Ruta de Sección: Inicio > Artículos >Ensayos > Artículo

Artículos - Shanti Sadan

La Sabiduría de Sri Shankara

Por Shanti Sadan

Sri Shankara fue un gran maestro y sabio iluminado, que formuló las enseñanzas no-duales como la verdadera interpretación de la sabiduría upanishádica.

Shankara

Una de las características cardinales del pensamiento de Sri Shankara es que no se ocupa de principios abstractos, sino del análisis de la propia experiencia. En su introducción a los Brahma Sutras va al meollo de la cuestión cuando llama la atención sobre la confusión que existe comúnmente entre el sujeto y el objeto de la experiencia.

La experiencia, a poco que la pensemos detenidamente, es profundamente paradójica. Por una parte, tiene una unidad y una continuidad que parecen caracterizarla como la experiencia de una consciencia única e ininterrumpida. Por otro lado, tiene el carácter de la multiplicidad, un caleidoscopio fragmentado de imágenes e impresiones, de estados de ánimo y emociones fugaces que pasan ante el ojo interior del observador en una corriente interminable. La unidad y continuidad de la experiencia es una característica del sujeto que experimenta.

Toda la experiencia que tenemos, incluso la experiencia de otros, está unida por el hecho de que se presenta ante el mismo sujeto que experimenta. Y es una característica significativa, y a primera vista sorprendente de la experiencia consciente, que la consciencia nunca se experimenta en plural. Este punto es expuesto con gran fuerza por el padre de la mecánica cuántica, Erwin Schroedinger, en su pequeño libro Mi visión del mundo. La multiplicidad y la variedad de la experiencia son, por otra parte, características de los objetos de la experiencia, que se agolpan en el escenario de la vida empírica como los repletos retablos de un gigantesco espectáculo.

Sri Shankara llama cuidadosamente la atención sobre las características del sujeto. En primer lugar, tiene la característica de la «interioridad». Bien han dicho los sufíes que el Ser está más cerca de uno que la vena yugular. Se habla con razón del Yo más íntimo y sólo se revela verdaderamente cuando, como Peer Gynt, quitamos todas las pieles de la cebolla de la personalidad. En cierto sentido, se encuentra en el centro de la personalidad, dentro de la cueva del corazón, como dice el Upanishad. En otro sentido, no está ahí en absoluto, ya que no está confinado dentro de estos límites finitos. Es universal y está siempre presente, no sólo en la personalidad, sino en todo el reino del tiempo, el espacio y la causalidad, que es el teatro de la experiencia.

La segunda gran característica sobre la que Sri Shankara llama la atención es la auto-evidencia del sujeto. No requiere ninguna otra luz que lo revele, a diferencia de los objetos del mundo o de la mente. No necesita la luz de las antorchas, del fuego o del sol para iluminarse, para que nuestros ojos puedan distinguir sus rasgos. Al contrario, es lo que ilumina el ojo y le permite ver. «Tras su resplandor, todo lo demás brilla», dice el Upanishad, describiendo la majestad del Ser. Para Sri Shankara, por tanto, el Ser (Self) es la condición sine qua non de la experiencia o, de hecho, de la existencia. Sin él no hay nada; todas las cosas existen en virtud de él.

Uno de sus principales argumentos es que la luz independiente del Ser se manifiesta especialmente en los sueños. Es la luz de la experiencia la que sostiene tanto el mundo del sueño como el de la vigilia, pero Sri Shankara no sostiene que el mundo sea un sueño. De hecho, él distingue muy claramente entre la experiencia del sueño y la de la vigilia, y trata extensamente del carácter peculiar de la experiencia del sueño que la distingue del estado de vigilia. Pero la luz del Ser es más claramente evidente en la experiencia onírica, donde la mente produce imágenes, elaboradas a partir de los fragmentos recordados de la experiencia de vigilia, y las presenta a la consciencia del soñador independientemente del mundo externo o de los sentidos.

El objetivo de Sri Shankara al proponer su filosofía no era establecer una escuela de pensamiento, sino dar a conocer a su generación la verdad contenida en los Upanishads y, en particular, el camino espiritual hacia la auto-realización (o realización del Ser) que propugnaban. Y es como maestro de la ciencia espiritual práctica que lo veneramos, tanto o más que como filósofo y metafísico.

A.M.H.
Este artículo pertenece al número de Invierno de 2018 de Self-Knowledge Journal.

