Artículos - Douglas Harding
Diálogo con Douglas Harding
Extracto de una conversación en mayo de 1987Interlocutor: ¿Qué es ver Quién eres realmente?
Douglas Harding: Es tan simple, es difícil de describir. Normalmente, nosotros estamos mirando a otras cosas, pero ver Quién eres realmente, es mirar a eso desde lo que usted está mirando. Es volver la dirección de su atención precisamente 180º y mirar a lo que está más cerca de todo, lo que es central para su vida ―el ingrediente permanente en todo lo que usted es y hace. A saber, lo que es usted a una distancia de cero metros de usted. Habitualmente, yo miro a lo que está lejos, a unos pocos centímetros o metros o kilómetros. Pero Aquí hay una región que he aprendido a ignorar, bajo presión social. He aprendido a fingir que no existe, que no tiene importancia, que es peligrosa y que no debe ser mirada. Es lo que es justamente Aquí ―desde donde estoy mirando. Eso es lo que es Ver para mí.
I: ¿Desde qué está usted mirando? Yo veo a Douglas Harding ahí. ¿Está usted mirando desde él?
DH: Bien, Douglas es su problema. Yo no le veo Aquí. En este momento, yo puedo ver un montón de cosas, pero no lo reconocería como Douglas Harding. Hay un suéter, pantalones y zapatos, un par de manos asomando aquí, pero yo no llamaría a todo eso Douglas Harding. No. Lo que encuentro Aquí es Espacio para esas cosas, ese cuerpo, esas ropas y manos, Espacio para usted ahora, Espacio para el magnetófono y la ventana y los árboles fuera. Yo encuentro Capacidad ―Vacío Aquí que está lleno de lo que se ofrece. Y lo que se ofrece es muy claro y muy evidente. En este momento es principalmente usted.
I: Así pues, ¿esta capacidad es consciente?
DH: ¡Oh sí!, ciertamente lo es. No es solo alguna capacidad vieja, algún espacio común y corriente para que las cosas acontezcan en él. Está muy alerta a sí misma en este momento como Capacidad.
I: Douglas, ¿cómo llegó usted a esto?
DH: No sé cuándo llegué a ello. Esa historia acerca de tener una experiencia en el Himalaya ―bien, la tuve. La tuve. Pero no fue la primera vez. Estoy seguro que tuve más que indicios de ello mucho antes de eso. De modo que no sé la respuesta a eso. ¿Cómo llega usted a la cosa a la que usted no llega, debido a que usted la es? Ésa es una pregunta extraña. La respuesta es que yo no sé cómo me topé Conmigo Mismo. Es tan inherente, tan central, yo no puedo decirlo.
I: ¿Mirar fuera es en todos los aspectos diferente, de hecho totalmente opuesto a mirar dentro?
DH: Sí, eso es correcto. Pero hay otra cosa que debo añadir aquí, y es que no puedo encontrar ninguna manera de separarlos. Puedo distinguirlos totalmente, pero cuando son distinguidos totalmente, se unen completamente. Si lo que se ve dentro fuese algo como lo que se ve fuera, entonces nunca se unirían. Pero si el contraste es total, entonces uno es capacidad para el otro, y la unidad es total. Yo veo que este es el caso. En otras palabras, el Espacio que yo soy, es lo que le llena. Cuando simplemente le miro a usted, solo tengo la mitad de la historia, debido a que estoy omitiendo la mitad que está Aquí. Pero si miro Aquí, tengo la Claridad, y también su relleno que es usted. Así pues, todo mi asunto en la vida es mirar Aquí, debido a que mirar Aquí implica ahí, mientras que ahí no implica necesariamente Aquí. Si hago eso en mis supuestas relaciones con otras personas, tengo la experiencia de ser ellos. ¿Cómo soy ellos? Es una doble identidad. Primero de todo, tengo su apariencia, que ellos no tienen por sí mismos. En segundo lugar, yo soy Aquí esta Consciencia que ellos son. Aquí yo soy usted, y usted, y usted, ad infinitum.
I: Cuando yo miro Aquí a este Espacio, no es simplemente "espacio", ¿no es cierto? Es realmente encontrar que yo soy la Fuente consciente de todo. En otras palabras, yo soy Dios donde yo soy. Eso es completamente diferente de imaginar que soy una persona.
