Artículos - Robert Adams
Señales de progreso
Por Robert AdamsRobert: Será mejor que tenga cuidado con lo que digo. Se están grabando cintas. Son luego transcritas en lecciones y tengo que vigilar mi boca.
SM: Son geniales. Cada vez que las leo saco más provecho de ellas.
Robert: Om namah Shivayah. Om Shanti Om. Paz.
Realmente debería dejar que os llevéis a casa una cinta en blanco esta noche, y no decir nada. Entonces Ed puede transcribirla y tener páginas en blanco. Y esas páginas pueden ir por todo el mundo y no habrá nada. Y todo el mundo estará iluminado.
Todo el mundo sigue buscando palabras. Las palabras no significan nada. Cuando escuchas palabras realmente estás echando el poder fuera de ti. Tú tienes todas las respuestas. Todo lo que tienes que hacer es quedarte en silencio el tiempo suficiente y todo te será revelado. Entonces, ¿qué estoy haciendo aquí ? Soy simplemente un espejo de ti mismo. Estoy aquí para que puedas verte a ti mismo, tu verdadera naturaleza. No hay diferencia entre tú y yo. ¿Qué ves? Lo que ves es lo que obtienes. Puedes ver tu propia divinidad como el Ser, o puedes ver el yo personal que se involucra en todo tipo de problemas. La elección es siempre tuya. Si te identificas con el mundo sufrirás en consecuencia. Si te identificas con tu verdadera naturaleza, el Ser, eres feliz y dichoso. Por supuesto tu verdadera naturaleza es omnipresencia, inteligencia pura. Por consiguiente, si estás experimentando tu verdadera naturaleza, mires donde mires ves armonía y paz, porque te estás viendo a ti mismo.
Mucha gente todavía me pregunta: "Robert, ¿cómo puedo saber si estoy progresando en el sendero? ¿Cómo puedo estar seguro?" Hay muchas señales. La primera es un sensación de paz, cuando ya no eres perturbado por las condiciones mundanas. El mundo parece continuar. Comienzas a verlo como una imagen, una película. Empiezas a reconocer lo que realmente es el mundo, una expresión de tu propia mente. Y cuando puedes hacer que el mundo nunca te hará daño de nuevo, perderá su poder sobre ti.
Por supuesto, tu cuerpo es parte del mundo, y también lo es su mente. Por lo tanto, tienes que renunciar a esos también. Cuando no hay pensamientos para el cuerpo, no hay pensamientos para la mente, y no hay pensamientos para el mundo, entonces la acción divina correcta tiene lugar en tu vida y cada cosa se convierte en alegría. Todo se convierte en amor. Sin que pienses en ello, sin deseo, sin necesidad, eres libre.
Otra manera de saber si estás progresando es que ya no eres perturbado por ninguna condición. Es posible que pierdas tu trabajo, puedes perder a un familiar, puedes pasar por diversas experiencias, pero no estás decepcionado, porque puedes ver a través de la experiencia el otro lado. Y el otro lado es el cuarto estado de consciencia, además del sueño profundo, el sueño con sueños y la vigilia. Y en el cuarto estado de consciencia siempre hay felicidad, porque ese es el sustrato de todo lo que ves. Una vez más la elección es tuya. Tienes la libertad de identificarte con el mundo, o de identificarte con el Ser. No hay nadie, no hay ninguna cosa, que pueda hacerte daño o que te perturbe o moleste si centras la atención en Dios o el Ser.
Sin embargo, la mayoría de la gente no entiende cómo hacer esto. ¿Cómo enfoco mi atención en Dios?
Recordando Yo-soy. Yo-soy es el primer nombre de Dios. Cuando piensas en Yo soy estás invocando el nombre de Dios y estás enfocando tu atención en Dios. Por lo tanto, cuando tienes algún tipo de problema o algo te molesta, si te sientes de mal humor, si crees que algo está mal, si la guerra te afecta, no tienes que apagar el televisor, o cambiar tu entorno, o cambiar tus circunstancias. Sólo tienes que girar hacia adentro e invocar el nombre de Dios, diciendo: "Yo-soy". ¿Qué ocurre cuando haces esto? Estás realmente diciendo, "Yo-soy la realidad absoluta, Yo-soy la conciencia pura, Yo-soy el nirvana, la vacuidad, la unidad final, Yo soy sat-chit-ananda".
