Extractos - Jac O'Keeffe
Madurez espiritual
Por Jac O'KeeffeHasta el siglo pasado, el marco teórico del Vedanta Advaita (la enseñanza de la no-dualidad) era preservado y presentado principalmente dentro de las enseñanzas espirituales esotéricas de la India. Tradicionalmente, estas enseñanzas no-duales no eran impartidas libremente (a todo el público). Lo habitual era llevar a cabo un aprendizaje de doce años de servicio con un maestro espiritual o un gurú, después de lo cual el gurú determinaba si el estudiante estaba maduro para darle a conocer la perspectiva no-dual. Aunque esto pueda parecer extremo en la actual era de la libertad de información, sin embargo la práctica contenía su propia sabiduría.
Los indicadores o punteros de la no-dualidad son de poca utilidad para la mente inmadura y, en la mayoría de los casos, tienen un efecto adverso y retrasan realmente la maduración espiritual. Es esencial trabajar desde el nivel de consciencia en el que uno está estabilizado. Las características de un buscador inmaduro incluyen el querer evitar el desarrollo adecuado del ego para no tener que hacer frente a los aspectos de la sombra de la psique y la falta de capacidad para percibir dónde se encuentra en el camino progresivo. Por ejemplo, cuando le dicen que "tú eres Dios", o que "no hay nada que hacer", o que "tú no existes", etc., se agarra a estos conceptos y los superpone sobre creencias personales no examinadas sobre la separación. En esta etapa en particular, la introspección o el desarrollo personal es quizás la alternativa más apropiada para los buscadores.
Los buscadores inmaduros también persiguen a menudo a un maestro espiritual buscando amor y aceptación. Sin embargo, sin la suficiente conciencia de sí mismos, no reconocen esta motivación y por lo tanto, su innata falta de amor a sí mismos se perpetúa. Inevitablemente, encuentran razones para rechazar posteriormente al maestro, ya que una mente inmadura siempre exige conclusiones ―sobre sí misma y sobre su maestro― en un esfuerzo por validar y defender al frágil ego. Las polaridades dualistas del bien y del mal, real y falso, se manifiestan con toda su fuerza, siempre que el concepto del "yo" se base en opiniones erróneas. Con frecuencia tales buscadores saltan de un maestro a otro sin poder entender ni las enseñanzas ni al maestro debido a su sustrato de inmadurez.
En el Vedanta Advaita, no hay apoyo para el buscador inmaduro y cuando crece la resistencia a lo que es presentado por el maestro, el ego se defiende de todas las maneras posibles. Así se crea el baipás espiritual, por medio de la cual las enseñanzas espirituales se utilizan para evitar los problemas egoicos. Irónicamente, esta estrategia ha surgido como contrapeso dualista a la disponibilidad global contemporánea de las enseñanzas y perspectivas no-duales. Los buscadores inmaduros sin conocimiento de las sutilezas de la mente descartan como locura lo que no entienden. Las enseñanzas y acciones del maestro son interpretadas perversamente y, al defenderse, el ego del buscador se fortalece. Todo esto ocurre simplemente porque la mente todavía no está suficientemente vuelta hacia adentro.
En el mundo fenoménico todo tiene su lugar, así como todo indicador de lo que está más allá de la mente es útil en su propio momento. La maduración de la mente continúa indefinidamente hasta que todas las creencias en la separación se disuelven. El discernimiento para saber cuándo usar eficazmente las prácticas espirituales y cuándo abandonarlas no está disponible en la mente inmadura. En consecuencia, ciertas técnicas espirituales como la auto-indagación no pueden "funcionar" hasta que el buscador esté maduro.
