión", y 3) "El Yo individual no es más que Brahman". La "ilusión" de Shankara se entiende como la errónea interpretación de la experiencia (y no como "no-existente"). Ver el mundo como independiente y separado del Ser, es una ilusión. Conocer la realidad es experimentar la diversidad del universo (Brahman) como idéntico al propio Ser de uno (Atman). El Sutra 4 del Isha Upanishad pregunta: "¿Cómo puede la multiplicidad de la vida engañar al que ve su unidad?" Y el Nrsimhottaratapaniya Upanishad declara: "Todo esto es Atman, todo esto es Brahman, todo esto es consciencia".

El Viveka Chudamani de Adi Shankara afirma: "El Atman es uno, absoluto, indivisible. Es la consciencia pura. Imaginar muchas formas dentro de él es como imaginar castillos en el aire. Por lo tanto, sé consciente de que eres el Atman, la felicidad absoluta, uno sin un segundo". El Aparokshanubhuti (Auto-Realización) de Adi Shankara declara en el sutra 45: "No existe ninguna otra causa material de este universo fenoménico excepto Brahman. Por lo tanto todo este universo no es más que Brahman y nada más". Mientras que el sutra 49 dice "En la medida en que todos los seres nacen de Brahman, el Supremo Atman, debe comprenderse que son en verdad Brahman". En resumen, la enseñanza final del Vedanta es que el Atman (el Yo o Ser individual de cualquier ser) es idéntico a Brahman.

El Shivaísmo de Cachemira

El antiguo sistema del Shivaísmo y su forma específica más reciente desarrollada en Cachemira, (Dyczkowski, 1992, 1994; Singh, 1980, 2006), constituye un cuerpo de enseñanzas filosóficas, con implicaciones prácticas para la vida cotidiana. El Shivaísmo de Cachemira floreció en Cachemira (región al norte de la India) entre los siglos 8 al 12, y fue desarrollado y construido en la tradición del Vedanta. El Shivaísmo de Cachemira fue desarrollado en ese breve pero muy activo periodo por sabios como Vamana (779-813 dC), Vasugupta (875-925 dC), Utpaladeva (discípulo de Vasugupta, 900-950 dC), Kallata (también discípulo de Vasugupta), Bhaskara, Somananda, el gran maestro Saivita Abhinavagupta (950 -1020 dC), y Ksemaraja (un gran discípulo de Abhinavagupta). Ellos nos han dejado una visión rica y dinámica del universo y nuestro lugar en él.

El Shivaísmo es un sistema Trika (triádico), que consiste en 1) Paramashiva o Shiva supremo, el Absoluto, el Ser no diferenciado; 2) Shakti (la Energía universal), también conocida como Citi (la Consciencia universal, como poder creativo del Absoluto); y 3) el alma individual. La enseñanza triádica sostiene que no hay diferencia entre Shiva y Shakti/Citi, y de hecho no hay diferencia entre la Consciencia que es el Uno Paramashiva/Citi y el individuo. El monismo podría ser también visto como una Realidad triple, que consiste en la Consciencia, el universo, y el individuo; o, alternativamente, el objeto, el sujeto y los procesos que los unen: Paramashiva, el Ser Supremo es idéntico a la Consciencia Suprema, el Ser de todo en el universo. La visión de la realidad subyacente en el Shivaísmo está en armonía con el Vedanta (Pandit, 1977).

El Paramashiva es el Ser universal, absoluto, indiferenciado y, como Brahman en el Vedanta, es el sustrato subyacente de toda la existencia. Como Citi despliega el universo, Ella (la creadora de todo) es la fuente última de todas las manifestaciones, de toda la existencia objetiva, de todas las experiencias de los yoes subjetivos y, como tal, es también la fuente de la mente. En otras palabras, el aspecto dinámico de la Consciencia da lugar a innumerables seres e incontables mundos. Citi representa la parte inmanente de la existencia, mientras que Paramashiva representa el aspecto trascendente de la misma existencia idéntica.

