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Artículos - Annette Nibley

Lo que nunca cambia

Por Annette Nibley

Advaita

Annette Nibley

Las ideas y enseñanzas referidas aquí derivan de una tradición espiritual denominada Advaita. La belleza del Advaita (a-duaita, literalmente "no dos") y lo que lo hace virtualmente diferente de cualquier otra filosofía en su género, es que no sustenta la idea de que la persona "no iluminada" debe hacer algo ahora para quedar "iluminada" en el "futuro". El Advaita descarta cualquier idea de algún tiempo "futuro" en el cual un aspirante trascenderá, eventualmente, la ilusión del ego y podrá declararse a sí mismo oficialmente "iluminado".

En principio, esto podría tomarse como "una mala noticia", porque ¿no es acaso lo que hemos estado intentando? ¿Acaso no aspiramos a liberarnos de la ilusión del "yo", de manera que podamos "despertar"?... Sí, a eso es a lo que aspiramos, pero desafortunadamente no es posible. Es aquí donde aparece "la buena noticia" del Advaita. El Advaita resuelve el dilema de la imposibilidad de llegar a la "iluminación" de la manera en que estábamos intentando (y fracasando) y señala las falsas suposiciones que eran la causa de que, durante todo este tiempo, miráramos hacia el lugar equivocado. Volveremos a ello más adelante.

Otra cosa única respecto al Advaita es que es experimental. No te pide que aprendas ni recuerdes nada: en lugar de ello te pide que deseches todo lo que habías aprendido y mires simplemente por ti mismo. No es la lectura ni el estudio sino el experimentar por ti mismo lo que te permitirá apartar el velo de la ignorancia, de manera tal que la verdad sea vista.

El Advaita tampoco te pide que practiques nada ni que "mejores" de alguna manera. No es un gradual aproximarse hacia algún objetivo. Tú ya lo has intentado, y puede que te sientas "más cerca" que cinco o diez años atrás, pero "más cerca" no significa la consecución del objetivo. En el Advaita no hay ningún objetivo, ni lugar a donde ir, ni nadie que pueda lograrlo.

A través de la popularización del Advaita en Occidente, a través de maestros como Sailor Bob Adamson, Jean Klein y otros ―todos ellos estudiantes de los grandes maestros de la tradición Advaita en la India durante las décadas 60 y 70 del último siglo―, estamos asistiendo literalmente a una explosión de la comprensión entre nuestros pares que nunca hubiéramos podido imaginar posible. Permítanme afirmar enfáticamente que el Advaita funciona, y al parecer es un asunto contagioso. Lo estoy viendo por mí misma: está ocurriendo por todas partes. Y aquellos para quienes ha funcionado están ahora compartiendo lo que ven, y la cosa continúa.

Tú ya no tienes que ir a la India, ni tienes que renunciar ni sentarte a los pies de algún gurú, y lo más importante, tampoco tienes que esperar hasta la "siguiente vida". Esto es tuyo ahora mismo. Está ocurriendo a tu alrededor.

Refiriéndome a la liberación de la ilusión del ego, había afirmado anteriormente que "no puede hacerse". Esta declaración podría haber sonado a "toque de difuntos" en lo que concierne a la esperanza del conocimiento de la verdad, pero realmente es liberación. Veamos cómo funciona.

En primer término: ¿Por qué no puede hacerse? ¿Por qué una persona no puede liberarse de la dolorosa ilusión de ser incompleta? ¿Y por qué esto es bueno?

No puede hacerse porque no hay ninguna "persona". El "yo" que desea trascender la ilusión del ego no existe. Esto es lo que los maestros Advaita, tanto antiguos como contemporáneos, nos señalan de muchas maneras diferentes, mostrándonos las distintas facetas del asunto, de manera tal que la verdad pueda ser vista.

