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Extractos - Arnaud Desjardins

Ma Anandamayi

Por Arnaud Desjardins
Ma Anandamayi

Testimonio de Arnaud Desjardins

[Arnaud dijo:]

«Desde el primer día que conocí a Ma Anandamayi, tuve la profunda convicción de que no estaba en presencia de un ser ordinario, ni siquiera extraordinario, sino de un Ser completamente diferente. Esto fue en septiembre de 1959. Desde entonces, he permanecido con Ma en 1961, 1962, 1963 y también en 1964 y 1965, y cada vez he tenido la misma certeza. ¿Cómo describir esta prodigiosa impresión? Me vienen a la mente las palabras “divino” y “sobrenatural”, pero vacilo ante el Misterio que representan, y apenas me atrevo a utilizarlas.

[Continuó:]

Durante años, las fotos de Sri Ramana Maharshi han sido ―para mí como para tantos otros― una verdadera enseñanza. Unos minutos de silencio atento ante su rostro y su mirada radiante me enseñaron más que la lectura del mejor libro. Hablo aquí sólo del verdadero conocimiento, el que transforma a quien accede a él (...)

Por otra parte, lo que más me sorprende es el papel de Maestro, de guía espiritual que Ma asumió frente a unos visitantes franceses [Arnaud y Denise Desjardins] que fueron y siguen siendo sus alumnos. (...)

En aquella época, viviendo en París y trabajando para el cine y la televisión, la atmósfera de los âshrams de Mataji, la ortodoxia hinduista, la importancia concedida a los ritos y ceremonias, parecían, a primera vista, no tener nada en común con los problemas materiales a los que se enfrenta el hombre moderno. A pesar de ello, puedo atestiguar que la enseñanza de Ma Anandamayi, aunque me fue comunicada casi sin palabras, había transformado completamente mi vida. Me había dado la convicción intelectual de que existía una perspectiva metafísica única y universal; esta Philosophia perenis nos enseñaba que todos nuestros problemas estaban ya resueltos, aunque no fuéramos conscientes de ello:

“Él es todo en todos. Sólo Él es”.

Me parece que, para los de fuera, la relación entre Maestro y discípulo es uno de los aspectos más interesantes del hinduismo en nuestro tiempo. Que algunas personas sienten que su sentido de la vida ha cambiado después de recibir el darshan [visión, bendición] de Ramana Maharshi, Ramdas o Ma Anandamayi es una certeza que no se puede contradecir. (...) Uno puede asombrarse ante una mujer que no hace otra cosa que enseñarnos a encontrar lo Divino. Pero el choque de su mirada y el significado del más leve de sus gestos es una experiencia personal. Los que han visto han creído. Y los que han comprendido las palabras de la Vida eterna se han comprometido en la Vía.

¿Qué aliado encuentra en nosotros la Realización de Ma que nos hace vibrar en armonía con ella? ¿Hasta qué profundidad de nuestro ser somos tocados? Todas las personas con las que he hablado de mi propia experiencia han tenido la misma certeza. Es así y no se puede añadir nada. Todo lo demás siempre ha estado condicionado por “peros” y “si”, por “quizás” y “entonces”. Frente a Mataji, no hay más que certeza y claridad, y la extraordinaria experiencia de una Vida más allá del tiempo que nos libera de todos nuestros miedos. A pesar de ello, no siempre es fácil estar cerca de Mataji. Ninguno de nuestros “viejos trucos” funciona en su presencia, y en todo momento quedamos expuestos y desnudos... Nunca antes había sido tan feliz como en presencia de Mátaji, pero también tan infeliz y tan totalmente expuesto. (…)

Fue la foto de Ramana Maharshi la que me hizo querer ir a la India. Y en aquel momento tuve la sensación de que era Ramana Maharshi quien me había guiado hacia Ma Anandamayi.

Con ella había encontrado la Vida que está más allá de todas las cosas creadas, y que también está dentro de ellas, y contra la cual ningún poder en el mundo, ninguna dificultad, ninguna tribulación o ansiedad podría triunfar.»

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