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Artículos - Tony Parsons

El sueño de la separación

Por Tony Parsons
Tony Parsons

Todo lo que hay, es la Nada Siendo Todo; y como parte de ese todo, aparece la creencia y la experiencia de ser un yo separado – un aparente individuo que posee su propio libre albedrío, poder de elegir y capacidad de actuar. Esto es específico del hombre y se llama consciencia del yo. Para la mayoría de la gente esto es la realidad.

Esa aparente sensación de estar separado es la raíz del sufrimiento, la incapacidad y el sentido de pérdida que impulsa a las personas a escapar o resolver la situación. Es el Ser soñando que está separado de sí mismo, buscando por todas partes aquello que ya es Todo. Es el sueño hipnótico de la separación que, para el soñador, es muy real.

El dilema para el soñador-que-busca es que la sensación de separación gobierna la búsqueda de solución, que además alimenta el sentido de separación.

El desarrollo de una "mente" inteligente y capaz de comprender aparentemente trae consigo la capacidad de llevar a cabo elecciones y acciones en una tentativa de negociar con "el mundo" en el que vive. Estas negociaciones no siempre tienen éxito y el individuo parece experimentar su propio dolor y placer. También se desarrolla una gran consideración por los consejos, orientaciones y control que aparentemente emanan de la 'mente' que comprende. Sin embargo, este sentido de separación conlleva una sensación de inquietud o de pérdida y una búsqueda para disipar esa sensación. Parece lógico que la muy respetada 'mente' debe ser capaz de investigar la causa de esta inquietud y descubrir la manera de disiparla.

La entidad separada sólo puede tratar de imaginar o proyectar una idea de lo que debe ser igual a no ser separado. Lo que se busca es la posibilidad de un futuro estado o meta que pueda realizarse y, por tanto, lógicamente, debe ser accesible. En consecuencia, la función de búsqueda y la enseñanza del devenir, encierran al buscador en un estado de constante aspiración a algo que no puede comprender. Todo esto es la expresión del Ser, que surge como lo buena, vieja, fiable y digna de confianza 'mente', funcionando de la única manera que conoce. . . en continuo movimiento y anticipación. Es esta actividad de devenir lo que muy eficazmente mantiene al buscador en el sueño hipnótico de alcanzar algo que no puede comprender. Por supuesto, la Liberación puede aparentemente ocurrir a pesar de todo este esfuerzo.

La única esperanza que le queda al soñador, el aparente buscador espiritual, es creer que una energía benévola (por ejemplo Dios, la Consciencia o un supuesto maestro iluminado) se sienta motivada a influirle y guiarle a lo largo de un camino que finalmente le conduzca a la realización. Todas estas ideas de devenir, finalidad y destino surgen en el sueño.

Pero la paradoja es que, aunque el Ser aparece como el soñador-que-busca, el Ser no es un estado que pueda ser imaginado, concebido, alcanzado o incluso realizado a través de su búsqueda. Ser no requiere absolutamente nada... es la Nada y el Todo que ya es realización y plenitud inmaculados. Nada debe ser cambiado o alcanzado, perdido o encontrado, para que el Ser simplemente Sea. La aparición de la separación es simplemente la expresión del Ser. La idea misma de algo que necesita llegar a ser lo que ya es, es maravillosamente inútil. El Ser es un comediante con un público que nunca se ríe.

El soñador-que-busca tiene una sensación de pérdida y de indignidad, y por eso se siente muy atraído por enseñanzas soñadas que implican la purificación, el esfuerzo sostenido, la entrega, la devoción y la práctica de la renuncia y el desapego. Hay una especie de inevitabilidad lógica y de merecimiento acerca de estas ideas que resuena con el sentido de carencia. El casi interminable camino de esfuerzos garantiza felizmente la continuación de la experiencia individual. Estas ideas parecen surgir de una muy importante y fiable historia de sabiduría tradicional que sin duda debe ser respetada, a pesar de que sólo está disponible en palabras sobre pedazos de papel.

Dos formas tradicionales que tratan de resolver, o escapar, del sentido de separación son la meditación y la auto-indagación.

En la meditación parece posible, a través de una elección y orientación aparentes, llegar a ciertos estados de quietud o dicha que parecen mejores que sentirse separado. La creencia es que con el esfuerzo continuado de la meditación se cristalizará ese estado y, eventualmente, se hará permanente. Sin embargo, estos estados son sólo experiencias personales refinadas que ocurren en el sueño-historia. Así como cualquier otra actividad basada en el tiempo, estas experiencias aparecen y desaparecen.

La auto-indagación o 'conocimiento del yo' es un proceso similar en el que el objetivo es que el individuo elije actuar o hacer un esfuerzo para alcanzar un lugar llamado 'conciencia de ser' que, le prometen sus maestros, le traerá la paz personal de la mente, la felicidad y el final de todo sufrimiento (?).

Hay un gran énfasis en la necesidad de llevar a cabo adecuadamente la investigación de los procesos del pensamiento, etc., y de mantener la vigilancia de "no ser distraído por los pensamientos ego-centristas".

Toda esta actividad se basa en el principio de la adquisición y conservación de una posesión personal de la Unicidad.

