Artículos - Burt Harding
La Evolución de la Consciencia
(Parte 1 de 3)
Por Burt Harding4 de mayo de 2010Si estás interesado sinceramente en lo que es real, entonces este tema será una propuesta refrescante e iluminadora. "Tantea" lo que lees y permanece abierto a todas las posibilidades sin llegar a ninguna conclusión. Por favor, recuerda que en el momento en que decides cómo han de ser las cosas, estás cerrando toda posibilidad para un mayor descubrimiento, has cerrado la puerta a un conocimiento más profundo. Mantenla siempre abierta porque no hay límite para la expansión del corazón.
Las cosas me quedaron claras cuando realicé la Unidad de la dualidad, que hace que el mundo parezca tan real. La dualidad es, por supuesto, los aparentes opuestos que hacen posible el mundo de la apariencia ― para cada "arriba" tiene que haber un "abajo" y para cada "adelante" tiene que haber un "atrás" y así sucesivamente. Sin opuestos el mundo no puede aparecer.
Por ejemplo, para que un avión pueda volar necesita resistencia (del aire). Para caminar en esta tierra en posición vertical y equilibrada necesitamos la fuerza de la gravedad. La resistencia y la resiliencia son opuestos pero complementarios entre sí que hace que el otro sea posible. El yin requiere del yang para completar su totalidad. Esta ley se aplica a todos los opuestos aparentes. Todos los científicos conocen un hecho unánime, "Toda energía es indestructible, simplemente cambia de forma". Como energía pura, la inteligencia infinita, es la fuente de todo, sin embargo, no puede "aparecer" si no se crean los opuestos. Esta energía pura conocida como "eseidad" o consciencia pura "aparece" como una forma humana. El ser humano sólo podía "aparecer" teniendo opuestos dentro de él ― por ejemplo, el cerebro izquierdo y derecho para afrontar la dualidad en sí, el lado derecho e izquierdo del cuerpo son afectados según los pensamientos y emociones. Las propias emociones están compuestas de una entrada y salida positiva y negativa. Sin embargo, el desconocimiento de esta dualidad como una totalidad trae mucho sufrimiento cuando evitamos lo negativo y perseguimos lo positivo. El despertar espiritual sucede cuando nos damos cuenta de que ambos son uno. Esta unidad es lo que inconscientemente buscamos en nuestro viaje en la tierra. Nuestra búsqueda de sentido, felicidad, satisfacción es todo parte de esta búsqueda de nuestra verdadera Fuente.
Cuando estamos convencidos de los opuestos, en lugar de su totalidad complementaria, ¡entonces estamos poniendo el carro delante del caballo! Nos volvemos confusos, perplejos y frustrados porque tomamos el efecto como real en lugar de su causa. En otras palabras, miramos al mundo y lo tomamos como real en lugar de aquello que ha hecho posible que apareciera, es decir, ¡la consciencia! Hacemos real la materia en lugar de su sustancia real, que es energía invisible. Hacemos real el pensamiento en lugar de la consciencia de él. ¿Cómo puede existir el pensamiento a menos que haya consciencia para producirlo? En consecuencia, hacemos real la respuesta en lugar de la pregunta. La respuesta sólo puede existir debido a la pregunta, pero en verdad no hay respuestas, sino sólo preguntas sin respuesta. Cuando una pregunta parece ser contestada, sólo conduce a preguntas más profundas. Si este no fuera el caso, entonces en el momento en que tuviéramos "la respuesta" se supone que estaríamos iluminados.
La mente quiere que creas que la respuesta es más importante que la pregunta. La verdad es bastante asombrosa. La pregunta viene de un lugar profundo dentro de nosotros, mucho más profundo que cualquier respuesta. Aquí hay dos razones obvias:
1. No hay respuestas a la vida, porque todo lo que experimentamos es un proceso de aprendizaje y no es un problema.
2. La pregunta misma proviene de un lugar inocente que no sabe lo que está sucediendo.
La pregunta (la mente interior) quiere saber, pero una pregunta tras otra, lo que está siendo creado son preguntas más profundas que no se pueden contestar.
¿Cómo puede haber respuestas cuando hay este vasto universo que necesita ser experimentado? ¿Cómo pueden las palabras proporcionar jamás la fracción más pequeña del conocimiento? ¿Puede la vida ser contestada por medio de meras palabras que son conceptualizadas por la consciencia?