El Shivaísmo es quizás único de entre todos los sistemas monistas en asignar la realidad de todo lo que existe. No niega la existencia del universo, sino que considera el universo tan real como el Ser infinito, porque en realidad el universo surge del Ser. Los incontables o infinito número de universos e incontables seres y objetos son todos emanaciones del poder creativo de Citi. El propio proceso creativo se manifiesta en una variedad infinita de vibraciones (Spanda) de la Realidad Última. Spanda se deriva de un término que significa "movimiento sutil", y la Realidad última se llama Spanda porque palpita (vibra). Como tal, el Shaivísmo se basa en la doctrina de la vibración (Dyczkowski, 1994). Aquí la teoría cuántica de campos (TCC) y el Shivaísmo están de acuerdo en la importancia de la vibración en el proceso creativo. Mientras que la TCC asigna existencia objetiva a las vibraciones del campo cuántico, el Shivaísmo asigna realidad de los objetos a las vibraciones del campo infinito de Citi.

Al igual que en el Vedanta Advaita, el Shivaísmo acepta un Ser triádico, que consiste en el aspecto estático (Sat) del Ser universal, el aspecto dinámico (Citi o Shakti) de la Consciencia y la Felicidad o Bienaventuranza (Ananda). Estos aspectos Tres-en-Uno no son diferentes unos de otros, son aspectos integrales del Uno, el mar indiviso de la Consciencia, que es una Realidad dinámica, creativa e inteligente.

El primer sutra de los Shiva Sutras afirma: "La Consciencia es el Ser". El actual término sánscrito para la Consciencia se refiere a la conciencia luminosa, la Luz de la Consciencia. Por otra parte, la Consciencia significa algo más que conciencia (consciente), tiene la libertad absoluta de la voluntad, el conocimiento y la acción. En otras palabras, la Realidad, que es el Ser universal, es idéntica a la Consciencia.

¿Cómo se manifiesta el universo? ¿Cuál es el origen del universo? El primer sutra del Pratyabhijña-hrdayam, "El Secreto del Reconocimiento del Ser", escrito por Ksemaraja (Singh, 1980) afirma: "Citi, la Consciencia universal supremamente independiente, es la causa de la manifestación, el mantenimiento y la reabsorción del Universo". Por otra parte, "El universo es el medio para alcanzar la realización de la Consciencia libre universal" (Swami Shantananda, 2003). El primer aforismo da la causa subyacente del universo cambiante, como Consciencia universal. Aquí las tres acciones cósmicas de crear, mantener y reabsorber toda la existencia se atribuyen a Citi. En contraste con la manera en que los científicos ven el universo como causado y dirigido por las leyes de la Naturaleza, el Pratyabhijña-hrdayam afirma que la causa es la Consciencia misma. ¿Cómo despliega la Consciencia universal el universo? El sutra número 2 del Pratyabhijña-Hrdayam dice: "Por el poder de su propia voluntad, ella (Citi) despliega el universo sobre su propia pantalla (es decir, en sí misma, como la base del universo)". Aquí Ksemaraja describe el universo como que no es nada más que la proyección de la Consciencia en la Consciencia. Lo que aparece como diferencias en el mundo objetivado, son las diferencias proyectadas en la pantalla universal de la Consciencia.

Pero entonces se plantearía la pregunta, ¿cuál es el origen de la gran diversidad de la existencia objetivada? El sutra número 3 de la Pratyabhijña-hrdayam, explica: "Esa se convierte en diversa debido a la división de los objetos y los sujetos recíprocamente adaptados". En otras palabras, la división de lo que parecen ser objetos y sujetos da lugar a toda la diversidad. Además, en el Paramarthasara Abhinavagupta se afirma: "Al igual que en el reflejo de un espejo una ciudad o un pueblo aparece como una imagen que no está separada del espejo, sin embargo parece como separada, y cada reflejo separado uno del otro, así como del espejo, de manera similar el universo parece diferenciado como una cosa de otra, y también se diferencia de la consciencia despierta del Ser, más pura, aunque esa diferencia tampoco es real". El Shivaísmo sostiene enfáticamente que el individuo no es otro que la existencia entera. El sutra número 4 del Pratyabhijña-Hrdayam afirma: "Incluso el individuo, cuya naturaleza es Consciencia en un estado contraído, encarna el universo en una forma contraída". Mientras que el sutra número 5 sostiene que "La consciencia misma, después de haber descendido de su estado expandido, se convierte en la mente, contraída por los objetos de la percepción". En el Ishvara Pratyabhijña Karika (Pandit, 2004) Utpaladeva se dice: "El Gran Dios es el verdadero yo de todos y cada uno de los seres. Sólo él perdura, a través de su Yo no diversificado ― su conciencia, yo soy todo esto". Esta relación complementaria entre la Consciencia indiferenciada y el individuo que opera a través de la mente, que en sí no es más que la Consciencia, forma parte integrante del Shivaísmo.

