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Extractos - Michael James

La naturaleza de la mente

La Naturaleza de la Mente

Por Michael James

No hay ninguna manera en que un punto de vista dualista de la realidad pueda ser probado como correcto y válido. Todo nuestro conocimiento de la dualidad es obtenido por la mente y existe solo dentro de la mente. Si la mente es real, entonces la dualidad puede ser real. Pero la realidad de la mente está abierta al cuestionamiento y a la duda.

Si no estamos apegados ciegamente a nuestra existencia como un individuo separado, podemos comenzar a cuestionar y a dudar la realidad de la mente. Si lo hacemos, seremos conducidos inevitablemente a un punto de vista no-dualista de la realidad. De todo el conocimiento que conocemos, el único conocimiento cuya realidad no podemos dudar razonablemente es la consciencia esencial "yo soy". El conocimiento solo puede existir si hay una consciencia para conocerlo. Puesto que todo conocimiento depende para su existencia aparente de la consciencia, la consciencia es la única verdad fundamental, irreductible e indudable de nuestra experiencia. Debido a que conocemos, la consciencia es indudablemente real.

La única cualidad esencial de la consciencia es que es siempre auto-consciente ― ella conoce siempre su existencia o ser― y esa consciencia de su existencia es lo que experimentamos como "yo soy". Sin embargo, además de conocer su existencia, la consciencia a veces parece conocer otras cosas también. Cuando la consciencia parece conocer así otras cosas que ella misma, la llamamos nuestra "mente". ¿Qué es exactamente esta "mente", esta consciencia que conoce la otredad y la dualidad? ¿Es ella la forma verdadera de la consciencia o meramente una sobreimposición falsa sobre la consciencia real "yo soy"? ¿Es real, o es meramente una apariencia falsa?

Siempre que la mente surge, surge en conjunción con un cuerpo, con el que se identifica, sintiendo "yo soy este cuerpo". Sin identificarse con un cuerpo, la mente no puede surgir. Una vez que ha surgido, identificándose con un cuerpo particular, a través de los cinco sentidos de ese cuerpo ella percibe el mundo. Así pues, la identificación de la mente con un cuerpo es fundamental para su capacidad de conocer el mundo.

¿Pero cómo surge esta identificación con un cuerpo? La mente es una forma de consciencia, mientras que este cuerpo es una forma física compuesta de materia inconsciente. Al identificarse con este cuerpo, la mente está confundiendo dos cosas diferentes como si fueran una. Está confundiendo consciencia, que no es materia física, con la forma física de este cuerpo, que no es consciencia. Por lo tanto, la mente es una forma de consciencia confusa y espuria, un fantasma que no es ni la consciencia real "yo soy", ni la forma física de este cuerpo, sino que mezcla juntas estas dos cosas diferentes, sintiendo "yo soy este cuerpo".

Aunque la mente usurpa las propiedades tanto de la consciencia "yo soy" como de este cuerpo físico, de hecho no es ninguna de estas dos cosas. Puesto que ella aparece y desaparece, y padece cambio constantemente, no es la consciencia real "yo soy", que ni aparece ni desaparece, sino que existe y conoce su existencia en todos los tiempos y en todos los estados sin sufrir nunca ningún cambio. Y puesto que la mente es consciente, no es este cuerpo, que es materia inconsciente.

Además, la mente no identifica siempre el mismo cuerpo como "yo". En la vigilia toma un cuerpo como "yo", pero en cada sueño toma algún otro cuerpo como "yo". Puesto que puede identificarse con diferentes cuerpos en diferentes tiempos, realmente no puede ser ninguno de esos cuerpos.

Al identificarse con un cuerpo, la mente se engaña experimentando la consciencia "yo soy" como algo confinado dentro de los límites de un cuerpo, y un cuerpo compuesto de materia inconsciente como algo que está dotado de consciencia. Si la mente no se engañara a sí misma de esta manera, no existiría como una entidad separada llamada "mente", sino que permanecería como pura consciencia, no-tocada por ninguna forma de limitación. Debido a que la naturaleza misma de la mente es engañarse a sí misma experimentando que ella es lo que no es, Sri Ramana dijo que la mente misma es maya, el poder de engaño, ilusión o auto-decepción primordial ―el poder que hace que lo que es real parezca ser irreal, y lo que es irreal parezca ser real.

En el sueño con sueños la mente proyecta un cuerpo imaginario, que ella identifica como "yo", y a través de los cinco sentidos de ese cuerpo percibe un mundo imaginario. Mientras la mente continúa en ese estado de sueño, toma el cuerpo y el mundo que experimenta en el sueño como reales. Por absurdas que puedan parecer algunas de las cosas que experimenta, la mente continúa engañándose a sí misma creyendo que esas cosas son reales. Mientras la mente se experimenta a sí misma como un cuerpo, no puede sino experimentar como real todo lo que percibe a través de los sentidos de ese cuerpo. Pero cuando despertamos de un sueño, dejamos de experimentar el cuerpo soñado como "yo", y simultáneamente dejamos de experimentar el mundo soñado como real.