El efecto del estado de 'conciencia de ser' es un movimiento aparente hacia un plano de desapego que a primera vista parece muy liberador, potente y seguro... un poco como estar en una caja de cristal donde la vida puede ser observada sin que el observador se vea afectado. Esta es todavía una experiencia personal sutilmente dual, dentro del sueño-historia de la separación y por lo tanto es transitoria.

Ser consciente del acontecer de la vida no es "Ser la vida".

Como era de esperar, el estado de conciencia de ser (la atención plena de los budistas) es fácilmente olvidado, perdido, o puede ser por ejemplo sumergido por pensamientos del sueño o por cualquier situación emocional fuerte. La caja de cristal donde parecía estar seguro se hace añicos y se halla de nuevo perdido. El soñador-que-busca comienza de nuevo la auto-indagación, en busca de otro incentivo, a menos que se de cuenta de que la conciencia de ser no es más que otro refugio dentro del sueño de la separación. Todo esto es simplemente la expresión del Ser.

Otra manera para el soñador-que-busca de evitar simplemente Ser, es intentar comprender o desarrollar claridad acerca de su propia naturaleza. Es muy fácil quedarse atrapado en los conceptos del 'Advaita' o 'no-dualidad'. La singular e implacable reiteración de ideas tales como "todo lo que hay es el Ser", "todo es la expresión del Ser" o "no hay nadie" son una forma de comunicación árida y simplista. No aborda ni esclarece el aparente dilema del soñador-que-busca y, obviamente, ignora la esencia energética primordial de la vida implícita en simplemente Ser.

Decir continuamente que estar despierto o estar dormido no tiene importancia porque "Ser es todo lo que hay" es como decirle a una persona ciega que ser ciego no es un problema, porque "ver es todo lo que hay". Esto es puro idealismo. Por supuesto, no hay tal cosa como estar dormido o estar despierto, pero esto no puede ser visto hasta que no haya nadie mirando.

El mensaje del Secreto Abierto no depende de conceptos claros, por mucho que puedan desenmascarar los conceptos confusos. El hablar ocurre y las palabras sólo pueden apuntar a otra posibilidad que está más allá de la expresión verbal. Es el mensaje eternamente nuevo que se esconde dentro de las Escrituras, ignorado, o rechazado por la 'mente'.

La idea de la enseñanza preceptiva, de orientación o el ofrecimiento de cualquier tipo de ayuda simplemente no se plantea. Este es un mensaje despojado de toda esperanza y de todo tipo de consuelo para el individuo, pero invariablemente el soñador-que-busca aún cree que aquí hay algo que ofrecer... tal es la función de la búsqueda. También es posible que todo lo que hay sea nada y que entonces otra posibilidad podría surgir. Sin embargo, no hay ningún propósito o intención porque no hay nada que vender.

Es posible que pueda surgir la claridad, pero la comprensión absoluta no es la liberación. Sin embargo, toda esta comunicación conceptual es secundaria en relación con el elemento primordial más esclarecedor. Ese elemento primordial es energía de vida, impersonal... la vibrante maravilla implícita en simplemente Ser. Es un desplazamiento energético, que conduce aparentemente fuera de la contracción hacia lo ilimitado. Esta infinitud no puede ser poseída y por lo tanto no puede ser concedida. Su sencillez confunde totalmente a la 'mente', pero lo que emerge es un reconocimiento impersonal de que no hay nadie y nada que liberar. Todas las ideas de separación, sufrimiento individual, libre albedrío, elección, significado y propósito, destino, jerarquía y tradición, son simplemente vistas por nadie como el sueño-drama del Ser.

Parece que la 'mente' que busca está fascinada por la lucha y la complejidad. Toda la estructura de la "búsqueda espiritual" está llena de historias de construcciones impresionantes, aparentemente derivadas de simples principios. El budismo, el cristianismo y tantos otros dogmas, surgen, se desarrollan, y luchan entre sí por tener mejores dioses. Los catecismos del pecado y del merecimiento, los grados de conciencia y los niveles de iluminación son investigados, diseccionados, y objeto de feroces enfrentamientos.

A la mente le encanta la idea de la iluminación como una especie de lugar distante, casi inalcanzable, de perfecta felicidad permanente, libre de sufrimiento y lleno de omnisciencia, omnipresencia y muchas otras importantes 'omnis'. Y, por supuesto, como toda esta gloria y distinción tiene que ser alcanzada, parece que tiene que ser un largo recorrido a través de la oscura noche del alma, interminables karmas pasados, pecado original, correcto pensamiento, correcta acción y preparación para los bardos. "Es un cuento narrado por un tonto, lleno de ruido y furor, que no significa nada."

Sin embargo, Ser Natural es una constante ordinaria y suave. Cuando es visto, es. Cuando pasa desapercibido, es. No requiere ningún esfuerzo y no exige normas. Siendo intemporal no hay camino que andar, ni deuda que pagar. Cuando esto es entendido y la confusión se disipa, cuando la tensión de la lucha por conseguir algo desaparece y la vibrante energía de estar vivo se hace evidente, algo más es visto, muy naturalmente, por supuesto, porque ya es todo lo que es.