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Artículos - Rafael Pavía

El Sentido de la Vida

Por Rafael Pavía 3 de noviembre de 2019

“Conocerse a sí mismo llena nuestra vida de sentido,
así, cuando nos preguntamos ¿de dónde venimos? respondemos de sí mismos,
y cuando preguntamos ¿hacia dónde vamos? respondemos hacia sí mismos”.

Rafael Pavía

Cuando se responde al “sentido de la vida” podemos responder de mil maneras diferentes, por ejemplo, según una enseñanza o filosofía determinada, o, según la necesidad de cada individuo, ya sea que este quiera ser pintor, poeta, músico, filósofo, actor, etc. Y más allá de la vocación de cada persona, también podemos dar respuesta al sentido de la vida cuando nos interesamos por una causa social: proteger a los animales, a la naturaleza, a los pobres y hambrientos, a las víctimas de las guerras, etc. Todos estos planteamientos dan pie a diversas respuestas, todas ellas válidas e incluso necesarias. Pero, si lo que planteamos es buscar el sentido último o verdadero de la vida, entonces, nos abrimos a la mayor aventura que el Ser Humano puede realizar.

Toda enseñanza sobre filosofía, psicología, religión, técnicas de meditación, nos pueden ayudar a encontrar un sentido a la vida, sin embargo, toda verdadera enseñanza nos llevará a que seamos nosotros mismos y por nosotros mismos los que encontremos el verdadero sentido de la vida. Lo que nos lleva a una encrucijada que nos hace plantearnos tres cosas:

1º ¿El sentido de la vida es una cuestión meramente personal, es decir, el sentido de la vida solo me atañe a mí mismo, o el sentido de la vida incluye a mi persona y a todo lo que me rodea en la vida?

2º ¿Existe alguna doctrina, creencia, enseñanza sobre el sentido de la vida que sea realmente válida? Y ¿tal doctrina, enseñanza, filosofía o creencia me dará la respuesta que necesito, o, de todas maneras, tendré que ser yo mismo quien encuentre la respuesta?

3º ¿Puedo por mí mismo sin ayuda externa encontrar el sentido de la vida? ¿Cómo y de qué manera?

Si algo merece la pena, es encontrar el sentido de la vida; no encontrarle sentido a la vida vendría a significar, en las palabras de Jesucristo: “dejad que los muertos entierren a sus muertos” (Lucas 9:60. – Mateo 8:22.)

Ante los planteamientos y preguntas expuestas, uno primero debe de poner orden a su realidad personal, nuestra vida es como un puzle con muchas piezas sin terminar de colocar, por tanto, primero debemos ver cuáles son nuestras necesidades personales, preguntarnos ¿qué es lo que realmente necesitamos, qué es lo que verdaderamente queremos y buscamos en nuestra vida? Cuanto mejor coloquemos las piezas del puzle de la vida, mejor nos encontraremos, mayor equilibrio y armonía alcanzaremos. El equilibrio y la armonía nos llevarán a reconciliarnos con todo lo que nos rodea, amigos, familia, trabajo, vecinos, naturaleza, etc.

Segundo, cualquier doctrina, filosofía, técnica de meditación, etc. siempre será un apoyo para aprender a reflexionar, a comprender y encontrar las claves necesarias para despertar mayor conciencia. Como hemos dicho son apoyos que nos permiten avanzar y recolocar mejor las piezas tan diversas del puzle para encontrar el sentido de la vida. Cuando buscamos una vía espiritual, sea cual sea, ya que se dice que no importa el camino sino llegar a la cima de la montaña; resultando que cuando se llega a la cima nos damos cuenta que solo hay en realidad un camino, el del conocimiento de sí mismo.

Tercero, solo cuenta la experiencia vivida por uno mismo. Tuve un sueño en el 2006 donde me veía en un aula con otros alumnos, frente a nosotros varios maestros y detrás de ellos una pared de cristal por donde se veía una montaña, la montaña tenía en un lateral una rampa para subir y de frente era toda una pared vertical, los maestros explicaban que por la rampa se subía lenta pero cómodamente, mientras que por la pared vertical se subía más rápido pero con mayor esfuerzo; de repente me vi subiendo por la pared vertical y llegue a la cima, entonces vi a los mismos maestros que estaban en el aula, y me dijeron: hay una tercera vía para subir a la montaña y me mostraron un túnel que iba desde el aula a la cima de la montaña.

Comprendí en el sueño que existen diferentes niveles, enseñanzas y capacidades para enfrentar la escalada del conocimiento de sí mismos, aunque en el sueño, no reparé mucho en la tercera vía del túnel, pues me hallaba emocionado por haber logrado subir a la cima. Siguiendo mi proceso me di cuenta del significado de la tercera vía del túnel, esta vía, es la vía interior, intuitiva, la vía que se inicia y termina en el propio Ser.

La experiencia nos permite ver que existen muchas escuelas, doctrinas, enseñanzas etc. y que unas son más cómodas, mientras que otras son más duras y difíciles, también conocemos que existen diferentes niveles en cada enseñanza, pero lo que es plenamente cierto, es que todo empieza en el Ser y termina en el Ser.

Conclusión: el sentido de la vida, lo encontraremos en nosotros mismos y por nosotros mismos plenamente libres de acertar, equivocarnos y rectificar. Una vez que encontremos la profundidad del Ser, “Todo es Uno”. “En Uno mismo está Todo”.