Ninguna otra indagación espiritual o religiosa ―a menos que yo sepa― vuelve literalmente la mirada 180 grados hacia aquel que indaga o que busca, hacia el "buscador". ¿Quién es este indagador? ¿Cuál es la naturaleza de esta cosa que llamo "yo mismo"? ¿Es este "yo" real? Esta indagación es la base para que toda la estructura del "yo", del "buscador" y del maestro "iluminado" se venga abajo. ¡Y esto es iluminación! Pero es muy fácil emplear décadas enteras siguiendo meticulosamente una enseñanza, tan sólo para darse cuenta de que la pregunta "¿quién está preguntado?" nunca se había formulado.

Así que mira por ti mismo. ¿Quién está preguntando? ¿Cuál es la naturaleza de esta entidad que pregunta? La belleza de ello es que no toma demasiado tiempo indagar por ti mismo para descubrir que el "yo" ―que habíamos asumido como real― está parado sobre un terreno muy movedizo... Dejaré esta discusión para otra ocasión, pero abundan directivas para conducir esta indagación (aun cuando podría ser del todo auto-dirigida). Todo lo que necesitas realmente es preguntar: ¿Qué es esta cosa que llamo "yo"?... y luego aguardar una respuesta.

Y entonces, después de un breve período de indagación sobre la naturaleza de este "yo" (o sobre aquello de lo que está "hecho"), la pregunta puede responderse por completo. La entidad controladora, separada, llamada "yo", no resiste el escrutinio... Intenta convencerte a ti mismo de que existe una entidad controladora, separada, llamada "yo"... ¡y ve hasta dónde puedes llegar! Tú no eres ni nunca has sido este cuerpo ni esta personalidad. Míralo por ti mismo. Nadie puede proporcionarte esta información. Es algo que debes descubrir por ti mismo. Y una vez que un espejismo es visto como tal, nunca más podrá confundirse con agua nuevamente.

Esta indagación es la primera parte de la ecuación: lo que tú no eres.

De manera que, si yo no soy este cuerpo ni esta personalidad que llamo "yo", entonces ¿qué soy yo? Ello conduce a la segunda parte de la ecuación, la parte "¿qué eres tú?" Después de haber investigado como se sugiere más arriba, subsiste aún, en el mejor de los casos, una vacilante creencia en el "yo". Pronto, sin embargo, el castillo de naipes se viene abajo y te quedas únicamente con la Realidad de lo que tú eres, la luz de la conciencia, en la cual son vistos el "yo" individual y todos los demás objetos.

Como vimos en nuestra propia experiencia en tiempo presente, la única "cosa" que no cambia jamás, esto es, aquella "cosa" no afectada por ningún pensamiento, sentimiento, experiencia o circunstancia, es la clara y no-oscilante luz de la conciencia, en la cual todas las "cosas" aparecen. Esto es quien tú eres. Ninguna otra cosa. Y aunque es de lo más obvio, se pasa fácilmente por alto, del mismo modo que el espacio en una habitación que, de tan conspicuo, no es siquiera notado. La luz de la conciencia que tú eres es el trasfondo de todas las cosas, siempre-aquí, y la razón de que tan a menudo pase desapercibido, y por tanto tiempo, no es porque sea complicado ni algo "oculto", sino porque ¡es demasiado simple y evidente! Lo damos por hecho y lo vemos sin darnos cuenta.

Dije anteriormente "en tiempo presente", y quiero asegurarme que este punto quede claro. Nada de ello está en el "futuro". Nada de ello es gradual o adquirido a través de años de práctica. Esto es simplemente la realidad de lo que está presente, ahora mismo y siempre: tú no eres otra cosa que esta inmutable y estable Luz de la conciencia que ve todas las cosas y no es tocada por ninguna, y ESTO es todo lo que siempre has sido. Este siempre-fresco momento de existencia es espontáneo y nace por primera vez ahora, y vuelve a nacer ahora, y ahora, y ahora otra vez. ¿Cómo podrías hallar ESTO en el "futuro", o conocerlo después de años de estudio? Es únicamente AHORA.

Todo el tiempo has estado luchando, buscando y enfrentando los "problemas" de la vida. Y todo el tiempo fuiste sólo ESTO, y ninguna otra cosa. Esta Luz, este Espacio Consciente en el cual todas las cosas aparecen, es quien tú eres, sin la fantasía de un "yo" ficticio al cual aferrarte. Tú puedes entender esto ahora mismo, sin esperar algún otro momento y menos aún "otra" existencia (¿y de QUIÉN sería esa "otra" existencia?).

