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Artículos - Bentinho Massaro

Deja de dividir y sé libre ahora

(Insights Into Awareness - Cap. 11)
Por Bentinho Massaro

La verdad está ya aquí...

Bentinho Massaro

Simplemente deja de dividir tu experiencia por un momento, sea cual sea la situación y tus descripciones sobre cómo puede ser la situación...
¿Qué queda? ¿Qué hay ahí mismo en tu cara cuando no divides ninguna percepción en absoluto?

Lo que hay aquí cuando no hago ninguna distinción y no creo ninguna separación entre nada, en sí mismo no tiene nombre. Podríamos llamarlo Presencia Pura, o Conciencia Libre, o incluso la Verdad. Puesto que es ser/ver sin distorsiones, y como se dice: La Verdad te hace libre. Hazte amigo de la verdad, mediante el reconocimiento de la conciencia natural en cualquier momento.

Para hacerte amigo cada vez más de aquella Verdad indivisible, y confiar sólo en ella, es un camino definitivo a la libertad real y un billete de ida para establecer la sabiduría.

¿Quieres conocer la verdad y la libertad real directamente? (Y querrás conocerla directamente en tu propia experiencia, porque esa es la única manera en que puede tener su efecto liberador) Puedes conocer la Verdad y la Libertad en este momento.

No en 20 vidas a partir de ahora, no en 20 años a partir de ahora, no en 20 minutos a partir de ahora, no en 20 segundos a partir de ahora, sino en este mismo momento, quédate quieto, inmóvil, no hagas ninguna división mental sobre cualquier cosa que percibas o experimentes, sólo quédate viendo sin distracciones... uno con el momento sin importar lo que pueda venirte. Ahora mismo, y en este mismo momento, sabrás en tu experiencia directa lo que es la Verdad. No como una etiqueta, concepto o idea, sino como esa esencia en la que todas las ideas vienen y van.

Es tan simple como eso. Deja de dividir.

¿Qué significa dejar de dividir?

Primero, ¿qué significa dividir? Cualquier descripción y análisis que puedas tener sobre ti mismo o el mundo en un momento dado, es un acto de dividir; un acto de hacer una distinción entre algunos aspectos de este mundo y el resto de él. Siempre que defines o describes algo que experimentas, estás creando una distinción en cuanto a cómo valoras un aspecto sobre otro, cuando crees en las descripciones.

Las descripciones por sí solas, son ocurrencias perfectas y espontáneas dentro de la conciencia. No bloquean ni obstruyen cualquier bienestar o claridad, pero cuando crees en las ideas que estas descripciones proyectan, efectivamente, se crea un túnel de realidad a través del cual la vida se experimenta de una manera fragmentada.

No sólo nuestro análisis constante divide las diferentes formas de nuestra percepción, también nos separa a nosotros mismos del momento, de la Vida, porque nos posicionamos como el analizador, el intérprete, de la Vida.

Entonces creemos que somos un observador de algo que se puede observar. Tú estás ahí como el analizador de tu experiencia. Es esta perpetuación de separarte a ti mismo de tus experiencias y de dividir lo que que sea que experimentas y percibes, lo que te hace sufrir y perder la magnificencia de la totalidad de la vida humana en su indivisibilidad.

Para tener una muestra, un sabor de esta conciencia libre natural, simplemente deja de intentar comprender, entender, comparar, pensar, analizar, describir, etc. Una presencia natural es entonces reconocida automáticamente. Sutilmente al principio, pero más aparentemente con cada reconocimiento de su presencia.

No hay distinción real entre el observador y lo observado. Al igual que el cristal del espejo y la imagen que se puede ver en el cristal son completamente uno, así también la conciencia es completamente una con todas las formas que está soñando en la existencia dentro de sí misma.

Lo que se observa, es el observador. Sólo lo que eres, sin hacer ninguna división durante sólo unos segundos... Atrévete a fluir en la unidad con la vida, atrévete a dejar de ser el intérprete, ten el valor, aunque sea por un momento, de dejar de analizar y de tratar de entender. En ese momento de total presencia sin-división, conoces la Verdad como la Vida misma.

Así que deja de ver los pros y los contras, el bien y el mal, lo espiritual y lo no espiritual, lo puro y lo impuro. Olvídate de todo eso. Olvídate también de todo lo que he dicho en este artículo, porque todo lo que sabes en tu mente es irrelevante... En cambio, vuelve (con regularidad y compromiso) a por ese sabor de libertad.

Ese momento de chispa de reconocimiento, en el que conscientemente dejas de dividir todo al instante, ahí mismo. De esta manera, tanto de forma inmediata como poco a poco, la verdad se te revelará como la presencia inclusiva que tú ya eres. Después de algún tiempo de acostumbrarte a reconocer la presencia de este modo, empezarás a conocer que la Verdad está abiertamente presente y disponible para ser vista en todo momento.

Después de todo, será la experiencia directa en ese momento de ser no-dual, lo que te confirmará la naturaleza siempre presente de la Verdad.

Es tan simple como eso. Deja de hacer cualquier división que sea, y ahí está, mirándote sin lugar a dudas a la cara: ¡La VERDAD!

Es todo lo que es. Ahora ...