En la India, la enseñanza de la no-dualidad se encuentra dentro del hinduismo. La oración, el yoga, el servicio, el cultivo de la devoción y la práctica de las buenas obras no se ven en modo alguno como oposición a la realización última de la Verdad. Todos los niveles de maduración se acomodan dentro de este sistema unificado. Cuando la mente no está todavía lista para responder a los indicadores no-duales, entonces estas prácticas espirituales tienen su lugar. Actualmente, hay tanta abundancia de opciones en Occidente que no se ve claramente que toda meritoria práctica espiritual en última instancia prepara la mente para su propia disolución. Como cada práctica tiene su lugar en el esquema mayor de las cosas, es importante participar en la práctica espiritual con el objetivo final a la vista. Por ejemplo, la exploración de vidas pasadas puede tanto aumentar el sentido del "yo" como disolverlo.
Deja que el foco de tu atención se centre en ver a través de la falsa identificación con el organismo cuerpo-mente. En todo esto, la opción sabia es seguir lo que tiene sentido internamente y no perseguir una explicación conceptual meramente atractiva para la mente. Permite que tu práctica espiritual sea guiada no por el deseo, sino por el sentido intuitivo de que hay un refinamiento o purificación de la mente inherente en ella. Lo que reduce el sentido del yo personal, lo que reduce la identificación con el pensamiento, es ciertamente una práctica útil. Toda esta actividad finalmente se acabará por sí misma. Es importante que esta maduración se desarrolle de forma natural, ya que la caída orgánica de la práctica espiritual sólo ocurre cuando la mente está apropiadamente madura para que se apodere de ella la actitud de la no-dualidad.
En todo esto, no se puede evitar la paradoja de que la realización de la Verdad no depende de ninguna práctica espiritual o madurez de la mente. La danza del camino progresivo ocurre en el tiempo y el espacio, que en sí mismo es producto de un pensamiento erróneo y de una identificación errónea. Este malentendido da lugar a la idea de que un "yo" personal, un individuo imaginario intenta reducirse para recordar quién o qué es. La reducción del "yo" no está directamente relacionada con la visión de la Verdad ― es simplemente la actividad que ocurre cuando la ilusión de la vida se debilita.
En las enseñanzas espirituales de Oriente y Occidente, el camino directo es apropiado para aquellos que están maduros mentalmente y por lo tanto están listos para trascender el pensamiento dualista. El camino directo no hace concesiones para el yo personal. Independientemente de la práctica defendida, el camino directo no ofrece un resultado o conclusión: puede describirse como una técnica que destruye la idea de que hay alguien que la está realizando. Aquí se recomienda no prestar atención a la mente, como si tuviera tolerancia cero por la apariencia del mundo ilusorio. La mente inmadura interpreta esta sugerencia como una práctica de tener una actitud de tolerancia cero, y esto a su vez refuerza la idea de un "yo" haciendo algo para obtener algo mejor. Y así se puede decir que la práctica espiritual puede realmente ayudar a disolver el "yo" pero, en el camino progresivo, también puede perpetuar el "yo". Por lo tanto es sabio participar en la práctica espiritual siendo consciente de que no puede por sí misma conducir al reconocimiento de la Verdad. Y sin embargo, tiene un gran valor, fenoménicamente hablando, ya que reduce la identificación con los pensamientos y así se van abandonando las creencias en la dualidad. Deja que la práctica espiritual continúe hasta que se vea como un evento en la consciencia y que tú no eres el practicante. Cuando no hay apego a la práctica espiritual, este cambio puede ocurrir. Se verá que todo sucede por sí mismo, y que no hay individuos haciendo nada de esto.
¡La importancia del silencio no debe ser subestimada!
Cualquier movimiento de un "yo" personal simplemente respalda la idea de que hay un "yo" que en última instancia busca la Verdad. La no-dualidad enfatiza (y el camino directo revela) que nunca hubo un "yo", que la idea misma de algo existente es falsa. No hay nada de sustancia o autenticidad en todo lo que parece como real.
Para aquellos que se sienten atraídos por la perspectiva no dual, tengan en cuenta que no existe un contexto formal en este marco que permita una maduración de la mente. Hay que reconocer que tanto las prácticas espirituales como las religiosas tienen su lugar en hacer posible que cada buscador responda de manera óptima a una llamada interna y que depende del buscador el encontrar su propia forma de implicarse en las enseñanzas impartidas de esta manera. Del mismo modo, la no-dualidad debe ser considerada como una disposición de la mente. No es apropiada para ser aplicada en los asuntos mundanos, y la sabiduría para tratar estos asuntos debe ser desarrollada de manera independiente. Este enfoque hace madurar el intelecto hasta el punto de ser capaz de ceder a una perspectiva no-dual, y es tu responsabilidad descubrir lo que funciona para ti.