Nuestra verdadera experiencia es el conocimiento de la verdadera pregunta
Einstein dejó en claro que la pregunta, la pregunta real, se convierte en nuestra verdadera experiencia. Conocer la verdadera pregunta es la clave. Cada ser humano tiene su propia pregunta que encontrar. Lo que es esta pregunta sólo puede descubrirse yendo directamente a cada pregunta que se haga.
¿Podemos entrar en lo desconocido y construir una vida no restringida por nuestras respuestas?
Vivimos por lo que consideramos que es real, que por medio de la exploración revelará que es sólo una creencia, una creencia nunca cuestionada.
He aquí una pregunta que puede empezar a reorientar tu vida ... ¿Cuáles son las posibilidades de un mundo en el que se reconozcan las limitaciones de la creencia?
¿Y si nos liberamos de nuestros pensamientos condicionados de cómo debería ser la vida y reestructurarlos en algo que exprese nuestros principios unitarios (de unidad) de la vida? Las posibilidades radican en esta exploración ― ¡de que todos los opuestos aparentes son UN todo! Podemos ver que lo masculino necesita de lo femenino, lo negro necesita de lo blanco, la materia necesita del espíritu ― pero ¿qué hay de que el AMOR necesita del Miedo para su explosión total?
Cuando nos separamos vivimos vidas divididas ― las vidas divididas son el infierno que creamos. ¿Y si "unimos" el cielo y la tierra, el humano y el ser en un todo indivisible? Se nos han dado las herramientas para esta exploración llamada "el corazón". Es nuestro aspecto intuitivo del conocimiento-innato lo que trasciende ampliamente la mente condicionada.
¿Sabes realmente lo que quieres?
Una pregunta clave que te resultará sumamente reveladora es esta ― ¿sabes realmente lo que quieres? ¿Sabías que la mayoría de la gente no tiene ni idea?
Una vez un Genio se apareció a un hombre y le preguntó: "Te concedo tres deseos que se harán realidad. Sin embargo, sólo puedo darte un deseo a la vez. Sólo podrás obtener el segundo deseo cuando hayas experimentado el primer deseo". Cuando llegó el momento de pedir el tercer deseo, el hombre quería que las cosas estuvieran como al principio.
La moraleja de la historia es la siguiente ― si realmente deseamos que algo sea verdad no necesitaríamos a un genio simplemente debido a una gran verdad ― ¡todos los deseos verdaderos se materializan! El mundo que experimentamos es sólo real para nuestra mente y así aparece exactamente como pensamos que es ― ¡ni más ni menos! El mundo que experimentamos no es real, pero el pensamiento hace que parezca real. Por lo tanto, el modo en que estás ahora en este momento es exactamente el modo en que querías estar, seas consciente de ello o no. Tu vida ahora es exactamente del modo que querías. El punto es este ― estás experimentando la forma en que has creado tu mundo mediante tus pensamientos y creencias. Es posible que hayas preferido un millón de dólares como tu primer deseo, pero lo que querías era el poder de tener todos sus deseos cumplidos. Querías todos tus deseos cumplidos porque creíste que te traerían felicidad y satisfacción. Pero ni siquiera nunca hemos insinuado que queríamos la felicidad debido a una triste realidad ― no tenemos ni idea de lo que es la felicidad.
¿Qué son las creencias?
La verdadera vida está más allá de la creencia. Las creencias son el resultado natural que viene de la necesidad de certeza, seguridad y significado, y paradójicamente, sólo traen duda, miedo, incertidumbre e inseguridad debido a que una creencia es un concepto que puede ser removido, desafiado y trascendido. Cuando éramos jóvenes teníamos ciertas creencias y cambiaron de acuerdo a nuestras experiencias en la vida. Juzgamos la vida de acuerdo a nuestras experiencias pasadas. Una creencia es, en resumen, todo aquello que has hecho real en tu mente. Se necesita valor para mirar a tu propia creencia a la cara, ya que es tu seguridad; es tu manera de aferrarte a algún significado no importa cuán remoto sea. Y, da miedo darse cuenta de que todas las creencias son sólo creencias y carecen de fundamento. La vida espiritual es una vida de coraje, agallas, franqueza y dedicación a lo que es real y duradero.
