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Artículos - Greg Goode

Las Enseñanzas de Atmananda y la Vía Directa

(Segunda Parte)
Por Greg Goode 27 diciembre 2009

De Fuera Adentro

La vía directa puede seguir dos direcciones posibles. Son dos posibles formas de disolución de la distinción entre el yo y el mundo, o entre el sujeto y el objeto.

  1. Uno puede examinar al yo (self) para ver que es el mundo (de dentro afuera) ― Consiste en mirar al "yo" separado, que parece pequeño y separado, y hacerlo cada vez más grande hasta que incorpora todo. De esta manera, se comienza con el sujeto y se demuestra que es realmente el objeto. Después de este punto, la distinción entre sujeto y objeto desaparece.
  2. Uno puede examinar el mundo para ver que es el yo (de fuera adentro) ― Esta es la dirección tomada por la vía directa. Comienza con lo que parece más evidente en nuestra experiencia. Se disuelve la distinción entre el mundo y el yo examinando el mundo. El mundo parece infinitamente grande y separado del observador por una brecha infranqueable, pero cuando se aborda con este método directo, se ve que no es otra cosa que el "yo". Este método pasa por varias etapas, que corresponden a las etapas señaladas en los escritos de Atmananda y George Berkeley:
    1. De los objetos a la sensación ― Si examinas un objeto en el mundo ves que no hay evidencia de que exista aparte de los colores, sonidos, texturas, etc. Los objetos nunca te dicen que existen de forma separada, y no hay evidencia experiencial de que así sea. La realización más importante en esta etapa es esta ― puesto que todo lo que piensas que experimentas de un objeto ya incluye la sensación, no hay manera independiente de verificar que en realidad sientes UN OBJETO INDEPENDIENTE. En realidad la sensación forma parte de la caracterización del objeto, y no hay forma de separarlos. El sonido del ladrido de un perro ES el ladrido de un perro. No hay un acceso independiente al objeto que no sea la sensación. Por lo tanto, no hay manera de que realmente SIENTAS un OBJETO. Esta es la clave para el enfoque de la vía directa, y es fácil pasar por alto su importancia. Si esta etapa se realiza claramente, suceden dos cosas: (1) la base para la sensación de separación física, así como la sensación de cualquier otra separación es eliminada; y (2) el resto de las etapas son muy fáciles porque las realizaciones son análogas a ésta, pero en niveles más sutiles. Como Esto no es fácil de ver, los mejores textos que pueden servir de ayuda son: Tres Diálogos y Tratado sobre los Principios del Conocimiento Humano de George Berkeley, y mi propio Standing as Awareness (Permanecer como Conciencia). Y es fundamental examinar nuestro propio cuerpo de esta misma manera, porque los mismos descubrimientos que se aplican al ladrido del perro se aplican al cuerpo. El cuerpo no transmite sensaciones. Más bien está hecho de sensaciones.
    2. De la sensación al pensamiento ― Aquí ocurre un proceso análogo. La sensación ahora se disuelve en la conciencia (1) de la misma manera como se dijo en el Paso 1 de que los objetos se disuelven en la sensación. Una vez que los objetos se ven que no son nada más que sensación, examinas los propios sentidos, y ves que no son sujetos ni experimentadores, sino más bien experiencias. Ver, oír, tocar, gustar y oler no son experimentados como existentes aparte de la conciencia testigo. En otras palabras, para que el ver exista debe surgir como una apariencia en la conciencia. No existe en ningún otro lugar. Junto con esta investigación del ver y los otros sentidos como facultades, se investiga el aparato de los ojos, oídos, nariz, lengua, manos, piel, etc. Esto se hace en silencio, en movimiento, y en locomoción. El examen demuestra que no son nada más que pensamientos o apariencias que surgen en la conciencia testigo. Esta conciencia no es personal, porque no hay ninguna base para diferenciar entre un punto separado de conciencia y otro. La Conciencia no es del tipo de cosas que puedan haber dos. Todas las distinciones son solamente pensamientos presenciados (en la conciencia). La persona se ha disuelto en la fragancia de la Conciencia.
    3. Del pensamiento a la consciencia pura - La relación entre la conciencia testigo y los pensamientos es análoga a los procesos del paso (1) y (2). En esta etapa, uno analiza la memoria y la relación entre los pensamientos más cuidadosamente. Puesto que un pensamiento nunca se experimenta que exista aparte de la presencia de la Consciencia, no tiene sentido en primer lugar que un pensamiento realmente exista.

