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Artículos - Michael W. Taft

No-dualidad y Mindfulness

Dos grandes tradiciones que combinan entre sí

Por Michael W. Taft
Peace Goddess

En el contexto de la práctica espiritual en Norteamérica las tradiciones no-duales y las tradiciones de mindfulness (atención o conciencia plena) parecen estar en marcado contraste. La no-dualidad se asocia a menudo con las escuelas de meditación de "no hacer nada", y la meditación mindfulness es a menudo muy esforzada. Los maestros de la meditación mindfulness comúnmente se niegan incluso a hablar sobre la iluminación, mientras que los maestros no-duales nunca dejan de hablar de que ya estamos iluminados.

En los extremos, estas dos tradiciones pueden llegar a ser muy críticas una con la otra. Algunos no-dualistas piensan que los meditadores mindfulness caen en la trampa de trabajar duro para llegar a alguna parte, y terminan construyéndose un ego meditador que reemplaza a su ego cotidiano. Algunos practicantes de mindfulness piensan que los no-dualistas sólo están jugando a un recursivo juego de palabras ("¿Quién está jugando un juego de palabras?") y se engañan narcisistamente a sí mismos acerca de lo iluminados que están, mientras que niegan con complacencia sus propias debilidades.

Es una pena que estas dos tradiciones de sabiduría ―en especial en sus expresiones americanas― sean antagónicas entre sí. Realmente sólo representan los dos extremos de un espectro de teorías acerca de la misma idea ― la idea de cómo despertar a la verdadera libertad. Es una pena, porque en mi opinión la mayoría de los no-dualistas (especialmente los neo-advaitines) podrían utilizar un poco más de la actitud mindfulness, y la mayoría de los practicantes de mindfulness podrían utilizar un poco más de la perspectiva no-dual. Trabajando juntos podrían, como la mantequilla de cacahuete y el chocolate, formar algo mucho más excelente que cada uno por su cuenta. Algo que podríamos llamar Mindfulness No-dual o Advaita Práctico.

¿Se opone el Advaita a la práctica?

El no-dualismo o advaita (que incluye también a la mayor parte de la filosofía budista Madhyamika) sostiene que ya estamos completa y perfectamente iluminados. Muchas escuelas tradicionales de no-dualismo insisten, sin embargo, en que tenemos que hacer alguna práctica para que esta verdadera naturaleza nos sea revelada. Tenemos una venda en los ojos, y no podemos ver nuestra propia iluminación, y una práctica (que hay muchos tipos) retirará la venda y permitirá que nuestra liberación inherente brille de forma natural. Es como si la práctica eliminara las nubes y de repente podemos ver el sol y el cielo, que ya estaban ahí siempre.

Sin embargo, debido a los accidentes de la historia, el no-dualismo americano, o lo que se llama "neo-advaita" tomó el punto de vista más radical de que ninguna práctica es necesaria para des-cubrir nuestra más profunda sabiduría. Desde este punto de vista, las prácticas son en realidad contraproducentes, ya que están incidiendo en la idea falsa de que el ego tiene que hacer algo para alcanzar la iluminación o que se necesita la práctica para llegar al despertar. En la perspectiva neo-advaita, cuanto más luchas por ser libre, más ignoras tu propia libertad completa que ya está ahí. Cuanto más luchas, más enfatizas la existencia (irreal) del luchador, lo que provoca que estés más perdido.

Y es por eso que el neo-advaita es tan hostil a cualquier técnica de meditación, incluyendo el mindfulness. Para un neo-advaitín la práctica del mindfulness es sólo un montón de esfuerzo para convencerte de que aún no eres libre. Una gran pérdida de tiempo que te deja en peor situación ―incluso más sumido en la ilusión― de lo que estabas antes.