Las creencias no pueden ser reales porque cambian según la evolución de la consciencia. Cuanto más consciente te vuelves, menos creencias tienes. Entonces, cuando todas las creencias son desafiadas y descartadas, nos sentimos vacíos sin ningún lugar adonde ir, nada que hacer y nada que esperar. Esta aparente situación "desagradable" es una bendición, una bendición increíble porque cuando estamos en los fosos de la nada entonces el único camino está aquí (siempre). La única manera de que la verdad se revele es cuando has reconocido tu vacuidad. Mientras nos aferramos a la creencia, no importa lo aparentemente bella que sea, todavía estaremos atrapados en la zona superficial de la vida.
Pregúntate a ti mismo en este momento, "¿Qué es lo que creo acerca de la vida, Dios y yo mismo?" Encontrarás la lista interminable. Entonces, mirando a esta lista interminable de creencias surge el temor, y todo es parte del proceso de la vida encontrándose a sí misma desnuda. Es todo un encuentro con la vida desnuda, vulnerable, desconocida y sin embargo abierta a las infinitas posibilidades. Entonces, a través de esta apertura emerge un "conocimiento-innato". Este conocimiento-innato ("feeling-knowing") reemplaza a cualquier cosa que alguna vez hayas leído, estudiado o practicado.
¿Qué es el conocimiento-innato?
El conocimiento-innato no es un concepto o conocimiento intelectual ― es un "saber" que desafía la descripción o el cuestionamiento. En el conocimiento-innato no hay duda, ni incertidumbre y ninguna opinión o creencia. Por ejemplo, pregunta a alguien si sabe que existe y te responderá con total certeza, "¡Por supuesto que sé que existo!" Sin embargo, ¿quién es ese que lo sabe? ¿No es la consciencia reconociéndose a sí misma? Después de todo, no es una creencia, no es un recuerdo, ni una idea ― saber que existes es un conocimiento-innato.
Otro "conocimiento-innato" que puedes tener en este momento es este ― quédate muy quieto, totalmente quieto de cuerpo y mente y hazte esta seria pregunta, "¿Realmente existe otro momento que no sea este momento?" Deja que la mente se vacíe de pensamientos cuando te hagas esta importante pregunta. Si tu pregunta es sincera, honesta y seria despertarás este "conocimiento-innato" de que AHORA es toda la verdad, toda la realidad y no hay nada más. Así es como Albert Einstein descubrió la irrealidad del tiempo y la teoría de la relatividad, mediante sinceras preguntas profundas. No buscó respuestas, sino que sólo CONTEMPLÓ las preguntas ¡hasta que la verdad se reveló por sí sola!
La verdad se revela NO a través de respuestas intelectuales, sino a través del "conocimiento-innato" que está más allá de toda duda. La verdad es la eterna esei-dad que desafía toda explicación, descripción o percepción intelectual, pero es posible a través de un profundo amor sincero y honesto de lo que es VERDADERO y DURADERO. La verdad no es una religión, creencia, tradición, cultura o una raza o alguna idea mental. La verdad es este mismo instante más allá del tiempo u opinión. Es esta fuente eterna de ti mismo que está despierta y consciente (y no tiene nada que ver con eso que eres consciente). Cuando, en tu vacío, te encuentras con este desafío más profundo con la disponibilidad de dejar que tu mente egoica se hunda en el olvido, entonces la verdad "despierta" en ti como un "conocimiento-innato" que nada ni nadie podría tocar. Es este "conocimiento-innato" el que escribe estos guiones semanales. No emergen del pensamiento o la imaginación sino a través de la confianza absoluta en este "proceso" llamado "conocimiento-innato". Lo curioso es que ya somos este "conocimiento-innato" pero nunca lo aprovechamos. La razón por la que nunca lo aprovechamos es debido a un gran escollo ― nuestras creencias egoicas que toman la vida superficial como nuestra realidad. Esta vida superficial a la que nos aferramos se convierte en nuestra muleta, pero hasta que no estemos dispuestos a deshacernos de ella yendo profundamente más allá de ella, nuestro "conocimiento-innato" que a menudo es bastante obvio, nos eludirá.