Artículos - Duane Elgin
El despertar del Buda, la expansión integral
y una segunda era axial para la humanidad
Por Duane Elgin Science & Nonduality*
Este artículo explora los potenciales no aprovechados para la Teoría Integral que pueden surgir del reconocimiento de la naturaleza original del despertar del Buda. Con una nueva comprensión del despertar del Buda, la Teoría Integral puede ir más allá del budismo y descubrir los cimientos de una nueva era de comprensión espiritual que conecta tanto con las tradiciones de sabiduría del mundo como con las percepciones de las fronteras de la ciencia. Para comenzar, es importante reconocer la visión limitada del despertar del Buda descrito por Ken Wilber específicamente y los teóricos integrales en general.
En un diálogo con el maestro Andrew Cohen, Wilber hizo la afirmación, publicada en la revista EnlightenNext, de que el Buda estaba solo «medio iluminado» (Cohen y Wilber, 2011, p.45). Declarar que uno de los maestros espirituales más importantes de la historia estuvo solo medio despierto es completamente legítimo, pero bastante extraordinario. Para ser justos, es importante citar la declaración de Wilber en su totalidad:
Lo que he dicho realmente es que Gautama Buda estaba iluminado solo la mitad de lo que un sabio moderno tiene el potencial de serlo. Y para comprender por qué es así debemos considerar un par de hechos. Primero, debemos comprender que la realidad consiste en dos dimensiones fundamentales: el dominio del vacío y el dominio de la forma. El vacío es la fuente intemporal, no manifiesta del ser y comprender ese vacío primordial ha sido tradicionalmente la iluminación espiritual. Eso es lo que el Buda llamó nirvana. Significa que nada está surgiendo. Es un estado de conciencia esencialmente similar al dormir profundo sin sueños en el que no hay dolor, no hay ser, no hay sufrimiento, no hay deseo, nada de eso. Es un lugar de paz, quietud y libertad más allá de la confusión de la existencia manifiesta. Y descubrir ese vacío no manifiesto siempre ha sido considerado como la manera para encontrar la liberación del samsara.
La visión de Wilber del despertar del Buda es la de una experiencia de cese, donde nada surge, donde hay paz y quietud perfectas más allá de la agitación de la existencia manifiesta. Wilber continúa diciendo:
Gautama Buda entró en el vacío perfectamente, de manera que desde el punto de vista de ese conocimiento tradicional él estaba iluminado. [1] Él experimentó una perfecta unidad en la conciencia y trascendió la multiplicidad de la manifestación, del tiempo y de la forma. Pero alrededor de ochocientos años después de Gautama apareció un hombre extraordinario llamado Nagarjuna, quien señaló que si uno es serio en la búsqueda de la unidad última no puede buscar solo el nirvana separado del samsara, porque sigue siendo dualista. En vez, debe buscar la unión del nirvana y el samsara, la unión del vacío y la forma, la unión de lo no manifiesto y lo manifiesto, a lo que Nagarjuna llamó no dualidad. [2]
Wilber concluye,
Ese es el primer punto ― el Buda realizó la vacuidad, pero hasta donde podemos saber, él no realizó la plenitud de la no-dualidad o el convertirse en uno con toda forma. El segundo punto consiste en que mientras el vacío es atemporal y no cambia, el mundo de la forma no lo es. Ahora nos damos cuenta que el mundo de la forma está cambiando, evolucionando y siendo continuamente.