Así pues, por nuestra experiencia en el sueño con sueños, y por la experiencia contrastada al despertar del sueño, podemos comprender claramente que por el poder de su imaginación la mente tiene la capacidad de crear un mundo de dualidad y convencerse simultáneamente a sí misma de que ese mundo es real. Cuando sabemos que la mente tiene este poder de creación y auto-engaño simultáneos, tenemos que dudar si toda la dualidad que experimenta ahora en el estado de vigilia no es otra cosa que un producto de su poder de imaginación auto-engañoso.

La única cosa de cuya realidad no podemos dudar es la consciencia de la existencia ―la auto-consciencia no-dual, "yo soy". Aparte de esta consciencia no-dual y fundamental "yo soy", todo lo que experimentamos está abierto a duda. Por consiguiente, no podemos evitar dudar razonablemente de la realidad de toda dualidad, y sospechar que de hecho la única realidad es la consciencia no-dual de nuestro ser, "yo soy".

¿Por cuál patrón podemos determinar si algo es real o no? Verdaderamente, puede decirse que una cosa es real solo si es absoluta, incondicional e independientemente real, y no si su realidad es de alguna manera relativa, condicional o dependiente de otra cosa. Por lo tanto, de acuerdo a Sri Ramana, algo puede ser llamado real solo si satisface tres criterios esenciales: debe ser eterno (sin-tiempo), sin-cambio y auto-brillante.

Si algo no es eterno, aunque pueda parecer ser real por un cierto período de tiempo, no era real antes de venir a la existencia, y no será real después de que deje de existir, de modo que de hecho es irreal incluso mientras parece ser real. Debido a que está confinado dentro de los límites del tiempo, su aparente realidad es relativa y condicional. Eso que es absoluta e incondicionalmente real debe ser real en todos los tiempos, y no puede estar limitado en relación a nada más.

Además, si algo sufre cambio durante el curso del tiempo, es una cosa en un tiempo, pero deviene otra cosa en otro tiempo, y, por consiguiente, no existe eternamente como una única cosa. Al ser impermanente, eso que cambia no es real.

Sin embargo, el criterio más importante por el que podemos determinar algo como real, es que debe ser auto-brillante. Por el término "auto-brillante", Sri Ramana quiere decir "auto-conociente" o "auto-consciente", es decir, se conoce a sí mismo por su propia luz de consciencia. Eso que es absoluta e incondicionalmente real no necesita depender de ninguna consciencia otra que ello mismo para ser conocido. Si algo depende de otra cosa para ser conocido como existente o real, entonces su realidad depende de la realidad de la consciencia que lo conoce. Puesto que no se conoce a sí mismo como real, no es real en absoluto, sino que meramente parece ser real mientras es conocido por la consciencia que lo conoce.

Medida por este patrón, la única realidad existente es la consciencia fundamental "yo soy", debido a que entre todas las cosas que experimentamos o conocemos, es la única cosa que es permanente, la única cosa que nunca sufre ningún cambio, y la única cosa que conoce su propia existencia sin la ayuda de ninguna otra cosa.

A diferencia de esta consciencia "yo soy", la mente es impermanente, debido a que aparece en los estados de vigilia y sueño con sueños, y desaparece en el sueño profundo. Incluso mientras parece existir, la mente está sufriendo cambio constantemente, pensando en una cosa en un momento y en otra cosa en otro momento. Y aunque la mente parece conocerse a sí misma por su propio poder de consciencia, de hecho la consciencia por la que se conoce a sí misma y todas las demás cosas es solo la consciencia básica "yo soy", a la que aparentemente usurpa como suya propia, pero que sin embargo es independiente de ella.

La mente es distinta de la consciencia esencial "yo soy", por cuya luz conoce aparentemente la existencia de sí misma y de otras cosas, debido a que la consciencia "yo soy" puede existir en la ausencia de la mente, como en el sueño profundo. Mientras la consciencia "yo soy" es permanente, la mente es impermanente. Mientras la consciencia "yo soy" es siempre ser sin-cambio, que permanece siempre como es, la mente es un flujo de pensamientos constantemente cambiante. Y mientras la consciencia "yo soy" es siempre consciente de su propio ser, la mente es a veces consciente de sí misma y de otras cosas, y otras veces no es consciente ni de sí misma ni de ninguna otra cosa. Por lo tanto, la consciencia "yo soy" es real, mientras que la mente es meramente una apariencia irreal.

Si la naturaleza esencial de algo es consciencia, ello debe ser siempre consciente, porque nada puede ser nunca separado de su naturaleza esencial. Debido a que la consciencia es la naturaleza esencial de la consciencia "yo soy", ella es consciente en todos los tiempos y en todos los estados. Similarmente, debido a que la naturaleza esencial de la consciencia "yo soy" es también ser o existencia, ella existe en todos los tiempos y en todos los estados.