El problema con este punto de vista es que es más una filosofía que una aplicación práctica. Puedes pensar que eres libre y dejar de lado todas las ideas de no-libertad que quieras, pero al final del día, es posible que aún no te sientas muy libre. Si a las personas que sufren problemas del mundo reales como estrés, ansiedad, depresión, adicción a las drogas, relaciones rotas, y otras mil catástrofes humanas más, se les dice que "no se aferren a esas historias y simplemente sientan su libertad inherente" pueden parecerle como un juego mental increíblemente cínico. Puede hacerte sentir inadecuado o estúpido, y realmente no ayuda. Al igual que el dilema de la nueva era que dice a las víctimas de cáncer que es su propia culpa, y que sólo tienen que creer que están curados para efectuar una cura real (muchas gracias), los neo-advaitines a menudo dicen a las personas en situación de sufrimiento extremo que todo es culpa suya ― y no es raro ver que este mensaje oh-tan-útil se imparte con un aire de superioridad y suficiencia.

En una observación más profunda, si comienzas a hacer la (no-práctica) que el neo-advaita prescribe, es decir, darte cuenta de que tus pensamientos y sentimientos no son tus pensamientos y sentimientos, puede conducir a la disociación. Negar constantemente tu propio cuerpo y mente tiene un coste, y algunos en el camino no-dual se encuentran atrapados en la trampa de la falta de sentido durante muchos años, sin darse cuenta de que se han quedado sumidos en la identificación con este yo que "nada le importa".

El punto de vista advaita, aunque filosóficamente potente, no era tradicionalmente enseñado sin ir acompañado de prácticas. Por ejemplo, en el Soto Zen ―que al igual que la mayoría budista está filosóficamente de acuerdo sobre el despertar inherente en cada persona, llamado la Naturaleza de Buda― se anima a la gente a hacer una práctica conocida como "solo sentarse" (shikantaza). Solo sentarse es simplemente sentarse, una práctica que no es una práctica. Tradicionalmente sin embargo, un monje o monja podría hacer esta no-práctica durante decenas de miles de horas de su vida. Para ser una no-práctica, es una gran cantidad de práctica, y tiene un predecible y potente efecto de despertar.

Incluso el gran maestro de advaita, Ramana Maharshi, dio prácticas a sus estudiantes. Mientras hablaba acerca de que ya estamos iluminados, enseñaba a la gente a meditar, cantar mantras, hacer trabajo de respiración y otras prácticas con esfuerzo. Si lees las historias detalladas de sus mejores alumnos (puede hacerlo en los libros de David Godman, la serie llamada El Poder de la Presencia) que fueron personas muy respetadas y realizadas, dio a todos menos a uno prácticas que hacer. Y ellos las practicaban con todo su corazón, a veces durante décadas. Ramana, en otras palabras, comprendió la diferencia entre la filosofía del advaita y su práctica. (Irónicamente, fue alguien que se encontró sólo una vez con Ramana, llamado H. W. L. Poonja, quien dio origen a la escuela Americana radical advaita de la no-práctica. Este fue el estudiante a quien no dio prácticas).

Excepto en casos raros, es necesario que una persona haga prácticas de meditación para eliminar su ignorancia de su propio despertar. Posteriormente, desde su perspectiva iluminada, puede ver lo ridículo que era todo eso, pero nunca lo habría visto sin haber hecho estas prácticas "ridículas".

El mindfulness tiene mucho que ofrecer a un practicante no-dual. Por un lado, la práctica de la auto-indagación es un tipo de práctica mindfulness (de la atención). Al investigar la naturaleza del Sí-mismo (Self), uno se pregunta, "¿Quién soy yo" y la búsqueda de la respuesta a esa pregunta puede ser considerada como una especie de "mindfulness del Sí-mismo". La mayor parte de la práctica del mindfulness como se enseña en Estados Unidos se centra en las sensaciones corporales, pero no hay ninguna razón por la que un practicante no pueda utilizar el mismo tipo de enfoque en la sensación o sentido del yo y deconstruir ese sentido del yo en sus componentes. En una práctica más avanzada del mindfulness, esta es exactamente la cuestión.

¿Bloquea realmente el despertar la práctica del mindfulness?

