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Artículos - Chaitanya Balsekar

La esencia del advaita

Entrevista a Chaitanya Balsekar

Por Antonio Plana Octubre de 2019Versión pdf
Realizada en Bombay, en el domicilio de Chaitanya Balsekar ―puerta de al
lado de su hermano Ramesh―, el día 31 de octubre de 2019, 11:30 horas.
La experiencia mística

Chaitanya Balsekar (ChB): En el resto de religiones y filosofías duales, encontramos a dios y Yo, en la filosofía advaita encontramos a dios como Yo [God as me]. En el advaita, dios es la Consciencia.

Pregunta (P): ¿Qué es el vait o dualidad?

ChB: Todos creemos que somos el cuerpo. Todas las religiones lo creen, para ellas somos seres humanos y tratan sobre cómo comportarnos como seres humanos. Las religiones tratan de convertirnos en el buen niño de dios.

P: ¿Y el advaita?

ChB: En el advaita, tú no vives, eres vivido por la Consciencia, por la Consciencia viviente. En el océano hay olas, pero son olas del océano EN el océano. La ola no vive ni puede vivir por sí misma, sino que es el océano el que la vive, la ola vive por el océano.

Del mismo modo Antonio (el entrevistador), es una apariencia de la Consciencia EN la Consciencia. La Consciencia lo es todo, la manifestación, todo lo que aparece.

P: En alguna ocasión me ha dicho que la Consciencia quiere ser consciente de sí misma, ¿para qué?

ChB: La Consciencia no es consciente de sí misma. Del mismo modo, en el sueño profundo no eres consciente de ti mismo. Cuando te despiertas, te vuelves consciente de ti, del mundo. Que la Consciencia sea consciente de sí misma es algo que sucede automáticamente, igual que cuando Antonio se despierta y es consciente de sí mismo y de la manifestación. La Consciencia Impersonal se vuelve consciente de sí misma a través de toda la manifestación (experiencias), de las apariencias de la Consciencia EN la Consciencia. Las distintas formas de vernos son sólo olas de la Consciencia EN la Consciencia.

P: ¿Qué es la Ilusión?

ChB: Somos Ilusión, toda la manifestación es Ilusión. La Ilusión son las apariencias de la Consciencia EN la Consciencia. Decimos que todo es ilusión porque todo es una apariencia, incluso las emociones y los sentimientos. La conclusión es que todo lo que existe es Consciencia. La Consciencia es todo lo que hay. Esto es advaita.

P: El caso es que la gente no es feliz. Me parece que los más felices son los “buscadores”.

ChB: Que la gente sea feliz o no es “parte de lo que sucede”. La búsqueda es parte de la vida, no nuestra opción y no es la opción de todos. Somos vividos por la Consciencia EN la Consciencia. Si eres un sadgurú, es la Consciencia la que lleva a un cuerpo a ese destino.

P: Entonces, con esta comprensión ¿cómo vive su vida Chaitanya Balsekar?

ChB: Yo vivo mi vida como cualquier otra persona, la única diferencia es la COMPRENSIÓN de que soy una apariencia de la Consciencia EN la Consciencia y de que yo soy vivido por la Consciencia.

P: La conclusión es que uno no es el hacedor…

ChB: En el advaita no eres un ser humano con libre albedrío, sólo una apariencia de la Consciencia EN la Consciencia, y la Consciencia y tú sois uno.

P: Eso me lleva a lo que me ha dicho muchas veces sobre el guion.

ChB: Cualquier cosa que pienses o hagas es exactamente lo que se supone que has de pensar o hacer. Por lo tanto, cualquier cosa que hagas es tu guion. Vive tu vida como cualquier otra persona [que no tenga esta comprensión]. Piensa y haz lo que quieras, pero siempre con la comprensión.

Como somos vividos, hoy podemos ir a unas enseñanzas espirituales y mañana a otras. Pensamos que tomamos decisiones. Eres vivido para tomar decisiones. Eres vivido por tu guion, el que escribe la Consciencia. La Consciencia es la que escribe tu guion. Esta es la esencia del advaita y somos los seres humanos los que lo volvemos todo complicado. Todo lo que sucede es parte del guion escrito por la consciencia.

Los roles son personajes de los guiones de la Consciencia Identificada. Cuando aparecen los pensamientos, aparece tu identificación con el cuerpo y aparece el mundo.

P: ¿Cómo el buscador se vuelve uno con la Consciencia?

ChB: Ha de haber una rendición total a lo Absoluto para poder ser uno con ello. Rendirse es difícil porque el ego no quiere morir. Pero no hay solución al conflicto entre lo Absoluto y la desaparición del Ego, no está en nuestras manos, no puedes hacer nada más que relajarte y soltar cualquier expectativa.

P: ¿Dónde adquirió usted esta filosofía?

