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La Ley de Causa y Efecto

Por Robert Adams
Robert Adams

Robert: ¿Hay alguien aquí que venga por primera vez? Bienvenidos. Espero que lo que diga no os escandalice, porque digo cosas raras. (Risas).

He tenido una interesante visión esta mañana. En esa visión me vi a mí mismo en una hermosa sala esmeralda, y en la sala entró el Presidente Bush (los estudiantes se ríen) y Saddam Hussein (más risas) y Shamir de Israel y otras dos personas que no reconocía. Gorbachov estaba allí también. Y todos se sentaron alrededor de una mesa redonda y se quedaron mirándose el uno al otro. Así que fui hacia el estéreo y empecé a poner un poco de música africana. Al principio ellos sonreían, y luego comenzaron a golpear sus dedos sobre el escritorio y en poco tiempo se estaban moviendo con el ritmo. Y luego se levantaron y comenzaron a bailar. Y todos se abrazaban y hablaban de paz. Y se dieron cuenta de lo estúpido que era odiarse unos a otros como lo hacían. Decidieron quitar todas las líneas fronterizas y hacer del mundo, un mundo unido. Y entonces abrí los ojos. Sea lo que fuere, era interesante.

Alguien me pidió que hablara sobre "La ley de causa y efecto". En realidad, nunca hablamos de estas cosas porque pertenecen a una escala relativa. Hablamos de la realidad absoluta. La unidad última. Pero aun así, si somos conscientes de que somos el cuerpo y la mente, caemos bajo las leyes del karma, o de causa y efecto. Por lo tanto voy a hablar brevemente acerca de estas cosas, ya que ayuda.

La causa y efecto existen debido al tiempo y al espacio. Si no hubiera tiempo y espacio, no habría causa y efecto. En realidad no existe el tiempo y el espacio y no hay causa y efecto. Pero en el mundo relativo existen. La causa y efecto es otro nombre para la ley de retribución ―lo que siembras cosecharás― o la ley del karma. Y mientras estás bajo esa ley, tienes que tratar con el Dios de esa ley. Ese Dios se llama Ishvara en hindú, Jehová en la religión hebrea, Alá en la religión mahometana, y por muchos otros nombres.

Esos dioses existen siempre y cuando creas que eres el fenómeno cuerpo-mente. Y lo mismo ocurre con la causa y efecto. Para cada acción hay una reacción igual y opuesta. Esa es la ley de la física. Es lo mismo que la ley de causa y efecto. Todo lo que haces tiene una consecuencia, no hay escape de ella. A menos que te gires hacia dentro y ya no reacciones a nada. Entonces trasciendes la ley y eres libre. Pero mientras seamos todavía conscientes del cuerpo, estamos bajo esa ley.

Así es como funciona. Si quieres cultivar naranjas y no sabes nada acerca de semillas, podrías tomar una semilla de un limón, sembrarlo en el suelo y esperar a que crezca un naranjo. La causa es la siembra de la semilla de limón y el efecto, el árbol limonero. La semilla se siembra en la tierra. La tierra es tu mente y las semillas son tus pensamientos. Y el efecto es el resultado que se obtiene de la siembra de semillas. Así que uno siembra una semilla de limón y crece un limonero. Pero luego te pones a llorar y gritas: "Yo quería naranjas", y dices: "Exijo naranjas". Y coges una rabieta, te pones histérico. A nadie le importa. Sembraste las semillas y esto es lo que estás recibiendo como resultado, limones. Por supuesto, siempre puedes hacer limonada, pero querías naranjas. Entonces, ¿por qué sembraste una semilla de limón? No lo sabes. Quizás sembraste una semilla de limón en una vida anterior. Creaste la causa en ese momento. Y el efecto vuelve ahora a ti después de muchas vidas, no como un naranjo, sino como un limonero. Y aún gritarías, "¿Por qué planté semillas de limón, si yo quería naranjas en su lugar?" Lo mismo ocurre cuando vemos cosas que no entendemos. Por ejemplo, cuando Mahatma Gandhi murió, le dispararon, ¿por qué un hombre tan honorable como él recibiría un disparo? Las últimas palabras que dijo a su atacante fueron: "Te perdono y te doy las gracias hijo mío". Porque se daba cuenta de que en alguna otra vida había puesto en marcha la causa. Y este era el efecto que él recibía. Esto es lo que se llama "Karma Retardado".

Luego está el karma instantáneo. Como cuando pisas el borde de un rastrillo. Cuando pisas un rastrillo, ¿qué sucede? Te golpea en la cabeza. Eso se llama karma instantáneo. ¿Quién se hace cargo de este karma? El Dios del karma es Ishvara, Alá, Jehová. Él es quien distribuye el karma que vas a experimentar en cada vida.