Si en tu experiencia nunca existe un pensamiento fuera de la consciencia, entonces no tiene sentido sostener la idea de que en realidad existe externamente. Y puesto que la memoria es en sí otro pensamiento, no puede probar la existencia de otro pensamiento, incluso dentro de la consciencia. Uno se da cuenta de que no hay evidencia de que un pensamiento exista aparte del pensamiento actual. No puede haber dos pensamientos. Si no puede haber dos, entonces en primer lugar no tiene sentido que el pensamiento actual sea en realidad un pensamiento. En este punto, el pensamiento mismo se disuelve en la consciencia. Incluso la más sutil separación, movimiento y sentido de existencia/no-existencia se disuelve en los brazos suaves y amorosos de la consciencia pura.

La consciencia pura es llamada el "Yo-Principio". Es eso en lo que todo aparece. Es tu propio yo o sí mismo (self).

Etapas de Realización

La vía directa menciona tres etapas a lo largo del camino de la realización. En cada etapa, el interés se sitúa en algo más sutil, y lo que se veía tan real e inherente en una etapa inferior se ve como nada más que el juego de una etapa superior.

  • En la Etapa 1, todo parece que existe independientemente, y la consciencia parece como si viniera de la cabeza y fluyera a través de los sentidos hacia el mundo objetivo.
  • En la Etapa 2, las actividades (o superposiciones) de la Etapa 1 se ven como apariencias en la consciencia impersonal, no-localizada, que las revela en la luz de la conciencia.
  • En la Etapa 3, incluso la superposición sutil de "revelar" o "iluminar" desaparece, y la consciencia brilla en su propia gloria.

Este es un conciso resumen de cómo la vía directa examina el mundo para ver que no es nada más que el yo (self).

Permanecer como Conciencia

Cuando tomas la postura de ser algo, el mundo cambia en consecuencia. Esto nos sucede a todos a nivel cotidiano. Si sucede algo agradable y te sientes bien contigo mismo, el mundo se ve de color de rosa. Si te sientes mal contigo mismo, el mundo parece sombrío.

Del mismo modo, si te consideras a ti mismo como el cuerpo físico, el mundo y otras personas parecen como cuerpos físicos externos. Los acontecimientos del mundo parecen que son causados mecánicamente. Si te consideras a ti mismo como la mente o el espíritu, el mundo parecerá espiritual, como un flujo de energía. Los acontecimientos parecerían como si se realizaran por arte de magia, quizás traídos a la existencia por tu mente o una mente superior que lo controla todo.

Si te consideras a ti mismo como la conciencia, entonces el mundo se experimenta como conciencia ― la misma conciencia. No hay otra cosa que el mundo sea. El mundo no estará EN la conciencia, SERÁ la conciencia. No hay nada más que pueda ser. No habrá separación entre tú y el mundo. Las cosas no parecerán que sucedan realmente, y no hay sentido de causa, sino más bien espontaneidad y milagrosidad sin causa.

El mundo aparece según te consideres a ti mismo.

Hay más información acerca de este enfoque en el gran libro de Atmananda, Notas sobre los discursos espirituales de Sri Atmananda, así como en mi Permanecer como Conciencia.

Enseñanza experta

Uno de los sorprendentes y ocultos principios que los métodos tradicionales de enseñanza no-duales utilizan es este ― utilizar el nivel más bajo o la enseñanza menos abstracta que ayude a deconstruir el objeto actual que se tiene entre manos. Por ejemplo, si una persona tiene una pregunta acerca de la memoria, es más eficaz examinar las falsas afirmaciones de la memoria directamente que decirle al yo (self) de uno "No te preocupes por la memoria, todo es consciencia de todos modos". Ambos métodos dicen la verdad, pero a su propio nivel. Si uno va inmediatamente a la respuesta "todo es consciencia", entonces es probable que aparezca una y otra vez la pregunta. Pero si las propias afirmaciones de la memoria se ven como falsas e injustificadas, entonces ese mismo ver disolverá las mismas raíces de la pregunta y no se planteará de nuevo.

