Artículos - Greg Goode
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El no-dualismo en la filosofía occidental
Una serie de indicadores ( Parte 1 de 5 )
Por Greg Goode 21 y 28 enero 2015Esta es una serie de indicadores de cómo el enfoque occidental puede ayudar en nuestra auto-indagación. Es menos un estudio histórico, y más una colección de puntos de vista occidentales que podrían servir como herramientas para la indagación, junto con sugerencias sobre cómo se podrían utilizar estas herramientas.
La conclusión de esta serie consiste en un diálogo práctico con visión de futuro.
No he incluido a todos los filósofos de la tradición occidental que han escrito algo que podría considerarse no-dual. En cambio, mis opciones han sido pragmáticas. He elegido los escritores que considero más útiles para deconstruir hábilmente los dualismos clásicos que parecen bloquear a las personas que realizan la indagación no-dual. Así, por ejemplo, los conocidos Heidegger y Nietzsche no son mencionados, aunque escribieron varias cosas que pueden ser útiles. Sin embargo, los escritores menos conocidos como Brand Blanshard y Colin M. Turbayne sí son mencionados, ya que me parece que los lectores pueden considerar sus planteamientos muy útiles.
No-dualismo
El no-dualismo es una experiencia, un modo de existencia del yo y el mundo, y un punto de vista metafísico (1) sobre la realidad. Como experiencia, es una sensación agradable, no objetiva de la presencia, de la ausencia de fronteras, y la falta de separación. Como modo de existencia del yo y el mundo, se dice que es una cuestión de hecho. Como visión metafísica, el no-dualismo sostiene que la realidad no se compone de una multiplicidad de cosas. Esto parece vago, y es porque más allá de este punto, las variedades del no-dualismo no se ponen de acuerdo. Si la realidad no es una multiplicidad de cosas, ¿es entonces sólo una cosa? ¿O menos? ¿Qué es exactamente la realidad? Algunos no-dualistas dicen que la realidad es la conciencia. Algunos dicen que es la vacuidad. Oros dicen que es una red de joyas, donde cada joya se compone de la reflexión de todas las otras joyas. Y otros no-dualistas dicen que la naturaleza de la realidad es que no tiene ninguna naturaleza.
¿Qué tiene de malo el dualismo de todos modos?
Así que ¿por qué es el no-dualismo una meta? ¿Se siente mejor? ¿Es más verdad?
La mayoría de los filósofos que escriben sobre el no-dualismo argumentan que el dualismo pretende ser falsamente una imagen precisa de nuestra experiencia. También argumentan que causa sufrimiento. Estos dos enfoques son ligeramente diferentes.
El argumento de la "falsa pretensión" del no-dualismo desafía la afirmación del dualismo de representar correctamente la realidad. El dualismo pretende ser una visión de cómo son realmente las cosas, pero cuando la visión y sus presunciones son examinadas, se descubre que no están de acuerdo con nuestra experiencia. Nuestra experiencia, dicen los no-dualistas, es verdaderamente sin fronteras, márgenes o separación. Por lo tanto, la idea de que el mundo se compone de divisiones entre yo y el otro, el bien y el mal, aquí y allá, pasado y futuro, no tiene sentido. Sólo parece que experimentamos estas divisiones. Estas divisiones no existen realmente, así que realmente no las experimentamos. El no-dualismo, se argumenta, puede corregir la mala interpretación de nuestra experiencia y restaurar nuestra totalidad original.
"El argumento del sufrimiento" del no-dualismo tiene que ver con los efectos del dualismo – el dualismo conduce al sufrimiento y la miseria. Los no-dualistas sienten que una experiencia dualística y dividida del mundo tiene como resultado la sensación de separación (separación de lo que tomamos por objetos externos, otras personas, el mundo, etc.). Sentirse separado conduce a sentirse limitado y vulnerable. Esto lleva al sufrimiento. Este puede ser aliviado: una profunda comprensión intuitiva de nuestra experiencia no-dual ininterrumpida es el final de la experiencia de la separación. Por lo tanto, es equivalente al final del sufrimiento.
El No-dualismo en Oriente y Occidente
Los enfoques oriental y occidental de la no-dualidad reflejan sus diferencias más generales entre los enfoques occidental y oriental de la filosofía. La filosofía oriental se encuentra con más frecuencia dentro del contexto de las tradiciones espirituales orientales. La filosofía occidental puede a veces encontrarse dentro de las tradiciones espirituales occidentales, pero es mucho más activa fuera de ellas.