Todo esto sucede cuando dices simplemente: "Yo-soy". Es por ello que, en las etapas iniciales, la meditación Yo-soy es muy importante, con la respiración. Cuando estás haciendo esto estás expulsando fuera todas tus falsas nociones, samskaras y el resto de basura, y entras en tu verdadera identidad.
Puedes saber si estás haciendo progresos por lo feliz que eres. Cuando ves que eres feliz, sin que ninguna condición te haga feliz, entonces sabes que algo está funcionando. Si necesitas algo o alguien para hacerte feliz, el mismo algo o alguien puede ponerte triste. Cuando la persona que te hace feliz te abandona te sentirás triste. Cuando la cosa de la que disfrutas te la quitan, te molesta. Por tanto, no dependas de ninguna condición para tu felicidad. La felicidad es tu verdadera naturaleza. Todo lo que tienes que hacer es invocar Yo-soy, y ya estás ahí radiantemente feliz.
La gente todavía cree que si se iluminan, o despiertan a sí mismos, van a tener que dejar de trabajar o dejar de salir, que sólo van a querer estar con ellos mismos y que no se preocuparán por nada. Al contrario, recuerda que tú no eres tu cuerpo. Tu cuerpo va a continuar y va a hacer lo que vino a hacer aquí, pero no tiene nada que ver contigo.
Y eso es difícil de comprender para algunas personas. Yo no soy mi cuerpo. Tu cuerpo es el cuerpo del mundo, y siempre que te identificas con tu cuerpo tienes que identificarte con el mundo, porque el universo es el cuerpo de Dios. Tú eres el microcosmos en el macrocosmos. Tienes que dejar eso o estarás jugando en el mundo, en el universo. Puedes adquirir poderes ocultos, puedes hacer todo tipo de cosas con los chakras, pero aún estarás trabajando en la mente. Todas estas cosas tienen que ver con la mente. No juegues a estos juegos. Vete más allá de eso. No hay que buscar nada. Porque no buscando encontrarás. Y buscando perderás. Todo está planeado, todo está predestinado, y todo está de tu parte. No hay absolutamente nada en contra de ti.
Si realmente supieras lo que te está pasando te alegrarías. Si realmente, realmente supieras lo que te está ocurriendo gritarías de alegría. El universo te ama. Lo que tú llamas Dios te ama. Brahman te ama, porque tú eres eso, el Ser. Por lo tanto su naturaleza es el amor. Cuando digo que estas cosas te aman, estoy invirtiendo el proceso para hacerte entender que tu naturaleza es el amor. Es tu amor el que crea el universo. Es tu amor el que ama. De lo contrario ¿de dónde vendría? Así que para hacer comprender a la gente que su naturaleza es el amor, les digo que el universo les ama, que Dios los ama.
Pero si piensas en ello, ¿de dónde viene el amor? ¿Hay algún poder fuera de ti mismo que genere este amor? Por supuesto que no. Tú eres el único poder. Tú eres el único amor. No hay nadie fuera de ti. Sin embargo tú no eres lo que pareces ser. Deja de identificarte con las condiciones mundanas. Cada vez que surge algo simplemente te dices a ti mismo: "Yo-soy", y el Yo-soy iniciará el proceso por ti. El Yo soy es como un interruptor. Cada vez que te quedes atrapado en el mundo simplemente enciende el interruptor, diciendo: "Yo-soy", y de repente descubrirás que comienzas a perder tu identidad y te fundes en tu propia consciencia.