Resumiendo, Wilber afirma que el Buda despertó al vacío inmutable y al cese del surgimiento en el mundo de la forma (la primera mitad de la iluminación en su opinión). La segunda mitad de la iluminación se realiza cuando reconocemos que el mundo de la forma cambia continuamente. Aunque la descripción de Wilber es clara desde una perspectiva intelectual, cuando consideramos la descripción del Buda de su experiencia de despertar, surge una comprensión diferente. Wilber equipara las enseñanzas del Buda con su experiencia de despertar, sin embargo, no son lo mismo:
«El Buda enseñó el Dharma haciéndolo de una manera gradual que correspondía a la facultad de sus discípulos de comprender los medios de sus palabras. Inicialmente, el Buda no reveló expresamente la verdadera naturaleza de la realidad. Eventualmente habló directamente de ello, hasta que finalmente lo reveló con toda claridad, como realmente era.» (Maitreya, 2000)
La descripción del Buda de su experiencia de despertar (denominada paticca samuppada en Pali Canon y pratityasamutpada en sánscrito), generalmente se traduce como «originación interdependiente» o «cosurgimiento dependiente», como lo describe Fremantle (2003).
La originación interdependiente (Pratityasamutpada en Sanscrito) es la ley de la causalidad, que Shakyamuni [el Buda] descubrió en su despertar. Le fue revelada toda la verdad de la existencia, y al penetrarla se convirtió en el Despierto. Lo que vio fue una visión total de cómo y por qué todos los seres a lo largo del espacio y el tiempo se enredan en el samsara durante innumerables vidas, así como también sus propias vidas pasadas en su progreso hacia la liberación. Esta fue la visión extraordinaria que distinguió su enseñanza de los demás, por eso se dice que, «quien ve el origen interdependiente ve el dharma [la verdad], quien ve el dharma ve al Buda.»
En contraste con la descripción de Wilber del despertar del Buda como quietud y vacío inmanifiesto donde nada surge, el cosurgimiento interdependiente une la fuente generativa no manifiesta con el dominio de la forma en un flujo singular de co-originación siempre renovadora. Esta no es una experiencia dualista separada del mundo de la forma; en cambio, es la experiencia de estar completamente inmerso en el mundo de la forma y la fuente generativa a medida que el mundo de la forma surge como una manifestación unificada y siempre renovadora. La afirmación de que el despertar del Buda fue la experiencia de la cesación inmutable donde nada surge no está de acuerdo con la descripción del relato del Buda de su propia experiencia que han registrado las primeras tradiciones budistas.
Estoy de acuerdo con Wilber en que si la experiencia del Buda fuera solo la de cesación, sería apropiado decir que estaba «medio iluminado». Sin embargo, en base a la evidencia anterior, concluyo que el Buda fue más allá de la cesación y despertó por completo. Aunque las enseñanzas basadas en el despertar del Buda han evolucionado a través de milenios a medida que las condiciones y circunstancias de la vida han cambiado (por ejemplo, del Hinayana al Mahayana y a las tradiciones Vajrayana), eso no disminuye la profundidad y plenitud de su despertar original al cosurgimiento interdependiente de la realidad.
Es importante señalar que tanto Buda como Nagarjuna consideraban que todos los fenómenos no tenían existencia independiente y co-surgían de manera dependiente. [3] Aunque solo hay un registro vago y poco consenso sobre los individuos que originaron el budismo mahayana en el siglo I a. C., Nagarjuna es considerado una persona clave en el desarrollo de la escuela mahayana. Él vio «todos los fenómenos como vacíos de 'sustancia' o 'esencia' (Sánscrito: svabhava) porque co-surgen de manera dependiente. Debido a que co-surgen de manera dependiente es por lo que no tienen una realidad intrínseca propia e independiente». Nagarjuna es especialmente reverenciado porque aplicó ampliamente las enseñanzas del Buda, enfatizando el despertar de todos los seres sintientes por encima de uno mismo.
