Extractos - Eckhart Tolle
La verdadera naturaleza del tiempo y el espacio
Por Eckhart TolleAhora, considera esta idea: sí no hubiera más que silencio, el silencio mismo no existiría para ti; no sabrías qué es. Sólo cuando aparece el sonido puede existir el silencio. Asimismo, si sólo hubiera espacio y no hubiera ningún objeto en él, tampoco existiría para ti. Imagina que eres un punto de conciencia flotando en la enormidad del espacio: no hay estrellas, no hay galaxias, sólo vacío. De repente, el espacio dejaría de ser tan vasto; ya no sería en absoluto. No habría velocidad, ni movimiento de un punto a otro. Para que existan el espacio y la distancia se necesitan al menos dos puntos de referencia. El espacio se genera en el momento en el que el Uno se convierte en dos, y a medida que el "dos" da lugar a las "diez mil cosas", como Lao Tse llama al mundo manifestado, el espacio se amplía más y más. De modo que mundo y espacio surgen simultáneamente.
Nada podría ser sin espacio; sin embargo, el espacio no es algo. Antes de que el universo llegara a ser, antes del "big bang", no había un enorme espacio vacío esperando ser llenado. No había espacio porque no había ninguna cosa. Sólo estaba lo No Manifestado, el Uno. Cuando el Uno se convirtió en "las diez mil cosas", el espacio pareció presentarse repentinamente permitiendo la existencia de la multiplicidad. ¿De dónde vino? ¿Fue creado por Dios para acomodar el universo? Por supuesto que no. El espacio no es algo, de modo que nunca fue creado.
Sal a pasear una noche clara y echa una mirada al cielo. Los miles de estrellas que ves a simple vista no son más que una fracción infinitesimal de lo que hay ahí fuera. Los telescopios más potentes ya han conseguido detectar mil millones de galaxias, y cada una de ellas es un "universo aislado" que contiene miles de millones de estrellas. Sin embargo, aún es más imponente la infinitud del espacio mismo, la profundidad y la quietud que permite ser a toda esa magnificencia. Nada podría ser más majestuoso e imponente que la inconcebible enormidad y quietud del espacio, y sin embargo, ¿qué es? Vacío, un gran vacío.
Dentro del mundo que percibimos por medio de la mente y de los sentidos, lo que se nos presenta como espacio es la expresión externa de lo No Manifestado mismo. Es el "cuerpo" de Dios. Y el mayor de los milagros es que esa quietud, esa inmensidad que permite ser al universo, no sólo está ahí fuera, en el espacio, sino que también está dentro de ti. Cuando estás total y plenamente presente, lo sientes como el sereno espacio interno de la no-mente. Dentro de ti, el espacio es vasto en profundidad, no en extensión. La extensión espacial es, en último término, una percepción errónea de la profundidad infinita, que es un atributo de la realidad transcendental.
―Según Einstein, el espacio y el tiempo no están separados. Aunque en realidad no acabo de entenderlo, creo que dice que el tiempo es la cuarta dimensión del espacio. Lo denomina el "continuo espacio-tiempo".
Sí. El tiempo y el espacio que percibes externamente son, en último término, ilusorios, y sin embargo contienen un núcleo de verdad. Son los dos atributos esenciales de Dios (infinitud y eternidad) percibidos como si tuvieran alguna existencia objetiva e independiente de ti. Dentro de ti, tanto el espacio como el tiempo tienen un equivalente interno que revela su verdadera naturaleza, y también la tuya. Mientras que el espacio es el reino inmóvil e infinitamente profundo de la no-mente, el equivalente interno del tiempo es la presencia, la conciencia del eterno ahora. Recuerda que no hay distinción entre ellos. Cuando tiempo y espacio son comprendidos internamente como lo No Manifestado ―no-mente y presencia―, el espacio y el tiempo externos siguen existiendo para ti, pero pierden mucha importancia. El mundo también sigue existiendo para ti, pero ya no estás atado a él.
Por tanto, el propósito último del mundo no está en el mundo mismo, sino en su trascendencia. Así como no serías consciente del espacio si no hubiera objetos en su seno, el mundo es necesario para la realización de lo No Manifestado. Quizá hayas oído el aforismo budista que dice: "Si no hubiera ilusión, no habría iluminación". Lo No Manifestado se conoce a sí mismo a través del mundo, y en definitiva a través de ti. Estás aquí para posibilitar que se desarrolle el propósito divino del universo. ¡Eres así de importante!
Acaba con la ilusión del tiempo
―Pero ¿cómo podríamos funcionar en el mundo sin un sentido del tiempo? No tendríamos objetivos por los que luchar. Yo ni siquiera sabría quién soy, porque mi pasado es lo que me hace ser quien soy actualmente. Pienso que el tiempo es algo precioso y que, en lugar de desperdiciarlo, tenemos que aprender a usarlo sabiamente.