Sobre el Advaita de Sri Shankara

Basado en un extracto de un ensayo de Hari Prasad Shastri titulado «An Outline of the Advaita of Sri Shankara Acharya» (Un esbozo del Advaita de Sri Shankaracharya)

Las limitaciones son una oscuridad y obstruyen la visión de la Verdad. Hacen que la Realidad parezca lo que no es; donde hay dicha pintan un cuadro de angustia, dolor, pena y decepción. Nuestra mente es una limitación, al igual que los sentidos y sus objetos. Así como el ciervo en un desierto arenoso, corre tras el río espejismo para saciar su sed y finalmente cae fatigado e insatisfecho, el alma del hombre, que busca la paz interior (Shanti) en los placeres pasajeros y los logros del mundo exterior, finalmente cae fatigado, sufre y ve la vida como amarga en muchos aspectos.

Pero hay un camino hacia la libertad, la independencia y la dicha que el alma busca, y es la realización de la no-dualidad (Advaita), la identidad intrínseca de nuestro Yo más íntimo con el Yo universal. Esta es la enseñanza revelada en las antiguas escrituras de los Upanishads y comentada por Sri Shankara.

No es una persona de intelecto agudo quien puede conocer por sí misma la verdad de esta identidad, sino aquel que ha adquirido tranquilidad y ecuanimidad, que es magnánimo e infinito en compasión y perdón. A tal persona la Verdad se revela.

Hablemos de la naturaleza del Advaita. Decimos que la expresión «No hay otra existencia aparte de la existencia del Sí mismo (Atman)» (Chandogya Upanishad 7.25.2) muestra que no hay nada separado de Atman. En este sentido, el Sí mismo (Self) es uno sin un segundo. Esto no significa que cualquier existencia imaginada como distinta de Atman sea necesariamente inexistente. Sino que significa que cualquier objeto así imaginado es inseparable de Atman y lo mismo en esencia que él. Por lo tanto, está claro que todo lo que no sea Atman existe meramente en la imaginación y no en la realidad.

Si consideramos las palabras «Atman» y «Brahman» en este sentido, el significado del Advaita nos resultará claro. «Atman» es un principio eterno y el aspecto subjetivo de la Realidad última. Es un principio indivisible de no-dualidad y no hay posibilidad de diferencia alguna en él. La palabra «Brahman» denota la realidad objetiva externa del mismo principio. En él hay una unidad de lo interno y lo externo, lo subjetivo y lo objetivo. En un sentido está claro que «Atman» también significa tanto la Realidad última subjetiva como la objetiva.

La concepción de la naturaleza de Brahman se asemeja a la teoría europea del Absoluto; sin embargo, existe una gran diferencia entre ambas. Brahman, según el Vedanta, es una Realidad y una Verdad espirituales; el Absoluto de los pensadores occidentales se basa en la lógica y la hipótesis. El filósofo F. H. Bradley, en su libro Apariencia y Realidad, ha intentado demostrar que lo que es lógico es real, pero en el Vedanta su tesis no es plenamente aceptable. Bradley postula sólo la posibilidad y no la certeza de lo Absoluto.

Cuando los filósofos occidentales niegan la realidad de las apariencias, también la plantean como una concepción lógica; la realidad metafísica para Bradley es el todo lógico. Sri Shankara hace más hincapié en la experiencia que en la lógica, una experiencia que se revela a la mente tranquila y encendida por el anhelo de liberación. Él muestra que el único Ser trascendente indivisible es el soporte del universo. Este Ser indivisible y sin partes (Atman) es lo mismo que la existencia omnipresente llamada Brahman. No es un elemento que habita en Brahman, sino que es la naturaleza misma de la realidad más íntima llamada Brahman. El mundo puede ser llamado en cierto sentido un aspecto o una parte de Brahman porque es distinguible de Brahman, pero cuando lo consideramos en el sentido de que se apoya en Brahman y no es diferente de Él, no podemos llamarlo una fracción de Brahman.

El mundo es una existencia distinguible, pero no es una realidad distinta de Brahman. Aunque por naturaleza tiene una existencia, sin embargo su realidad depende del indistinguible aspecto del Ser inseparable de Brahman. Los seguidores de Sri Shankara, el gran Acharya, se han extendido muy erudita y profundamente sobre este aspecto de la filosofía del Advaita y han explicado el verdadero significado de la experiencia en estas líneas.

Este artículo pertenece al número de Invierno de 2019 de Self-Knowledge Journal.