Libros - Ana María González Garza

Colisión de paradigmas
Hacia una psicología de la conciencia unitaria

¿El despertar a la conciencia de unidad es una etapa en el desarrollo del ser humano? ¿Debe la psicología incluir la dimensión unitaria del hombre en su disciplina? Si así fuera, ¿estaremos hablando de una “quinta fuerza” en la psicología?

¿Cómo unificar conceptos y teorías con la profunda subjetividad de las experiencias humanas? ¿Cómo plantear la trascendencia y los valores más elevados del Ser en un momento histórico en el que el mundo se estremece por las guerras, la violencia, la enajenación y la injusticia? ¿Cómo hablar de libertad cuando el ser humano vive como esclavo de sí mismo? ¿Qué hacer ante la lucha constante que entablan los paradigmas que al proclamar “su verdad” como la única dicotomizan al ser humano?

Estos y otros cuestionamientos son abordados de manera valiente, sencilla, profunda y emocionante por la autora, a través de un proceso de clarificación en el que los conocimientos, las ideas, los conceptos, las razones, intuiciones y experiencias planteadas se entretejen entablando un diálogo con el lector a quien se invita a explorar y a descubrir la luz de su propio ser interior, la esencia de la cual todos formamos parte.

Ana María González Garza

Ana María González Garza es doctora en Desarrollo Humano por la Universidad Iberoamericana en México. Como pionera del enfoque transpersonal-holístico en el mundo hispanoparlante, ha dedicado su vida a la promoción y aplicación práctica del proceso evolutivo integral de la conciencia.

Es autora de varias obras como Colisión de paradigmas, Educación holística, Enfoque centrado en la persona y Caminos de trascendencia.

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De la Introducción

Este libro es el resultado de las experiencias, intereses, conocimientos, cuestionamientos e inquietudes que difícilmente pueden ser ubicados en un tiempo o espacio definido. Mi vida entera se ha caracterizado por una continua búsqueda, a través de muchas vías pero siempre dirigida hacia una única meta: llegar a ser lo que soy en esencia. Mil y un significados diversos han motivado mi andar, cada uno respondiendo a un momento, a un presente, a una etapa que una vez concluida me conduce a descubrir nuevos sentidos a mi ser en el mundo, sin desvalorar o menospreciar por ello lo vivido anteriormente por considerar que el pasado constituye la base y los peldaños que, día a día, me conducen a una mayor claridad que me impulsa a continuar en el sendero hacia el Ser.

Hace más de veinticinco años, después de una experiencia que me hizo vibrar desde lo más profundo, los seres, las cosas, el mundo, el cosmos y el amor cobraron un sentido y un valor incalculable. Surgió entonces en mí la imperiosa necesidad de escribir sobre aquello que hoy vislumbro con mayor transparencia y nitidez. El espíritu que guiaba esta necesidad era, y continúa siendo, el poder compartir el gozo y la honda emoción que proporciona el llegar a cobrar consciencia de que nuestra vida, como seres humanos, constituye un proceso evolutivo-trascendente. Toda persona tiene el potencial y la capacidad de más ir allá de las limitaciones meramente humanas, de los paradigmas científicos, de los conceptos, de las palabras y aun de los símbolos. Es un hecho que esta declaración parte principalmente de la experiencia tanto personal como profesional: sin embargo, cobra especial sentido, significado y valor ante las vivencias que me han sido compartidas por un sinnúmero de personas con las que he tenido la fortuna de interactuar, convivir y trabajar. Por otro lado, la simple reflexión de haber podido comprobar que una persona común y corriente puede llegar a una comprensión más amplia y profunda del fenómeno humano, y que todo hombre o mujer es capaz de llegar a conocerse y conocer, aceptarse y aceptar, valorarse y valorar, y transformarse para transformar su entorno y así despertar a su verdadera esencia. La conciencia humana posee un potencial ilimitado que se encuentra latente desde el nacimiento, por lo que basta con reconocerlo, aceptarlo y optar por desarrollarlo, para que se inicie el proceso evolutivo hacia la trascendencia. En este sentido, se puede decir que el despertar a la conciencia trascendente no se limita a la experiencia de unos cuantos elegidos, sino que todos —por el simple hecho de formar parte de la humanidad— poseemos el potencial para llegar a ser lo que realmente somos: un ser que participa y forma parte —consciente o inconscientemente— de la totalidad universal.

Cuando hace más de quince años compartí con Carlos, mi esposo y mi mejor crítico, los apuntes de lo que podría llegar a ser un libro sobre el proceso evolutivo de la conciencia, me comentó: «esto es muy interesante, muy interesante, pero muy difícil... Te sugiero que si piensas publicarlo en algún momento, lo hagas con un seudónimo... Puede generar reacciones muy fuertes hacia ti por parte de tus colegas». En un primer momento pensé que si me atrevía a publicarlo haría lo que Carlos me sugería, optar por un seudónimo, pero más tarde, al reflexionar sobre la incongruencia que esta acción implicaba, decidí correr el riesgo de firmar aquello en lo que creo y que hoy comparto. Las palabras de Carlos fueron en cierta medida proféticas, pero hoy estoy convencida de que la decisión tomada entonces fue la más acertada.

El reto asumido continúa hoy siendo muy grande. No resulta sencillo tratar de unificar la objetividad de teorías y conceptos con la subjetividad de la experiencia interna, de intentar descubrir los puntos de convergencia de las polaridades aparentemente opuestas o de hablar sobre libertad, amor y trascendencia en un mundo en el que la guerra, la violencia, la injusticia, la deshumanización, la alienación, la lucha por el poder y la pérdida de valores fundamentales constituyen el pan de cada día. Sin embargo, la profunda confianza en el potencial humano, así como la intensa convicción de la existencia de un Omega que se encuentra más allá de lo terrenal y perecedero; más allá del pragmatismo y del materialismo imperante en nuestra era y más allá de la historia, me ha exhortado a enfrentar el desafío de ir entretejiendo ideas, conceptos, pensamientos, intuiciones, conocimientos y sobre todo experiencias que, al organizarse, han dado como resultado este nuevo volumen cuyo principal objetivo se centra en tratar de comprender el enigma de la existencia, la evolución y la trascendencia de la conciencia humana.