Sección Maestros y Autores

James Swartz nació en Butte, Montana en 1941. Creció en Lewiston, Idaho; a los 17 años, se marchó a una escuela de preparación militar en Minnesota. Pasó dos años en una universidad de artes liberales en Marinette, y luego asistió a la Universidad de California en Berkeley en 1963. Seis meses antes de la graduación se fue precipitadamente a Hawai para iniciar un negocio exitoso. Pero algo estaba terriblemente equivocado; a los 26 años se había "convertido en un alcohólico, era un fumador empedernido, adúltero y glotón y la vida en todos los aspectos no valía la pena vivir". Un día en la oficina de correos de Waikiki tuvo una epifanía que cambiaría su vida y que lo situó en el camino hacia la libertad.

James Swartz estudió con Swami Chinmayananda y enseña bastante de acuerdo con los principios tradicionales, siendo sincero en su postura en contra de los nuevos enfoques que intentan eludir los métodos probados. Desde la publicación de su excelente libro Cómo Alcanzar la Iluminación, su popularidad ha crecido considerablemente por derecho propio y está enseñando activamente en todo el mundo.

"Si se diera a conocer lo que realmente se necesita para la auto-realización, el mundo espiritual se reduciría al tamaño de un guisante de la noche a la mañana ... El que la persigue con verdadera devoción es como un salmón nadando contra corriente en el río poderoso de la vida."

Swami Chinmayananda era un hombre santo hindú muy famoso y muy respetado, que estudió durante años con Swami Sivananda en el río Ganges. Tan popular como Vivekananda, Chinmayananda atraía a miles de devotos en cada ciudad a la que viajó por todo el mundo. Fundó la Misión Chinmayananda, escribió docenas de composiciones sobre los Upanishads, los Brahma Sutras y el Bhagavad Gita.

El 29 de septiembre de 2011, James se casó con Isabella Viglietti, cuyo nombre espiritual es Sundari. Sundari es una palabra sánscrita que significa "la Belleza que hace que la belleza sea hermosa". Es un nombre para el Sí mismo porque la belleza que vemos con nuestros ojos y apreciamos con nuestras mentes es un pálido reflejo de la luz de la Conciencia, el Sí mismo.