Mirando más allá de la afirmación de Wilber de que el Buda estaba medio iluminado, ¿cómo él y otros teóricos integrales ven la visión fundamental del Buda sobre el cosurgimiento interdependiente? Para mi sorpresa, después de revisar cuidadosamente más de 3.000 páginas de escritos de Wilber en sus diversos libros, he encontrado solo algunas descripciones sugestivas de la visión del surgimiento del universo y ninguna de ellas se ofrece en el contexto del despertar del Buda al cosurgimiento interdependiente. [4] Esta idea fundamental también está ausente en los escritos de otros teóricos integrales. Por ejemplo, he explorado cuidadosamente el libro Ecología Integral: Uniendo Múltiples Perspectivas en el Mundo Natural (Esbjorn-Hargens & Zimmerman, 2009) y no he encontrado referencias claras a un universo co-emergente como lo describe el Buda. Debido a que la teoría integral generalmente pasa por alto la naturaleza co-emergente de la realidad, se está descuidando una idea con gran potencial evolutivo.
Cómo ven los maestros budistas el despertar del Buda
Para explorar aún más el despertar del Buda, es útil incluir las ideas de varios maestros budistas muy respetados:
La enseñanza del cosurgimiento interdependiente es realmente profunda y sutil. Cualquiera que sea capaz de ver la naturaleza del cosurgimiento interdependiente puede ver al Buda. ... Todas las enseñanzas budistas se basan en el cosurgimiento interdependiente. Si una enseñanza no está de acuerdo con el cosurgimiento interdependiente, no es una enseñanza del Buda. (Han, 1999)
- Thich Nhat Han, maestro budistaMi solemne proclamación es que se crea un nuevo universo en todo momento. (Suzuki, 1970)
- D. T. Suzuki, erudito y maestro zenEn el corazón de la cosmología budista se encuentra... la idea [de que los sistemas de mundos múltiples, incluido nuestro propio universo] están en constante estado de surgimiento y desaparición. (Lama & Cutler, 1998)
- Su Santidad el Dalai LamaEl mundo está en un estado continuo de creación, de devenir, y por lo tanto en un continuo estado de destrucción de todo lo que ha sido creado. (Govinda, 1976)
- Lama Govinda, maestro y erudito tibetanoEl comienzo del universo es ahora, porque todas las cosas están siendo creadas en este momento, y el fin del universo es ahora, porque todas las cosas están desapareciendo en este momento. (Watts, 1958)
- Alan Watts, maestro ZenUn árbol, una piedra, un animal dejan de verse como cuerpos sólidos y duraderos... y, en su lugar, el discípulo experto discierne una sucesión continua de manifestaciones repentinas que solo duran tanto como un relámpago... (Linssen, 1958)
- Robert Linssen, autor y meditador budista
El erudito budista y antiguo monje Stephen Batchelor (2010) escribe que el Buda dio la siguiente descripción de su visión fundamental:
La vida es un terreno sin fundamento: apenas aparece, desaparece, solo para renovarse, luego inmediatamente se disuelve desvanece de nuevo. Se vierte interminablemente, como el río de Heráclito, en el que uno no puede entrar dos veces. Si intentas agarrarlo, se desliza entre tus dedos.
El despertar de Gotama implicó un cambio radical de perspectiva en lugar de la obtención del conocimiento privilegiado de una verdad más elevada. . . Él solo habló de despertar a una fuente contingente ―«esta condicionalidad, surgir condicionado»― que hasta entonces había sido oscurecido por su apego a una posición fija. «Quien ve el surgir condicionado», dijo, «ve el Dharma [la verdad]; y aquel que ve el Dharma, ve el surgir condicionado».
De acuerdo con estos respetados maestros, el completo dinamismo de una existencia de cosurgimiento interdependiente es fundamental para el despertar del Buda. Decir que el despertar del Buda fue una experiencia de inmersión en el dominio sin forma con cesación completa donde «nada está surgiendo» es inexacto y engañoso. Por el contrario, puede ser beneficioso considerar que toda la profundidad y el significado del despertar del Buda aún se están descubriendo después de más de dos mil años. Como dijo el Buda, esta idea es «profunda, difícil de ver, difícil de despertar, silenciosa y excelente, no limitada por el pensamiento, sutil, percibida por el sabio» (Batchelor, 2010).
