Artículos - Philip C. Lucas
Gurús neo-advaitas y sus detractores
Por Phillip Charles Lucas The Mountain PathIntroducción
La profusión de maestros y organizaciones Neo-Advaitas durante los últimos veinticinco años es un fenómeno en investigación dentro del ámbito más amplio del estudio de las religiones en Norte América. Estos maestros/organizaciones sumaban alrededor de 200 a Diciembre de 2010, basado en un cuidadoso rastreo de fuentes de Internet y en diversas publicaciones impresas (1). Algunos comentaristas han utilizado el término Neo-Advaita de modo peyorativo, si bien sirve como una forma útil de designarlo, para definir a los maestros y organizaciones que reclaman una conexión espiritual con (o al menos con uno) tres gurús Advaitas del S. XX, a saber, Sri Ramana Maharshi (1879-1950), Nisargadatta Maharaj (1897-1981) y/o H.W.L. Poonja, conocido como Papaji, (1913-1997). Estos tres maestros espirituales no son sólo fuentes de la enseñanza Neo-Advaita sino que también son la línea de transmisión más significativa del núcleo de enseñanza del no-dualismo. La denominación indica también que la articulación de la espiritualidad Advaita en estos maestros/grupos parte de modo significativo del Vedanta Advaita tradicional tal y como se ha practicado en India. (2)
La creciente popularidad e influencia de lo Neo-Advaita no ha llegado sin controversia. Un pequeño pero influyente grupo de críticos (la mayor parte de Estados Unidos, India y Gran Bretaña) han lanzado una crítica de gran calado de la enseñanza y maestros Neo-Advaitas durante los últimos quince años. Las críticas se alinean con una articulación y práctica del Advaita Vedanta más tradicionales y citan a menudo como ejemplos de verdaderos sabios realizados a figuras tan reverenciadas como Adi Sankara, Vasishtha, Sri Ramakrishna, Sri Ramana Maharshi, Siddharameshvar Maharaj y Nisargadatta Maharaj.
Este artículo intenta identificar los temas principales y el fundamento de estas críticas, que pueden ser determinadas a lo largo de cinco trayectorias temáticas principales. El primero de estos temas se centra en la negación que de la sadhana, o esfuerzo espiritual en el proceso de realización del Ser, alegan los maestros Neo-Advaitas. Los críticos afirman que en el Advaita es esencial un período de prueba con un método de purificación/preparación mental y que esta purificación/preparación es incremental y requiere un esfuerzo disciplinado durante un período de tiempo sostenido. El segundo tema se deduce del primero e implica la acusación de los críticos de que los Neo-Advaitas ignoran la necesidad de un desarrollo moral como prerequisito de una auténtica realización espiritual. Los críticos afirman que una sadhana eficaz incluye el desarrollo de virtudes específicas y alegan que muchos gurús Neo-Advaitas no hacen, en su enseñanzas, la suficiente referencia a estas virtudes.
Un tercer tema critica a los Neo-Advaitas por su falta de base en los textos, lenguajes y tradiciones Advaitas. Estos críticos ven esta base como algo esencial para que cualquier maestro sea un agente eficiente del despertar Advaita. Relacionada con esta crítica es la acusación de que demasiados gurús Neo-Advaitas comienzan a enseñar tras haber transcurrido un corto período de tiempo desde sus primeras experiencias de "despertar" y de ese modo carecen de la necesaria "madurez" para instruir a otros de un modo auténtico. Los críticos afirman que los auténticos gurús Advaitas deben estar bien establecidos en el estado de sahaja-samadhi y tener las aptitudes necesarias para una enseñanza eficaz.
Un cuarto tema de los críticos se enfoca en el formato satsang y en la poca profundidad de los buscadores que asisten a estos acontecimientos. Los críticos ven estos satsang como limitados, efímeros y en última instancia de poco valor para los asistentes. Alegan que los estudiantes Neo-Advaitas evitan una asistencia regular en la ardua tarea de transcender el ego y buscan una "iluminación instantánea" que eluda los pasos esenciales en el desarrollo espiritual. Los críticos cuestionan si los buscadores están más interesados con la adquisición de poderes psicológicos, auto-ayuda y en la experiencia espiritual de la comunidad que en la verdadera liberación Advaita.
