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Artículos - Francis Lucille

Introducción al Advaita

Por Francis Lucille
Oceano

En los encuentros con Francis Lucille el único sujeto es la Conciencia, nuestra verdadera naturaleza, lo Absoluto. Esta es la antigua enseñanza de la no-dualidad, el tronco común del Advaita Vedanta, el Budismo, el Chan, el Zen, Taoísmo y Sufismo. Es en este tronco común en donde se encuentra el corazón del mensaje que han dejado los fundadores de todas las grandes religiones.

Mediante las palabras que vienen del silencio y su presencia afectuosa, serena y abierta, Francis nos lleva a la comprensión de aquello que somos, la conciencia pura, intemporal, que se encuentra como trasfondo y entre las actividades mentales.


Advaita es una palabra del sánscrito que significa "no dos". Sinónimo de Advaita es no-dualidad. Advaita no es una filosofía ni una religión. No-dualidad es una experiencia en la que no existe separación entre sujeto y objeto, un "yo" y el resto del universo, un "yo" y Dios. Es la experiencia de la conciencia, nuestra verdadera naturaleza, que se manifiesta como felicidad, amor y belleza absolutos. La conciencia se define como "eso", sea lo que sea, que percibe estas palabras aquí, en este momento.

Un sabio es aquel que, conscientemente, vive como conciencia. Dado que la conciencia es impersonal y universal, realmente sólo existe un sabio, mas allá de las aparentes distinciones de raza, género, edad, etc. Un sabio no es necesariamente un guía espiritual y un guía espiritual no es necesariamente un sabio. Ramana Maharshi, Krishna Menon y Jean Klein fueron sabios que enseñaron durante el siglo 20. Ramana Maharshi utilizaba el método de la "investigación del yo" con sus discípulos menos avanzados. El estudiante que practica la investigación del yo, mantiene su atención enfocada en el origen del "pensamiento-yo" o el "sentimiento-yo" cada vez que surgen. Una vez que la iluminación ha tenido lugar, la investigación del yo continúa sin esfuerzo. Al final de cada pensamiento o sentimiento la atención vuelve espontáneamente hacia su fuente y no hay necesidad de continuar enfocando la atención. Los estudiantes más avanzados pueden ser llevados directamente a la experiencia de su verdadera naturaleza escuchando la verdad de labios del gurú y/o por medio de su presencia silenciosa. Esta es la llamada vía directa, la vía utilizada entre otros por Ramana Maharshi, Krishna Menon and Jean Klein. El proceso de realización del yo continúa espontáneamente hasta que el cuerpo-mente-mundo mora de forma estable en paz y felicidad. Todo lo que se pueda decir acerca de esta experiencia de no-dualidad es, en el mejor de los casos, una burda aproximación a nivel conceptual, una mera indicación. El Budismo Zen usa la metáfora de un dedo señalando a la luna: aunque el dedo apunta a la luna, dedo y luna pertenecen a dos mundos distintos.

El Advaita trasciende todas las religiones, filosofías y nacionalidades. No divide sino que une. Los fanáticos de las diferentes religiones nunca pueden ponerse de acuerdo en sus conceptos acerca de Dios, pero los sabios de diferentes orígenes nunca podrán estar en desacuerdo respecto a su común experiencia de no-dualidad. Los fundadores de todas las grandes religiones han sido sabios. La no-dualidad es el núcleo del Hinduismo, Sufismo, Budismo Zen, Shivaismo de Cachemira y las enseñanzas de Cristo.

Hinduismo: "Lo que no es (los objetos como separados del Ser) nunca pueden llegar a ser, y lo que es (el Ser) nunca deja de Ser" (BaghavadGita).

Hinduismo, Shivaismo de Cachemira: "! Lo extraordinario de esta ilusión es que aunque se expresa como algo multiple, no es otra cosa que la Conciencia-sin-segundo. !Oh!, todo es esencia pura consciente de si misma" (Abhinavagupta).

Sufismo: "No hay nada si no Dios".

Budismo Zen: "Pregunta: ¿Cuando un sonido cesa, la Consciencia cesa?. Respuesta: La Consciencia nunca cesa" (HuiHai).

Hinduismo, Shivaismo de Cachemira: "El universo se despierta cuando Tu despiertas, y se desvanece cuando Te retiras. Por tanto la totalidad de la existencia y no-existencia son una Contigo" (Abhinavagupta).

Cristianismo: "Jesús dijo: 'Yo' es la luz ( de la Consciencia) que brilla sobre todas las cosas. 'Yo' es el Todo de donde todo se origina y adonde todo regresa" (Tomás,186).

La iluminación: es el reconocimiento repentino de que la no-dualidad es, siempre ha sido, y siempre será, la verdadera realidad de nuestra experiencia. La dualidad es una ilusión. La conciencia no es privada y personal, si no impersonal, universal y eterna. No existe una entidad personal limitada, un ego consciente. El ego es un objeto percibido, y no la Conciencia que está percibiéndolo todo.

La realización del yo, es la estabilización subsiguiente en la paz, felicidad y libertad de nuestro estado natural. El mundo, visto en la luz de la consciencia impersonal, se revela como lo que es, un milagro permanente, el espectáculo divino que festeja su fuente invisible.

Un guru vivo, (un guía espiritual) es necesario en la mayoría de los casos, para facilitar la iluminación y la realización del yo. Aunque el karana guru (el guru cuyo papel es el de ayudar al discípulo a través de las últimas etapas de la realización) se le presenta al discípulo como si fuese un ser humano separado, en realidad él sabe que está establecido como consciencia universal. El ve al discípulo como a su propio Yo. Cuando la Consciencia en el discípulo es reconocida por lo que verdaderamente es, entra en resonancia con la presencia silenciosa del guru. Entonces, la mente del discípulo se vuelve silenciosa de una forma gradual y misteriosa, bien mediante palabras o sin ellas, hasta que el estudiante experimenta un vislumbre del bienestar sin causa de su estado natural. Florece una relación de amistad, amor y libertad que lleva al discípulo a la estabilización espontánea en la paz y felicidad.

Un verdadero karana guru no se considera a si mismo ni superior ni inferior. Tampoco se ve como sabio o guía espiritual, ni a los demás como ignorantes o discipulos. Esta actitud impersonal crea un inconfundible perfume de amistad y libertad, que es un prerrequisito para el éxito de las etapas finales de la realizacion del Ser.