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Extractos - Roy Whenary

Viviendo en la Conciencia Abierta

( Capítulos 9 a 12 )
Por Roy Whenary
Living in Open Awreness

9. Despertar del corazón

Hay una hermosa frase en el budismo... "Despertar el corazón de la compasión". La mente puede ser muy fría y clínica, pero cuando el corazón ha despertado, hay una suavidad, una calidez, que es inconfundible. Si tienes un maestro o alguien que te inspire, y no consigues esta sensación de calidez, hazte la pregunta "¿por qué?".

La mente puede ser muy clara, muy aguda, muy sintonizante. Pero también puede encerrarse en sí misma. Esto puede crear una desconexión con la visión más general. Un maestro en el que hay esta desconexión, carecerá de la capacidad para ofrecer una visión más amplia.

La visión más amplia llega cuando la mente se ha expandido más allá de su propia pequeña esfera de visión, para hacer realidad una visión más global. Llega un momento, en el proceso de maduración, cuando se ve que todo el sufrimiento de la humanidad (pasado y presente) está en este cuerpo-mente, aquí, ahora. Todo el sufrimiento de la humanidad ha sido arrastrado por cada generación desde la más remota antigüedad. Entonces, cuando esto se ve, se abre el corazón, para abrazarlo todo. Entonces, es evidente que la realización, el despertar, la iluminación, o como se quiera llamar, no es sólo una cuestión de tener las respuestas correctas, los conceptos adecuados... es más que eso.

La iluminación es en realidad una conexión profunda y un compromiso con la vida misma. Es un abandono de la obsesión con el pequeño ego, y una apertura a la conciencia misma, en la que la vida y la experiencia simplemente surgen en la conciencia. Pero esto también tiene el efecto de abrir el corazón para abrazar todo y todas las cosas.

Cuando ha habido un despertar y apertura del corazón, la impaciencia desaparece, la conexión con los "otros" se vuelve más íntima, más inmediata y presente, y una sensación de compasión impregna el momento.

Sin esto, la no-dualidad, el advaita, la iluminación... son meras ideas, conceptos, divorciados de la realidad de la existencia.

10. La Paz es cada momento

En este mismo momento, tienes un número infinito de opciones.

En este momento, puedes realmente decidir cómo te vas a sentir. La mente tiene esta capacidad de decidir sobre esta importante cuestión. Pero, a menudo, la mente inconsciente se activa automáticamente en un determinado estado de ánimo o emoción que no es útil o favorable al bienestar general.

En este momento, podrías estar ansioso, enojado, frustrado, temeroso, resentido, deseoso, ambicioso, impaciente, odioso, celoso, infeliz... o podrías estar pacífico. Sí, la paz es posible en este momento. Sólo tienes que salir de un estado de ánimo negativo hacia uno positivo o favorable... todo ello con el poder de la intención. Tú decides que no vas a seguir apoyando un estado de ánimo autodestructivo, y simplemente lo sueltas, para siempre.

Bueno, eso es lo que sucede si ves el peligro que reside en los estados de ánimo negativos. Nada es posible si te permites entrar en tales estados de ánimo. Si dejamos de hacer lo que estamos haciendo, en cualquier momento que sea, es posible retornar fácilmente de nuevo a la conciencia, y descansar ahí. Una buena manera de hacerlo es a través de simplemente escuchar ― comienza escuchando, luego observa la conciencia abrirse hasta abarcar todos los sentidos. Porque el simple hecho de escuchar nos lleva inmediatamente a la conciencia, y fuera de los estados de ánimo. Puede quedar algún residuo de un estado de ánimo en la mente, pero al escuchar, esto se ve, y se desvanece ante nuestros propios ojos.

Sin paz, ¿qué sentido tiene? Si nos permitimos a nosotros mismos ser ansiosos, nerviosos, infelices, frustrados... ¿cuál es nuestro juego? ¿Qué vamos a sacar de esto aparte de un poco de auto-compasión? Porque eso es lo que es exactamente... podemos estar haciéndolo porque queremos que los demás sientan pena por nosotros, para que vean lo deprimidos o infelices que somos. Pero esto es también porque nuestra noción de lo que somos se ha limitado a esta pequeña entidad cuerpo-mente que creemos ser... que es exactamente lo que no somos.