Ideas de cosurgimiento interdependiente
Es útil considerar las dos palabras «interdependiente» y «cosurgimiento» por separado, a pesar de que son una expresión con un significado singular. Para ilustrarlo, podemos hablar de «espacio» y podemos hablar de «tiempo», pero cuando los ponemos juntos como en la frase «espacio-tiempo», revela algo claramente diferente de las palabras consideradas de forma aislada. Con esta advertencia, consideremos cada palabra individualmente:
- Interdependiente: Todo lo que existe depende de todo lo demás. La totalidad del universo es un sistema interactivo de interrelaciones mutuas.
- Cosurgimiento (Coemergente): Más allá de la «interdependencia horizontal», está la emergencia vertical u originación de todo el universo a la vez. La creación continua del cosmos significa que todo está emergiendo como un todo unificado en todo momento.
Las implicaciones de unir estas dos ideas son enormes:
- Si el universo es interdependiente pero no coemergente, entonces se manifestará con conexiones causa-efecto que se mueven en cascada a través del tiempo pero pueden ser muy remotas entre sí.
- Si el universo es coemergente pero no interdependiente, entonces las conexiones causa-efecto estarán en gran parte desconectadas entre sí.
- Si el universo es interdependiente y coemergente, la sinergia de los dos es transformativa. Las consecuencias en cascada se manifiestan a partir de la naturaleza interdependiente de la existencia y las consecuencias instantáneas se manifiestan a partir de la naturaleza coemergente del universo.
Por lo tanto, al combinar estas dos palabras, reconocemos que la totalidad de la existencia está surgiendo toda a la vez como un todo interdependiente ―una creación nueva en su totalidad en cada momento― donde todo depende de todo lo demás. La realidad implica tanto la causalidad en cascada (o «karma») a través del tiempo como la causalidad instantánea en el tiempo.
El Buda despertó al cosurgimiento interdependiente y a la idea de que no existe una realidad sólida y perdurable. A su vez, enseñó que nuestra incapacidad para reconocer el flujo y la fluidez de la existencia produce una relación inexacta y, por lo tanto, insatisfactoria con el flujo de la vida. Una analogía clarifica este proceso: si suponemos que el universo es un sistema regenerativo que, con fines ilustrativos, está surgiendo o emergiendo a un ritmo de, digamos, 100 fotogramas por segundo y si asumimos además que en la vida cotidiana nuestro ritmo de percepción funciona a, por ejemplo, 25 fotogramas por segundo, entonces el universo regenerativo no nos parecerá como un destello en la existencia a cada momento sino que más bien parecerá ser un todo sólido sin fisuras que perdura en el tiempo. El maestro budista, Dzigar Kongtrul Rinpoche, describe este proceso claramente:
Entonces todo surge y cesa al mismo tiempo, momento a momento. Esta es la condición del universo y la condición de nuestra propia mente, percepciones y experiencias, sin excepción. Pero como es tan sutil y el movimiento es tan rápido, porque cada momento es muy similar al que acaba de desaparecer, nos parece continuo. Al igual que cuando miramos una película, que en realidad tiene veinticuatro fotogramas parpadeando cada segundo en una pantalla, creamos apariencias sustanciales. (Kongtrul, 2013)
Sin una atención precisa, podemos perdernos fácilmente en el cine cósmico. Sin embargo, a medida que aumentamos la precisión de nuestra percepción para que coincida con el ritmo de la manifestación del universo, todo se vuelve transparente y ya no hay un límite entre nuestra percepción y el universo que surge ― todo cosurge como una experiencia directa. Cuando ambos se abrazan en la conciencia, los dos son naturalmente uno en experiencia ― despertando la sabiduría y la compasión.