Tomemos otro ejemplo. Henry me invita a su casa. Entro en su casa y me voy al frigorífico, y digo: "¿Qué hay para comer?" Y le como todo lo que tiene en la casa. Entonces le digo a Henry ¿me prestas tu coche? Y Henry que es un buen chico me dice, "claro". Así que tomo prestado el coche y destrozo su coche. Le rompo los faros, el parabrisas y lo vuelvo a aparcar como si nada hubiera pasado. Y Henry que es un buen chico, no dice nada. Entonces le digo: "Henry ¿me puedes prestar quinientos dólares?" Así que Henry que es un buen chico dice: "claro". Y yo sin esperar nunca devolvérselo, tomo el dinero. Ahora, ¿qué sucede?

Al no reaccionar, Henry se convierte en neutral. Cuando eres neutral, no acumulas karma de nuevo. Has terminado con esa parte de tu vida. Cuando reaccionas acumulas karma. ¿Qué me sucederá? Tendré que experimentar el efecto en algún momento, de alguna manera, de lo que le he hecho a Henry. Tiene que volver a mí de alguna manera. Tal vez no en esta vida, pero volverá, no hay escape. Por eso, cuando vemos ciertas cosas en la vida que no entendemos, no debemos juzgar, porque todo está desarrollándose como se supone que debe hacerlo. Todo está bien y todo se desarrolla como debe.

Otro ejemplo. La gente va en busca de un Satguru, un maestro. Ellos van a todas las personas que pueden encontrar. ¿Y qué es lo que hacen? Tratan de aprender todo lo que pueden. Maman del Satguru hasta dejarlo seco. Tratan de absorber todo su conocimiento. Pero ¿le dan sus corazones? ¿Se entregan a él? ¿Cuidan de él? ¿Hacen algo por él? La mayoría de los occidentales no. Ellos sólo vienen a tomar, pero no a dar de sí mismos o cualquier otra cosa. Y cuando han escuchado lo suficiente se van a alguien más y hacen las mismas cosas. Así veinte años pasan, y luego se preguntan por qué no han hecho ningún progreso. La vida es algo recíproco. Ambas partes tienen que dar y luego se funden en una. Pero si una parte da y la otra parte toma caen bajo la ley de causa y efecto. Y consiguen exactamente lo que dan.

Aquí está otro ejemplo. Decidí que mañana voy a robar el Security Pacific Bank. Así que llega mañana y escribo una nota y la nota dice: "Tengo 25 granadas de mano, un bazoka y una ametralladora en mi bolsillo, denme inmediatamente quinientos mil dólares o vuelo el banco". Lógicamente quien lee la nota está asustado, y me da los quinientos mil dólares. Y me alejo sin problemas, nadie me atrapa. Voy a Canadá. Pasan diez años. Entro en los negocios y tengo éxito, pero luego algo sucede y los recaudadores de impuestos vienen tras de mí. Hay un gravamen de impuestos de todos mis tratos con mi negocio y les debo quinientos mil dólares, que ellos recuperan de mí. Me voy a la quiebra y estoy de vuelta donde empecé.

¿Veis cómo todo se desarrolla? No hay errores. La ley se cumple. La única manera de escapar de esa ley es no reaccionar a cualquier cosa que viene a ti. Porque todo lo que te sucede es de naturaleza kármica. Si reaccionas, tú mismo estás creando más karma y estás acumulando más karma. Si te das cuenta de que no eres el fenómeno cuerpo-mente, llegas a ser totalmente libre y absuelto y emancipado. Y ya no hay más un ir y venir para ti. Te vuelves totalmente libre.

Básicamente, así es como funciona. ¿Alguna pregunta sobre esto?

SD: Tengo una pregunta, tal vez podría darnos algunos consejos sobre cómo no reaccionar, puesto que parece tan difícil.

R: Es muy sencillo, cada vez que te enfrentas a un reto o a un problema, actúa pero no reacciones. ¿Cuál es la diferencia? Cuando actúas eres espontáneo. Haces lo que hay que hacer, y se acabó. Cuando actúas planeas deliberadamente lo que vas a hacer. Cuando reaccionas los pensamientos tienen que venir a ti. Y los pensamientos tienen miedo, ira, celos, cólera, frustración, venganza, lo que sea y luego reaccionas. Pero cuando actúas no hay pensamiento. Simplemente lo haces y se acaba y sigues con tu vida. Esa es básicamente la diferencia.

SD: Entonces ¿qué pasa con las emociones, quiero decir, reaccionamos a las emociones?