Un quinto y último tema de los críticos consiste en la acusación de que los Neo-Advaitas no distinguen entre los niveles absoluto y relativo de la conciencia y de ese modo tienden a devaluar una vida de práctica espiritual comprometida y un desarrollo equilibrado de las dimensiones física, emocional, psicológica y espiritual del ser. Al colocar todo el énfasis en el estado más avanzado de la realización espiritual, los maestros y estudiantes Neo-Advaitas son considerados por sus críticos como propensos a la "pre-transcendencia", la ingenua suposición de la liberación espiritual final y un prematuro resultado de des-personalización y de desconexión con la vida diaria.
Se podría discutir que cada uno de estos temas resuenan entre sí y que los cinco podrían reducirse sobre todo a una crítica: los gurús Neo-Advaitas eliminan aspectos esenciales del sistema Advaita, dejando una pseudo-espiritualidad que es inefectiva para la ardua tarea de lograr moksha, la liberación espiritual final. No obstante, un enfoque secuencial sobre cada uno de estos sub-temas ayudará a desvelar mejor la profundidad y amplitud de las críticas que realizan sus oponentes Advaitas al Neo-Advaita.
Negación de la sadhana
El primero de estos temas se centra en la negación que de la sadhana, o esfuerzo espiritual para obtener la liberación espiritual, realizan los maestros Neo-Advaitas. Desde la perspectiva de sus críticos, los maestros Neo-Advaitas sostienen erróneamente que la enseñanza fundamental del Advaita de la verdad no-dual ha sido enterrada bajo una capa de mitos, prácticas y símbolos, que están culturalmente envueltos y que en su mentalidad son dualistas. Estos maestros Neo-Advaitas, se afirma, aseguran que la realización del Único Ser Absoluto se puede lograr instantáneamente mediante su versión del satsang, una íntima, si bien pública, discusión entre los estudiantes y su maestro. Por ello los estudiantes no necesitan aprender términos extranjeros, ni los abstrusos textos principales, ni involucrarse en preparaciones mentales para "obtenerlo". De hecho, la elaborada metodología de la sadhana Advaita tradicional se considera como hostil a la realización espiritual ya que fomenta la ilusión de que hay "alguien" que consigue en un "futuro" el estado de iluminación. La iluminación total está aquí y ahora, si uno simplemente realiza la verdad final del Advaita de que atman (el ser espiritual) no es otro que Brahman (la Realidad Absoluta). (3)
Los Advaitas tradicionales desautorizan estas afirmaciones y enfatizan la necesidad de una sadhana sostenida a lo largo de la vida de acuerdo a las enseñanzas de Adi Sankara, Sri Ramana Maharshi y otros sabios Advaitas. Un aspecto esencial de esta sadhana es la preparación mental, que implica desarrollar hábitos relacionados con el discernimiento (aprender a discernir lo que es Real de lo aparente), el desapego (liberarse del apego al mundo de las formas), tranquilidad de mente y un profundo deseo de liberación. Tan solo después de que esta preparación está en un buen curso puede dedicarse la mente del estudiante con provecho a la enseñanza Advaita avanzada.
El escritor Advaita Dennis Waite critica específicamente a los Neo-Advaitas Tony Parsons y John Wheeler por sus afirmaciones de que los esfuerzos, doctrinas y sistemas espirituales progresivos tan solo sirven para perpetuar la ilusión de auto-identidad separada. Rebate que la práctica en su sentido Advaita tradicional es una preparación mental que disuelve las tendencias condicionadas innatas para que el conocimiento del Ser pueda emerger de modo natural. Waite cita a Sri Ramana Maharshi, quien observa, "la realización del Ser no admite de progresos, es siempre la misma. El Ser permanece siempre en realización. Los obstáculos son los pensamientos. El progreso se mide por el grado en que se han eliminado los obstáculos para entender que el Ser está siempre realizado" (4). Dicho de otra forma, la sadhana y el progreso se refieren al grado en el que las confusiones y las falsas percepciones han sido eliminadas de la mente del estudiante, no al Ser tal como es.