En contraste, puesto que la mente es consciente solo durante los estados de vigilia y de sueño con sueños, y deja de ser consciente en el sueño profundo, su naturaleza esencial no puede ser consciencia. Similarmente, puesto que existe solo en la vigilia y en el sueño con sueños, pero deja de existir en el sueño profundo, su naturaleza esencial no puede ser "ser" o existencia.

De hecho, no hay nada que pueda ser señalado como siendo la naturaleza esencial de la mente, debido a que ella no es constantemente una única cosa. El cuerpo no puede ser su naturaleza esencial, debido a que aunque se identifica con un cuerpo particular en el estado de vigilia, en el sueño con sueños se identifica con algún otro cuerpo, y en el sueño profundo no se identifica con ningún cuerpo. Similarmente, su naturaleza esencial no puede ser ningún pensamiento o aún el acto de pensar, debido a que durante los estados de vigilia y sueño con sueños, los pensamientos que piensa están cambiando constantemente, y en el sueño profundo deja de pensar todo pensamiento. Aunque la mente no tiene de hecho ninguna naturaleza esencial suya propia, en los estados de vigilia y sueño con sueños, su naturaleza esencial parece ser la consciencia. Sin embargo, puesto que deja de ser consciente en el sueño profundo, la consciencia que parece ser su naturaleza esencial en la vigilia y el sueño con sueños, es de hecho tomada por ella de la consciencia real "yo soy".

Puesto que la mente por lo tanto no tiene ninguna naturaleza esencial suya propia, podemos concluir definitivamente que no tiene ninguna realidad suya, sino que toma su realidad aparente solo de la consciencia esencial "yo soy". La mente es por lo tanto un fantasma irreal, algo que de hecho no es ni una cosa ni otra. Es una apariencia falsa, una ilusión o alucinación, una imaginación auto-engañosa que aparece y desaparece en nuestra única consciencia real "yo soy".

Sin embargo, aunque la mente se engaña a sí misma apareciendo en y como la consciencia real "yo soy", no engaña a la consciencia "yo soy", que permanece siempre como es, conociendo solo su propia existencia, y no siendo afectada por nada. Debido a que la consciencia real "yo soy" permanece siempre como pura consciencia, no tocada por el conocimiento de nada otro que sí misma, nada que aparezca o desaparezca puede afectarla nunca en lo más mínimo. Es decir, cualquier cosa que aparezca o desaparezca, sabemos siempre "yo soy".

La naturaleza esencial de la consciencia real "yo soy" es solo auto-consciencia ―consciencia de nuestra existencia o ser― y no consciencia de algo otro que nosotros. Debido a que la consciencia de otras cosas aparece y desaparece, no puede ser la naturaleza esencial de la consciencia real subyacente "yo soy". En su naturaleza real y esencial, la consciencia "yo soy" es siempre sin-cambio, y siempre inafectada por ningún cambio que pueda parecer acontecer. Por lo tanto, cualquier otro conocimiento que pueda aparecer o desaparecer, no puede afectar a la consciencia fundamental de nuestro ser, "yo soy", que existe y conoce su propia existencia en todos los estados y en todos los tiempos.

La mente es por lo tanto una forma de consciencia falsa, una forma de conocimiento imaginaria, confusa y auto-engañosa, una entidad espuria que no tiene ninguna existencia real suya propia. Puesto que toda dualidad o multiplicidad es conocida solo por esta mente, depende para su existencia aparente de esta mente ―esta forma de consciencia imaginaria, confusa, auto-engañosa e irreal. Por consiguiente, la mente es la causa raíz de la apariencia de la dualidad. Sin la mente para conocerla, no podría existir ninguna dualidad. Por lo tanto, la dualidad solo puede ser tan real como la mente, que la conoce. Puesto que la mente es una apariencia irreal que surge y se sumerge en la consciencia real "yo soy", toda dualidad es igualmente una apariencia irreal.

Por lo tanto, podemos concluir razonablemente que nuestra pura consciencia "yo soy" es la única realidad existente, y que la mente y toda la dualidad o multiplicidad que es conocida por ella, es solo una apariencia irreal ―una apariencia que es irreal debido a que es impermanente, constantemente cambiante y dependiente para su existencia aparente de la única consciencia real "yo soy".

Así pues, si tenemos el coraje y la honestidad intelectual para dudar y cuestionar seriamente la realidad de la mente, y para analizar su naturaleza imparcialmente, seremos llevados inevitablemente a un punto de vista no-dualista de la realidad ―a la conclusión de que la única realidad existente es la consciencia fundamental de nuestro ser esencial, nuestra pura auto-consciencia no-dual "yo soy", y que todo lo demás es solo una ilusión o una falsa apariencia, una imaginación creada y conocida solo por la mente imaginaria.