Y esto es aquello de lo que yoguis, santos y sabios han estado hablando siempre. No hay ningún otro "estado" o "experiencia" que esté por encima o más allá de este simple reconocimiento de tu verdadera naturaleza. No se requiere nada más. Conociéndote a ti mismo como ESTO, nada necesitas. No hay ningún problema. Como dice Nisargadatta: "No hay error posible nunca más".

Cualquier "estado" o "experiencia" deseado es para la persona, y esta persona "existe" tan sólo en una especie de "sueño de ignorancia". Así que cualquier estado o experiencia ―digamos de éxtasis, o de "iluminación"― es una ficción, un evento imaginario para una persona imaginaria en un tiempo imaginario. Nada de lo que ocurre en este sueño de ignorancia "toca" lo que es Real. Y lo que tú eres ya es ESO. ¿Y cuándo ves eso? Lo ves ahora mismo, mediante el simple reconocimiento de la luz de tu propia conciencia presente, observable ahora mismo.

Este espacio claro, consciente e iluminante nada tiene que ver con cualquier pensamiento o sentimiento que puedas albergar sobre él: es simplemente la "cosa" más resaltante en tu atención, y no es modificada por ningún sentimiento o pensamiento en torno a ella. Este es el espejo que refleja al mundo, inmodificado por aquello reflejado. Y ESTO es lo que tú eres... Tómate tu tiempo, date una oportunidad de conocer esta Luz y descubrir su naturaleza. Esto no puede hacerse con la mente. La mente queda atrás, y la Luz Se Ilumina a Sí Misma: ESTO es "Iluminación". ¡Y no hay ningún "alguien" que quede "iluminado"!

Cuando dejas de lado este "yo" personal y separado, y ves que todo lo que he estado señalando siempre es esta luz de la clara conciencia presente, todas las religiones, de pronto, comienzan a cobrar sentido. Incluso la ciencia y la moderna física comienzan a cobrar sentido cuando se ven desde este punto de vista. Pero interpretar una u otra, sin dejar al mismo tiempo de asumir que el "yo" es real, te llevará a inconsistencias y verdaderos callejones sin salida.

Así que no, jamás podrás ser una "persona iluminada". Porque la verdad (de la iluminación) que se ve, es ésta: aquello que está realizando el ver no es una persona: es la conciencia. No es una conciencia personal, no es "tu" conciencia, sino la conciencia universal, la conciencia dentro de la cual todas las cosas aparecen, la conciencia que nunca es alterada o nublada por nada de lo que aparece. Esta conciencia también puede ser llamada Luz, Realidad, Unidad, Ser, Dios, Brahman, pero da igual: es la Realidad-Una, sin-forma, sin-atributos, más allá del tiempo y del espacio, más allá de toda descripción.

Esto no es algo místico, ni espiritual. Es sencillamente Real. Únicamente hay Una Realidad. Esta Luz es quien tú eres, y es AHORA . Vuelve a ella una y otra vez, ahora y ahora y ahora otra vez, y se convertirá en la "opción por defecto". La Luz se vive a Sí Misma a través de ti, y no hay ninguna otra cosa aparte de esta vida espontánea, sucediendo ahora y siempre. Iluminación, eternamente presente, para nadie.

Así que esto es lo que la "persona" desea pero no puede obtener. La persona no puede ser "iluminada". Y la persona no puede liberarse de su propia ilusión, porque el "yo" surge de su propia creencia en sí mismo. El "yo" es ilusión... Así que descubre realmente quién eres. La liberación es aquí y ahora, pero no para esta "persona". Indaga en esta persona y ve a dónde conduce tu indagación. Ella conduce al tesoro que todos los sabios y profetas de todos los tiempos han querido que encontraras. Has hallado ya el lugar marcado con una "X": no vayas a cavar ahora en algún otro lugar.