R: Es lo mismo. Tu mente no conoce la diferencia entre un pensamiento y una acción. Tú sí. Así que cuando estás planeando matar a alguien, tu mente cree que ya has actuado y lo has hecho, incluso si nunca lo llevas a cabo. Y eso acumula más karma para ti. Los pensamientos son cosas.

Por ejemplo, la mente no conoce la diferencia entre un cáncer y un resfriado. Pero tú crees que el cáncer es mortal y un resfriado se pasa rápido. Así que si coges un resfriado, el sistema hará que pase rápido. Pero si tienes un cáncer, el sistema considera que es como la muerte. Por lo tanto viene el miedo, viene la preocupación y finalmente mueres. Pero tú has puesto en marcha la causa por tu creencia, así es como funciona. Así que los pensamientos y las acciones son lo mismo. No hay diferencia.

La idea es liberar tu mente de los pensamientos. No pensar más allá de tu nariz. Date cuenta cada vez que piensas, y pregúntate, "¿A quién vienen estos pensamientos? ¿Quién piensa estos pensamientos? ¿A quién vienen?" Y te darás cuenta de que vienen a mí. Yo pienso estos pensamientos. Todo está conectado al yo. Todos tus pensamientos están conectados al yo. Deshazte del yo y todos tus problemas se irán con él. Sigue al yo hasta su culminación. Concéntrate en la fuente del yo. Y descubrirás que el yo no existe, y serás libre.

SD: ¿Ha dicho que descubrirás que el yo no existe?

R: El yo no existe.

SD: ¿No existe?

R: Eso es. El yo te conduce a la nada, a la libertad, a la liberación. Siempre y cuando tengas un sentido del yo, tienes problemas. Porque siempre dices, "estoy enfermo, soy pobre, soy feliz, soy infeliz," y así sucesivamente. Y estás viviendo en el mundo de la dualidad. Así que cuando sigues al yo, todos los conceptos desaparecen con el yo y no queda nadie que piense. Finalmente eres libre.

También deberías preguntarte, "¿Para quién es el karma? ¿Quién tiene que experimentar karma? ¿Quién tiene que experimentar la causa y el efecto?" Pronto te darás cuenta de que esto es sólo para tu ego, no para ti. Tú eres libre y no tienes nada que ver con eso. Al trascender el ego, el karma se va. Y te vuelves totalmente libre.

SD: ¿Quién es el tú que se dirige al yo?

R: Tú mismo. Tu Ser.

SD: ¿Y eso no es lo mismo que yo?

R: Lo mismo, sí. Yo, mí, todo es lo mismo. Si te preguntas, "¿A quién viene el karma?" Y luego dices: "A mí". Aférrate al mí, como cuando te agarras a una cuerda, y baja hasta el final de la cuerda. Cuando llegas al final de la cuerda, no hay nada. Así que cuando llegas al final del mí, existe la realidad. Y la realidad se encarga por sí sola. Así que no estamos en busca de la realidad, no estamos buscando la realidad, estamos simplemente tratando de dejar de lado las otras cosas. En la medida en que dejas de lado las otras cosas. En esa medida la realidad viene por sí sola. Y serás libre.

La semana pasada, creo que fue el jueves, vi que Nate estaba aquí. Declaró que había estado meditando durante veinte años y nada había sucedido. Ha visto a treinta y cinco maestros o más. Y aún así nada ha sucedido. Le dije que esperara y siguiera adelante, no le gustaba eso. Así que cuando me fui a casa abrí un libro de Ramana Maharshi (1) justo por esa página de la que estamos hablando. Mary, ¿te gustaría leer?

Mary: Claro.

R: Comienza aquí, hasta aquí. Sáltate esto, lee esto hasta aquí. Sáltate esta parte... Ahora escuchad esto cuidadosamente.

Mary comienza a leer:

Un visitante preguntó a Bhagavan qué podía hacer para perfeccionar su atman.

Bhagavan: ¿Qué entiendes por atman y por perfeccionar?

Visitante: No lo sé. Precisamente por eso estoy aquí.

Bhagavan: El Ser o atman es siempre tal como es. No puede ser alcanzado ni mejorado. Lo único necesario es desembarazarse de la creencia de que el no-ser es el Ser, y de que lo irreal es lo Real. Cuando dejamos de identificar el cuerpo con nosotros mismos, lo que queda es el propio Ser.

Visitante: ¿Pero cómo podemos librarnos de esa creencia? ¿Venir aquí y exponer nuestras dudas no puede ayudarnos en el proceso?