Pero también el advaita tiene algo muy útil que contribuir al mindfulness, porque la crítica advaita del mindfulness es legítima e importante. Una vez más, es la idea de que el mindfulness fortalece el sentido de ser alguien (tú, el meditador) que hace algo (practicar meditación) ― un sentido que, a la larga, es todavía un ego. Debido a que los maestros del mindfulness muy a menudo hablan de la práctica como "llegar a ser un testigo de la experiencia", están realmente creando un refugio seguro para el ego, que puede evitar que la persona realice su despertar fundamental.

Sólo tienes que pasarte por algunas de las comunidades de mindfulness que llevan más tiempo para ver en acción el resultado de este paso en falso. Hay un gran número de practicantes que han estado haciendo diligentemente su meditación mindfulness desde hace décadas, y que parecen estar estancados en algún lugar determinado. Han conseguido algo a lo que agarrarse en la vida. Son muy buenos haciendo frente a las dificultades, y están mucho menos atrapados en la locura de su ego que la persona promedio de la calle. Todo lo cual es excelente. Pero más allá de esto, están en un callejón sin salida. Nada ha cambiado en su práctica durante años o incluso décadas. Parecen algo apagados o deprimidos. Pueden incluso negarse a reconocer que existe el verdadero despertar, y a considerar la iluminación como una mala palabra. (Hablar de ello no viene al caso.)

El diagnóstico es claro: han caído en la "Trampa del Observador". El pronóstico es bueno, si pueden aprender a meditar sobre el sentido del yo implicado en hacer la meditación en sí y luego deconstruir eso. Haciendo del propio meditador el objeto de meditación, pueden experimentar la disolución del ego meditador, y llegar al verdadero despertar. Es así de simple, pero puedes encontrar pocos maestros de mindfulness que sean conscientes de esta solución, o incluso del problema mismo.

A pesar de que no me gusta promover modelos de despertar de pasos-y-etapas (siempre son demasiado reductivos), creo que el mindfulness es un proceso de dos pasos. En primer lugar, te conviertes en el testigo de la experiencia. En segundo lugar, te das cuenta de que tú no eres ese testigo. Prácticamente la totalidad del mindfulness en Estados Unidos sólo enseña el paso uno. Aún así, incluso el paso uno es una gran mejora con respecto a no tener ningún paso en absoluto. Sin embargo, si estás atascado en tu práctica, y quieres experimentar algunos de los niveles más profundos del despertar, entonces tomar el segundo paso es crucial.

Hay varias maneras de tomar este paso. El método no-dual estándar es simplemente sentarse sin ningún propósito. Tenga en cuenta que esto no es "no meditación", es meditar con ninguna técnica. (La diferencia es crucial.) Otra técnica advaita que se aplica es la práctica de la auto-indagación, en la que buscas a la persona que está meditando. Sin embargo, el método que mejor se adapta a la práctica de mindfulness es un poco más esforzado. Se trata de la paciente deconstrucción del sentido del yo meditador. Darse cuenta de los pensamientos del meditador ("Esto va bien hoy". "¿Lo estoy haciendo bien?", etc.) y de los sentimientos del meditador (feliz de que todo vaya bien, frustrado de que no, etc.). Puede leer una descripción más detallada de la práctica aquí: Escapar de la trampa del observador.

Tenerlo Claro

Así que el punto de vista del mindfulness puede aportar algo útil al advaita, y el punto de vista advaita puede contribuir con algo útil al mindfulness. Al final, todas estas distinciones sólo importan si te ayudan a progresar en tu práctica de revelar tu verdadero despertar. Al no-dualista ― pregúntate si a lo mejor sólo te estás engañando midiendo tu grado de libertad que sientes cada día. Hay formas de ir más profundo sin quedarte atrapado en la comprensión, el esfuerzo y la comparación, y esas formas implican una práctica dedicada. Al practicante de mindfulness ― pregúntate si te has quedado estancado en tu práctica básicamente en el mismo lugar durante mucho tiempo. Hay formas de ir más profundo que implican la deconstrucción de tu propia práctica. En ambos casos es probable que te sientas incómodo al empujarte a ti mismo fuera de un lugar cómodo de descanso que has encontrado para acampar. La paz, la alegría y la libertad que encontrarás valdrá la pena todo el esfuerzo.