Los métodos Advaitas de realización del Ser, según los críticos del Neo-Advaita, han sido verificados a través de la práctica durante muchos siglos. Por ello no es necesario que estos métodos cambien al cambiar las modas y condiciones. (5)
El Advaita Timothy Conway sostiene que los Neo-Advaitas "suspenden la búsqueda" prematuramente, evitando el esfuerzo o práctica y sustituyendo el conocimiento cognitivo por la realización auténtica del Ser. Como consecuencia, se confunden respecto a la verdadera naturaleza del Ser y se enredan profundamente en los hábitos kármicos del apego y la aversión. Como observa, "Tener simplemente "la Comprensión" de que "sólo el Ser es Real" o de que "la Conciencia es todo lo que hay" y pensar que no hay nada más espiritual que esta comprensión conceptual y su correspondiente zombificación de la "mente en blanco" no es suficiente para el auténtico despertar... Uno debe estar perfectamente liberado en o como esta Verdad, sobre los niveles afectivos y de comportamiento-motivación, es decir, totalmente establecido en la verdadera libertad del apego a los samskaras/vasanas (tendencias inherentes)". (6)
Necesidad de un desarrollo moral
El segundo tema crítico aduce que los Neo-Advaitas ignoran la necesidad de un desarrollo moral como prerrequisito para una auténtica realización espiritual. Los críticos Advaitas afirman que una sadhana eficaz incluye el desarrollo de las virtudes Védicas tradicionales como son la fe, la devoción y la perseverancia y alegan que muchos gurús Neo-Advaitas no sólo carecen de estas virtudes sino que también fracasan en enfatizar su importancia en sus discursos sobre la enseñanza. Algunos críticos articulan este desarrollo de las virtudes bajo la práctica Vedántica tradicional del Vaidika Dharma. Son reglas de conducta que gobiernan el comportamiento humano de acuerdo a un sistema de deberes hacia la sociedad, los dioses y hacia la propia familia. Cuando una persona sacrifica los deseos personales para servir a lo Divino y a los demás, observan los críticos, la producción de vasanas no encadena y por ello ya no es un impedimento para la realización del Ser. (7)
En respuesta al mantra Neo-Adavita de que "no hay nada que hacer", de que "realmente nada existe" y de que "todo es simplemente una ilusión", los críticos Advaitas citan la larga tradición de la enseñanza del Vedanta respecto a los requisitos para una auténtica auto-indagación. Incluido en estos requisitos se encuentra el samadhi-satkasampatti, un grupo de seis virtudes que dan lugar a la pureza mental y cualifican al estudiante para escuchar y entender las verdades Upanisádicas avanzadas. Como expresó Swami Dayananda del Arsha Vidya Peetha, incluyen el contentamiento o serenidad (sama), la auto-disciplina y sobriedad (dama), el desapego del deseo a lo propio o posesiones materiales (uparama), la capacidad de soportar las pequeñas dificultades con paciencia (titiksa), la fe en el propio maestro y en las palabras del Vedanta para obtener el verdadero conocimiento (sraddha) y el poder de concentración interior para que lamente pueda llegar a absorberse en el Ser (samadhanam) (8). Swami Viditatmananda subraya la urgente necesidad de fomentar una mente pura y ordenada, libre de gustos y disgustos, lujuria, ira y avaricia. Estas distracciones o nube de "enemigos" de la mente, la hacen poco receptiva al conocimiento trascendente. También perpetúan los patrones de conducta incorrectos y carentes de mérito que conducen a una vida sin armonía con el orden cósmico (9). La enseñanza sobre el desarrollo de estas virtudes es una acuciante falta en los satsangs Neo-Advaitas, según sus críticos, y esta falta de atención a la necesidad de cultivar estas virtudes y de una vida ética elude un paso esencial en el proceso de la auto-realización. (10)
El progreso en el desarrollo de estas virtudes ha sido visto tradicionalmente como un requisito previo para la madurez necesaria para "escuchar" la enseñanza Advaita más elevada. Por ello una enseñanza en la que no haya ningún requisito previo para la indagación del Ser, en la que la práctica pueda ser emprendida por cualquiera, independientemente de su estilo de vida o cualificaciones, y en la que tan solo se requiera un pequeño cambio de comportamiento personal ― aunque puede apelar a las actitudes libertarias, igualitarias y democráticas de los Norteamericanos ― es contraproducente de acuerdo a los críticos del Neo-Advaita. El escritor Advaita David Frawley reitera este aspecto y afirma que la tradición Advaita es inflexible respecto a las prácticas de ascetismo y purificación moral, las cuales no poseen ningún atractivo para los asistentes occidentales a seminarios de iluminación de fin de semana. (11)
Falta de base en las enseñanzas Vedanta y prematuro status del gurú
Un tercer tema critica a los maestros Neo-Advaita por su falta de base en los textos, tradiciones y lenguaje Vedanta y en su prematura asunción del papel de gurú. Los críticos ven esta base como esencial para cualquier maestro que vaya a ser un efectivo agente del despertar Advaita. Sin ello, sostienen, el sistema Advaita de realización del Ser se diluye, los términos sánscritos clave son malinterpretados y la enseñanza Neo-Advaita se vuelve poco más que un masaje psicológico para Norteamericanos estresados.
