Artículos - Melvyn Wartella
Crisis y Transformación
Por Melvyn WartellaNosotros, todos los que nos encontramos en la Tierra, estamos en crisis en estos momentos. El proceso del ego nos ha llevado a un punto de absoluta locura. No tienes más que observar lo que está ocurriendo en nuestro gobierno [1], y en todos los demás, y verás crisis. En el mundo de los negocios, hay demasiadas empresas que han puesto la obtención de beneficios por encima de todas las demás consideraciones y están destruyendo nuestro medio ambiente. Únicamente un ego [2] puede ser tan inconsciente. Estamos echando millones de toneladas de sustancias tóxicas al aire que respiramos, al agua que bebemos y a la tierra en la que sembramos nuestros alimentos. Todos nuestros cuerpos llevan sustancias tóxicas, incluso los de nuestros bebés. Ningún rincón de la Tierra está libre de los derivados de nuestra codicia. Nuestro gobierno protege a quienes contaminan y, a su vez, contamina tanto, o más, que las empresas. Hemos estado usando residuos empobrecidos para fabricar las cabezas nucleares que se han utilizado en Irak y Afganistán, residuos que tienen una vida media de cuatro mil quinientos millones de años. Hemos usado esas mismas armas en pruebas realizadas frente a las costas de California y del estado de Washington. Luego nos comemos los mariscos de esas mismas aguas. Si esto no es locura, ¿qué es?
La codicia de nuestro gobierno y de las grandes empresas está destruyendo el medio ambiente. Con una absoluta despreocupación por la vida futura, continúan contaminando y destruyendo todo lo que se interpone en su camino. Ambos son un ejemplo perfecto del proceso del ego. Funcionan desde un continuo estado de inseguridad. Ese estado de inseguridad les permite justificar cualquier cosa que deseen hacer. Lo que el ego quiere es el control y esto se aplica igualmente a gobiernos y corporaciones. Ciertamente, las religiones organizadas son otro gran negocio con los mismos problemas de control que tienen los gobiernos.
En la mayoría de los casos, al gobierno le resulta fácil controlar a la gente. Utiliza con nosotros los mismos viejos juegos del ego. Crea temor en las masas — promételes seguridad y dales la esperanza de que algún día serán tan ricas como los propios gobernantes, y las personas pasarán por cualquier aro que pongas delante de ellas. Utiliza el patriotismo, agita la bandera y la gente estará dispuesta a matar en nombre de su país. Las empresas utilizan este método tanto como los gobiernos. No hay un punto donde acaben éstos y empiecen los grandes negocios. Son lo mismo. Los negocios controlan al gobierno y éste controla a la gente.
En los últimos años hemos visto cómo el gobierno norteamericano ha utilizado la inseguridad de la gente para obtener un control mucho mayor sobre nosotros. Hemos visto cómo se pasaba por encima de nuestra constitución en nombre de la seguridad. Actualmente estamos menos seguros que nunca. Estamos mucho más aislados y nunca ha habido tanta gente que nos odie en otros países. Hemos visto cómo nuestro ejército no sólo ha matado a miles de personas inocentes, sino que, además, ha contaminado sus tierras para siempre con cabezas nucleares de uranio empobrecido. Todo el mal que intentamos demostrar en otros países, no es nada comparado con el que nosotros hemos estado haciendo. Y, sin embargo, seguimos actuando como si siempre fuésemos los buenos.
Esto debe acabar y eso sólo puede ocurrir cuando la gente despierte de verdad. No sólo ecológica y políticamente, sino también espiritualmente. No podemos luchar contra los gobiernos y mejorar las cosas. Hacerlo sería caer en los mismos juegos de guerra que ellos han utilizado con todos los demás. Tenemos que ver la verdad y compartir lo que vemos con todo aquel que quiera escuchar. Sin embargo, lo más importante que debemos ver es la ignorancia que existe en nosotros mismos y ser conscientes de que nosotros también intentamos controlarlo todo en nuestras vidas para sentirnos seguros. Los gobiernos son meramente una expresión mayor de lo que todos, como egos, llevamos en nuestro interior. Cuando despertemos, ya no podrán seguir mintiéndonos, ya no buscaremos seguridad fuera de nosotros mismos y actuaremos impulsados por el amor. Sólo entonces podremos llamarnos verdaderamente seres humanos. Sólo entonces veremos cuál es nuestra verdadera relación con toda la Vida.