El tiempo no tiene nada de precioso, porque es una ilusión. Lo que percibes como precioso no es el tiempo, sino un punto que está fuera del tiempo: el ahora. Ése sí que es precioso. Cuanto más te enfocas en el tiempo ―pasado y futuro― más pierdes el ahora, lo más precioso que hay.
¿Por qué es lo más precioso? En primer lugar, porque es lo único que hay. Es todo lo que hay. El eterno presente es el espacio dentro del que se despliega tu vida, el único factor que permanece constante. La vida es ahora. No ha habido nunca un momento en que tu vida no fuera ahora, ni lo habrá jamás. Segundo, el ahora es el único punto que puede llevarte más allá de los limitados confines de la mente. Es tu único punto de acceso al reino informe e intemporal del Ser.
Nada existe fuera del ahora
―¿No son pasado y futuro tan reales como el presente, a veces incluso más reales? Después de todo, el pasado determina quiénes somos y cómo percibimos y nos comportamos en el presente. Y nuestros objetivos futuros determinan nuestras acciones en el presente.
Aún no has comprendido la esencia de lo que digo porque tratas de entenderlo mentalmente. La mente no puede entenderlo. Sólo tú puedes. Por favor, limítate a escuchar.
¿Has experimentado, hecho, pensado o sentido algo fuera del momento presente? ¿Piensas que lo harás alguna vez? ¿Es posible que algo ocurra o sea fuera del ahora? La respuesta es evidente, ¿no es cierto?
Nada ocurrió nunca en el pasado; ocurrió en el ahora. Nada ocurrirá nunca en el futuro; ocurrirá en el ahora.
Lo que piensas que es el pasado es un registro almacenado en la mente de un ahora anterior. Cuando recuerdas el pasado, activas un registro memorístico, y lo haces en el ahora. El futuro es un ahora imaginado, una proyección de la mente. Cuando llega el futuro, llega como un ahora. Cuando piensas en el futuro, piensas ahora. Es evidente que pasado y futuro no tienen realidad propia. Del mismo modo que la Luna no tiene luz propia y sólo puede reflejar la luz del Sol, el pasado y el futuro sólo son pálidos reflejos de la luz, el poder y la realidad del eterno presente. Su realidad les ha sido "prestada" por el ahora.
La esencia de lo que estoy diciendo aquí no puede entenderse mentalmente. En el momento que lo entiendes, se produce un cambio de conciencia de la mente al Ser, del tiempo a la presencia. De repente, todo se vivifica, irradia energía, emana Ser.
―Puedo ver la importancia suprema del ahora, pero no puedo estar del todo de acuerdo contigo cuando dices que el tiempo es una completa ilusión.
Cuando digo que "el tiempo es una ilusión" no tengo intención de postular un principio filosófico. Simplemente te estoy recordando un hecho muy simple, un hecho tan evidente que puede resultarte difícil de entender y quizá no te parezca significativo; pero cuando te das plena cuenta de él, puede cortar como una espada todas las capas de complejidad y "problemas" que te has creado mentalmente. Permíteme repetirlo otra vez: el momento presente es lo único que tienes. Nunca hay un momento en tu vida que no sea "este momento". ¿No te parece que esto es un hecho?
―Pero la creencia de que el futuro será mejor que el presente no siempre es una ilusión. El presente puede ser horrible y las cosas pueden mejorar en el futuro, y frecuentemente lo hacen.
Normalmente el futuro es una réplica del pasado. Puede haber cambios superficiales, pero una transformación real es rara y depende de si puedes estar lo suficientemente presente como para disolver el pasado accediendo al poder del ahora. Lo que percibes como futuro es parte intrínseca de tu estado de conciencia ahora. Sí tu mente lleva una pesada carga del pasado, experimentarás más de lo mismo. El pasado se perpetúa a sí mismo por la falta de presencia. La calidad de tu conciencia en este momento es lo que conforma el futuro, que, por supuesto, sólo puede ser experimentado como el ahora.
Podrías ganar muchos millones, pero un cambio de esa clase es muy superficial. Seguirías repitiendo las mismas pautas condicionadas en un entorno más lujoso. Los seres humanos han aprendido a fisionar el átomo. Ahora, en lugar de matar a diez o veinte individuos con una estaca de madera, una persona puede matar a millones con sólo pulsar un botón. ¿Es éste un cambio real?
Si la calidad de tu conciencia en este momento es lo que determina el futuro, ¿qué determina la calidad de tu conciencia? El grado de presencia que tengas. Por tanto, el único lugar donde puede ocurrir el verdadero cambio y donde puede disolverse el pasado es el ahora.