En general, si se recibe demasiado pronto una enseñanza demasiado sutil o abstracta, simplemente no tendrá ningún efecto transformador duradero. Puede ser inspiradora y motivadora y abrir el corazón, hasta cierto punto. Pero también será tomada literalmente, y por lo tanto le dará al estudiante otro conjunto de creencias que tendrán que ser examinadas posteriormente. Sin embargo, una enseñanza menos sutil, más con los pies en la tierra, será más relevante en la experiencia. Tendrá un efecto más potente en el indagador, puesto que concuerda más plenamente con sus suposiciones de fondo. Y luego esta enseñanza de nivel inferior será deconstruida por sí misma con una enseñanza posterior más sutil. Es por esto que muchas enseñanzas no-duales parecen graduadas y escalonadas.

No hay conflicto en las Enseñanzas

La vía directa es práctica. No hay ninguna contradicción entre sus métodos. A menudo parece haber incoherencias entre algunas declaraciones como las siguientes:

  • El objeto externo no es más que un pensamiento
  • No existe un objeto externo
  • Para empezar no existe una exterioridad
  • La exterioridad es un pensamiento
  • Un pensamiento surge en la conciencia

La razón de que no haya conflicto es esta. Estas declaraciones no pretenden ser fácticas sino dialécticas y estratégicas. Las declaraciones no pretenden ser representaciones precisas del mundo, ahora y para siempre verdaderas. En cambio, están destinadas a desestabilizar ciertas suposiciones que implícitamente se tienen sobre el mundo. Cuando el indagador avanza a través de las enseñanzas, entran en juego suposiciones diferentes.

En el presente ejemplo, en una fase temprana la atención se centra generalmente en el mundo y su naturaleza. La suposición natural del indagador podría ser que el mundo está hecho de cosas físicas, como piedras, sillas o partículas subatómicas. La estrategia de la vía directa en este punto no es negar la existencia del mundo. Eso sería demasiado en poco tiempo, y podría alienar al indagador. Podría causar temor si estás acostumbrado a un mundo y te dicen de repente ¡que no existe! Así que en lugar de eso, la vía directa se aprovecha de la suposición de que el mundo existe, pero refina o clarifica la suposición especificando la manera en que no puede ser hecho o compuesto de nada más que de la consciencia. Este es un salto más pequeño para el indagador.

Más tarde, la atención se centra en la consciencia misma. En este punto, la cuestión no se trata de ver de qué está hecho el mundo, sino si es que existe en absoluto. Cuando hay la sensación de que el mundo existe, incluso cuando se cree que está hecho de consciencia, todavía hay un poco de separación entre el yo y el mundo, entre el sujeto y el objeto. Así que en este punto la estrategia es negar la existencia misma de un mundo, lo que equivale a refutar la distinción entre sujeto y objeto. Cuando se espera a hacer esto en una etapa posterior entonces no es tan discordante y poco intuitivo de como sería en una etapa anterior.

Puesto que las enseñanzas tienen esta dinámica pragmática y temporal, no se contradicen entre sí.

Tienen diferentes propósitos y objetivos. Dependen del objetivo de refutación de un cuerpo particular de suposiciones en un momento determinado a medida que avanza la enseñanza.

El Testigo

La consciencia en realidad no tiene ninguna función y no realiza ninguna acción. No hace nada y no tiene fines propios. Pero para llegar a reconocer esto, nuestra comprensión a menudo atribuye funciones a la consciencia, como memoria, creatividad o propósito. El Advaita sabe esto, y ha ideado enseñanzas para aprovechar esta tendencia.