La filosofía oriental tiene muy fuertes tradiciones no-duales, que incluyen el Taoísmo, varias formas de Budismo y el Vedanta Advaita (la extensión no-dual del hinduismo). Estas tradiciones son también explícitamente "soteriológicas". Es decir, su propósito es resolver las grandes cuestiones de la vida y de la muerte, y aliviar el sufrimiento. La resolución experiencial de estas cuestiones es considerada como la liberación o la iluminación. Y las propias filosofías están ilustradas con cientos de historias en las que los maestros ayudan a los estudiantes en su búsqueda.
La filosofía occidental fue practicada originalmente de una manera muy similar. "Conócete a ti mismo" fue inscrito en el atrio del Templo de Apolo en Delfos en la antigua Grecia. Practicada por el famoso Sócrates, la filosofía se dedicó a ser una especie de inquietud del yo, o una investigación sobre la forma en que existen el yo y el mundo. Las filosofías de los estoicos, los epicúreos, los escépticos, y Boecio eran declaradamente terapéuticas (2). Pero después del siglo XVIII, la filosofía se hizo cada vez más academizada; le fue retirado su uso práctico, personal y de transformación. El objetivo de la filosofía fue muy apropiado para descubrir los motivos de la verdad científica y los límites de la capacidad humana para conocerla.
La filosofía occidental se ha vuelto más una empresa científica que salvífica. En estos días, no hay un objetivo generalmente aceptado en la filosofía occidental correspondiente a la liberación o la iluminación. Mientras que la filosofía oriental se practica en los templos y ashrams, la filosofía occidental se estudia en las bibliotecas y academias. El occidental ha dejado con más frecuencia sus preguntas sobre la vida o la muerte a las iglesias, catedrales, sinagogas y hospitales.
El misticismo occidental
Antes de examinar los aspectos no-dualistas de la filosofía occidental, debemos decir algunas palabras acerca de la mística occidental. Los escritos de los grandes místicos occidentales tienden a superponer la filosofía y la religión. Sus escritos no son tan lógicamente precisos como la filosofía; ni tampoco requieren el mismo nivel de fe que los escritos religiosos.
El misticismo es a menudo buscado por el investigador no-dual por la profundidad de su sabiduría y la forma en que penetra en las experiencias más sutiles del hombre. Para seguir el camino místico, uno no sigue tanto una línea de argumentación; más bien se entra abiertamente y de todo corazón en la experiencia. El misticismo y la filosofía se complementan entre sí. Para muchas personas es más efectivo participar en ambos modos que en uno solo.
Entre los más notables místicos occidentales y sus trabajos se incluyen El Evangelio de Tomás y otras obras de la Biblioteca de Nag Hammadi; los escritos del rabino Akiva (40- 135); El Zohar (150CE) por Shimon Bar Yochai (135-170); el Sepher Yetzirah; o El Libro de la Creación (antes del siglo VI); Dionisio, el Pseudo-Areopagita (BCE 500); Origines Adamantius (Orígenes) (185-254); los monjes de la Philokalia (200-600); Meister Johannes Eckhart (1260- 1327/8); La Nube del No Saber (Siglo XIV); Teresa de Ávila (1515- 1582); San Juan de la Cruz (1524-1591); o el Hermano Lorenzo (1.605-1.691).
Cómo sucedió el no-dualismo en Occidente
Demostrar la naturaleza no-dual de la realidad no es un objetivo general de la filosofía occidental. Pocos filósofos han creado teorías metafísicas no-duales; y otros han argumentado en contra de la metafísica en conjunto. Pero la mayoría de los filósofos que disuelven o descartan las dualidades no son no-dualistas. Las dualidades que dejan de lado estos escritores no son más que víctimas de sus otros trabajos. De hecho, los argumentos más inteligentes y persuasivos tienden a provenir de los trabajos centrados en cuestiones estrechas y específicas, y no hablan enseguida de toda la realidad. Estos argumentos pueden ser muy útiles en el curso de la propia indagación no-dual. Como los editores de noticias de los viejos tiempos solían decir: "¡Podemos utilizarlo!"
Vamos a examinar algunos de los argumentos más conocidos que pueden ser útiles en la indagación no-dual, incluso aunque un argumento dado no sea utilizado por su autor para establecer el no-dualismo. A veces es más eficaz proceder poco a poco. La mayoría de los argumentos occidentales más conocidos toma una (o más) de las siguientes estrategias generales.
