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Extractos - David Carse

Las palabras fallan

Por David Carse
Perfecta Brillante Quietud

¿Qué darías por saber, absolutamente y más allá de toda duda, que realmente todo está bien, que no hay razón para tener miedo; que no hay necesidad de sentir desespero, extravío o incertidumbre; que todo el dolor y el daño y el mal que hemos visto no es verdadero sino tan solo una ilusión, y que las más bellas cosas que hemos experimentado no son más que un vislumbre, un pequeño paladeo de lo verdaderamente "real", de lo que verdaderamente es nuestro; que todo es correcto; que todo es perfecto tal cual es; que todo está bien? Esto es lo que veo y lo que sé.

Pero no, nada de esto lo describe bien, nada de esto es correcto. Las palabras son esclavas de la ilusión. No es "verdaderamente nuestro", no es algo que poseamos, sino que más bien es lo que somos; y ni siquiera eso, porque no hay "nosotros". Desde luego, "yo" no sé nada en ningún caso, y no hay un "mí" que vea nada ni hay ningún "algo" que ver. Lo que se sabe es del todo imposible de expresar o comunicar. Y, en definitiva, no es algo sabido o visto por "mí", sino que es lo que "yo" es.

Fallan el lenguaje y los conceptos en los que el lenguaje se basa. Por definición, esta Verdad, esta Belleza está Más Allá. (Más Allá en el sentido de ser inaccesible al pensamiento y a la experiencia humana, aunque, desde luego, es obvio que no existe un literal "más allá" ni hay ningún "otro" ser o cosa.) En sí misma, no puede ser experimentada; solo puede ser "sabida". E incluso este saber no es conocimiento, no es intelectual; esto no tiene nada que ver con la comprensión mental.

Los místicos y poetas, los santos y maestros despiertos que han vislumbrado o visto o sabido, han concordado todos en que lo que es visto o sabido es inefable, inexpresable. Las palabras y los conceptos fallan por completo en explicarlo. Se describe como aquello que "el ojo no ha visto, ni el oído ha escuchado, ni el corazón humano ha concebido ... " (Corintios, 2:9). Y sin embargo, el corazón humano, siendo incapaz de poderlo contener, se desborda en burdos intentos de expresar lo que está más allá de toda expresión, acompañados siempre de la advertencia de que tales expresiones, de que cualquier descripción, por pasmosa que sea, no puede abarcarlo.

Solo al final de la visión humana reside la Verdad final y definitiva, por cuanto que, como tal, no puede hallarse de ningún modo dentro de nuestra visión, por mucho que la llevemos al límite más extremo. La Verdad final no puede ser experimentada o pensada o verbalizada, ya que no puede ser conceptualizada. Nuestro lenguaje, así como los pensamientos y los conceptos que lo estructuran, son esencialmente duales, están basados en una relación sujeto/objeto. No hay modo de pensar o de hablar de lo que sea sin constituirlo de inmediato, al hacerlo, en objeto de un supuesto individuo que piensa o habla como "sujeto".

Por tanto, tan pronto existe un pensamiento lingüísticamente estructurado, aparece una desviación de la Verdad, una inversión fundamental de la auténtica relación sujeto/objeto. No hay tal cosa como un yo individual que exista como sujeto; los aparentes individuos existen solo como objetos. Y la Verdad última no existe de ningún modo como objeto; es genuina Subjetividad pura, y referirse a ella como objeto, tal cual uno debe necesariamente hacer para pensar en ella, esto es, el mero hecho de referirse a ella como "ella", tal cual hace esta frase, es el mayor de los disparates.

Aun así..., el saber no puede ser contenido y se desborda. Así que Eso que reside al final de la visión humana es espontáneamente descrito por muchos que lo han visto por medio de tres conceptos, de tres palabras. Solo son conceptos, solo son palabras, y, como tales, se alejan completamente de Ello. Aun así..., Ser; Conciencia; Bienaventuranza. Conocidos en sánscrito como Sat Chit Ananda. Tal como observó Wei Wu Wei: "No podemos ver más lejos ni hay senda que lleve más allá"; y según Nisargadatta Maharaj: "Hay que asumir que Sat Chit Ananda es lo máximo que la mente puede acercarse a describir ese estado indescriptible".

Sat Chit Ananda

Esto es lo máximo que la mente y los conceptos pueden aproximarse al Ser, Mente Total, Pura Subjetividad, Conciencia, Todo-Lo-Que-Es, Presencia, Verdad última, Yo Soy. No es una entidad, una persona, una cosa, un "ello". Es puro Sí Mismo; Conciencia absoluta y plenamente consciente; Amor-Compasión-Bienaventuranza desbordante vertiéndose.