Cuando digo que te fundes en tu consciencia no me refiero a que hay una consciencia por un lado y un tú por otro. Lo que quiero decir es que realmente despiertas a tu Ser. Despiertas a tu verdadera naturaleza. No hay una consciencia escondida en algún lugar y tienes que ir a encontrarla. La consciencia eres tú. Basta con dejar de pensar. Aquieta tu mente y comenzarás a brillar. No planees las cosas. Olvídate de las metas. Olvídate de los deseos. Simplemente trabaja en aquietar tu mente. Y a medida que te abres, te despliegas, descubrirás que las cosas están mejorando para ti. La vida parece más brillante, más armoniosa, más amorosa. Esto sucede por sí mismo. Sólo tienes que ralentizar tus pensamientos.
¿Ves alguna diferencia entre esto y la psicología? No estás tratando de resolver tus problemas. No estás tratando de averiguar por qué sucedió algo en tu vida. Estás yendo hacia el otro lado. Estás tratando de aquietarte, apaciguarte, sin palabras, sin pensamientos. Es entonces cuando las cosas suceden. Tienes que decidirte en qué dirección deseas ir y darte cuenta de que cuanto más hablador eres, menos vas a despertar, porque el habla es parte del mundo relativo. Se te ha dado la voz para expresar el mundo material. Cuando tu voz se calma, cuando te quedas en silencio, entonces la realidad comienza a brillar por sí misma.
Ahora puedes ver por qué algunos Santos y Sabios se vuelven silenciosos y no hablan durante años y años, tal vez nunca, porque se dan cuenta de que hablar es una pérdida de tiempo. Si no me crees, piensa atrás en tu propia vida. Desde que eras un niño, mira todas las palabras que has utilizado, todas las palabras que han salido de tu boca. ¿Qué han hecho por ti?
Sé que algunos de ustedes estarán diciendo, "No puedo funcionar si no hablo. Tengo que expresarme y la gente tiene que saber lo que quiero decir. ¿Cómo puedo trabajar? ¿Cómo puedo relacionarme con mi familia? ¿Cómo puedo hacer nada si no hablo?" Por supuesto estoy hablando de la quietud mental, del silencio mental. Mientras estoy hablando ahora con ustedes no estoy en realidad diciendo nada, porque dentro de mí hay silencio, quietud, vacío. Sin embargo, las palabras salen, pero no me afectan.
Esto es lo que quiero decir cuando te digo que tu cuerpo va a continuar su trabajo por sí mismo, sin embargo tú no tienes nada que ver con él. Porque tú me miras, y yo parezco ser un cuerpo y parece que estoy hablando, pero no lo hago. No soy un cuerpo y no estoy hablando, pero parece estar haciendo eso, al igual que el mundo parece ser real. El hablar y el cuerpo forman parte del mundo relativo, eso es lo que parece. Pero a medida que te vuelves silencioso, calmado, quieto por dentro, el mundo comienza a desaparecer. Tu cuerpo desaparece, pero todavía lo ves, y todavía ves el mundo. Esa es la paradoja. Yo te veo, te estoy hablando, veo mi cuerpo, sin embargo no existen. Nada existe, pero todo sucede. No hay nadie que haga nada, pero el hacer continúa.
Para saber de lo que estoy hablando tienes que girar hacia dentro. Tienes que verte a ti mismo por lo que eres. Tienes que dejar de pensar que eres Roberto, o Jaime, o Juan, o María, o cualquier otra persona, y empezar a comprender que eres consciencia. No tienes ninguna forma. No estás limitado. No tiene marcas distintivas. Eres la libertad total, como el aire, como el espacio, y sin embargo eres consciente.
Recuerda que la consciencia es consciente de sí misma como realidad absoluta. Así que cuando alguien hace una pregunta: "¿Tengo que renunciar a mi vida para convertirme en la consciencia?" Nunca has tenido una vida a la que renunciar. Eres la consciencia. Pero hasta que no lo experimentas por ti mismo parecerá una tontería, un absurdo. Pero a medida que vienes al satsang, a medida que comienzas a comprender, a invocar el Yo soy, a practicar la auto-indagación, a hacerte consciente, a hacer todas estas cosas, el cuerpo comienza a desvanecerse. No quiero decir que te mueras. Quiero decir que mentalmente el cuerpo se desvanece, la mente se desvanece, sin embargo sigues siendo tú, y apareces como humano para todas las personas con las que te asocias. Pero ya sabes lo que eres. El miedo desaparece, porque ¿cómo puede una ilusión hacerte daño? ¿Cómo puede el sueño hacerte daño? No puede. Sin embargo, tienes que comprobar esto por ti mismo.