 

Esto y aquello

Es inútil si es un recuerdo. Desecha todo lo que alguna vez aprendiste, todo lo que alguna vez se te dijo. Ahora mismo, la memoria no es necesaria para simplemente ser. Simplemente ahora, sin ninguna memoria ni experiencia ni preconcepción anterior, esto es lo que tú eres, esto lo que pensabas era necesario buscar. Ahora mismo, como tu sentido cotidiano normal de estar vivo: siempre fresco, creado de nuevo a cada momento. Conciencia, no de los objetos que existen, sino de la existencia misma.

Tan sólo conciencia de que existes. Tan sólo esto. Ordinario, sin requerir de ninguna memoria, ni mantra, ni recitación, ni práctica que llevar a cabo. Nada que retener en la mente, ninguna cosa que recordar. Ahora mismo, no recuerdes nada. Deja relajarse a la memoria. Dale un descanso. Tan sólo esto, tan sólo ahora. Ordinario. Esto es lo que tú eres.

No hay ninguna persona separada que tenga su propia realidad separada: hay sólo la realidad-una, la totalidad. ¿Cómo lo sabes? No con la mente, dado que la mente sólo aparece en ella. Lo sabes porque es lo que salta a primer término cuando la mente está quieta. Tú sabes, factualmente, que es más "tú" que lo que el cuerpo o los pensamientos son; estos últimos cambian constantemente de forma. Es lo único constante que jamás has conocido, y es exactamente la misma cosa que conociste desde que eras niño o niña. La conoces como el espacio claro y ordinario constantemente presente del conocer, en el cual todas las cosas cambiantes aparecen. Tú no puedes escapar de ese espacio. Nunca cambia y nunca muere, y tú apareces en él. Tú no eres y nunca has sido una entidad separada y autónoma viviendo una existencia arrancada o separada de él. Como eso, nada puede irte mal jamás.

¿Ves que todo es resuelto dentro de este conocer? ¿Ves cómo la verdad de quien eres resuelve todas las preguntas? Todas las preguntas se desvanecen dentro del conocimiento de que eres esta realidad eterna desplegándose. Ahora mismo, ¿ alguna pregunta necesita ser resuelta? ¿Hay alguien a quien pudiera aplicarse? ¿O únicamente hay este inmutable amor, esta paz apareciendo como todas-las-cosas, ahora, ya completa?

¿Qué es lo que todo ser humano anhela? Todos anhelamos exactamente la misma cosa: no sentirnos aislados de nosotros mismos, de los otros, de la naturaleza, de la vida. Porque nos sentimos "arrancados" hay un hambre profundo de totalidad. Y así comienza.

Todos los sabios, todos los grandes libros, todos los profetas dicen la misma cosa: tú ya eres completo. Nunca abandonaste la totalidad, nunca abandonaste la fuente que te creó, nunca has sido otra cosa que la vida misma, la fuente misma. Pero el pensamiento, siendo lo que es, no puede captar esta verdad de quien tú eres. Y así, todos los pensamientos son falsos. No mires a ellos para hallar tu naturaleza verdadera. Abandona todo intento de encontrar algo útil en la mente.

Encuentra lo que estás buscando fuera de la mente. Esto es "ser-conciencia-serenidad". Es el primer principio, está presente y es obvio en todo momento, y es quien tú eres. Es todo lo que hay. No hay ninguna segunda cosa.

Aun cuando la mente gira en círculos, con sus preocupaciones, sus planes, sus intentos de mejorar las cosas, su necesidad de comprender, su deseo de dejar de girar en círculos, ¿hay algo que sea necesario en este momento? ¿Necesita la mente cesar ahora? ¿Y por qué habría de cesar? ¿Haría ello más entero o más completo a este momento presente de realidad pura y prosaica?

Esta realidad prosaica, o inteligencia-conciencia-totalidad, no tiene ningún problema con nada de lo que aparece dentro de ella, ahora mismo. No hay ningún problema. No hay nada equivocado. Cualquier cosa, todas las cosas son libres de aparecer.