A. Filosofías monistas. La filosofías monistas sostienen que el universo está hecho realmente de un solo tipo de cosa. Un ejemplo sería que todo el universo es sólo Dios o consciencia. Este tipo de criterios son los más similares al no-dualismo oriental. La mayoría de los argumentos monistas procedan de sistemas construidos, no tanto del empleo de la lógica inteligente y la dialéctica.
Algunas de las más famosos filosofías occidentales son grandes monismos, que demandan un tipo de cosa como la base o la verdadera naturaleza de todo lo demás. En algunas filosofías monistas, el tipo de cosa es numéricamente singular. Ejemplos antiguos de este monismo de estilo singular incluyen la teoría de Parménides (510 a.C.), en la que todo es "el Uno", es decir, una sustancia inmutable perceptible solamente a través del razonamiento, y el criterio más vital de Heráclito (540-475 aC), en el que "Todo es flujo". Hegel es un gran ejemplo moderno con su sistema de la consciencia absoluta.
Otras filosofías monistas no son tan "no-duales". Es decir, su único y verdadero tipo de existente es numéricamente múltiple. El único tipo de cosa que se encuentra en muchas partes idénticas o lugares diferentes. Tales ideas se encuentran entre los antiguos atomistas como Leucipo (450 a.C.), quien argumentó que el mundo está hecho de muchas partículas idénticas. Esta noción es muy cercana a varias teorías científicas modernas, que han propuesto varios tipos de partículas elementales como los constituyentes últimos del mundo.
B. Filosofías reduccionistas. Las filosofías reduccionistas sostienen que el universo está hecho de menos tipos de cosas de lo que pensamos. Su objetivo no es acabar en el no-dualismo, sino más bien demostrar que ciertos tipos de cosas que damos por sentado no existen y que se pueden reducir a otras cosas. Una filosofía reduccionista podría argumentar, por ejemplo, que el mundo no está formado realmente por objetos externos, ideas y opiniones, sino que puede ser representado por ideas y opiniones solamente. Otros reduccionistas son materialistas.
Puesto que las filosofías reduccionistas no tratan de librar de inmediato al mundo de todos los dualismos, pueden prestar más atención a cuestiones particulares. Los argumentos reduccionistas tienden a ser dialécticamente inteligentes y precisos. Terminan haciendo más daño a una dualidad como "mental vs. físico" que las benévolas sugerencias de un monismo suavemente enfocado. Demócrito, Berkeley, Locke y, más recientemente, Paul y Patricia Churchland proporcionan sólidos ejemplos de reduccionismo.
C. Filosofías anti-metafísicas. Las filosofías anti-metafísicas argumentan en contra de cualquier tipo de base metafísica. El clásico anti-metafísico fue Sexto Empricus (160-210 d.C.), el escéptico Pyrrhonian de la Gracia Antigua con uno de los argumentos más radicales y deconstructivos de toda la tradición occidental – que podemos alcanzar un estado de calma mental y paz si suspendemos el juicio de todas las pretensiones, problemas y conclusiones, y seguimos las impresiones, inclinaciones y convenciones según vayan surgiendo. Incluso la creencia no es necesaria; conduce a la agitación.
La filosofía anti-metafísica es también llamada "anti-esencialismo" o "anti-fundacionalismo" y se convirtió en una tendencia en el siglo 20. Sus más famosos defensores son John Dewey, Ludwig Wittgenstein, W.V.O. Quine, Jacques Derrida, Michel Foucault, Donald Davidson, Nelson Goodman y Richard Rorty. Argumentan de varias maneras que simplemente ya no necesitamos la metafísica, junto con su juego de dualismos.
Los filósofos anti-metafísicos sostienen que no tiene sentido afirmar lo que algo es realmente. Argumentan igualmente contra las pretensiones monistas y reduccionistas de que ciertas cosas son metafísicamente básicas. La anti-metafísica desafía la afirmación de que algo sea básico, fundamental, que constituya el fundamento de todo lo demás. En vez de discutir lo que creemos que el universo es en realidad, las filosofías anti-metafísicas sugieren que se propongan nuevas formas de pensar, hablar y experimentar. Esto, dicen, es el camino hacia una mayor felicidad y armonía social.
La anti-metafísica puede ser de gran ayuda en la propia indagación no-dual. Si uno pierde la convicción de la veracidad o exactitud de las declaraciones metafísicas acerca del mundo, el cuerpo y la mente, uno es así liberado de varias fijaciones adheridas. Siendo libres, no nos experimentaremos a nosotros mismos o al mundo en función de los dualismos de mente/materia, bueno/malo, yo/otro, subjetivo/objetivo, apariencia/realidad, hecho/valor, libre albedrío/determinismo, y así sucesivamente.