Puesto que está más allá del pensamiento y de los conceptos y del lenguaje, está también más allá de la experiencia. La experiencia está determinada por los conceptos, los cuales son todos ellos ilusorios, meros constructos del espacio y el tiempo. Toda experiencia está determinada por nuestras percepciones sensoriales, y tiene un comienzo, una parte media y una conclusión. Esto es cierto para toda experiencia, ya sea física, mental o incluso espiritual. Toda experiencia está estructurada por, y contenida en, nuestro marco conceptual espacio-temporal. Pero el Sí Mismo, Presencia, Verdad última está Más Allá, está fuera de la estructura espacio-temporal y, por tanto, no puede ser experimentado. Sin embargo, puede ser sabido, Comprendido, de un modo tal que trasciende tanto el tiempo como el espacio, que trasciende la experiencia.

Es por ello que los maestros e instructores afirman que el despertar o iluminación, el acaecimiento de este saber o Comprensión, es siempre instantáneo, y no gradual o por etapas. Un proceso gradual o por etapas implica duración en el tiempo; considerar que el despertar es un suceso gradual implica que todavía se piensa que es un evento que le sucede a un individuo que está experimentando en el tiempo. Sin embargo, el despertar trae consigo la evidencia de que no hay ni individuo ni tiempo. La Comprensión, por su propia naturaleza, está fuera del tiempo, y sucede fuera del tiempo; así que siempre aparece, desde el punto de vista de una consciencia ligada al tiempo, como un evento instantáneo, es decir, que no requiere de tiempo.

Sin embargo, los organismos cuerpo-mente funcionan fundamentalmente a través de la experiencia. Ese es el proceso operacional básico, es lo que su programación les suscita, es lo que les sucede naturalmente: lo que les ocurre a estos organismos cuerpo-mente es experimentación. Por tanto, cuando tiene lugar la Comprensión en una cuerpo-mente humano, le ocurre una experiencia; parecerá que ese cuerpo-mente ha "tenido" una experiencia, se construirá una experiencia en torno a esa ocurrencia. De este modo, habrá sucedido lo que puede denominarse una "experiencia de despertar", o la experiencia de la comprensión o de la iluminación.

Pero esta experiencia del despertar no es el Despertar. La experiencia de la comprensión no es la Comprensión. Son meramente experiencias humanas creadas en el cuerpo-mente en torno a la ocurrencia del Despertar, de la Comprensión.

La Comprensión, el conocimiento del Sí Mismo, la Presencia, la Verdad última reside fuera de la experiencia humana, dado que reside fuera del tiempo y el espacio. La experiencia de la ocurrencia de esta Comprensión, la "experiencia del despertar", no es el Despertar, no es la Verdad; es solamente una experiencia creada en el cuerpo-mente, similar a cualquier otra experiencia humana. Por esta razón, los maestros e instructores proclaman que incluso las mayores y más prodigiosas experiencias espirituales carecen de valor y deben descartarse; la fijación en la experiencia hace que la atención se desvíe de la verdadera Comprensión.

Aun así..., el saber no puede ser contenido y se desborda. En el intento de expresar el saber se emplean el lenguaje y los conceptos, aun cuando sólo son palabras e ideas y yerran completamente el blanco. En el intento de expresar el ver, se describen aspectos de la experiencia, aun cuando la experiencia de ver no es más que una experiencia, no es el ver mismo, no es la Verdad. Así, el Sí Mismo, la Presencia, Lo Que Es se describe en conceptos mediante el empleo de las ideas Sat Chit Ananda, Ser-Conciencia-Bienaventuranza; igualmente, a menudo se describe también en términos experienciales empleando la imagen de la luz. Es usual que aparezca la experiencia de la luz, o de algo análogo a la luz, como parte de la experiencia que ocurre en torno al despertar o a la Comprensión; de ahí que se denomine iluminación a tal experiencia.

Del Sí Mismo, Presencia, Lo Que Es, se dice que es...

...como el sol refulgiendo en el cielo azul: claro y brillante, inmoble e inmutable... iluminándolo todo.

Tsung Kao

...el cegador resplandor de la gran luz blanca que ha sido llamada Sat Chit Ananda y que es también nada en absoluto...

Wei Wu Wei

Pura es la luz de luces. Esto es lo que saben los conocedores del Sí Mismo. Allí el Sol no brilla, ni la Luna ni las estrellas, ni el relámpago brilla allí. ¿Dónde podría morar tamaña flama? Su fulgor ilumina el mundo entero.

Mundaka Upanishad

Un día el Sol admitió: Apenas soy una sombra; ¡ojalá pudiera mostrarte la infinita incandescencia!

Hafiz

Apareció esa luz que brillaba cada vez más y más y más, como la luz de mil soles. .. Esa luz brillante, de la cual yo era el centro y también la circunferencia, se expandió por todo el universo, y... esta luz que brillaba con tal refulgencia era, sin embargo, hermosa, era bienaventuranza, era inefable, indescriptible.

Robert Adams

La Conciencia, Presencia, Todo Lo Que Es, no es estática; es un campo infinito de potencialidad pura, es la posibilidad de todo; derramándose, vertiéndose en puro Ser, en la seidad de todo; vertiéndose en puro Amor, el Amor que todo lo es.

