Artículos - Roger Linden
La ilusión del yo personal
Por Roger LindenLa liberación es la realización de la realidad obvia aunque inimaginable de que la experiencia de la vida no incluye un yo personal. Lo que se supone que está en el corazón de toda experiencia, es decir, que yo tengo que estar ahí experimentándola, no es lo que está ocurriendo. No eres tú quien está experimentando la lectura de estas palabras, la experiencia es de ti leyendo. El sentido del yo es parte de la experiencia, parte de lo que está ocurriendo.
Los pensamientos, las emociones, un sentido de lo físico y especialmente las contracciones musculares apoyan la ilusión de que hay un yo personal, que se encuentra dentro de un cuerpo. Parece que estoy en mi cabeza mirando hacia fuera y experimentando la vida desde esta perspectiva. Esta es la experiencia de la aparente dualidad.
No hay ningún "yo" consciente de sí mismo y consciente de estar vivo y encarnado, que toma decisiones y emprende acciones. Sólo hay consciencia, ser, estado despierto, el Ser impersonal. Es espaciosidad lúcida atemporal, silenciosa. No soy yo el que está despierto y consciente de mi experiencia. Es la consciencia en la que el sentido de yo y mi experiencia aparecen. Yo y lo que percibo es la experiencia familiar de la vida. O parece ser. Pero no hay un yo, sólo Yo, la consciencia, en la que aparece el sentido de yo y mi experiencia.
La búsqueda es impulsada por un sentimiento de insuficiencia, de algo que falta, un anhelo de sentirnos a gusto y en casa dentro de nosotros mismos. Encontrar un sentido, un significado y un propósito sin duda puede parecer de ayuda, al igual que hacer prácticas como la meditación. Sin embargo, a pesar de sus muchos beneficios, no satisfacen plenamente. Esto se debe a que no pueden alterar o eliminar la suposición convincente de que hay un yo que las experimenta.
La liberación es la evaporación completa y permanente de cualquier sentido de un yo separado. No es una apreciación intelectual o una percepción intuitiva de la naturaleza de la realidad. Es como la rotura de un sello de vacío o el estallido de una burbuja. Es el final de la búsqueda y la comprensión de que sólo hay totalidad. Lo que queda es la consciencia silenciosa, espaciosidad despierta, dentro de la cual aparece la maravillosa y translúcida inmediatez de la vida. Y la experiencia es pacífica y tierna alegría, es amor.