DH: Sí, hay tres posibilidades. Una es que yo soy lo que la sociedad me enseña a pretender que soy, a saber, un ser humano como los que veo alrededor, un objeto sólido, normal, perecedero y limitado. Esa es la número uno. La número dos es simplemente espacio ―vacío para otros seres humanos, vacío total, un vacío para ser llenado con cosas. Pero hay una tercera posibilidad, y es enormemente diferente de las otras dos. Es cierto que ninguna palabra abarcará o describirá lo que yo encuentro Aquí. Ello es libre de características. Pero paradójicamente, esto le da un valor increíble. Se dice en las Upanishads ―se repite en varias escrituras― que nosotros no obtenemos felicidad, satisfacción y paz sino de lo que es completamente abierto, ilimitado, que no puede ser comprendido y que es totalmente más allá de nuestro marco de referencia. Es totalmente misterioso. De eso, nosotros obtenemos satisfacción; de lo limitado, nunca. Así pues, la tercera posibilidad de la que estoy hablando es la Nada que es realmente Nada, realmente indescriptible. Pero yo lo soy, y por lo tanto es la única cosa que conozco realmente sin ser capaz de describirla. Es algo que me anonada, por decirle algo. Es lo que yo soy. ¿Y qué soy yo? Yo soy Nada, consciente de mí mismo como Nada. Pero esto, siendo totalmente misterioso, auto-originante, increíble, inaprensible, incognoscible, por eso mismo deviene misteriosamente eso en lo que yo puedo poner mi confianza, mi Recurso infinito. Algo tan precioso, algo... Simplemente no puedo encontrar palabras para describirlo. ¿Puede usted ayudarme aquí?
I: Sé que la palabra Dios no es adecuada para este misterio, y sin embargo tiene un cierto poder y da alguna indicación de Quién es uno. Pero es difícil decir algo.
DH: Bien, pueden decirse ciertas cosas acerca de ello. Lo que viene y va, lo que es cambiante, yo no puedo ser eso, no puedo reposar en ello, no puedo encontrar mi paz en ello. Eso no es mi Recurso. Eso que puede ser conocido es algo que puedo abarcar con mi capacidad intelectual. Mi Recurso tiene que ser inefable, inaprensible, totalmente convincente, totalmente precioso, pero existente sin ninguna razón. Supongo que lo que me da paso, más que ninguna otra cosa, a este sentido de identidad, esta identidad que es increíblemente nada, e increíblemente valiosa, es su auto-originación. Es el Abismo del que procede Yo Soy. Es más fundamental, infinitamente más fundamental que el sentido de Yo Soy. Es como el sentido Yo No Soy, pero es la fuente ―bien, no es la fuente. Es de donde viene la fuente. Es el manantial de la fuente de Yo Soydad, que es Mí mismo viniendo a Ser. Está debajo de Ser. Sin ninguna razón. Es el pasmo, el vértigo, la estupefacción de la Divinidad investigando sus propios orígenes incognoscibles. La Divinidad está totalmente anonadada por esto. Y curiosamente, esta ignorancia, este no saber, es el tipo de conocimiento más profundo.
I: Claramente, no es Douglas quien ve esto, ¿no es cierto? Es la Fuente consciente de sí misma con asombro.
DH: Aquí, yo no puedo encontrar que quede nada de ese tipo, Douglas. Él está ahí. Es como si uno tuviera niveles. El nivel de fondo de todo es la No-cosa inefable, el Origen impensable que podríamos llamar Yo No Soy, del que procede el Yo Soy. Después, procediendo desde el nivel Yo Soy, viene yo soy Douglas, yo soy usted, yo soy el universo. Éstos son diversos niveles de manifestación. Pero yo siento que mi refugio, mi recurso, mi gozo y mi bendición vienen de lo que está debajo de la Existencia, debajo del Ser, debajo del pensamiento, debajo de la sensación, y que es el "lugar" del que viene todo ello. De una cierta manera, la Potencialidad de todo es más preciosa que su puesta en acto. Debido a que la Potencialidad es tan profunda, tan rica, usted puede reposar en ella. Su puesta en acto siempre estalla en bella creatividad. El problema acerca de una fuente es que está siempre en movimiento. Pero yo no puedo reposar en el movimiento. Tengo que volver al lugar de donde viene todo.
I: La Nada es infinitamente sorprendente. No puede ser aprehendida ni tenida ni comprendida nunca, y, sin embargo, es un recurso pasmoso.
DH: Y la cosa bella y misteriosa es que el simple acto de volver la atención 180º nos pone en contacto inmediato con ella.
I: Así pues, este Ver no es una cosa superficial. Es una cosa simple, pero ve en las profundidades más profundas.
DH: Sí, profundidades infinitas. Al mirar fuera al mundo, uno mira en un callejón sin salida, a algo que termina. Si es el cielo o los árboles o usted o ese escritorio, la visión termina ahí. Pero al mirar 180º en el otro sentido, la visión prosigue y prosigue siempre en la profundidad de la profundidad del misterio incognoscible, sobre todo, el misterio de por qué y cómo se forja a sí mismo, de cómo me forjo yo a mí mismo. Es incognoscible. Estoy completamente seguro de que el gozo más grande de Dios es su propia inefabilidad, y uno mismo es su propia evidencia de esto. Un Dios explicable y previsible sería tan endeble, tan exiguo, tan superficial. Esto es un gozo extraordinario. ¿Cómo puede expresar uno esta maravilla? ¿Cómo puede uno hacerle justicia? Le confunde a uno describirlo, ¿no es cierto? Pero simplemente gire su atención 180º e instantáneamente usted está en contacto con ello.