Apreciar que vivimos dentro de un universo coemergente es inmensamente valioso ya que ofrece una manera de comprender sutiles conocimientos espirituales como la «impermanencia» de la realidad. Cuando consideramos que el mundo que nos rodea es sólido y duradero, no estamos viendo el ritmo vertiginoso por el cual todo el universo surge y desaparece como un flujo continuo. Entonces, al pensar que el mundo que nos rodea es sólido y permanente, es natural que tratemos de agarrarnos y poseer la aparente solidez de las cosas. Debido a que esta intención no está de acuerdo con la naturaleza real y dinámica de la existencia, podemos encontrarnos rápidamente desalineados con la verdadera naturaleza de una realidad continuamente regenerada, y esto engendra sentimientos de insatisfacción y desconexión.
Del mismo modo, podemos leer sobre la «vacuidad» de la realidad y quedar perplejos por lo que esto significa desde una perspectiva convencional. Sin embargo, en el contexto de un universo interdependiente y coemergente, la plenitud de un momento se desvanece completamente solo para ser reemplazada por la plenitud del siguiente instante de manifestación. Todo lo que existió en el momento precedente desaparece por completo, por lo que todas las cosas están verdaderamente vacías de una existencia física perdurable. Esta es una visión sutil y fundamental para tener una relación sabia con el completo dinamismo de la realidad.
Las ideas de impermanencia y vacío son confusas cuando se las contempla desde una perspectiva «ordinaria» pero adquieren una brillante simplicidad y claridad de significado cuando se las ve desde la perspectiva de un gigantesco teatro (de cine) cósmico que se proyecta a la existencia momento a momento como un todo sin fisuras. Toda la existencia es un sistema evolutivo y de aprendizaje que nunca descansa en su cosurgimiento creativo. No hay permanencia. En todo momento, todo se desvanece solo para renacer en cada instante.
El cosurgimiento en las tradiciones de sabiduría del mundo
Para situar la descripción del Buda de su despertar en un contexto más amplio, es útil dar un paso atrás y explorar la naturaleza del despertar que se encuentra en las tradiciones de sabiduría del mundo. Esta visión más amplia es importante: en nuestro mundo dividido por conflictos espirituales, una cuestión fundamental es si existe una visión fundamental que ofrezca un lugar de encuentro para que diversas tradiciones se unan en una visión compartida de la realidad. La investigación durante décadas sugiere que existe. (Elgin, 2009)
Aunque se describe de diversas maneras, todas las tradiciones de sabiduría del mundo consideran que el universo se regenera dinámicamente, surgiendo como una nueva creación en cada momento. La idea de que vivimos en un universo que surge continuamente como un todo unificado se encuentra en todas las principales tradiciones espirituales del mundo: cristianismo, islamismo, hinduismo, tradiciones indígenas y más. Aquí hay algunas citas ilustrativas de diversas tradiciones:
Dios está creando todo el universo, total y completamente, en este presente ahora. Todo lo que Dios creó... Dios crea ahora todo a la vez. (Fox, 1983)
- Meister Eckhart, místico cristianoLa evolución presupone la creación... la creación es un proceso permanente, una creación continua. (Paul, 1985)
- Papa Juan Pablo IITienes una muerte y un retorno en todo momento. . . . En todo momento, el mundo se renueva, pero nosotros, al ver su continuidad de apariencia, no somos conscientes de su renovación. (Barks, 1995)
- Jalaluddin Rumi, sufí persa del siglo XIIIEl mundo es todo esto, y en cada abrir y cerrar de ojos,
se vuelve inexistente y no dura dos momentos.
Una vez más, se produce otro mundo,
cada momento un cielo nuevo y una tierra nueva.
Las cosas no permanecen en dos momentos,
En el mismo momento en que perecen, nacen de nuevo. (Shabistari, 1317)
- Mahmud Shabistari, famoso poeta persa, 1317De sí mismo produjo el cosmos
Y entró en todo lo que hay en él.
No hay nada que no provenga de él...
