Sección Maestros y Autores

Geneviève De Coux nació en 1947 en Namur, Bélgica, durante las vacaciones de sus padres. La familia vivía en el Congo Belga, donde sus abuelos eran dueños de una plantación de café. Su padre Antoine De Coux fue magistrado y su madre Cornélia du Marais fue pintora, escritora y poeta.

Geneviève y su hermano Christian disfrutaron de una infancia idílica hasta 1960, año de la independencia del Congo. La familia tuvo que renunciar a todo y emigrar a Bélgica dejando atrás el paraíso.

En Bruselas, Geneviève estudió en el “Institut de la Vierge Fidèle”, una prestigiosa escuela católica. Este cambio radical de escenario avivó el fuego de su búsqueda ontológica y encontró refugio en el arte. Dibujaba mucho y, paralelamente a sus estudios, amplió su formación en el arte y diseño de interiores. Las vacaciones las pasaba a menudo en el molino de viento de su madre en Sintra, Portugal.

A los 18 años se matriculó en Historia del Arte y Arqueología en la “Université Libre de Bruxelles”. Estos años estuvieron marcados por el cambio radical que experimentan las ideologías tradicionales, y que eventualmente conduciría a la Revolución de 1968. En la víspera de sus exámenes de tercer año, mientras estudiaba su trabajo de filosofía, se topó con un dicho de Sócrates que la golpeó directamente en el corazón: "¡Conócete a ti mismo!"

Al darse cuenta de que esto era precisamente lo que siempre había estado buscando, abandonó instantáneamente sus estudios y partió hacia la India por carretera en busca de un Sócrates o un Buda vivos. Al llegar a las estribaciones del Himalaya, llevó una vida meditativa y ascética junto al Ganges en Rishikesh, esperando encontrarse con su maestro. Los lugareños pronto comenzaron a llamarla Mira como la princesa que renunció a todo por amor a Krishna.

A fines de 1968, en circunstancias bien dignas de la mitología india, conoció a un hombre con quien tuvo una experiencia de despertar. Se fue al día siguiente sin que Mira supiera nada de él, ni su nombre ni su dirección. La única certeza era que finalmente había encontrado a su maestro. Para tener la mejor oportunidad de volver a verlo, decidió vivir en el lugar exacto de su encuentro.

Durante ocho meses lo esperó y meditó bajo un arbolito a orillas del río Ganges. La gente empezó a considerarla una santa. Un día, su maestro, H.W.L. Poonja, discípulo de Ramana Maharshi, volvió a por ella. Se convirtió en su discípula y esposa y comenzó a viajar con él.

En 1971, H.W.L Poonja fue invitado a dar Satsang en Europa y Mira lo acompañó. Su hija Mukti nació en 1972 y la pequeña familia siguió viajando por el mundo. La madre y el hermano de Mira, rebautizados como Durga y Satish, también se convirtieron en discípulos de Shri Poonja.

Después de una estadía en Venezuela, Mira se mudó a Bruselas en 1981 para garantizar la educación de su hija. Fue un momento desafiante, intercalado con vacaciones en Portugal para visitar a su madre y viajes a la India para ver a su maestro con quien mantuvo una correspondencia muy estrecha.

En 1990, H.W.L Poonja, también llamado Papaji, se instaló de forma permanente en Lucknow, donde daba Satsang todos los días hasta que falleció en 1997. Su creciente reputación atrajo a buscadores de todos los rincones del mundo. En 1998, Mira fue invitada a dar satsang, lo que continúa haciendo hasta el día de hoy en todo el mundo. Decidió llamarse Ganga por el nombre del río en cuyas orillas vivía con su maestro.

En 2004, Ganga Mira se trasladó a Portugal junto con su madre Durga, quien falleció en 2012. Vive cerca del océano salvaje del Algarve con su hija Mukti y sus nietos, Arun y Satya, y da satsang cuatro veces por semana.

"Quien eres realmente está aquí, justo ahora, independientemente de los estados de tu mente. Siempre eres el Ser".