Es por esto que hay una distinción entre lo que parece la conciencia testigo al comienzo de la enseñanza y lo que parece cuando el presenciar se ha estabilizado. Cuando uno aprende la enseñanza del testigo, el testigo parece psicológico (con la capacidad de registrar y recuperar los recuerdos), menos abstracto y más fácil de comprender. No es personal, pero puede parecer casi personal. Y aunque no es una caracterización precisa de la consciencia, no obstante, te permite deconstruir tus presuposiciones dualistas cotidianas, mostrando que lo que se suponía que era definitivo de ti mismo es en realidad un objeto que aparece al yo (self).

Así es como el testigo se siente cuando el indagador siente que la consciencia está en el cuerpo-mente (y no al revés). El testigo permite al indagador darse cuenta de que el cuerpo-mente es una apariencia en la conciencia en lugar de la fuente de la conciencia. El testigo depende de darse cuenta de que lo que surge en la memoria tenía que haber aparecido primero en la conciencia.

Cuando esto se realiza plenamente, entonces el cuerpo ya no parece ser un recipiente dentro del cual se encuentra localizada la conciencia. Es en este punto cuando uno puede examinar las cosas más sutiles en una nueva luz. Uno dirige ahora la misma luz de la indagación sobre la mente, los valores, la memoria y los sentidos que uno había antes utilizado para examinar las mesas, sillas y el cuerpo. La comprensión (realización) de que ninguna de estas cosas están localizadas en ningún lugar y que no pertenece a nadie (ningún UNO), es el nacimiento del testigo más sutil.

El testigo psicológico supone que el testigo es capaz de recordar y valorar las cosas. Estas habilidades atribuidas al testigo psicológico son superposiciones, pero a la vez útiles. Las percepciones (insights) más sutiles realmente transforman al testigo. Lo que se veía como una función del testigo (especialmente la memoria) se ve ahora como otra apariencia presenciada. Lo que parecía ser parte del sujeto se ve ahora como un objeto. Y el presenciar es experimentado como infinitamente más ligero y claro.

Estabilización del Testigo

En este punto, el interés de uno no está en los objetos, sino en la conciencia, en la consciencia (1). Uno ya no trata de analizar los objetos externos para ver de lo que están hechos y si están separados. Los objetos ya no tienen una carga metafísica o emocional última, y uno no siente que la propia naturaleza dependa de los objetos. Es natural en este punto interesarse en la consciencia, enamorarse de la consciencia.

Se trata de un interés mucho más sutil, uno que es capaz de satisfacerse dondequiera que se mire. También se han soltado las superposiciones que habían sido atribuidas al testigo. Ahora se da uno cuenta de que la memoria es en sí misma algo que surge, junto con la valoración, el pensamiento y la sensación. En el testigo más sutil no hay mente, cuerpo o mundo separados. Todo lo que hay (e incluso esto es mucho decir) es la conciencia y las apariencias que surgen, permanecen y desaparecen en la conciencia. Se siente cálido y maravilloso y agradable.

Por supuesto, el testigo es en sí mismo es una superposición, pero una muy sutil y benevolente. Es agradable y libre. Tan pronto como se ha estableció firmemente, comienza a colapsar. Esto puede suceder de manera espontánea si se deja solo, o puede ocurrir a través de la indagación sobre cómo funciona. Uno empieza a sospechar que simplemente no puede haber una diferencia entre el testigo y lo que es presenciado (atestiguado) ― y darse cuenta de que ambos son consciencia pura.

Del Testigo a la Consciencia Pura

Cuando el testigo es muy estable, comienza a abrirse o disolverse en la luminosidad global y amorosa de la consciencia pura, que es sin ningún tipo de brecha o separación en ningún lugar. Esto sucede a través del tiempo, o cuando uno examina el testigo de la misma manera que se examinan los objetos al inicio de la investigación.

El testigo se ha vuelto estable cuando:

  • El presenciar no parece ser un estado mental
  • El presenciar no parece como si necesitara práctica o vigilancia
  • El presenciar no parece como si fuera reversible o capaz de "perderse"
  • El presenciar ya no parece que está sucediendo "aquí" en oposición a "allí"
  • Ya no se siente como si hubiera objetos que existen fuera de la conciencia
  • Ya no preguntas si la conciencia debe permitir a una persona ver todos los pensamientos de otra persona
  • El testigo ya no parece personal
  • Ya no parece haber surgimientos (apariencias) invisibles

En este momento, no hay presunción de una persona. No hay "uno" al que se le aparecen los surgimientos (apariencias). No hay sentido de ser el autor, el hacedor o receptor. No hay personalización o experiencia de separación.