Los mundos van y vienen. La tierra tiene millones de años de antigüedad. Cada dos años, la ciencia nos dice que la tierra y el universo es más viejo de lo que jamás soñamos. Ha habido muchas civilizaciones en esta tierra. Ellas vienen y van. No somos más que otra mota de polvo en el plan universal. Todo el trabajo que has hecho desaparecerá. La persona inteligente empieza a ver que no hay ninguna sustancia detrás del mundo, no hay una causa real y deja de identificarse con las cosas del mundo.
Recuerda que esto no significa que dejes de actuar. Todo ocurre primero mentalmente. Tú te desvinculas mentalmente de todo el universo, y cuando eso sucede la mente se desintegra por sí misma. Después de todo, la mente es sólo un conglomerado de pensamientos sobre el pasado y preocupaciones sobre el futuro. Eso es todo lo que es la mente.
Cuando empiezas a reconocer que el mundo es como un sueño, como una burbuja, la mente se vuelve cada vez más débil, y un día simplemente se disuelve. Realmente no se disuelve, ya que para empezar nunca estuvo ahí. Sin embargo, despiertas. Lo llamamos un despertar, y te das cuenta de que yo y mi padre somos uno. Acabas de convertirte en la unidad de toda existencia. Ya no hay ninguna diversidad. Te has convertido en el Ser imperecedero.
Recuerda que cuando digo "tú" me estoy refiriendo a la consciencia que es omnipresencia. Por lo tanto, te has convertido en el Ser del universo. Todo lo que está ocurriendo está ocurriendo dentro de ti mismo, y miras, observas, como miras una película. La película tiene un comienzo, un desarrollo y un final, luego te vas a casa. Así que has ampliado tu consciencia y te das cuenta de que el mundo tiene un comienzo, un desarrollo y un final, y se ha ido. Tú eres al mismo tiempo el mundo y eres la consciencia. Te vuelves libre.
Otra razón por la que no deberías reaccionar ante cualquier condición antes de que esto te suceda, es porque no ves el cuadro completo. Imagina que te despiden de tu empleo. Te sientes molesto. Has estado trabajando durante veinticinco años y ya no tienes un puesto de trabajo. La persona promedio podría llegar a estar muy disgustada. Pero, cuando observas, y te das cuenta, ya sabes, como lo que mencioné el domingo pasado, estás simplemente mirando a través del ojo de la cerradura y estás viendo limitadamente. Estás limitado. Porque sólo puedes ver una parte a través del ojo de la cerradura, y la parte que ves es que te despidieron de tu trabajo. Pero al expandir tu consciencia es como abrir la puerta, y entonces ves una imagen completamente diferente. Ves que kármicamente te mereces haber sido despedido, no importa lo que parezca. Y a medida que avanzas hacia adelante, si nos fijamos veremos que si hubieras permanecido en ese trabajo, el edificio habría estallado, y habrías sido destruido físicamente. Y a medida que sigues mirando verás que nadie muere, nadie es destruido, la vida nunca comenzó y la vida nunca acabará. Ahora puedes ver todo el cuadro.
Es por eso que una persona que está en el camino espiritual gradualmente comienza a expandir su consciencia y la puerta se abre cada vez más. Eres capaz de ver más claramente. Por lo tanto no te sientes perturbado porque las cosas no son como parecen. El resultado final es que no ocurre nada. Nunca nada comenzó, nada continúa, y nada acabará. Tú eres simplemente consciencia dichosa. Eres Sat-Chit-Ananda, Parabrahman. Eres un ser divino espiritual. El agua no se puede ahogar y el fuego no se puede quemar. Nunca has nacido. Nunca puedes morir. Tu verdadera naturaleza es el Ser, y el Ser es el Ser de todo, y todo está bien.