ChB: De mi gurú, Nisargadatta Maharaj, y de los libros que leí. Estuve casi tres años con Nisargadatta. Fue una gran experiencia. Gracias a la publicación en Mountain Path Magazine me di cuenta de que por fin había encontrado a mi gurú. Fui a verle tantas veces como pude. Escuchándole y reflexionando sobre ello, la comprensión se hizo cada vez más profunda.

Tuve inspiraciones en días y horas diferentes, incluso de noche. Tomé nota de ellas y escribí mi libro.

En este momento hacemos un alto para comer. En la mesa hay platos muy variados y picantes. Intento hacer malabarismos para comer lo menos picante posible, ya que estoy harto de la comida india picante servida a una temperatura incompatible con la vida humana independiente. Momentos después viene una joven que resulta ser la nieta de Ramesh Balsekar. La conversación se vuelve muy agradable con ella. Hablamos de su abuelo y le comento que algunas personas parecían no admitir que no fuese una réplica de Nisargadatta. Ramesh Balsekar hablaba más sobre cómo ser feliz, tanto como sobre advaita en su máxima expresión. Les digo que eso es lo que busca la gente, que son muy pocos los que buscan la liberación total y eso no está mal, es así y no hay que hacer un problema de ello.

Al finalizar la comida, le pido que me deje entrar en su casa, que es el piso de al lado y el lugar en el que Ramesh Balsekar conversaba con la gente que le venía a ver. El salón es muy amplio y luminoso, y el piso en general se ha modernizado bastante. Me señala una mecedora y me dice que es donde Ramesh solía sentarse. Le pregunto si puedo sentarme en ella y me dice que sí. Me quedo un rato allí, intentando sentir o revivir los años en los que su casa estaba llena de extranjeros.

P: Antes hemos hablado el ego. Yo no creo que haya que hablar de él en términos tan negativos como se habla.

ChB: Para que el cuerpo viva, el ego ha de estar ahí. Cuando a Ramana Maharshi le llamaban por su nombre, él respondía.

P: ¿Cómo vivir nuestra vida? Quería saber algo más sobre ello.

ChB: Todo lo que sucede es exactamente lo que debe suceder. La diferencia está en la comprensión, con ella tienes mucha más paz. Con la comprensión, dejan de haber juicios y condenas. No te ves como una persona mala. Sobre los que tienen problemas psicológicos no puedo decir nada, todo depende de su guion.

Sin tomar notas, hablamos sobre el Holocausto, los asesinatos, el acoso y la violencia sobrecogedores que hay en el mundo, y Chaitanya Balsekar me dice que no está justificando nada, que “es un hecho” que eso era lo que tenía que suceder. También me dice que el guion del acosador es el que es, pero también hay un guion que dice que vayas a la cárcel. Le replico que hay situaciones muy duras, y él insiste en que “es un hecho” y no quiere decir que las cosas deban ser necesariamente felices, son lo que son.

P: ¿Y si alguien vive con un sufrimiento enorme?

ChB: No puedo decirte qué hacer. Puedo entenderlo, querer que no te pase y consolarte, pero no puedo darte una solución. Hay que aceptar cualquier cosa que suceda, no resistirse. La espiritualidad produce consuelo, la búsqueda de la “fuente” produce consuelo.

P: ¿Qué es lo más importante para usted?

ChB: Lo más importante de la vida para mí es entender mi naturaleza real, el hecho de que eres la Consciencia Impersonal anterior a los pensamientos. Y recuerda que cuando lo entiendes, vives la vida como cualquier otra persona.

Ramesh Balsekar III - Chaitanya Balsekar

(Capítulo no publicado en mi obra Yo no hago discípulos, hago maestros,
y entrevista de octubre de 2019 por Antonio Plana)

Ya hemos hablado de Chaitanya Balsekar, el hermano de Ramesh, una persona interesante que en la primera visita nos supo a poco. Me pareció honesta, accesible y sobriamente directa. No había más opción que volver a hablar con él. En esta ocasión, lo que hizo fue transmitir sus enseñanzas o su comprensión.

En la presencia de Nisargadatta era muy feliz, y lo entendía todo, después lo olvidaba y pensaba que no lo sabía. Chaitanya recibió el mantra de Nisargadatta, añadiendo que es básicamente para purificar la mente, es más importante la comprensión. Nisargadatta le mostró su verdadera naturaleza y le dijo: “He plantado una semilla en ti, déjala que crezca”. Dos años después, de repente, entendió lo que Nisargadatta le había dicho.

Nisargadatta vino a comer a su casa y se sentó en el sofá en el que yo estoy ahora sentado, y empezamos a hablar.

Nos lo explica diciendo que las religiones te dicen qué hacer, y aceptas que tú eres humano y tienes libre albedrío. Todos pensamos que somos seres humanos con libre albedrío porque tenemos un nombre, personalidad, cuerpo y porque hacemos lo que queremos, pero el advaita no lo acepta. En el advaita no hay seres humanos ni libre albedrío. Un coche te lleva donde tú quieres, pero tú no eres el coche, del mismo modo tú no eres el cuerpo. No eres ni los deseos ni los sentimientos, éstos abandonarán la consciencia tarde o temprano.