Dennis Waite insiste en que la formación sánscrita es altamente deseable ya que a menudo no hay palabras que traduzcan adecuadamente los términos sánscritos. Incluso en casos donde se puede encontrar una palabra relativamente precisa en inglés, es probable que no conlleve los matices sutiles de un término sánscrito. El uso de una palabra común en inglés, sostiene, también hace menos probable que se examine minuciosamente el concepto al que se refiere. Es una tradición en el Vedanta que durante la primera etapa de la vida (brahmacarya), los estudiantes se conviertan en expertos en sánscrito y que después se dediquen con su gurú a un amplio estudio de los textos Védicos, incluidas las Upanishads. (12)
Algunos críticos cuestionan a los maestros independientes Neo-Advaitas por permanecer fuera de la antigua tradición de enseñanza Advaita. Sostienen que en los sampradayas de India ha sobrevivido la verdadera comprensión de esta tradición y de cómo comunicarla en los diferentes contextos cambiantes; además, estos linajes tradicionales de gurús han protegido las enseñanzas de innovadores que creen que es necesario "hacerlos agradables para el público moderno u ocultarlos para los aspirantes cualificados". (13)
Para estos críticos, el genio de la tradición Vedanta es que alcanza a la humanidad donde vive, en el sueño de la dualidad y proporciona un plan y herramientas eficaces, incluyendo enseñanzas sobre las cuestiones más importantes como la naturaleza de la mente, el cosmos y el Ser. (14)
Deficiencias del formato del satsang
Un cuarto tema de las críticas se centra en las deficiencias del formato del "satsang". El modelo habitual de los satsangs Neo-Advaitas comienza con un período de reflexión tranquila, seguido de preguntas y respuestas de los asistentes. Los asistentes se acercan al maestro, que a menudo se sienta sobre un escenario o plataforma elevada. Hablan sobre los cambios en su vida espiritual, hacen preguntas y, a continuación, entablan un diálogo íntimo con el maestro. Dada la conexión de Osho-Poonja, parece probable que este método se originó en la enseñanza a base de diálogos que eran comunes en la comunidad de Osho. El método es adecuado para los buscadores de Norte América condicionados por el enfoque confesional público basado en las entrevistas diarias como las de Oprah y el Dr. Phil y que esperan una atención personal o "terapia" de sus maestros espirituales (15). Como dijo un crítico del maestro Neo-Advaita Adyashanti, "su [satsang] diálogo... se manifiesta como una especie de modalidad de crecimiento personal New-Age con una construcción filosófica no-dualista superpuesta. Es en realidad una reminiscencia de la Gestalt" (16). Algunas de estas críticas también cuestionan las motivaciones básicas de los asistentes y alegan que muchos de ellos simplemente buscan poderes, "autoayuda" y una experiencia efímera de comunidad espiritual, en lugar de asistencia en la ardua tarea de trascender el ego.