El sentido de este ser quien eres está disponible para ti, ahora mismo: la tranquilidad, dentro de la cual todas las ansiedades aparecen, es obvia y está siempre presente; el amor, dentro del cual todo el antagonismo, la intolerancia y el auto-criticismo ocurren, es obvio y está siempre presente: Esas cosas ―el amor, la aceptación, la tranquilidad― nunca oscilan, nunca desaparecen, nunca varían, y nunca son oscurecidas. Tú puedes sentir esto: es tu conciencia ordinaria. No tu conciencia personal de sentir o pensar, sino la conciencia del espacio impersonal dentro del cual todo pensamiento, sensación y sentimiento ocurren.

Este espacio consciente no es afectado, en absoluto, por los pensamientos pasajeros que surgen en la mente de un "objeto" (persona), apareciendo dentro de él. Todos los objetos ―y los pensamientos surgiendo dentro de las mentes de objetos―, simplemente pasan, como lo hacen objetos y apariencias. Todos ellos aparecen momentáneamente en la pantalla que refleja perfectamente la realidad, y luego desaparecen.

Tú eres, únicamente, este perfecto reflejar. Tú eres únicamente este amor. No eres ―de ningún modo posible― algún objeto apareciendo dentro de este amor, porque todas estas apariencias son meramente momentáneos parpadeos sobre la pantalla de la realidad, destellando energía, creando imágenes sobre la pantalla, como una película... y que luego desaparecen. La persona que tú crees ser es meramente una apariencia momentánea sobre la pantalla reflejante de la realidad. Pero esta persona-objeto ha tomado consigo un sentido de su propia realidad, y ha consumido muchos años construyendo esta historia, agregando sobre ella capa tras capa. ¡Esta persona-objeto ha inventado una historia que está separada de esta realidad dentro de la cual aparece!

Ni siquiera recuerdes estas palabras. No trates de hallar en tu cerebro alguna breve frase que te ayude a salir de tu estado de temor o de confusión en curso. No rebusques en tu mente, presa del pánico, alguna perfecta sentencia que consiga apaciguarte y llevarte al lugar confortable que deseas. La mente no puede hacer eso. No puede conseguirlo con ninguna de esas frases. Esas frases sólo pueden perturbarte. Aún más.

No busques en la apariencia. Ni siquiera busques la respuesta a la pregunta "¿por qué no debería mirar en la apariencia?". Vuelve la espalda a la apariencia y descubrirás por qué. Mira todas las cosas como si fueran reflejos en un espejo, y ve cómo el espejo mismo no es afectado. El espejo sólo refleja; nunca piensa. Tú eres el espejo.

Esto es todo, o nada. Esto es totalidad. ¿Acaso no estás cansado ya de todas las palabras, de cada palabra? La totalidad de la apariencia, la totalidad de las palabras, son tan "pesadas"... Siempre hay algo que hacer; y ya estás harto de que haya algo que hacer. No tienes que creer una sola palabra. No lo necesitas. Cada pensamiento es experimentado como imperfección. Cualquier pensamiento se siente como si algo anduviera mal. Pensar siempre oscurece; nunca cura.

Tu estado natural es sin-causa. "Feliz sin ninguna razón" es tu estado natural. Si no estás experimentando este "feliz sin ninguna razón", entonces hay alguna historia resonando en tu cabeza. Ve tras esa historia. Búscala. Llévatela aparte. ¿Qué es esa historia? ¿Es real? ¿A qué se refiere? Eventualmente, toda historia será revelada como lo que es: actividad mental, fuegos neuronales en tu cerebro referidos a un "yo"-centro que no existe. Y cualquier historia arrastra tu atención fuera de la siempre presente felicidad, que es tuya a tu solo pedido. Sin la historia, la felicidad es. Y la felicidad es quien tú eres, en todo momento.

Entonces, esto es lo que ves cuando te vuelves y miras donde la palabra "yo" está señalando. Dejamos de mirar los objetos, para, finalmente, ver el espacio brillante y consciente dentro del cual los objetos aparecen. Y entonces se sabe que esto es quienes somos realmente. Este espacio: no los objetos, no el que observa los objetos, ni siquiera el que observa la brillante espaciosidad. No somos el "observador" de nada. Somos eso.