Artículos - Tony Parsons
Ver y No Ver
Por Tony ParsonsUn simple, directo, pero fundamental cambio en la percepción revela que todo lo que hay ― es liberación. Pero la unidad no se vuelve aparente a través de algo adquirido, ni a través de algo perdido. Muchos encontrarán este mensaje raro y radical y rápidamente se arrastrarán de nuevo a lo que ellos piensan que pueden saber y hacer. Sin embargo, existen aquellos en quienes este mensaje resonará... y habrá un repentino ver y dejar de buscar, incluso aquello que ellos llaman iluminación.
Todo lo que hay ― es esto. Unidad es ser esto... sin importar lo que aparentemente está ocurriendo... leer estas palabras, respirar, la sangre circulando por el cuerpo, los sonidos que se escuchan, los pensamientos que van y vienen, y las sensaciones del cuerpo ― quizás la sensación de estar sentado en un asiento. Es la unidad siendo la vida como es.
Ningún esfuerzo es necesario para que la vida sea. Nadie está 'haciendo' la vida. ¿Alguien está 'haciendo' estar sentado en una silla? Pensar es la unidad pensando "yo no sé donde va esto", o "esto es demasiado simple". Todo es simplemente Vida, Unidad, Ser. No puede ser enseñado o logrado. ¿Quién está aparte de ser para lograr ser? ¿Quién puede perder o ganar esto cuando esto es todo lo que hay? Resistirse a la unidad es la unidad resistiendo. La búsqueda de la unidad es la unidad buscándose a sí misma.
La vida es la unidad aparentemente ocurriendo. La vida es estar vivo. Sólo hay ser y la naturaleza de ese ser es el vacío y la plenitud, nada y todo, movimiento y reposo.
En esa plenitud surge la idea "yo soy un individuo separado". Esto parece ser el comienzo de un sueño llamado "yo siendo alguien en un mundo con el que tengo que negociar".
Aquí, en esta separación está la raíz de todo temor y sensación de inquietud que se origina en un sentido de pérdida. Una vez más, es la apariencia de la unidad, y en esta apariencia nos embarcarnos en un viaje en el que conocemos a unos padres, maestros, quizás sacerdotes, jefes y amantes, y aprendemos cómo obtener lo que creemos que aparentemente queremos a través de la elección y el esfuerzo personal. La búsqueda del placer y la evitación del dolor generan experiencias transitorias de satisfacción y decepción. La totalidad de la manifestación que llamamos vida es simplemente el drama de la unidad en busca de sí misma, porque todo deseo es anhelo de unidad.
Para algunos la idea de la iluminación parece ofrecer la promesa de la realización. Sin embargo, el individuo separado sólo puede soñar en la individualidad. Esa es su función.
Inevitablemente, en la búsqueda de la iluminación, el buscador soñado es atraído a una enseñanza soñada que promueve y refuerza la idea de la elección y el esfuerzo individual, que, a través de la disciplina y el sacrificio, puede conducir a la experiencia final de la iluminación prometida. Sin embargo, esta enseñanza refuerza la ilusión de que existe tal cosa como un individuo que tiene libre albedrío y la elección de devenir.
Lo que es inseparable del sueño de la individualidad es la idea de la propiedad. "Lo que está sucediendo me está ocurriendo a mí. Tengo una vida llamada yo y puedo, o incluso debería, hacer algo con mi vida en el tiempo asignado; tengo que tener éxito, soy un individuo y el esfuerzo personal puede darme lo que necesito." Esta idea errónea promueve la continuación del sueño de la iluminación personal.
La idea que supone la posibilidad de que las prácticas dualistas pueden llevar al aparente buscador a la percepción no-dualista es similar a la idea de que con el suficiente esfuerzo y determinación se puede enseñar a un ciego a ver. "Las doctrinas, los procesos y las vías progresivas que buscan la iluminación, sólo exacerban el problema de aquellos a quienes se dirigen, reforzando la idea de que el yo aparente puede encontrar algo que supone que ha perdido. Es ese esfuerzo mismo, ese cerco a la auto-identidad el que recrea continuamente la ilusión de la separación de la unidad. Éste es el velo que creemos que existe. Es el sueño de la individualidad." (The Open Secret) (1)
De todos los muchos despertares que me han descrito, continuamente se confirma que una de las primeras realizaciones que surge es el ver que nadie despierta. Y, sin embargo, vemos que la mayoría de las enseñanzas, tanto tradicionales como contemporáneas, están constantemente hablando a un aparente buscador separado (sujeto) y recomendando que, a fin de alcanzar la iluminación (objeto), deben elegir la meditación, la auto-indagación, la purificación, cultivar el conocimiento, apaciguar la mente y el ego, la entrega, ser honesto, buscar sinceramente, renunciar a la búsqueda, hacer terapia, no hacer nada, estar aquí ahora, y así sucesivamente... las ideas son tan interminables y tan complicadas como la mente que las ha generado.
Estas recomendaciones surgen de la creencia de que la "iluminación" del "maestro" ha sido alcanzada o ganada a través de la aplicación de la elección, el esfuerzo, la aceptación o la entrega, y que otros buscadores pueden ser enseñados a hacer lo mismo.
Por supuesto, no puede haber nada bueno ni malo con la búsqueda ferviente, la meditación, la auto-indagación, el conocimiento y así sucesivamente. Ellos son simplemente lo que parecen ser. Pero ¿quién es el que elige hacer el esfuerzo? ¿Dónde está el esfuerzo que va a tomar el aparente elector? ¿Dónde hay que ir si sólo hay unidad?
Si no hay un individuo separado no hay voluntad, y así ¿cómo puede una ilusión disiparse a sí misma?
No hay ninguna persona que se convierta en iluminado. Nadie despierta. Despertar es la ausencia de la ilusión de la individualidad. Ya sólo hay el despertar, unidad, ser intemporal, vida radical. Cuando el buscador soñado ya no está, es visto (por nadie) que no hay nada que buscar y nadie que liberar.
Aquí hay unidad, la realización de la plenitud que no puede ser alcanzada o poseída. Este es el despertar en el que la conciencia de lo que es surge junto con el sueño de eso que no se puede conocer. Puede haber una danza entre el soñar y el ser, y en esta danza puede haber un volver a la fascinación de la propiedad personal.
Sin embargo, la realización de que el buscador soñado es también la unidad es liberación, lo incausado, impersonal, quietud silenciosa que es la celebración del amor incondicional. Esto es todo lo que hay.
No hay ningún 'yo' ni 'tú', ningún buscador, ninguna iluminación, ningún discípulo ni gurú. No hay ningún mejor o peor, ningún camino o propósito, y nada que tenga que ser logrado.
Toda apariencia es su fuente. Todo lo que aparentemente se manifiesta en el sueño hipnótico de la separación ― el mundo, la historia de mi vida, la búsqueda del hogar, es el uno apareciendo como dos, la nada apareciendo como todo, lo absoluto apareciendo como lo particular.
No hay ninguna inteligencia separada tejiendo un destino y ninguna opción funcionando a ningún nivel. Nada está aconteciendo pero esto, tal como es, invita al aparente buscador a redescubrir aquello que es... lo permanente, incausado, inmutable, silencio impersonal del que se vierte y celebra el amor incondicional. Es el maravilloso misterio.