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Libros - Denkô Mesa

Quimeras del ego
Desvelando la consciencia

Quimeras del ego

Vivimos en lo ya conocido, dirigidos y encorsetados por el contenido de nuestro ego, apresados por los recuerdos del pasado o evadiéndonos hacia un futuro inexistente. Llenamos nuestras vidas con memorias del ayer y expectativas venideras.

En este libro profundo, sobrio y asequible, el reconocido maestro zen Denkô Mesa nos invita a hacernos cargo de nosotros mismos.

Meditar es despertar y salir de esta ilusoria percepción condicionada, una experiencia que no depende de nada ni de nadie. La expansión de la conciencia existe en instantes de libertad. El empeño por conseguir algo es una quimera y pertenece al ámbito del ego.

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Denko Mesa
Denkô Mesa

Denkô Mesa es maestro zen, director espiritual de la Comunidad Budista Zen Luz del Dharma, licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna y profesor del Máster en Mindfulness de la Universidad de Zaragoza.

Ha publicado libros como En los espacios del silencio, Zen - entrega y confianza, Presencia invisible, Quietud o La mirada interior. Viaja con frecuencia para dirigir retiros e impartir conferencias, cursos y talleres relacionados con las prácticas meditativas.

Más información

Detalles del libro:
  • Título: QUIMERAS DEL EGO
  • Subtítulo: Desvelando la consciencia
  • Autor: Denkô Mesa
  • Editorial: Kairós
  • Año de edición: Enero 2024
  • Nº de páginas: 272
  • Encuadernación: Rústica con solapas
  • Formato: 13 x 20
  • ISBN: 978-8411212298

Del Prólogo

Los grandes sabios de la humanidad siempre han declarado que los hechos que acontecen ante nosotros no afectan por lo que son, sino por la manera que tenemos de reaccionar ante ellos. El valor y el respeto por quienes somos, es decir, el reconocimiento y la autoestima, son fundamentos que tener muy en cuenta y algo esencial para nuestra vida saludable, ya que marcan el desde dónde vivimos y cómo fluimos, o no, ante lo que sucede. Permanecer en el eje y mantenerse en la presencia permite salvaguardarnos de la confusión, distanciarnos de complicaciones innecesarias, evitar las pérdidas de tiempo y energía, además de liberarnos del sufrimiento en general, puesto que nos abre y ofrece una visión completa de lo que está sucediendo. Por todo esto, el autoconocimiento y la introspección son imprescindibles para llevar a cabo y desarrollar cualquiera de los proyectos que se nos presenten. Nuestras vidas cobran coherencia y sentido cuando miramos adentro.

Gracias a la meditación, somos capaces de manifestar el verdadero potencial de quienes somos porque la contemplación interna nos faculta para aprender a soltar aquellos programas y esas creencias que tanto nos limitaban.

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La espiritualidad se refleja en nuestra cotidianeidad. Debe haber una correspondencia entre la práctica y la vida diaria. Si no hay una transformación en la mirada interna, no habrá un reflejo de la claridad en el mundo externo. Meditar es despertar a lo inmediato. La meditación solo existe cuando se experimenta. Por muchas teorías o conceptos que usemos para definirla o delimitarla, jamás podremos acercarnos hasta ella a menos que la vivenciemos en tu totalidad.

Por lo general, vivimos en lo ya conocido, apresados por los recuerdos del pasado, o bien nos evadimos hacia un futuro inexistente. Llenamos nuestras vidas con memorias del ayer y expectativas venideras. Meditar es despertar y salir de esta ilusoria percepción condicionada. De la misma forma, la meditación no depende de nada ni de nadie. Existe en instantes de libertad. En el momento en que te sientas para nada, como se dice en la tradición budista zen, es decir, con un corazón abierto, receptivo y expansivo, sin que el ego sea el que controle la experiencia, acontece el tiempo en que tu ser reposa. En este preciso instante constatas que el gozo de quien tú eres en verdad se manifiesta.

Por esta razón, meditar no es un compendio de metodologías para desarrollar la atención. El que comprende es el ser, mientras que aquel que entiende según sus creencias, patrones e ideas es el ego. Meditar es una expresión natural del estado de presencia. Si estás y te sientes en el ahora, eres. Si permaneces ajeno al momento único, no te encuentras. Meditar es despertar del sueño de la ilusión, dejar partir los velos de las fantasías y las limitaciones, sintiéndote unido a la plenitud de lo emergente. Meditar es saber que formas parte de la totalidad manifestada en cada acontecer. Meditar no supone esfuerzo alguno. El empeño por conseguir algo es una quimera y pertenece al ámbito del ego.