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Libros - Enrique Martínez Lozano

Psicología transpersonal para la vida cotidiana
Claves y recursos

Psicología Transpersonal para la vida cotidiana

La emergencia de la psicología transpersonal ha supuesto un paso cualitativo en el intento de comprensión del ser humano. Valorando e integrando todas las corrientes anteriores, abre un horizonte nuevo en el campo psicológico que, sin embargo, conecta con lo que siempre ha enseñado la "filosofía (o sabiduría) perenne": no somos un "contenido" de la consciencia, sino la consciencia misma, Presencia consciente experimentándose en formas temporales.

La comprensión adecuada del ser humano requiere que se atiendan sus dos dimensiones: la psicológica (o personalidad) y la espiritual (o identidad). En esta especie de "manual de bolsillo", el autor ofrece claves y recursos que buscan ayudar a comprender cómo se articulan ambos niveles para posibilitar una vivencia plena y armoniosa; en definitiva, para aprender a reconocer y vivir lo que ya somos.

Con ese objetivo, junto con las claves que ofrece la psicología transpersonal, presenta un amplio y variado elenco de prácticas ―psicoafectivas, atencionales y meditativas o contemplativas― con las que aproximarnos a nuestra compleja y paradójica realidad.

Enrique Martínez Lozano

Enrique Martínez Lozano (Guadalaviar, Terual, 1950)
Es psicoterapeuta, sociólogo y teólogo. Es autor de varios libros y se halla comprometido en la tarea de articular psicología y espiritualidad de un modo sencillo a la vez que profundo y eficaz, abriendo nuevas perspectivas que favorezcan el crecimiento integral de la persona y la experiencia de la más genuina espiritualidad. Su trabajo asume y desarrolla la teoría transpersonal y el modelo no-dual de cognición.

Más información

Detalles del libro:
  • Nº de páginas: 312
    Encuandernación: Rústica con solapas
  • Formato: 17 x 23
  • ISBN: 978-8433031051
    Versión digital: Amazon Kindle

De la Introducción

Por lo que a nuestro tema se refiere, parece que los humanos hemos quedado atascados en dos creencias erróneas: la primera nos lleva a pensar que el ser humano constituye la meta última y la cima de todo el proceso evolutivo; la segunda hace que identifiquemos "personalidad" con "identidad". Como todo lo que es falso, ambas creencias no pueden producir sino confusión y sufrimiento.

La psicología transpersonal, liberándonos de ese doble engaño, constituye una aportación imprescindible para que podamos avanzar en comprensión de lo que somos y, solo así, vivir en plenitud. Es el objetivo que pretendo con este trabajo: ofrecer claves y recursos que resulten eficaces para crecer en comprensión.

La psicología transpersonal es considerada como la "cuarta ola" del despliegue de la psicología. En absoluto desvaloriza las corrientes anteriores ―psicoanalítica, conductista, humanista―; al contrario, reconoce, asume e integra todo lo que cada una de ellas aporta en el camino de la integración y curación del psiquismo humano. Pero, a la vez, las transciende, desde el momento mismo en que reconoce que la persona no se agota en su psiquismo. Lo característico de la psicología transpersonal viene dado justamente por el prefijo "trans": lo que somos ―identidad― transciende por completo lo que pensamos que somos, la "personalidad" o "personaje" (yo) en que nos experimentamos.

Tenemos un cuerpo, una mente, un psiquismo..., pero somos más que eso. Tenemos órganos, pensamientos, sentimientos, reacciones..., pero somos más que eso. Lo que realmente somos es Aquello que es consciente de todo eso. Esta afirmación contundente es la que marcó, hace cincuenta años, el nacimiento de la psicología transpersonal. Afirmación que, por otro lado, pertenece al núcleo mismo de la llamada "sabiduría (o filosofía) perenne", y que podemos rastrear en las enseñanzas de todos los sabios, en todo tiempo y lugar de la historia humana. Lo que ha hecho la psicología transpersonal ha sido poner nombre a ese "otro lugar" que se da cuenta ("Eso" que es consciente), y que reconocemos en nosotros en cuanto tomamos distancia de la interminable y repetitiva cháchara mental y ponemos atención. Ahí nace uno de sus primeros postulados: "Tú no eres nada que puedas observar; eres Eso que observa".

Esta comprensión, cuando es experiencial, nos transforma por completo. Seguiremos (probablemente) siendo deudores de la inercia de una mente que se había absolutizado y de la creencia que nos hizo identificarnos con el yo particular y separado. Pero aquella comprensión marcará un hito inolvidable.

A partir de ahí, todo radicará en vivir en conexión con lo que realmente somos. Sobre esa base, podremos acoger todo lo que nos ocurra como oportunidad de aprendizaje y crecimiento, porque sabremos ver que está orientado, en último término, a lo que podemos considerar como nuestro "bien mayor" ― descubrir, reconocer, saborear y vivir nuestra identidad más profunda, que no es el ego o yo, con el que habitualmente nos identificamos, sino la Vida. Y aquí es donde caben las claves y los recursos que deseo compartir a través de estas páginas.

Vivir no es, en principio, una cuestión de hacer, sino de ser. Más aún, no es extraño que el hacer se convierta, desgraciadamente, en un pretexto para no vivir. Por el contrario, cuando, sencillamente, somos, todo brota con fluidez, con mayor creatividad y energía e incluso con más eficacia. Aprender a vivir es, por tanto, aprender a ser...

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