La experiencia es agradable, abierta y amorosa ― la fuente de los surgimientos (apariencias) es la conciencia y el amor, y los propios surgimientos son agradables porque su fuente es agradable. Incluso el dolor es abierto, amoroso y agradable. Su naturaleza no es el dolor, sino la conciencia. Uno ya no puede "ser" una persona (de hecho, nunca fue una persona). Uno se ha reconocido a sí mismo como la conciencia.

Pero todavía hay una estructura dualista muy sutil hacia el testigo. Agradable, pero sin embargo dualista. La estructura dualista consiste en:

  • Una distinción sujeto/objeto, es decir, una distinción entre la conciencia y los surgimientos (apariencias) en la conciencia
  • Una multiplicidad, una distinción entre los propios surgimientos

Ambas distinciones van de la mano; se necesitan mutuamente. Y la indagación sobre cada una de ellas disolverá a ambas.

La investigación en este nivel es muy sutil, pero la comprensión (insight) básica es la misma que en todas partes. No hay experiencia de objetos fuera de la conciencia. No hay ningún fenómeno que organice o estructure la conciencia; si hubiera tal fenómeno, entonces sería lo mismo que se ha descubierto de cualquier otro fenómeno: sólo otro surgimiento en la conciencia. Esto es lo que fue realizado con el color, el sonido, el cuerpo, la vista y el oído, la memoria, la voluntad, la intención y la causalidad. Así que la misma realización está disponible para estas relaciones ultra sutiles ― relaciones como sujeto/objeto y multiplicidad/unicidad. No hay ninguna distinción sujeto/objeto fuera del surgimiento presente. Nunca es presenciada. Hay una proyección o presunción de esta distinción, y la presunción no es más que una imagen de este mismo pensamiento. Cuando se ve que ni la distinción ni la multiplicidad es una característica objetiva en cualquier parte de la experiencia, entonces la sensación de que estas cosas sutiles están presentes se disuelve. Y entonces la experiencia ya no parecerá condicionada por ninguna dualidad, incluso la dualidad más sutil o escondida.

Esto puede ser visto también de otra manera. Todo lo que es experimentado es el surgimiento o pensamiento presente. No se experimenta el paso del tiempo en ese surgimiento. No se experimenta el paso del tiempo fuera de ese surgimiento. No puede haber de hecho ningún tiempo. Sin tiempo, entonces no puede haber tales cosas como surgimientos. No tienen sentido a menos que el tiempo esté presente ― que no lo está. Esto te establece como lo Intemporal. Y tu experiencia lo confirma.

Otra forma de ver esto es ver también que, de acuerdo a la manera en que el testigo se estructura, sólo el surgimiento presente es experimentado. Nunca hay dos surgimientos en la experiencia, especialmente porque la memoria en sí misma es inoperante. Es decir, la propia memoria es vista como un mero surgimiento, por lo tanto, absolutamente incapaz de establecer otra cosa que no sea lo que está presente. Así que no se puede decir que existan dos o más surgimientos. Y tampoco es tu experiencia que exista un surgimiento antes de ESTO o después de ESTO. Si no puede haber dos surgimientos, entonces ¿cómo puede haber incluso uno? Lo que está presente no es ni siquiera el tipo de cosas que puedan ser numeradas. El presente no es uno de varios elementos en una cadena, ni es experimentado en modo alguno como tal. Sin el presente surgiendo aparentemente como una serie numérica, entonces la noción misma de surgimiento se colapsa suave y pacíficamente en la consciencia pura. La consciencia brilla como y por sí misma. Abierta, agradable y amorosamente.

Notas:
  1. El autor utiliza en el texto las expresiones inglesas "awareness" y "consciousness" significando casi lo mismo, pero para distinguirlas las hemos traducido por "conciencia" y "consciencia" respectivamente.
Fuente: Awakening to Reality (Philosophical Education and Nondual Inquiry)