Bhagavan: Siempre hacemos preguntas sobre las cosas que ignoramos, pero esas preguntas no pueden tener fin hasta que no sepamos quién es el que las hace. Aunque las cosas sobre las que hacemos las preguntas, son desconocidas para nosotros, no podemos tener dudas de que existe el que hace esas preguntas, y cuando te preguntas "¿Quién es el que pregunta?", todas tus dudas se desvanecen al momento.

Visitante: Lo que yo quiero saber es si el satsang (2) es necesario y si venir aquí puede servirme de ayuda o no me va a servir de nada.

Bhagavan: Primero tienes que saber qué es satsang. Significa asociarse con sat o la Realidad. El que conoce o ha realizado sat, también es considerado como sat. Tal asociación con sat o con uno que ha realizado sat es absolutamente necesaria para todos nosotros. Shankara decía (Bhagavan aquí cita el verso sánscrito) "Que en los tres mundos no hay mejor barca que el satsang para cruzar con seguridad al otro lado del océano de los nacimientos y las muertes."

Esta mañana, un visitante llamado S. P. Tahal, planteó las siguientes preguntas:

Sr. Tahal: He practicado sadhana durante cerca de 20 años y no consigo ver ningún progreso. ¿Qué puedo hacer?

Bhagavan: Quizás pueda indicarte algo si me dices a qué sadhana te refieres.

Sr. Tahal: Desde las 5 de la tarde, todos los días, me concentro en el pensamiento de que sólo el Ser es real y lo demás irreal. Aunque llevo haciendo esto casi veinte años, no consigo concentrarme en ello más de dos o tres minutos, sin que mi mente se distraiga.

Bhagavan: La única vía para lograr el éxito es retrotraer a la mente cada vez que intenta ir hacia el exterior y fijarla en el Ser. No hay necesidad de meditación o mantras o japa o dhyana, ni nada por el estilo, porque ésta es nuestra naturaleza real. Lo único que se necesita es abandonar el pensamiento de los objetos distintos al Ser. La meditación no es tanto pensar en el Ser, sino abandonar los pensamientos sobre el no-ser. Cuando tú te desembarazas del pensamiento de los objetos exteriores e impides que tu mente huya hacia el exterior y la introviertes en tu interior y la fijas en el Ser, lo único que hay es el Ser.

Sr. Tahal: ¿Qué debo hacer para vencer la atracción de los pensamientos y los deseos? ¿Cómo puedo organizar mi vida de modo que pueda controlar mis pensamientos?

Bhagavan: Cuanto más te concentres en el Ser, más te asaltarán otros pensamientos diferentes. La mente no es más que ese manojo de pensamientos y el pensamiento del yo es la raíz de todo el manojo. Cuando ves lo que es ese yo y de dónde procede, todos los pensamientos se fundirán en el Ser. Organizar tu vida, es decir, hacer todo a una hora precisa, bañarse, hacer japa o mantras, practicar ritos religiosos, etc…, todo eso es para la gente que no se siente atraída por la indagación del Ser o que no es capaz de realizarla. Pero para los que pueden practicar este método, son innecesarias todas las reglas o disciplinas.

Robert: Gracias Mary. Por eso siempre digo, yo no doy conferencias, no doy discursos, preferiría sentarme en silencio que tener que hablar. Porque el hablar no te lleva a ninguna parte. Ya lo sabéis, me escucháis esta noche, y cuando llegáis a casa os olvidáis de todo. Y luego echáis una ojeada a una de las revistas y veis el anuncio de un nuevo maestro y diréis: "Vamos a escucharlo". Y esto continuará siempre. Tienes que ponerte manos a la obra. Tienes que tomar la decisión de que no tienes que o que estás cansado de jugar los juegos de la mente, saltando de enseñanza en enseñanza, de libro en libro y vivir tu misma vieja vida para revertir todo el procedimiento. Deja de leer, deja de correr de maestro a maestro y serénate haciendo el trabajo de auto-indagación. Entonces rápidamente serás libre. De lo contrario seguirás vida tras vida tras vida buscando, buscando, buscando y nunca llegas a ninguna parte. Pero si empiezas a practicar la auto-indagación pronto comenzarán a llegar ciertos sentimientos de que el mundo ―las personas, los lugares y las cosas, el universo, Dios― es un concepto de tu propia mente. Has creado a Dios a tu propia imagen. Y existe para ti siempre y cuando creas que eres el fenómeno cuerpo-mente. Así que manos a la obra y haz algo bueno por ti mismo.

Robert Adams, 11 noviembre 1990 (Transcripción 23)
Notas:
  1. El libro en cuestión es Día a día con Bhagavan
  2. Lit. la compañía de los sabios iluminados.
Fuente: Robert Adams Satsangs - The Collected Works (eBook version)