Las palabras fallan. Uno debe utilizar palabras y luego extrapolarlas, intentar usarlas para trascenderlas. "Amor" es una palabra que alude a una idea, a un concepto que, en este contexto, es inadecuado en extremo. En la cultura dentro de la cual han sido condicionados estos cuerpos/mente, se considera que el amor es el valor más elevado, pero raras veces examinamos qué se pretende significar con ese término. Al igual que la mayoría de nuestros pensamientos y valores, ese término está rodeado de, y protegido por, un pensamiento difuso para evitar así la claridad que conduce al auto-examen, que puede conducir a su vez al despertar, a ver a través de la bruma de este mundo, la cual ha sido extendida sobre nuestros ojos para cegarlos a la Verdad.

De hecho, nuestras ideas del amor están mucho más teñidas de lo que quisiéramos admitir de conceptos y sentimientos de implicación, singularidad, apropiación, exclusión, necesidad, preocupación, culpa. Pensamos que preocuparse de alguien es algo importante, algo que surge del corazón. Pero preocuparse es solo implicación, ansiedad, apego al resultado. Es un error de percepción creer que necesitamos cuidarnos de esta existencia ilusoria, de este sueño, o que deben importarnos las cosas. Esto solo genera inquietud, ansiedad, confusión y sentimientos de separación y culpa. No le hace ningún bien a la persona por la cual nos "preocupamos"; por el contrario, solo perpetúa su propia implicación en el sueño. Esto no es amor. Nuestra proclama de amor no hace más que limitarnos a nosotros mismos, así como a aquellos a los que intentamos amar.

El Amor no sustenta implicación alguna. Amor es neutralidad; es la auténtica ausencia de enjuiciamiento, censura, deseos, preocupación. Es nuestra Verdadera Naturaleza, Todo Lo Que Es, Presencia. Es el recordatorio de que nada importa. Cuando hay consciencia de ser siempre la Presencia de este Amor Perfecto, des-implicado y neutral, hay "la Paz que sobrepasa todo entendimiento".

Meister Eckhart, el místico cristiano, dijo que:

Puedes llamar a Dios amor, puedes llamar a Dios bondad; pero el mejor nombre para Dios es compasión.

Incluso el concepto de "compasión" puede contener implicaciones de pena y preocupación. Pero la tradición budista ha empleado esa palabra para expresar un estado en el que uno está des-implicada y desapegadamente abierto a que suceda lo mejor para "todas las formas sensibles", sin que exista el menor pensamiento de obtener alguna retribución. Cuando no hay experiencia de separación, desaparece el amor "hacia el otro" a la vez que el odio "hacia el otro". Solo puede haber un enamoramiento, un ser en el seno del amor, el Ser-Amado. Y cuando se comprende que "Todo Esto" es el despliegue del sueño perfecto que acaece en la Conciencia, que todo esto es el Verterse de Sat Chit Ananda, no hay necesidad de que nada sea distinto de como es. El Amor deviene, entonces, un neutral sostener Lo Que Es, en Gratitud, en Compasión, en Presencia.

La sensación desbordante proviene de que "todo esto", simplemente, es; todo lo que percibimos como manifestación fenoménica y como vida, tal cual la conocemos, con todas sus subidas y bajadas y placeres y dolores y belleza y locura; el perfecto despliegue del sueño de la Conciencia; el constante Verterse del Brillo que es Sat Chit Ananda, Belleza-Amor-Compasión-Bienaventuranza. Todo ello, simplemente, es. Es en-Amor.

Tú no eres ese cuerpo-mente, al igual que yo no soy este cuerpo-mente. Lo Que Es (lo que Tú eres) es Sat Chit Ananda, Conciencia, en cuyo sueño aparecen estos cuerpos/mente. Cuando se ve esto, se despierta de la identificación de ser uno de estos cuerpos/mente en el sueño. Cuando no hay esta identificación, ¿cómo puede haber duda, temor, desesperanza, sensación de pérdida, incertidumbre? El sueño se despliega Perfectamente. Y la belleza y maravilla del sueño son asombrosas, pasmosas, imposibles de contener. Lo que le sucede a este cuerpo-mente en el sueño no puede ser determinado por este cuerpo-mente, por el personaje del sueño. Lo que le sucede a este cuerpo-mente en el sueño no puede alterar o afectar de ningún modo al soñador, Lo Que Yo Soy, Presencia, Todo Lo Que Es.

Todo ello, simplemente, es. Todo lo que existe es para que la vida, el sueño, prosiga sucediendo en tanto que prosiga sucediendo, y para que haya aceptación de lo que es, en una actitud de desbordante Gratitud vertiéndose. Permanecer en Compasiva apertura, en Sat Chit Ananda, hacia el Ser-Compasión-Vertiéndose-Bienaventu-rado. Delirar con Rumi y Hafiz y Eckhart. Residir en-amor-ado en el Amado. No hay nada más. ¿Qué más podría haber?