Tú eres eso... tú eres eso. (Easwaran, 1987)
- Hindú, Chandogya UpanishadNo hay nada estático, nada permanente, sino solo el flujo de un proceso incesante, en el que todo se origina, crece, decae, se desvanece. (Easwaran, 1987)
- Heinrich Zimmer, estudioso del arte y la civilización hindúEl Tao es la fuerza vital sustentadora y la madre de todas las cosas; de ella, todas las «cosas se levantan y caen sin cesar» (Tsu, 1972)
- Tradición taoísta de ChinaEl Tiempo del Sueño para los aborígenes australianos «... es un proceso continuo: el emerger perpetuo del mundo desde un estado incipiente e indeterminado a una realidad plena y despierta, desde la invisibilidad a la visibilidad, desde las secretas profundidades del silencio a la canción y al discurso articulados» (Abram , 1996)
- Tradición indígena de Australia
Basándome en décadas de investigación tal como se presentan en mi libro The Living Universe, dentro de cada tradición principal ―cristiana, musulmana, judía, hindú, budista, taoísta, confuciana, indígena y demás― podemos encontrar descripciones notablemente similares de la regeneración continua del universo.
- Muchos cristianos afirman que Dios no está separado de este mundo, sino que continuamente lo crea de nuevo, para que vivamos, nos movamos y tengamos nuestro ser en Dios.
- Los musulmanes declaran que el universo entero está apareciendo continuamente, y que cada momento es una nueva «ocasión» para que Alá cree el universo.
- Los hindúes proclaman que el universo entero es un solo cuerpo que continuamente está danzando en la creación mediante una fuerza vital divina o Brahman.
- Los budistas afirman que todo el universo surge en cada momento en un flujo incesante de co-originación interdependiente. Los taoístas afirman que el Tao es la «Madre del Universo», la fuente inagotable, de la cual todas las cosas se elevan y caen sin cesar.
- Los confucianos ven nuestro universo como un todo unificado e interpenetrante sostenido y nutrido por la vitalidad de la fuerza vital o ch'i cósmico.
- Los pueblos indígenas declaran que un viento animador o Fuerza de Vida sopla a través de todas las cosas en el mundo y hay vitalidad y poder sagrado en todas partes.
- Finalmente, una corriente de filósofos occidentales describe el universo como una criatura viviente única que se regenera continuamente y está evolucionando hacia niveles más altos de complejidad y consciencia.
En general, debajo de las diferencias en el lenguaje, se describe una realidad común: nuestro universo está profundamente interconectado y continuamente regenerado de nuevo.
Si un universo interdependiente y coemergente (o como sea descrito en un lenguaje directo) fuera más claramente reconocido en la Teoría Integral, se podría declarar que «Hay un lugar de profunda integración entre las tradiciones de sabiduría ― así es como un universo coemergente se describe en el taoísmo; así es como se afirma en el budismo; así es como se presenta en el hinduismo; así es como se describe en las tradiciones cristianas; así es como se presenta en el Islam, y así sucesivamente». Señalando esta visión profunda que se encuentra en el núcleo de todas las tradiciones de sabiduría del mundo, un lugar de encuentro y entendimiento común podría despertarse aún más, y revelarse un lugar para la reconciliación y la curación.
Despertar en una segunda era axial
La frase «era axial» fue utilizada por el filósofo Karl Jaspers para describir el período relativamente breve en el tiempo, aproximadamente 700 años, en el que surgieron las grandes religiones del mundo: el hinduismo y el budismo en la India; el confucianismo y el taoísmo en China; y el monoteísmo en Oriente Medio. Comprender la profundidad de la experiencia de despertar del Buda ofrece una puerta a una segunda era axial alrededor de la cual podría pivotar el futuro de la humanidad y reorientarse hacia un futuro más prometedor. Para explorar esa posibilidad, es importante reconocer la espiritualidad de separación descrita por la primera era axial. (Thompson, 2006)
La primera era axial representa una gran fase de diferenciación ― un tiempo prolongado de separación creciente de la naturaleza, del uno del otro y del «Universo Madre» (o Meta-Universo en el lenguaje de la ciencia). Asumiendo la separación, era natural que la religión se convirtiera en un vehículo para unir o conectar a las personas con el universo sagrado. Por lo tanto, un mensaje central de la religión en la primera era axial fue el de la compasión ― tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. En un mundo de creciente individualismo y separación, la religión servía de puente entre lo secular y lo sagrado. A pesar de la gran diversidad cultural y geográfica, existe un entendimiento común en las tradiciones de sabiduría del mundo que se resume en la Regla de Oro: No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti (que existe de forma similar en todas las tradiciones).