El escritor Advaita Sadhu Tanmaya Chaitanya ve la experiencia del satsang como condenada al fracaso porque elude la etapa de preparación necesaria para purificar la mente. En su opinión, los "autoproclamados salvadores" del Neo-Advaita afirman que en sus satsangs pueden transmitir su realización a los asistentes, pero en realidad tan solo comunican ideas intelectuales que no hacen nada para quemar la identificación del ego con el cuerpo y con sus deseos. Al menospreciar el poder de la sadhana consciente afirmando que no se debe hacer nada, de que "la iluminación tiene que suceder por sí misma", adormecen a la "galería" en una falsa sensación de bienestar. Al final, los asistentes se alejan con la convicción de que sus valores, actitudes y estilo de vida actuales están bien como están y que nada de lo que pueden "hacer" puede acelerar su despertar. Finaliza advirtiendo a sus lectores de que "las parodias del "moderno"Advaita" se basan en una lógica falaz que aprueba una vida de auto-indulgencia. Los satsatsangnca mencionan las palabras devoción, entrega, renuncia y perseverancia. Por el contrario, "se habla de comprensión, pero nunca de "auto-realización", en la que se erradique la falsa identificación con el cuerpo. Los asistentes vuelven a sus habituales vidas de placeres sensoriales y egocéntricos luchando con la certeza en el conocimiento de que ellos "lo han conseguido" ". (17)
Otro crítico, Durga, resume la opinión general del punto de vista Advaita sobre los asistentes al satssatsang su experiencia, muchos de los buscadores estaban confusos sobre qué esperar de los satssatsang en su mayoría estaban interesados en encontrar nuevos amigos, un sentido de comunidad espiritual y unos momentos de epifanía, que eran interpretados como "destellos del Ser" (con la ayuda del contexto en su conjunto). Los asistentes se involucraban en un modelo de saltar de un maestro Neo-Advaita a otro, comparar notas con otros asistentes sobre lo que habían experimentado en cada uno de los satsangs e intentar colocar el conjunto de enseñanzas y experiencias en un marco coherente de entendimiento espiritual. Durga cuestiona si los asistentes están recibiendo algo que contenga un valor duradero, dado que el modelo común de las respuestas de los gurús Neo-Advaitas es improvisado, idiosincrático y sin ninguna reflexión previa. Se queja de que no se de ninguna descripción de los principios y métodos básicos Advaitas. Los libros y cintas publicados por estos maestros no ayudan, ya que normalmente son simplemente transcripciones y grabaciones de los acontecimientos del ssatsang (18)
Alan Jacobs reconoce, a diferencia de muchos críticos, que los satsangs Neo-Advaita pueden al menos introducir a los asistentes a la auténtica enseñanza Advaita. La asistencia a los satsangs, defectuosos como son, "socavan el 'fantasma del ego', intelectualmente al menos". A lo mejor, sostiene, puede lograrse una rendición parcial del ego, pero sin el pleno componente devocional que conduce a "la entrega total cuando la oclusión mental es absorbida en el Corazón". Observa que muchos de los asistentes, tras un período de persecución del último y más reciente maestro Neo-Advaita, comienzan a investigar seriamente las enseñanzas Advaitas tradicionales de sabios como Ramana Maharshi. Espera que el movimiento Neo-Advaita continue, como un "válido, aunque imperfecto peldaño", que involucre a los buscadores en la auténticar ed del despertar Advaita. (19)
Pre-transcendencia, des-personalización y confusión
Un quinto y último tema de los críticos es la acusación de que los Neo-Advaitas no hacen ninguna concesión a la distinción Advaita entre los niveles de conciencia absoluto y relativo. Como resultado supuestamente tienden a devaluar una vida comprometida de práctica espiritual y el desarrollo equilibrado de las propias dimensiones físicas, emocionales, psicológicas y espirituales. Al poner todo su énfasis en el estado más avanzado de realización espiritual, los estudiantes y maestros Neo-Advaitas son considerados por sus críticos como propensos a caer presa de la "pre-transcendencia", la suposición engañosa (y prematura) de la liberación espiritual final que conduce a la des-personalización y retirada de la vida ordinaria.
La posición Neo-Advaita, según críticos como Waite, ignora la enseñanza Advaita sobre la realidad absoluta y la aparente, la realidad cotidiana. Los Neo-Advaitas, alega Waite, sólo reconocen la realidad absoluta y no se ocupan lo suficiente de la realidad aparente. Por lo tanto, niegan que exista un buscador, un buscar y la búsqueda de algo. Pero desde el punto de vista del buscador, sostiene Waite, la realidad aparente es bastante real, al igual que en el sueño lo es para el soñador. Así que hay una identificación con la forma mente-cuerpo, el sufrimiento, la búsqueda de la iluminación y un mundo objetivo muy convincente para la mayoría de los buscadores. Fingir que este no es el caso no ayuda a aquellos cuya experiencia instante a instante está profundamente condicionada por esta identificación.