Cuando retornamos de nuevo a la conciencia, vemos que todo (incluyendo nuestro propio cuerpo y mente) es visto por esta conciencia, y nosotros somos eso que está viendo... que es la conciencia. Trata de capturar la conciencia, y no es posible hacerlo. La conciencia no es una cosa, no es un objeto en el tiempo y el espacio... Simplemente "Es". Todos nuestros estados de ánimo surgen en esta conciencia, pero no son lo que somos. En esta conciencia está la paz que es nuestro derecho de nacimiento fundamental ― y está aquí, en este momento. No necesitamos salir en su busca... Es nuestra ya si queremos, y si optamos por dejar de lado lo que se interpone en el camino de esta paz.

11. Vida, muerte y el universo

Si damos un paso atrás y echamos un vistazo al fenómeno que llamamos "Vida", ¿qué vemos?

Vemos un vasto, inconmensurable universo, que contiene miles de millones de galaxias, estrellas, planetas y todo tipo de fenómenos increíbles que sólo podemos maravillarnos.

En el otro extremo de la escala, vemos un mundo infinitamente pequeño de moléculas, átomos ― con sus protones, electrones, neutrones, neutrinos, quarks, etc... hasta que la materia no tiene precisamente ninguna sustancia en absoluto.

Entre estos dos extremos, aparece la vida humana en el planeta tierra, en todo su esplendor. Los organismos vivos se han desarrollado en este mundo para que sean capaces de replicarse a sí mismos una y otra vez, aprendiendo a modificar cada generación con la sabiduría de la experiencia.

Ahora, una de las reglas fundamentales en el mundo de lo que llamamos materia, es que cada "cosa" tiene un nacimiento, un período de crecimiento, luego de decadencia y después mueren. Los átomos y las moléculas se unen, por un corto período de tiempo, sólo para luego disolverse de nuevo en la nada que es su antecedente fundamental... o, fundamento del ser.

Todo lo que "Es", aparece por cortesía de la nada (no-cosa). No hay ninguna sustancia para eso que aparece, lo cual hemos llegado a entender a través de la exploración científica y del sentido común original. Todo el mundo sabe esto, fundamentalmente, aunque lo más probable es que opten por ignorarlo la mayor parte de sus vidas. Cuando nos damos cuenta de esto, ya no hay más espacio para el ego... que la proyección auto-construida de la mente.

El ego no quiere saber que no existe realmente, por lo que no mira esto en absoluto, pero en cambio se ocupa de la construcción de una realidad artificial, basada en el supuesto de su sólida existencia. Se pasa toda la vida del cuerpo-mente construyendo y manteniendo la creencia en su propio mundo... hasta que algo sucede que sacude y empuja a la mente fuera de este mundo de sueño auto-inducido. El ego se apega a las cosas, a las personas, a un esposo o una esposa, y cuando le ocurre cualquier cosa a alguien o a algo a lo que el ego está apegado, se ve amenazado, por lo que también ha construido diversos mecanismos... como la negación, las emociones fuertes y así sucesivamente, para no tener que mirar a la realidad de la vida misma.

Cuando nos damos cuenta de que no somos nada, que estamos vacíos de cualquier sustancia duradera, también hay una sensación de plenitud, porque también nos damos cuenta de que somos la Vida misma. No se trata de "mi vida"... Soy una expresión de la Vida. No existo separado de la vida, de modo que no puedo poseer una vida.

12. Incorporar la Verdad

¿Qué quiere decir... "Incorporar la Verdad"?

¿Qué es "La Verdad"?

La "verdad" es la verdad sobre la realidad de las cosas... no de acuerdo con la imaginación, el pensamiento, la memoria, las creencias, los prejuicios personales... sino las cosas como son.

