Ruta de Sección: Inicio > Artículos >Ensayos > Artículo

Artículos - Annette Nibley

Lo Que Nunca Cambia (2.0)

Por Annette Nibley
Annette Nibley

Comencé el sitio web What Never Changes (Lo Que Nunca Cambia) en 2006, y escribí sobre la no-dualidad, tal y como la entendía. Mis influencias fueron principalmente John Wheeler y otros discípulos de Bob Adamson. Alrededor de 2010 descubrí a James Swartz, un maestro del Vedanta tradicional. La estructura de esa enseñanza resultó ser un muy grato nuevo sabor en mi sopa espiritual, y desactivé mi sitio web mientras consideraba este nuevo enfoque (para mí) de las enseñanzas no-duales.

Durante varios años, gracias a James y al Vedanta, hubo una muy agradable y desapegada felicidad que estuvo casi siempre presente. Reactivé mi sitio web con mucha actividad y todo iba bien. Tuve la sensación de que estaba atrapada en un confortable callejón sin salida, pero no sabía qué hacer al respecto. Era consciente, en el fondo, que algo me "hacía falta" ― algo estaba yo rehuyendo.

Este es un escollo común dentro de la búsqueda espiritual. James Swartz llamó a este callejón sin salida "quedar atascado en sattva," o quedar fascinado con un pacífico y claro estado de ser energético, creyendo que ese estado es algo permanente. La vida es experimentada desde un punto de vista trascendente, y la paz depende de ello. Este es un lugar frágil para vivir ―uno deriva su felicidad a partir de la ausencia del "mundo". ¡Vaya, es tan fácil estar en paz sin el mundo! Pero es una trampa. Y lo más importante, tarde o temprano te atrapa.

Me atrapó. Me tiró de la nube y me hizo mirar alrededor, al mundo en el que vivo. Me invitó a reconciliarme con ese mundo, a encontrar una forma para ser lo que yo ya sabía que era ―Presencia, intocable― y también, al mismo tiempo, estar completamente abierta y vulnerable a cada partícula de este trágico y hermoso mundo aparente.

Este es el punto central de un mundo. Se supone que debemos sentir profundamente, preocuparnos por la gente, por el planeta. Se supone que debemos sumergirnos plenamente en él, ser afectados por él, porque allí es donde vive la Presencia. Nos vemos a nosotros mismos como Presencia a través de vernos en el mundo. Sea lo que sea que creamos que estamos buscando se encuentra AQUÍ MISMO, en medio de todo este desorden, justo en el centro. No hay ningún destino más allá de aquí donde encontramos la Presencia viviendo libre de y de alguna manera intocada por nada. La Presencia es/está aquí mismo ―como el mundo, como cada ser vivo― y es el único lugar que podemos conocer.

Intenté saltarme ese paso e ir directamente hacia la trascendencia. Funcionó por un tiempo. Pero no es posible estar en un cuerpo y querer dejarlo fuera de ti, de una forma u otra. Algo puede ocurrir que trastornará tu mundo, o viejos sentimientos desconocidos pueden comenzar a salir a la superficie. Pero eso es tan hermoso. Todo el dolor del que has estado tratando de esconderte durante tanto tiempo ha estado hambriento de ser visto, de ser escuchado. Tu dolor rechazado es tú ―una parte de ti que ha sido amputada y a la que se le ha quitado el derecho de hablar. Esa parte quiere sentir, quiere vivir.

Pero, ¿no es el mundo sólo una apariencia en mí, en la conciencia? Sí, pero, ¿cómo funciona esto en un sentido práctico? ¿Has tenido mucha suerte negando la existencia del mundo como algo de lo que formas parte? No, imposible, porque el mundo es la forma como eres algo. Sin un mundo, sigues existiendo, pero como algo que "tú" no puedes conocer. Claro, sólo existe el Ser Puro, pero trata de encontrarlo ― trata de conocerlo. ¡No puedes, aunque sea lo que eres! Es posible llegar hasta el borde mismo de "conocerse" como consciencia, pero no es posible cruzar esa línea del conocer. ¿Por qué? Porque no hay ningún yo más allá de la línea. No hay nadie allí que pueda conocer "Yo soy esto".

Pero la buena noticia es que nada de eso es necesario. Aquí está la Presencia, como yo, ahora mismo, como estas experiencias, estos sentimientos, este miedo, este cuerpo que envejece, estas visiones y sonidos y placeres sensoriales. No hay ningún punto final en lo que se refiere a conocerme a mí misma como Presencia, aquí en la variedad infinita de la expresión. No hay destino final. Esto es un viaje, y no hay nada en él que no sea ya absolutamente perfecto.

Pero no siempre vemos esa perfección. Incluso si tu fe es fuerte, la duda se cuela sigilosamente. Incluso el mismo Jesús tuvo esa duda en la cruz ― gritó preguntando si su Padre lo había abandonado. Así es como funciona la mente. Crea una sensación de separación, y eso es sumamente alienante y doloroso. Muchos de ustedes que han estado buscando en la no-dualidad por mucho tiempo siguen experimentando un gran dolor ― dolor emocional, dolor físico, incluso dolor espiritual. Déjenlo emerger. Dejen que hable. Quiere decirles algo importante.

Quiero hablarte de tu dolor. Quiero hablarte de los problemas de salud, y sobre la ansiedad y la depresión. Quiero hablarte sobre el terrible estado de nuestro mundo, y lo imposible que es hacer que tenga sentido ese sufrimiento.

Y quiero hablarte sobre la perfección de todo lo que sucede en cada momento, y de esa parte inquebrantable de ti que en silencio asiente en señal de aprobación, siempre, por debajo de toda agitación ― tu siempre presente Seidad que está tan enamorada de todo.

Voy a tratar de ofrecer algo útil aquí... Yo misma estoy comenzando a darle sentido. No estoy pretendiendo ser una experta en nada. Soy una estudiante ― todos somos estudiantes juntos.

Sé que no hay una sola respuesta, no hay ninguna fórmula, no hay un camino correcto, y no hay un destino final donde no seas tocado por el mundo. Se supone que seas tocado por el mundo. Esto es la Presencia. Tocándote como tu propia creación.