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Extractos - Huang-po

Todos los seres son la Mente Única

Por Huang-po
Huang-po

Todos los Budas y todos los seres vivientes son la Mente Única; no hay otro Dharma que éste. Esta Mente que carece de principio, no surge a la existencia y no cesa a la existencia. No es ni azul ni amarilla, no tiene forma ni aspecto, no pertenece a las categorías del ser ni del no-ser, no es antigua ni nueva; no es ni larga ni corta, ni grande ni pequeña, pues se halla fuera de toda delimitación o designación, fuera de todo intento para ser percibida o considerada como un objeto. Es la realidad como tal. Pero a la menor reflexión, caerás en las elucubraciones. Sin limites e insondable, se la puede comparar con el espacio vacío.

Así pues, esta Mente Única como tal es el Buda y entre el Buda y los seres vivientes no hay diferencia alguna. Sin embargo, los seres andan siempre buscando en el exterior, apegándose a toda clase de características, pero con esta clase de búsqueda lo único que consiguen es llenarse de oscuridad. Prisioneros de sus propias proyecciones, confunden los conceptos sobre el Buda con el Buda real y la mente que busca con la mente real, vagando así durante innumerables eones de forma completamente inútil. No saben que el Buda aparecería naturalmente ante ellos con sólo pacificar los pensamientos y liberarse de la discriminación. De este modo, ha de saberse que esta mente como tal es el Buda y el Buda es la totalidad de los seres vivientes. Cuando se expresa como ser viviente dicha mente no disminuye, cuando aparece como "Buda" no incrementa en lo más mínimo.

Respecto a las seis perfecciones e infinidad de otras prácticas similares, así como a los méritos tan numerosos como los granos de arena del río Ganges, ya se hallan reunidas en ti de modo completo, sin que una práctica temporal las haya acumulado con el paso del tiempo. Cuando la ocasión se presente manifiéstalas y cuando no, permanece sereno. Si no tienes una firme fe en que esta mente es el Buda y prefieres practicar apegándote a toda ciase de rasgos particulares con la intención de acumular méritos, en ese caso caerás en una visión falsa que te apartará de la Vía.

Esta mente como tal es el Buda y no hay otro Buda ni ninguna otra mente. Esta mente luminosa y sin mancha se asemeja al espacio vacío, pues carece de cualquier característica o apariencia concreta. Pero producir un estado mental particular a causa de la inclinación conceptual de la mente, es apartarse de la esencia de los dharmas y aferrarse a sus características. Sin embargo, desde los tiempos sin comienzo jamás ha existido un "Buda adherido a las características". Practicar las seis perfecciones e infinidad de otras prácticas con la intención de convertirse en Buda es seguir un sendero gradual, pero desde los tiempos sin comienzo jamás ha existido un "Buda por etapas". Es suficiente con despertar a esta Mente Única para reconocer que "ni el más ínfimo dharma es obtenido". Este es el Buda real.

El Buda y los seres vivientes no se distinguen de la Mente Única. Esta mente es como el espacio vacío que jamás se confunde ni se degrada. Así, contempla el modo en que el sol ilumina el mundo entero. Al levantarse, su luz se expande sobre la tierra sin que por ello el espacio se vuelva más luminoso, y a su puesta, cuando las tinieblas cubren la tierra, el espacio tampoco se oscurece. Aunque luz y oscuridad parezcan fuerzas antagónicas, contempladas desde su naturaleza, el espacio que las sustenta permanece vacío e inmutable. Tal es lo que ocurre con la mente del Buda y de los seres vivientes.

Hay quienes consideran al Buda como dotado de las características de pureza, luminosidad y liberación, mientras consideran a los seres vivientes con los rasgos particulares de impureza, oscuridad y encadenamiento a la vida-muerte, pero aquellos que secundan dicho planteamiento jamás alcanzarán la Iluminación durante innumerables eones, pues aún permanecen aferrados a las características. Por el contrario, en esta Mente Única no queda el menor dharma que obtener, pues esta mente es el Buda. En la actualidad, los practicantes incapaces de despertarse a ésta mente en su esencia se dedican a la proliferación conceptual, a buscar al Buda en el exterior y a practicar aferrados a las características. Se trata de un proceder erróneo que nada tiene que ver con la Vía de la Iluminación.