Artículos - Richard Sylvester
¿Y qué hay del amor?
Por Richard Sylvester 30 de abril de 2012Ver la no-dualidad significa ver que nuestro supuesto más básico de nuestra vida ―que estamos separados― es sólo una apariencia. Parece que somos el sujeto de nuestra vida, moviéndonos a través de un mundo de objetos, incluidos esos objetos conocidos como "otras personas". Pero en realidad no hay separación, no hay sujeto ni objeto, sólo hay unidad sin fisuras. A este reconocimiento a veces se le llama "liberación", y aunque no hay reglas, ver la liberación tiene una tendencia a re-configurar nuestra psique. La liberación puede verse de repente o puede verse gradualmente y, como dijo Nisargadatta, "El rápido no es mejor que el lento". Sin embargo, si la liberación se produce rápidamente, los cambios en la psique tienden a ser más evidentes, precisamente porque son repentinos. No hay ninguna ventaja en esto, sólo que los hace más fáciles de describir.
Esta nueva configuración de la psique tiende a provocar un cambio de visión de la realidad. En este punto voy a desechar la palabra "tiende", porque es tedioso tanto para mí como para ti seguir usándola. Pero, por supuesto, a pesar de todo lo que se escriba aquí cualquier posibilidad puede suceder en la liberación. Si no pudiera, no sería liberación, sería cautiverio.
Podemos resumir este cambio de visión de la realidad en tres frases. En primer lugar, se ve que Esto es Ello. Se reconoce que esto, lo que está surgiendo, es la totalidad. Esto es el cosmos. Esto es el universo. Esto es la nada siendo todo. El tiempo y el espacio, el pasado y el futuro, aquí y allí son comprendidos. Los pensamientos y sentimientos neuróticos sobre el pasado y el futuro, como la culpa, el arrepentimiento, la nostalgia y la ansiedad, disminuyen o desaparecen.
Cuando se reduce o desaparece la energía neurótica apegada a la persona separada, también se observa que Esto Es Suficiente. La personalidad neurótica ve esto como No Suficiente, porque cuando se ve a través del velo de la separación hay muy poco compromiso con lo que realmente está sucediendo. En la separación, nuestra atención se centra tanto en el pasado, en el futuro, en nuestras preocupaciones y en nuestras propias proyecciones, que, por supuesto, todo lo que está realmente surgiendo parece ser demasiado tenue e insustancial para ser satisfactorio. La mayoría de las veces no estamos comprometidos con la vida, sino con nuestras propias imaginaciones espectrales. El resultado es a menudo el aburrimiento o la depresión, y una búsqueda constante de que suceda algo más emocionante. Pero cuando la separación desaparece, se ve la completa vitalidad de cada momento, y por lo tanto esto se vuelve suficiente. El deseo de que ocurra algo más emocionante disminuye o se desvanece y en la sencillez de lo que es hay dicha ―el aroma del café, el sonido del viento en los árboles, la textura de la piel de un gato. Puesto que ya no tenemos la necesidad de emociones y dramas para evitar el aburrimiento, a menudo se vive una vida más simple y tranquila.
El tercer cambio en la forma en que la psique ve la realidad en la liberación se puede resumir en las palabras "Se ve que Esto Es Lo-Que-Es (Y No Es Otra Cosa)". En la separación, la psique a menudo añade significado y propósito a lo-que-es, precisamente porque lo-que-es en su simplicidad no se experimenta como suficientemente satisfactorio. Queremos Lo-Que-Es Con Una Cereza Encima. Así que inventamos historias interminables sobre Lo Que Va Esto. Por ejemplo, una caída en la calle puede convertirse en Un Castigo De Dios. Ganar en la lotería puede convertirse en Los Frutos Del Buen Karma, o La Gracia Del Gurú. Vivimos como la estrella de nuestra propia película, en una historia que avanza significativamente hacia algún tipo de resolución determinada. El significado y el propósito se ven como una justificación de nuestra existencia.
Pero al igual que una flor no necesita ningún significado para ser una flor perfecta y un gato no necesita ningún significado para ser un gato perfecto, nosotros no necesitamos ningún significado para ser un perfecto Jim o Mary o Bill o Annie. Ya somos la unidad expresándose como lo que somos. ¿Cómo podría eso posiblemente ser mejorado? Cuando esto se ve, todo es simplemente lo que es, y no es otra cosa.
En la liberación, los dramas de sentido y propósito de los que se nutre la mente separada desaparecen, o al menos se les ve como lo que realmente son ― historias como las que podríamos contar para entretener a un niño aburrido en una tarde lluviosa. Nuestra necesidad de Salvar El Planeta, o Agradar A Dios, o Realizar Seva (servicio) Para Nuestro Gurú Para Limpiar Nuestro Karma desaparece. Lo mismo ocurre con nuestra fascinación con la purificación de los chakras, equilibrar nuestra aura y realizar terapia para nuestras vidas pasadas (y tal vez el futuras). Y también se ve que si alguna de estas historias continúa, eso también está bien, eso es también la "Liberación haciendo lo suyo".
¿Y qué hay del amor? Ahora llegamos al misterio más profundo. Lo que más radicalmente re-configura la psique en la liberación es el reconocimiento de que Todo Es Amor Incondicional. Hay un darse cuenta de que el amor incondicional no puede ser comprendido por la mente personal y es, como todo lo demás que tiene que ver con la liberación, impersonal. En otras palabras, el amor incondicional no tiene nada que ver conmigo ni contigo. El amor incondicional simplemente es. No excluye nada. Si lo hiciera, no sería incondicional. La mente se queda desconcertada con esto. La mente sólo puede vivir en la condicionalidad, divide la experiencia en lo que le gusta y lo que le disgusta. Pero no hay necesidad de que la mente se torture con su inevitable fracaso de amar incondicionalmente, porque en la liberación se ve que el amor incondicional es simplemente el caso, independientemente de lo que tú y yo podríamos estar pensando y sintiendo. Siempre incondicionalmente hay amor. Cuando esto se ve, hasta el momento más ordinario se convierte en intensamente vivo.