Ahora se está abriendo a nuestro alrededor una segunda fase importante con un eje y una orientación muy diferentes. Las religiones de separación se están convirtiendo en religiones de comunión, ya que nos damos cuenta de que no hay un lugar adonde ir donde podamos estar separados del útero siempre generador del contexto cósmico subyacente, un Universo Madre. En todo momento, todo el universo es su revelación y celebración. La segunda época comienza con el reconocimiento colectivo de que ya estamos en casa ― que el Universo Madre ya existe dentro de nosotros. A medida que el mundo se mueve hacia la comunión espiritual y la conexión empática con el universo viviente, veremos el rol de la religión de manera diferente: con menos frecuencia la gente buscará un puente hacia lo divino; y cada vez más las personas buscarán orientación y comunidad en el viaje del despertar dentro del universo viviente.
La visión original del Buda del cosurgimiento interdependiente no solo se conecta a través de las tradiciones de sabiduría del mundo, sino que también se conecta con las ideas sobre la naturaleza del universo que emerge de las fronteras de la ciencia. Aunque no hay espacio para desarrollar esto en un breve artículo, algunas citas son sugerentes.
En palabras del cosmólogo Brian Swimme, «El universo emerge de un abismo nutritivo no solo hace catorce mil millones de años sino en todo momento» (Swimme, 1996). El físico David Bohm describió el universo como «una totalidad indivisa en movimiento fluido» (Bohm, 1980). El matemático Norbert Wiener lo expresó de esta manera: «No somos cosas que permanecen, sino patrones que se perpetúan a sí mismos, remolinos de agua en un río que fluye constantemente» (Wiener, 1954). Max Born, un físico que jugó un papel decisivo en el desarrollo de la mecánica cuántica, escribió: «Hemos buscado un terreno firme y no hemos encontrado ninguno. Cuanto más profundizamos, más inquieto se vuelve el universo; todo se apresura y vibra en una danza salvaje» (Born, 1936).
Si todo está en movimiento en todos los niveles, y todo movimiento se presenta como un patrón coherente y estable, entonces todo lo que existe es una orquestación singular. Todos los flujos comprenden una gran sinfonía en la que todos somos músicos, una única expresión creativa ― un universo. Una extensa exploración de una visión científica de la creación continua del universo se puede encontrar en mi libro, The Living Universe (Elgin, 2009). En general, conectando con las tradiciones de sabiduría así como con la ciencia, la percepción del despertar del Buda puede conducir a una nueva era axial que de un profundo sentido de dirección al camino de la humanidad hacia el futuro.
Conclusión
Contrariamente a la afirmación de Wilber, la evidencia histórica indica que el Buda despertó más allá de la cesación a la comprensión del cosurgimiento interdependiente. Aunque las enseñanzas del Buda han evolucionado a través de tres grandes transiciones o «giros» durante los últimos miles de años, eso no disminuye la profundidad de su despertar original y su profunda comprensión del cosurgimiento interdependiente de la existencia. Este artículo ha mirado más allá de un cuarto giro en la enseñanza del budismo hacia el gran giro de un planeta en transición a un nuevo futuro, y la posibilidad de que una segunda era axial nos oriente hacia ese nuevo futuro.