A pesar de todo esto, ¿cómo puedes imaginarte estar separado del Sí mismo? Ser lo que eres no requiere esfuerzo porque siempre eres eso que es anterior y más allá de todos los conceptos. No puedes ser otra cosa que eso. Sin embargo, mientras te imagines que eres diferente de lo que eres, la búsqueda espiritual tiene su lugar. Para saber lo que eres, debe haber dos yoes para que uno conozca al otro. La búsqueda de la Verdad no se termina encontrando la verdad fenoménicamente: no se gana nada nuevo con la realización del Sí mismo. Todo lo que sucede es la retirada total de la identificación con el pensamiento.
Así que lo que se llama ignorancia (en un contexto espiritual) no es más que el insatisfactorio intento de identificar al Sí mismo con lo que no es el Sí mismo. Tu intelecto, y el que sufre por el deseo de encontrar la Verdad, debe darse cuenta de que lo que puede ser conocido es sólo lo que no eres. Con este conocimiento todo lo que se presenta como realidad fenoménica se pone al descubierto para ver que esto no puede ser lo que eres. Los apegos a la persona individual falsa deben desaparecer. Lo que queda no puede ser conocido por esa misma facultad que te ha traído hasta aquí.
El intelecto sólo puede operar en el contexto de sujeto y objeto. Dentro de esta dicotomía, debe haber algo que sea conocido o entendido y un individuo separado que gane algo con la adquisición de este conocimiento. Suelta todas las ideas que tengas sobre la iluminación y retén el sentido de dirección que surge de esta meta. Permite que surja una suavidad en lugar de la ansiosa y codiciosa búsqueda de la herramienta altamente sofisticada que es la mente. Desarrolla la sabiduría para saber cuándo usarla y cuándo dejarla. Cualquier cosa que se pueda conocer no puede ser lo que eres. Lo que eres es anterior a todas las explicaciones e indicadores dualistas. El Sí mismo está dentro de la experiencia directa de todo, pero no como uno se imagina: en ausencia de todos los fenómenos, la imaginación y el intelecto no tienen lugar. El Sí mismo es sólo tal como es.
No pienses en esto o trates de entenderlo. No es comprensible en ningún nivel más profundo que la teoría intelectual. La mente no puede profundizar más allá de ahí porque, para hacerlo, el intelecto necesita un objeto de percepción que active el pensamiento. Comprende y acepta la función y los límites de la mente inquisitiva. Es una herramienta que sirve bien en lo que se conoce como el camino progresivo o gradual. Cuando la identificación con el cuerpo y el pensamiento cesa, se entiende que la Verdad nunca se pierde o se encuentra, sino que lo que realmente eres simplemente se revela a sí mismo. No hay nada nuevo que aprender en esta revelación, puede manifestarse como un alineamiento con un conocimiento interior que siempre ha sido integral e intuitivo.
(Extraído de: Awakening to Liberation)Jac O'Keeffe experimentó un espontáneo despertar interior en 1997. Su tercer ojo se abrió y su vida cambió drásticamente de rumbo. Dejó una exitosa carrera pionera en la política artística comunitaria a nivel nacional en Irlanda para comenzar una práctica sustancial y sanadora, que progresó en retiros residenciales que exploraban las causas espirituales que sustentan la depresión clínica. En 2003, concluyó su práctica, dejó su estilo de vida occidental, y finalmente se trasladó a la India. La intensa práctica espiritual la condujo a un período de dos años sin pensamientos. La sabiduría espiritual se desarrolló y Jac ahora guía a otros en sus enseñanzas y publicaciones para trascender las perspectivas duales y no-duales y prepara a los maestros espirituales para la liberación. Más información