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Artículos - Rupert Spira

Rupert Spira

La esencia de la no-dualidad

1. Introducción a la no-dualidad

Por Rupert Spira

La comprensión no-dual aborda dos cuestiones esenciales: una, «¿Cómo podemos liberarnos del sufrimiento y encontrar la paz y la felicidad duraderas que todas las personas anhelan por encima de todo?», y dos, «¿Cuál es la naturaleza de la realidad?».

En relación con la primera pregunta, el enfoque no-dual sugiere que la felicidad es nuestra naturaleza esencial, o simplemente que somos la felicidad misma. Podríamos preguntarnos entonces, si la felicidad es nuestra naturaleza esencial, ¿por qué no la experimentamos todo el tiempo? Y la razón es sencillamente ésta: aunque todas las personas tienen la sensación de ser o de conocerse a sí mismas, no todas las personas se conocen a sí mismas con claridad. Es esta ausencia de autoconocimiento claro la responsable del sentimiento de carencia que acompaña la vida de la mayoría de las personas y que las lleva a buscar la plenitud en objetos, sustancias, actividades, estados mentales y relaciones.

Si estás leyendo este artículo, lo más probable es que la búsqueda de la felicidad en la experiencia objetiva te haya fallado tantas veces como para hacerte dudar de que alguna vez pueda encontrarse realmente en ella. La comprensión no-dual sugiere que no. De hecho, sugiere que para encontrar la paz y la felicidad duraderas hay que conocer la naturaleza de uno mismo tal y como es en esencia. Como tal, se considera que el autoconocimiento no es sólo el medio para encontrar la paz y la felicidad, sino la experiencia misma de la felicidad. Por este motivo, la enseñanza no-dual comienza con una investigación sobre la naturaleza esencial de nuestro ser. [En la segunda parte de este artículo encontrará una «Introducción a la auto-indagación»].

Este claro conocimiento de uno mismo es también la base del segundo aspecto de la comprensión no-dual, a saber, el reconocimiento de que la realidad es un todo infinito e indivisible, hecho de pura consciencia, del que todos los objetos y seres separados toman prestada su existencia aparentemente independiente. Para saber qué es realmente cualquier cosa, es decir, qué es la realidad, la mente debe conocer primero su propia naturaleza esencial. Por lo tanto, la investigación de la naturaleza de la mente debe ser el esfuerzo más elevado en el que cualquier mente pueda embarcarse, y el conocimiento de su esencia o naturaleza, el conocimiento más elevado.

Así pues, tanto si abordamos la no-dualidad como un medio para encontrar la paz y la felicidad duraderas o, más filosóficamente, como una respuesta a la pregunta última sobre la naturaleza de la realidad, comenzamos con una investigación sobre la naturaleza de nuestro ser. Esta comprensión se encuentra en el corazón de todas las grandes tradiciones religiosas y espirituales, y se expresa en el lenguaje particular de la época y el lugar en que surgió. Por ejemplo, en el cristianismo se dice: «Yo y mi Padre somos uno». Es decir, que la esencia de nuestro ser y la realidad última del universo son la misma.

En la tradición sufí, «Quien se conoce a sí mismo conoce a su Señor». Es decir, quien conoce la naturaleza esencial de sí mismo conoce la realidad última del universo. Y en el budismo, «Samsara y Nirvana son uno», lo que significa que la naturaleza del mundo y la esencia de la mente son idénticas. De hecho, las palabras «Conócete a ti mismo», esculpidas sobre la entrada del templo de Apolo en Delfos, indican que en la base misma de la civilización occidental se encuentra la comprensión no-dual de que el conocimiento de uno mismo no sólo es el medio por el que se puede encontrar la paz y la felicidad duraderas dentro de un individuo, sino que también es la base de la paz entre individuos, comunidades y naciones, y debe, como tal, ser el fundamento de cualquier sociedad verdaderamente civilizada.