La manifestación que da origen a todos los objetos en incontables mundos se menciona en muchos textos del Shivaísmo, en el Shiva Sutras, en el Ishvara Pratyabhijña Karika, en el Pratyabhijña-hrdayam, en el Paramarthasara, en la gran obra culminante Tantraloka de Abhinavagupta, etc. (Singh, 1980; Chatterji, 1986; Kafatos y Kafatou, 1991; Dyczkowski, 1992; Swami Muktananda, 1997; Pandit, 1997; 2004; SenSharma, 2007; Singh, 2006). El universo se proyecta en treinta y seis niveles de la creación, o niveles de manifestación, o planos de existencia, llamados tattvas, desde Paramashiva, hasta el plano de la Tierra.

En los cinco niveles más altos o "puros", no ha ocurrido la separación entre sujeto y objeto. Se encuentra en una forma potencial o sutil, el juego entre Aham (Yo soy) y Idam (Esto). Estos niveles son:

1) Yo: Paramashiva, existencia absoluta indiferenciada

2) Eso: Parashakti, Consciencia absoluta indiferenciada o Citi.

Los dos primeros tattvas se pueden contar como uno solo y están implicados en todos los niveles de la existencia, ya que no son muy diferentes entre sí. Constituyen la perfecta Yo-Consciencia.

Los siguientes tres niveles comienzan el proceso potencial de la manifestación:

3) Yo (Soy) Eso: Aquí Yo se escribe en negrita para darle énfasis. En esta relación, como la parte subjetiva de la relación Yo (Soy) Eso se enfatiza, significa el aspecto Voluntad de la Consciencia. Antes de cualquier conocimiento (que haya que seguir) o después del conocimiento emprender cualquier acción, el sujeto tiene que identificarse con su propia voluntad.

4) Eso (Soy) Yo: El énfasis está en Eso, es decir, la declaración se escribe como Eso (Soy) Yo. En este caso, Eso se enfatiza como la parte objetiva de la relación. Antes de emprender cualquier acción, el objeto tiene que ser identificado. Aquí, significa el aspecto conocimiento de la Consciencia. Sin embargo, en ambos casos, la voluntad y el conocimiento, no hay separación, sólo el potencial (latente) de lo que será eventualmente una separación entre Sujeto y Objeto.

5) Yo (Soy) Eso: Esta declaración muestra el equilibrio entre Yo soy y Eso, y es recursivo, es decir, se repite siempre. El equilibrio entre Sujeto y Objeto significa el (potencial) de Acción. Pero el Sujeto y el Objeto, incluso en este estado de equilibrio, siguen siendo Uno. En la acción, tanto el Sujeto como el Objeto están equilibrados, igualmente ponderados.

A medida que avanzamos en el desglose de las relaciones universales anteriores, tenemos el funcionamiento de Maya. Este es el poder universal (y muy a menudo incomprendido) libremente emprendido, que oculta o limita la verdadera naturaleza de Paramashiva/Parasakti. Sin ella, no podría surgir ninguna experiencia objetivada. Da la apariencia de separación, como subraya el Shivaísmo. A partir de ahora, el sujeto y el objeto parecen estar separados: Maya y los próximos cinco tattvas que la acompañan dan lugar, respectivamente: a la experiencia del tiempo; a la experiencia del espacio; a la (capacidad limitada) de la voluntad (para conocer y actuar); a la (capacidad limitada de) conocer (y luego actuar); a la capacidad (limitada) de actuar.

Entran en juego las mismas declaraciones universales pero ahora en forma limitada. En ese momento, el Sujeto y el Objeto aparecen separados y se convierten en (muchos, esencialmente infinitos en número) sujetos y objetos. Los sujetos interactúan con otros sujetos y los objetos aparecen ahora como niveles de existencia diferenciados, dispuestos (de forma limitada) a conocer (de forma limitada) y actuar (de forma limitada). Esto en pocas palabras, es como representa el Shivaísmo el tiempo, el espacio y la capacidad limitada de los seres individuales en función del poder libre de Maya.