Para averiguar cómo son realmente las cosas, tenemos que dar un paso atrás desde una posición de pensar que sabemos cómo son las cosas. Necesitamos de-construir el mundo como siempre lo hemos conocido, y verlo de nuevo tal como es. Sólo con nuevos ojos, seremos capaces de ver las cosas como realmente son.

Una parte del proceso de aprender a ver las cosas como realmente son, consiste en derribar la barrera que nos mantiene separados de las cosas y las personas, en el mundo. Es nuestro propio sentido de ser un "yo" separado lo que divide nuestro mundo en "yo, el sujeto" y "él, ella, ello, ellos, ellas ― los objetos que me rodean". Entonces, ¿quién soy yo?... ¿qué soy yo? Siempre he dado por sentado que yo soy quien yo soy, pero ¿qué es exactamente este "yo" que siempre he dado por sentado como existente en separación de todo y de todos lo demás en el mundo, en el universo?

Si te fijas bien en lo que eres, puedes ver que a lo largo de tu vida has estado construyendo gradualmente una imagen de lo que eres, a partir de todas las experiencias, encuentros y acontecimientos que se han producido. Todo esto te han ido formado, y de esta manera has llegado a conocerte a ti mismo. Pero si apartas todo eso, ¿qué queda ahí? ¿Qué es lo que subyace en tu historia de vida personal? Cuando miras tu historia personal, desde un punto en el que no te involucres en ella, puedes ver a un actor en el escenario de la vida. Pero debajo de eso, siempre ha habido una sensación de "Ser" (Be-ing)*. Esto a menudo se vuelve confuso, de tal manera que sentías que estabas siendo alguien, en lugar de simplemente Ser. Pero ahora ves que este "alguien" que siempre has pensado que eras, no es más que el constructo de muchos años de actividad en el mundo. Ahora puedes ver que este "alguien", esta "persona", que pensabas que eras, está realmente bastante vacía de sustancia. Sin embargo, hay este "Ser", y uno se da cuenta de que este Ser está siempre en el aquí y ahora. Este Ser no está nunca en el pasado o en el futuro... siempre es aquí y ahora. Pero, ¿qué es este Ser? ¿Está totalmente desprovisto de sustancia también? ¿Tiene acaso alguna forma o aspecto? Junto a esta sensación de Ser, también hay "Conciencia", que parece fundirse con la sensación de Ser.

Cuando la mente no está siempre proyectándose hacia el pasado y el futuro, o creando la fachada del "yo", el ver claro simplemente sucede. La conciencia es como una cámara de vídeo, lo ve todo, lo graba, pero sin interpretarlo psicológica o emocionalmente.

La incorporación de la verdad ocurre de manera natural, sin necesidad de tratar de capturar ese proceso de incorporación de ninguna manera. Gradualmente, cuanto más permite uno estar abierto a la Conciencia tal como es, sin que el ego se involucre, más de esa Conciencia sin ego se incorpora o encarna en el cuerpo-mente que solíamos pensar que era lo que somos.

Los místicos de todas las tradiciones han hablado de "el fundamento del ser", y el fundamento del ser reside en la pura Conciencia Abierta.

Vivir en la Conciencia Abierta no nos hace "especiales" de ninguna manera, aunque sí nos hace destacar entre la humanidad, como los pocos que de alguna manera parecen encontrarse a sí mismos como lo que son. Sin embargo, en realidad es bastante ordinario. Es lo que todos somos, antes de que el mundo y todos sus afanes se peguen a nosotros. En verdad, nunca hemos dejado de ser lo que siempre somos... sólo hemos perdido el contacto con esta, nuestra verdadera naturaleza... cegados por nuestro condicionamiento en el mundo.

Cuando volvemos a descubrir lo que realmente somos, se quita un gran peso de nuestro corazón y mente, y sentimos que la vida está llena de alegría desbordante... porque somos esa alegría. Esa alegría es nuestra verdadera naturaleza brillando, y siempre somos eso... no importa qué.