Artículos - Rupert Spira
La experiencia de ser consciente
Diálogos con Rupert Spira Encuentro en Barcelona, Abril 2014Interlocutor: ¿No es la mente la que es consciente de esta presencia consciente?
Rupert Spira: Todo lo que sabemos de la mente son pensamientos, imágenes y sentimientos. ¿Es eso cierto en tu experiencia?
I: Sí.
RS: Entonces tú pregunta seria: ¿no es un pensamiento, una imagen o un sentimiento lo que es consciente de la consciencia?
I: Es como si hubiera algo que no es ni la mente ni las emociones ni los sentimientos, pero que fuera consciente de la consciencia.
RS: Sí, tienes razón. Tenemos la mente que son pensamientos, imágenes y sentimientos y tenemos la consciencia, la presencia consciente; y tú estás preguntando: ¿no hay algo, que no es la mente, que es consciente de la consciencia?
La respuesta es sí, tienes razón, hay algo que no es la mente y que es consciente de la consciencia. ¿Que sería ese algo? Has visto que no es la mente la que es consciente de la consciencia.
I: ¿La consciencia es consciente de sí misma?
RS: Sí.
I: Sin mente, ¿puede ser esto?
RS: Sí.
I: Es lo que me cuesta.
RS: Si te pregunto ahora mismo: ¿eres consciente? ¿Qué contestarías?
I: Sí.
RS: Si ahora te pregunto: ¿cómo sabes que eres consciente? ¿Qué dirías?
I: Lo sé.
RS: Lo sé, simplemente lo sé. En otras palabras, es tu experiencia el que eres consciente; eres consciente de ser consciente. ¿Qué es eso que es consciente de ser consciente? En otras palabras: ¿cuál sería su primera cualidad? Tú reconoces: soy consciente de ser consciente.
I: Sí.
RS: Sea lo que es que es consciente de ser consciente. ¿Cuál seria su primera cualidad? Digamos cuál es su segunda cualidad, la primera es que está presente. Sea lo que sea que es consciente de que eres consciente, obviamente está presente. ¿Cuál es su segunda cualidad?
I: Ser consciente, consciencia.
RS: Sí, tiene que ser consciente, si no fuera consciente, ¿podría entonces ser consciente de que eres consciente? ¡Por supuesto que no!
Así que, sea lo que sea lo que conoce la experiencia "Yo soy consciente" debe tener dos cualidades: tiene que estar presente y ser consciente. ¿Cómo llamamos a eso?
I: Consciencia presente.
RS: Sí. Antes que la presencia consciente conozca alguna cosa, como: una mente, un cuerpo o un mundo, ya se conoce a sí misma.
Eso es lo que quiere decir en el Antiguo Testamento: "Yo soy el que soy". La versión completa de esa frase es: "Yo soy la presencia consciente que es consciente de que soy consciente". "Soy lo que soy", en corto.
Ramana Maharshi decía que esta frase del Antiguo Testamento era el enunciado más profundo, sucinto y verdadero que había acerca de la Realidad.
Esa experiencia de "ser consciente de ser consciente" es la experiencia íntima y directa que todo el mundo tiene; pero en la mayoría de los casos nuestra consciencia se ha entremezclado de tal manera con pensamientos y sentimientos que parece que ha pasado por alto el conocerse a sí misma, el conocer de su propio ser.
Como resultado de ello ha dejado de conocerse a sí misma como presencia consciente abierta y vacía y, entonces, parece conocerse a sí misma como un finito y separado cuerpo mente.
Es como si la pantalla se entremezcla con la película y olvida que es una pantalla vacía, transparente e infinita y, entonces, piensa que es una colección de objetos finitos y separados.
La primera etapa en el proceso espiritual es este des-mezclar, este separar nuestra naturaleza verdadera como presencia consciente, de todas las capas de pensamientos y sentimientos que han sido superpuestos en ella.
Interlocutor: La pregunta se refiere a algo que dijo ayer, no sé si entendí bien, y tengo una duda. Escuché que el yo era un espacio vacío, abierto y vulnerable y, a la vez, que no se podía dañar. Me queda una duda sobre la palabra vulnerable, ¿qué significa exactamente?
Rupert Spira: En este contexto vulnerable significa completamente abierto y sin resistencias, sin la habilidad de resistirse.
El espacio vacío ―hablando de manera relativa, como por ejemplo, este espacio vacío de aquí― podría decirse de él que es totalmente vulnerable. Si nos levantamos y empezamos a bailar, este espacio no tiene poder alguno para cambiar eso y si nos levantamos y empezamos a pelearnos, el espacio lo permitiría totalmente sin resistencia alguna. En este sentido la presencia consciente es completamente vulnerable.
Sin embargo, en el lenguaje normal asociamos la palabra vulnerable con el de alguien que es fácilmente dañable, bien de manera física o emocional. Por eso califiqué la palabra vulnerable y dije que no puede ser dañado.
Normalmente pensamos que alguien que no puede ser dañado es alguien que es muy fuerte, que puede resistir a todos y a todo, que es impenetrable, no puede ser dañado o lastimado.
La indañabilidad de la presencia consciente no es debida a la fuerza de su resistencia sino todo lo contrario, es debida a la ausencia de resistencia.
Pensamos que esta pared es impenetrable debido a su fortaleza pero, de hecho, este espacio vacío es más fuerte que la pared, la pared puede ser derrumbada y un día será derrumbada. Nada ha sucedido jamás ni puede sucederle jamás al espacio vacío, por eso es completamente indiferente a lo que ocurre en su seno.
La consciencia es así.
I: Sí, para mí es como más disponibilidad.
RS: Sí, sí. Disponibilidad es otra palabra, la pura disponibilidad completamente abierta a todas las apariencias. Igualmente abierta a todo lo que aparece, lo agradable como lo desagradable, lo que es correcto como lo que es incorrecto o equivocado.
Toma el pensamiento "dos más dos igual a cuatro", ¿ofrece la presencia consciente alguna resistencia a ese pensamiento? Ahora toma el pensamiento "dos más dos igual a cinco", ¿ofrece la presencia consciente alguna resistencia a ese pensamiento? En absoluto, está igualmente abierta a los dos pensamientos. El pensar ofrece alguna resistencia al pensamiento "dos más dos igual a cinco", el pensar dice "sí" al pensamiento "dos más dos igual a cuatro", pero "no" a "dos más dos igual a cinco", pero la presencia consciente está de igual manera abierta a ambos.
El pensar dice "no" a la conducta de Hitler pero dice "sí" a la conducta de Ramana Maharsi, pero la presencia consciente está abierta de igual manera a ambas. Ambos son dos ejemplos extremos.
Si exploras tu experiencia, encontrarás que lo que esencialmente somos, es esa apertura incondicional, completa disponibilidad, pura sensibilidad.