En el Advaita tradicional el mundo fenomenal (vyavahara) de objetos y personas tiene una realidad relativa. Los Neo-Advaitas cometen un grave error a los ojos de sus críticos, por lo tanto, cuando niegan la existencia de este nivel fenomenal, insistiendo en que tan solo existe la realidad absoluta. La fuerte ilusión de existencia relativa requiere denodados esfuerzos para erradicarla y el Advaita proporciona una lógica indiscutible y diversos métodos sutiles para reducir el asidero del limitado ego. Cuando los estudiantes con mentes no preparadas están obligados a aceptar la Verdad Absoluta ― por ejemplo afirmando que en realidad no hay ningún buscador, ni hacedor, ni camino, "¡esto es ello!"― se quedan, según Waite, en un estado de disonancia cognitiva. Al mismo tiempo al aceptar que el ego y el mundo de las formas son una ilusión, que sólo Brahman es Real, persiste la convicción de que son el organismo cuerpo-mente y de que existen como egos separados y diferenciados. Es de poca utilidad negar la existencia de una realidad en la que la mayoría de la gente está atrapada, afirmando que es el resultado de la ignorancia y de que es "parte de la historia". Mucho mejor, mantiene Waite, esp roporcionar los medios, métodos y prácticas que puedan disipar la ignorancia a través del conocimiento, como sucede en el Advaita tradicional. Por otra parte, los buscadores se quedan en la posición del estudiante de matemáticas principiante que insiste en aprender la mecánica cuántica antes de dominar la aritmética elemental. (20)
Timothy Conway cree que el malentendido Neo-Advaita de los niveles relativo y absoluto del Advaita conduce a insuficientes esfuerzos para superar las vasanas y a continuar renaciendo y sufriendo en el nivel relativo de la experiencia empírica. Además, la compulsión a centrarse exclusivamente en el nivel absoluto de la realidad descuida a "los múltiples mundos y seres emanados del Ser-Dios para el Divino lila o juego". Como resultado la tendencia a devaluar las relaciones humanas puede conducir a un estado de des-personalización, "un síndrome caracterizado por una fuerte y patológica disociación y desapego, apatía y pérdida de empatía. La básica humanidad, calidez y tierno amor desaparecen dando preferencia a un comportamiento frío, robótico". Este estado de pre-transcendencia, afirma Conway, deshonra el significado de la expresión Divina como personas humanas únicas y hermosas. (21)
Conway también afirma que la negación del Neo-Advaita del nivel relativo de experiencia ordinaria puede conducir a una indiferencia hacia lo que él llama "espiritualidad comprometida", la contundente orientación hacia la injusticia económica, ambiental, de género, racial y política en el mundo. Ya que desde el nivel Absoluto de la realidad tales injusticias son simplemente maya (ilusión) o samsara (el ciclo interminable de sufrimiento terrenal), los Neo-Advaitas pueden llegar a ver la acción política en el mundo como absurda y no valorar el problema. Para Conway, la auténtica espiritualidad requiere desapego del mundo y al mismo tiempo un compromiso paradójicamente compasivo con el mundo relativo de los seres sensibles atrapados en las redes del sufrimiento. Cita el ejemplo de Ramana Maharshi, quien leía los periódicos todos los días cuidadosamente y escuchaba la radio, además de tener un genuino interés en el bienestar de las personas, la sociedad y el Reino animal. (22)
Conclusión
Como conclusión, debe reconocerse que no es la primera vez en la historia religiosa que nuevas versiones de una tradición más antigua ha causado consternación y críticas de los defensores de la ortodoxia. El desmontaje de Gautama Buda de la versión de la religión Brahmánica y la libre interpretación que Saúl de Tarso realizaba sobre la ley del Judaismo despertó una implacable oposición de los tradicionalistas y finalmente condujo a la formación de sistemas religiosos independientes. En cada caso, las críticas más virulentas provenían de aquellos que consideraban sus religiones como sistemas de doctrinas, rituales, códigos éticos, escrituras y métodos espirituales entrelazados y que se refuerzan mutuamente. La elección selectiva de estos elementos para su rechazo o especial atención se consideró un peligroso debilitamiento y degradación de todo el sistema religioso y como un ataque injustificado hacia los métodos de salvación y despertar de una comprobada eficacia. Cualquiera que sea el mérito de las críticas que se describen en este documento, constituyen claramente al menos una previsible defensa de una venerable tradición espiritual que se cree que ha probado métodos para despertar e incorporado salvaguardias contra el abuso de autoridad y de autoengaño.
Philip C. Lucas
Es Profesor de Estudios Religiosos en la Universidad de Stetson, DeLand, Florida. Es el editor fundador de Nova Religio, una revista de investigación que estudia los nuevos y minoritarios movimientos religiosos a través de la historia.
Entre sus libros se encuentran New Religions in the 21st Century: Legal, Political, and Social Challenges in Global Perspective, con T. Robbins (2004).