Todos los 36 tattvas son niveles de la realidad puestos de relieve en diferentes niveles de experiencias. Ellos son los qualia de todas las experiencias. Como tales, el Shivaísmo representa todos los niveles Absoluto y relativos de la realidad, incluyendo el tiempo y el espacio, que se manifiestan en el universo. Más allá de este comentario, también podemos mostrar la manera en que los tres principios universales que se aplican al quantum, la vida y todos los campos, a saber, la complementariedad, la recursividad y la sensibilidad, también se aplican y operan en todos los treinta y seis tattvas.

A partir de este monismo, puede surgir la posibilidad del qualia ciencia. En el qualia ciencia, como en el monismo hindú, la experiencia viene primero. Después de todo, así es como la realidad realmente viene a nosotros, por experiencia, no en cuantos o en datos diferenciados. Por el momento el qualia ciencia está en potencia, pero la tradición del monismo hindú ha materializado el estado absoluto de la consciencia, su emerger en la manifestación, y cada gradación de minutos de existencia que la mente humana pueda concebir. Lo que queda es construir un puente en la visión del mundo de la ciencia contemporánea a través del desarrollo de las matemáticas fundamentales apropiadas que una a los dos, constituyendo el primer paso en la construcción de ese puente.

 
Menas C. Kafatos

El Dr. Menas Kafatos tiene la Cátedra Dotada de Fletcher Jones como Profesor de Física Computacional y es Director del Centro de Excelencia de la Universidad de Chapman. Recibió su Licenciatura en Física por la Universidad de Cornell en 1967 y su Doctorado en Física por el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1972. Después del trabajo postdoctoral en el Centro de la NASA Goddard Space Flight, se incorporó a la Universidad George Mason y fue allí profesor de Ciencias Interdisciplinarias desde 1984 hasta 2.008. Es autor y co-autor de numerosos libros, entre ellos El Universo Consciente, El Universo No Local y Principios de la Ciencia Integrativa. Fue ganador del Premio Rustum Roy de la Fundación Chopra, que "honra a individuos cuya devoción y compromiso por su pasión en la búsqueda de respuestas en su campo sólo es igualada por su compromiso con la humanidad" y del IEEE Orange County Chapter - Premio al Liderazgo Excepcional y al Servicio Profesional. Ha sido entrevistado en numerosas ocasiones por televisiones, periódicos y programas de radio nacionales e internacionales.

Referencias:

  • Chatterji, J.C. (1986). Kashmir Shaivism. SUNY Press, N.Y.
  • Dyczkowski M.S.G. (1994). Spandakarika (“The Stanzas of Vibration”). Dilip Kumar Publishers, Varanasi.
  • Dyczkowski M.S.G. (1992). The Aphorisms of Shiva, SUNY Press, Albany.
  • Kafatos M., Kafatou T. (1991). Looking in, Seeing out: Consciousness and Cosmos. Quest Books, Wheaton, IL.
  • Kuiken, G.D.C. (2006). The Original Gita. OTAM Books, The Netherlands.
  • Pandit B.N. (1997). Aspects of Kashmir Shaivism. Utpal Publications, Santarasa Books, Boulder.
  • Pandit B.N. (2004). Ishvara Pratyabhijña Karika (“Verses on the Recognition of the Lord”) of Utpaladeva (translation with commentary). Muktabodha Indological Research Institute, Delhi.
  • SenSharma, D.B. (2007). Paramarthasara (“The Essence of Supreme Truth”) of Abhinavagupta (with the commentary of Yogaraja, translation). Muktabodha Indological Research Institute, New Delhi.
  • Swami Muktananda (1997). Nothing Exists that is not Shiva. SYDA Foundation, South Fallsburg, NY.
  • Swami Prabhavananda, Isherwood, C. (1975). Viveka Chudamani (“Crest-Jewel of Discrimination”) of Adi Shankara (translation). Vedanta Press, Hollywood, CA.
  • Swami Shantananda (2003). The Splendor of Recognition. Siddha Yoga, South Fallsburg.
  • Swami Vimuktananda (2005). Aparokshanubhuti (“Self-Realization”) of Adi Shankara (translation). Advaita Ashrama, Delhi.
  • Singh J. (1980). Pratyabhijña-hrdayam (“The Secret of Self-recognition”). Motilal Banarsidass, Delhi.
  • Singh J. (2006). Shiva Sutras (“The Yoga of Supreme Identity”). Motilal Banarsidass, Delhi.