También hemos perdido contacto con la realidad en nuestro entorno social. Hemos permitido que las religiones creadas por el ego nos conviertan en máquinas de matar, llenas de odio, para defender nuestras creencias frente a las creencias religiosas, igualmente insensatas, de otras personas. Tenemos a una raza odiando a otra sin ninguna razón, excepto la inseguridad y las imágenes del ego. Vivimos en medio de mentiras, hasta tal punto que tenemos una idea muy vaga, o ninguna, de cuál es la verdad. Nuestros supuestos líderes nos mienten todo el tiempo. Incluso sabemos que lo hacen; sin embargo, no hacemos nada al respecto. La mayoría de nosotros nos hemos convertido en mentirosos. Nuestros hijos ven a los adultos mentir y hacen lo mismo. No estamos educando a nuestros hijos para que piensen libremente y sean veraces. ¿Cómo podríamos enseñarles lo que no sabemos y tampoco honramos? Les estamos enseñando a ser robots indiferentes para que formen parte de las masas de máquinas económicas que están matando la vida en este planeta. La religión está enseñando a nuestros hijos a confiar en Dios, pues ÉL nos salvará. Eso no va a ocurrir. Nosotros somos los únicos que podemos salvar este planeta. Mientras mantengamos esta apatía y acudamos a otros en busca de ayuda, estaremos permitiendo que la destrucción continúe, hasta que sea demasiado tarde, si no lo es ya.
Nos encontramos, claramente, en un estado de crisis. Si no sientes que es así, o estás mal informado, o estás en un estado de negación total. La pregunta es: este estado de crisis ¿será suficiente para provocar una transformación en el mundo capaz de hacernos despertar a tiempo para detener la locura y hacer lo posible por poner fin a la destrucción de nuestro hogar? El despertar espiritual es un despertar total. No tiene nada que ver con dioses, salvadores, danzas cósmicas, ni con ninguna otra cosa. Es ver la realidad de la vida de una forma clara y honesta, y descubrir que somos, verdaderamente, un solo Ser. ¿Tendremos que ver morir en vano a millones de personas más antes de llegar a una crisis lo bastante profunda para producir un verdadero cambio? ¿Es necesario que veamos cómo mueren los océanos? ¿Es necesario que veamos cómo desaparecen las aves? ¿O que nuestros recién nacidos sean tan deformes que ni siquiera parezcan humanos? ¿O que todo el mundo tenga cáncer? Todo esto está ocurriendo en estos momentos, en mayor o menor grado. Y, sin embargo, nos sentamos a ver nuestros deportes y nuestras series en la tele, y a beber una cerveza más, mientras cada día mueren de desnutrición más de cuarenta mil niños. Hay millones de personas en este país que no reciben atención médica, mientras nosotros gastamos miles de millones de dólares en guerras contra otros países en busca de beneficios económicos ¿Qué podrá sacudirnos lo suficiente para que actuemos?
Éste es un asunto muy serio, más que cualquier otro. Significa la vida o la muerte para nosotros. Si piensas que estoy siendo excesivamente dramático, no tienes más que echar una mirada a lo que ha estado ocurriendo en el mundo en los últimos cien años y cómo se ha estado intensificando últimamente. Todos sabéis que lo que estoy diciendo es verdad y que no va a cambiar por sí solo. Cada uno de nosotros tiene que ver esto claramente y, a partir de esa visión, tendrá lugar la acción. Es posible que te sientas incapaz de realizar cualquier cambio en el mundo exterior, pero puedes hacer algo más importante en el interior de tu propio ser. Es ahí donde reside el núcleo del problema. Puedes realizar un cambio revolucionario en tu interior. No tú en cuanto ego, pero al ir más allá de tu propio sueño podrás ver claramente la pesadilla que el ego ha creado en el mundo. La solución está en manos de cada uno de nosotros. En este mismo momento.
¿Qué puedes hacer tú? ¡Observa! Observa cómo funcionas, en qué piensas durante todo el día. Intenta comprender y ver directamente cómo funciona el ego dentro de ti. Fíjate por qué no sientes realmente amor, aunque dices amar. Mira qué es lo que te hace sentir tan inseguro mientras construyes una fachada para aparentar ser fuerte y poderoso. Averigua por qué sientes odio. Por qué sientes que tienes que controlarlo todo y a todos los que participan en tu vida. Observa todo eso. No te limites a pensar en ello; observa directamente tus actos, tus pensamientos y tus miedos. Si realmente empiezas a ver lo que está ocurriendo, puede producirse una transformación. Cuando te hayas transformado, habla con cualquier persona que quiera escuchar e indícale el camino para que ella también pueda ver. Habla con todos los miembros de tu familia y, sobre todo, ¡sé veraz!
No podemos simplemente ignorar lo que está ocurriendo en nuestro planeta. Una gran parte del despertar de la mente es ver la realidad tal cual es ahora. Meter la cabeza en un agujero espiritual o religioso y seguir ciegos a lo que está ocurriendo nos llevará a todos a la tumba.
La crisis está aquí. ¿Cambiaremos las cosas o permaneceremos echados como tontos apáticos viendo cómo se desmorona todo a nuestro alrededor? ¿Buscaremos juegos mentales religiosos o espirituales, o veremos las realidades de la vida con claridad? El estado más iluminado espiritualmente que puedes lograr es el de ver la realidad. Está a tu alcance, porque eso es lo que en verdad eres. No eres el débil ego ilusorio que puede ser controlado fácilmente; sólo crees que lo eres. Tienes integridad, quieres entender (de lo contrario, no estarías leyendo esto) y conoces el amor. Aplica ese amor y esa integridad, y deja que esta crisis te haga descubrir el siguiente paso en la evolución de la humanidad.