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Artículos - Melvyn Wartella

Advaita, conceptos y responsabilidad

Por Melvyn Wartella
Melvyn Wartella

La mayoría de la gente que busca una comprensión no dualista de la realidad parece estar buscando maestros interesados en el Advaita Vedanta. Lo que el Advaita afirma es, en su mayor parte, verdad. Se dicen las palabras adecuadas porque se trata de un concepto bastante directo y fácil de comprender. Desde luego que intenta llevar a la gente más allá de los conceptos, hacia una visión directa de lo que realmente está ocurriendo, hacia el centro de su ser. Si realmente consiguiera llevar a las personas a una visión de la realidad, eso sería maravilloso. Sin embargo, existe un problema en las enseñanzas cuando una persona, incluso si se trata de un maestro del Advaita, convierte la propia enseñanza en un concepto. Entonces, creyendo que "entiende" el concepto, cree conocer la verdad. Uno no puede comprender la verdad que está detrás de estas enseñanzas sin experimentar directamente un despertar. La gente puede ponerse eufórica con las ideas, conceptos y creencias que enseña el Advaita, del mismo modo que uno puede ponerse eufórico con cualquier sistema de creencias, y luego intentar vivir de acuerdo con él. Una de las creencias que enseña el Advaita es que nadie es responsable. Ésta es la razón principal por la que estoy escribiendo esto, para tocar este asunto de la responsabilidad.

El Advaita enseña, con razón, que no hay un "yo" separado, porque aquello que consideramos nuestro "yo" es sólo el pensamiento conceptual de la mente. Del mismo modo que no hay cosas, ya que éstas son también conceptos de la mente. Ciertamente, esto es algo que la gente no entiende correctamente hasta que despierta a este hecho. No importa lo bien que el intelecto crea comprender, sigue estando en un sueño.

Tomemos el hecho de que no hay cosas. Si uno no ve la realidad que está más allá del concepto, surgen todo tipo de malentendidos. La gente cree que, como el Advaita les ha mostrado que nada existe, entonces no hay cosas, entonces el mundo es un sueño. El mundo no es un sueño. Eso que hemos cubierto con conceptos y creencias es real, pero no podemos ver esa realidad porque nosotros somos el sueño. Si crees que los conceptos del Advaita son verdaderos y no has ido más allá de ellos, estás tan perdido como lo estabas antes de haber oído hablar de esta filosofía.

El Advaita dice que nadie es responsable. Cuando uno se da cuenta de que no hay un "yo" separado, ¿quién va a ser el responsable? Para la mente que no ha despertado, esto tiene sentido. En la práctica, sin embargo, no resulta tan fácil evitar ser responsables. Del mismo modo en que existe el pensamiento pero no hay un pensador, existe la responsabilidad sin que haya alguien que sea responsable.

Cuando despertamos, nos queda perfectamente claro que habíamos estado soñando. El sentido del ego desaparece, pero sigue habiendo algo que funciona plenamente, que camina, habla y tiene necesidades para mantener el cuerpo. Los rasgos individuales configuran la personalidad. El carácter puede tomar muchas formas y expresarse de muchas maneras. Sin embargo, ahí no hay nadie. No obstante sigue estando la inteligencia, o la falta de ella, y la capacidad de utilizarla. No nos convertimos en zombis que se pasean por ahí con una sonrisa en el rostro.

La inteligencia y la sabiduría hacen que comprendamos cualquier cosa que nos encontremos en la vida. Cuando vemos que nuestro medio ambiente está siendo destruido, no nos limitamos a decir: "Es la voluntad de Dios. Yo no soy responsable de nada". Al contrario, nos sentimos impulsados a actuar. La vida responde y eso es la responsabilidad. Somos la responsabilidad misma.

Con demasiada frecuencia, cuando la gente intenta comprender lo que significa estar iluminado, trae a su mente todo tipo de ideas "espirituales". Éstas pueden estar muy distorsionadas y llevarnos a más conceptos equivocados que luego tendremos que abandonar para llegar a comprender verdaderamente. Es mucho mejor no pensar que algo es espiritual. Simplemente observa la realidad. Aquello a lo que uno llega cuando despierta puede parecer muy espiritual pero, tras una comprensión más profunda, vemos que es simplemente la realidad de la vida. Somos seres vivos en un planeta maravilloso. Hemos estado soñando que éramos algo que nunca podríamos ser y hemos distorsionado todo lo que percibimos. Esto ha causado un gran sufrimiento a quienes sueñan y a aquellos que se cruzan en el camino de los soñadores.

La vida responde. Todo en el Universo está respondiendo continuamente a su propio movimiento. Esto está ocurriendo a niveles de los que rara vez, o quizá nunca, seremos conscientes. Estamos respondiendo a millones de años de evolución. Estamos respondiendo a cambios sutiles en estrellas y planetas distantes. Estamos respondiendo a los pensamientos de otras personas, tanto vivas como del pasado, e incluso de quienes creemos que están en el futuro. La responsabilidad es nuestra condición natural: responde a la vida. La capacidad de responder es responsabilidad, y necesita un actor para que ocurra.

Despierta y sé responsable. No como un soñador que percibe que es responsable y luego se siente culpable si fracasa, sino como la sabiduría en acción, respondiendo a nuestra realidad cotidiana.

Este libro no existiría si no hubiera un sentimiento de responsabilidad. Uno ve claramente que no hay una persona separada llamada Melvyn Wartella. Sin embargo, la mente comprende que existe una gran necesidad de que la gente empiece a despertar en este planeta y cambie la forma de tratar a nuestro hogar y a toda la vida. Por lo tanto, tiene lugar la acción. Otras personas que están realizando lo mismo sienten idéntica necesidad, o no estarían haciendo lo que están haciendo. Claro que no hay otras personas: es la misma sabiduría que se expresa en cada uno de nosotros. Hablamos desde una perspectiva ligeramente distinta debido a nuestra individualidad y para poder dirigirnos a quienes se sienten cómodos con nuestro modo de expresarla. Sin embargo, siempre es la misma inteligencia la que habla. Esto no quiere decir que todo maestro/escritor se exprese desde un estado de iluminación. Algunos simplemente se engañan a sí mismos y engañan a sus seguidores. En tu interior se halla la misma Sabiduría que está en todo lo que está vivo. Si te encuentras verdaderamente abierto a ver lo que es real, sabrás quién te engaña y quién te dice la verdad. Sé responsable.