Todos somos humanos viviendo en el mismo universo y tenemos experiencias similares de estar despiertos en el AHORA. Durante milenios, los budistas, así como los sabios de todas las tradiciones de sabiduría del mundo, han descubierto un atributo sutil de la existencia que se comprende en común. Esta comprensión compartida se describe de muchas maneras diferentes, pero todas apuntan hacia la idea de que toda la existencia emerge continuamente como un todo singular e interdependiente a cada instante. Debido a que esta idea fundamental es ampliamente compartida, ofrece lugar y potencial para un encuentro profundo y curación a través de las tradiciones de sabiduría del mundo.
Una gran área de potencial sin explotar espera ser desarrollada si la teoría Integral reconoce el despertar del Buda como cosurgimiento interdependiente. Cuando conectamos la experiencia del despertar del Buda con las tradiciones de sabiduría del mundo y los conocimientos que surgen de la ciencia, proporciona la base para una nueva era axial alrededor de la cual el mundo puede pivotar hacia una senda más sostenible y prometedora hacia el futuro.
* Este artículo fue publicado originalmente en el Journal of Integral Theory and Practice.- El Nirvana se usa a menudo en referencia a la tercera Noble Verdad en las enseñanzas del Buda con respecto a la extinción o al cese de las causas del sufrimiento. Las cuatro Nobles Verdades combinadas fluyen del conocimiento del despertar del Buda a la originación dependiente. Parece que Wilber está combinando una de las enseñanzas del Buda ―el cese del sufrimiento― con su experiencia de despertar más fundamental del cosurgimiento interdependiente.
- El "Sutra del Corazón" es relevante para la separación de la vacuidad y la forma de Wilber. Este sutra dice: "La forma no difiere de la vacuidad; la vacuidad no difiere de la forma. La forma en sí misma es vacuidad; la vacuidad en sí misma es forma". Ver: http://www.dharmabliss.org/audio/heartsutra-engtext.htm. Wilber parece estar diciendo que aunque el Buda realizó la vacuidad, no realizó que "la forma en sí misma es vacuidad".
- La contribución principal de Nagarjuna a la filosofía budista está en el uso del concepto de sunyata, o "vacuidad", que reúne otras doctrinas budistas clave, particularmente anatman (no-yo) y pratityasamutpada (originación dependiente) ... Para Nagarjuna, como para el Buda [énfasis agregado], en los primeros textos, no son meramente los seres sintientes los que son "sin-ser" (selfless) o no sustanciales; todos los fenómenos son sin svabhava, literalmente "ser-propio" o "naturaleza propia", y por lo tanto sin ninguna esencia subyacente. Están vacíos de existir independientemente ... "Ver: http://en.wikipedia.org/wiki/Nagarjuna. También ver: http://en.wikipedia.org/wiki/Madhyamaka
- Como ilustración, aquí hay tres citas raras de Wilber donde aparece la palabra "surgir". Sin embargo, ninguna de ellas se presentan en el contexto del despertar del Buda al cosurgimiento interdependiente: "El Espíritu es un vasto Abismo o Vacío infinito, del cual surgen todas las cosas" (Wilber, 2006). "Todas las cosas no son más que una onda en este estanque; todo surgimiento es un gesto de este uno" (Wilber, 2004). "Yo-Yo es la caja en la que entra el universo. Permaneciendo como Yo-Yo, el mundo surge como antes, pero ahora no hay nadie para presenciarlo" (Wilber, 2004).
- Las fronteras de la cosmología también están empezando a captar esta idea con un lenguaje exclusivo de la ciencia, que explora la posibilidad de que el universo sea un holograma dinámicamente regenerado, una creación holo-dinámica que emerge en su totalidad a cada momento. Qué época tan emocionante es esta en la que vemos estos dos grandes caminos del conocimiento que comienzan a converger en torno a una comprensión común de una existencia interdependiente y coemergente.
Referencias
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