Otro de sus temas centrales es el ego, y nos lo describió como que la personalidad es el ego, el cual aparece con los pensamientos. Sin pensamientos no hay personalidad. Cada pensamiento crea el ego, pero la Realidad es puro ser consciente sin ego. Pero no se trata de evitar los pensamientos, sino de entender que no somos ellos. Lo que realmente eres es la Presencia Impersonal anterior a los pensamientos. En samadhi no hay pensamientos, alcanzas ese estado primero mediante la comprensión y después con la meditación.

Respecto a la relación entre el cuerpo y la consciencia nos dice que cuando el cuerpo aparece, la consciencia se identifica, y cuando desaparece, se desidentifica, pero la Consciencia siempre está ahí, sin verse afectada. El advaita dice que tú eres dios, no estamos separados de dios, entendido como Consciencia. Eres una apariencia de dios en dios.

Pregunta: Entonces, ¿para qué nos necesita la Consciencia?

Chaitanya: Sucede, simplemente sucede.

Pregunta: En las enseñanzas advaita siempre se llega a este punto, en el que lo que no se entiende simplemente sucede.

Chaitanya: Son simples olas en la Consciencia. Lo que aparece es la película, pero la Consciencia es el director, el actor y todos los papeles de la película. No puedes hacer nada en contra del guion.

Pregunta: En las enseñanzas advaita no hay pruebas o evidencias de lo que se dice, sólo las palabras del gurú.

Chaitanya: Exacto. El maestro habla con los discípulos, pero en realidad la Consciencia habla con la Consciencia. En la vida diaria no hay diferencia alguna entre una persona que tiene conocimientos del advaita y otra que no.

Pregunta: ¿Usted disfruta su vida?

Chaitanya: Disfruto cada minuto. Yo conozco mi papel en el guion y soy feliz viviendo de modo acorde con él.

Pregunta: Muchos santos se ven muy serios en las imágenes que les representan.

Chaitanya: Yo no soy un santo. Nunca he sido maestro, si la gente viene a verme estoy feliz de hablar.

 

El último día de estancia en Bombay me fui a despedir de Chaitanya. Más que admirarle o apreciarle, era un sentimiento de que debía ir. Llegué tarde porque me había entretenido con el maravilloso descubrimiento de la familia de Saumitra Mullarpatan. Al explicarle la causa del retraso se puso muy contento porque eran amigos. Comenzamos a hablar sin notas ni grabaciones, enseguida se hizo con la conversación, me hablaba sobre el “guion” que tiene cada uno en la vida, que no puede hacer algo distinto de lo que está en su guion. Aunque la palabra se presta a equívocos no se ha de entender como que hay predestinación o destino, sino que es una forma de explicar que uno no es el que hace ni el que decide. A cada pregunta mía sobre lo que estaba en mi guion, el de otro, o el suyo, y el de las cosas y acontecimientos, respondía que eso era lo que estaba en su guion. Además repetía que todo aquello era “un movimiento de la consciencia en la consciencia”, como las olas respecto al mar.

Chaitanya publicó un libro titulado Sueño de la Consciencia. Contemplaciones sobre el Advaita [1]. Lo escribió porque veía que se le olvidaban las cosas, pero considera que no es él el escritor, que son destellos de inspiración. Y lo que hemos hablado lo explica con estas palabras:

“Cuando un cuerpo nace o cobra vida en la manifestación, el Sueño de la Consciencia, la Consciencia Impersonal se refleja en ese cuerpo y se identifica con él como Consciencia Identificada, reflejada en el YO SOY.

Este reflejado YO SOY se identifica con cada organismo cuerpo-mente, igual que el sol de verdad se refleja en varios charcos a la vez, reflejando soles en la superficie de sus aguas…

YO me convierto en ego sólo cuando surge un pensamiento… Mientras haya vida en el cuerpo, habrá pensamientos creando ego… La hipnosis divina, o Maya, hace al ego creer que está viviendo su vida, cuando en realidad ‘su vida’ está siendo vivida por la Consciencia. Como ego, sólo soy una ‘apariencia’ de la Consciencia en la Consciencia, y la Consciencia es mi contenido.

Por lo tanto, yo ‘pienso’ que soy este cuerpo humano con su libre albedrío, intelecto y sentido de ser el hacedor. Este ser humano que pienso que soy, al igual que todos los demás seres humanos y objetos en la manifestación, no son más que un papel interpretado por la Consciencia Impersonal en su Drama Divino, en el Sueño de la Consciencia”.

Notas:
  1. Balsekar, Chaitanya S. Dream of Consciousness. Contemplations on Advaita. Yogi Impressions Books Pvt. Ltd. 2011 Mumbai (pp.134-135 y 162)
© Antonio Plana, Nodualidad.info - Abril de 2021