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Extractos - Ramesh Balsekar

Auto-indagación y Rendición

Por Ramesh Balsekar
Ramesh Balsekar

Ramana Maharshí dejó perfectamente claro que su enseñanza ―descubrir "¿Quién soy Yo?"― no era un simple ejercicio intelectual (aunque mucha gente sigue tratándola así), sino una técnica para enfocar la mente dividida entre sujeto y objeto exclusivamente en el Sujeto, es decir, en la Conciencia, en la pura e impersonal Subjetividad, de modo que el dualismo básico sujeto-objeto pudiera disolverse en este enfoque. Entonces, sujeto y objeto son apercibidos como no-dos: "Yo" soy tanto el sujeto como el objeto, alternativamente en la dualidad (otro observador-sujeto se convierte en el objeto cuando el objeto se convierte en el observador-sujeto), y fundido en la Unicidad.

The Ultimate Understanding, p. 157
 

No hay medio más eficaz para aquietar la mente que la Auto-indagación. La mente puede acallarse por otros medíos, pero volverá a surgir. La Auto-indagación es un método directo. Pueden practicarse otros métodos y al mismo tiempo retener el ego, por lo que surgen muchas dudas y se deja el último obstáculo aún sin tratar. En la Auto-indagación sólo se aborda desde el principio mismo la pregunta última.

La Auto-indagación es el camino directo a la Auto-realización. Retira la ofuscación que oculta al Yo que nunca ha sido realizado. Tal ofuscación es una creación de la mente, y en la mayoría de los demás métodos la base sigue siendo la mente. Pedir a la mente que destruya la mente es convertir al ladrón en policía, o poner al pirómano a cargo del camión de los bomberos. El único modo de hacer que la mente cese en sus actividades externas es hacer que se vuelva hacia dentro.

Por la constante y continua indagación en la naturaleza de la mente, ésta se transforma en eso a lo que el "yo" debe su existencia. La mente debe depender necesariamente de algo "denso" para existir. Lo que la "mente" (ego) es como "yo", es una identificación con el cuerpo como entidad separada. Sólo después de surgir el "yo", surgen el "tú", el "él" y todos los pronombres personales. Por esta razón la fuente del "yo" debe ser buscada mediante la Auto-indagación.

La mente volcada hacia fuera produce pensamientos y objetivación. Cuando gira hacia dentro, destruye todos los demás pensamientos. Entonces el concepto "yo" se destruye finalmente a sí mismo "como el palo usado para agitar la pira funeraria acaba siendo consumido".

La idea de la existencia del universo sólo puede surgir cuando el espíritu de la Auto-indagación está ausente. Habiendo estado presente este "Yo" antes de que el universo pudiera aparecer, ninguna noción sobre el universo y ninguna cosa o persona en él contenida podría preocupar a este "Yo" que yo soy (y que cada uno de nosotros es en verdad). Haga lo que haga en la vida, no puedo sentirme alterado por ninguna circunstancia, porque yo estoy más allá de toda dualidad y no-dualidad, como en el sueño profundo. Es como si yo estuviera en sueño profundo, aunque participo activamente en la vida.

Esto es lo que se consigue con la Auto-indagación. No se trata simplemente de repetir "¿Quién soy yo?" como un mantra, en cuyo caso no tendría mucho valor. El objetivo de la Auto-indagación es enfocar la mente en su fuente, excluyendo todos los pensamientos y conceptos. No es cuestión en absoluto de que el "yo" busque al "Yo", o de que el "Yo" busque al "yo". En el primer caso, al ladrón se le ofrece el papel de policía que trata de encontrar al ladrón, y, en el otro, al "Yo" no le preocupa el "yo" en lo más mínimo. No se trata de buscar la fuente de los pensamientos basados en el "yo" y después deambular en la fuente de esos pensamientos particulares, en los reinos de la memoria y la percepción. Toda esta actividad mental pertenece al concepto "yo", la mente que en sí misma es el ladrón que intenta localizar al ladrón. Lo que ha de ser indagado es la fuente del "yo" (mente), y no la memoria o la percepción, que son los atributos de la mente. Siendo la percepción, la memoria, o cualquier otra experiencia sólo una modificación de la mente, conciernen al mismo "yo" cuya fuente debe ser localizada mediante la Auto-indagación.

Auto-indagación significa indagar en:

  1. la naturaleza del Yo,
  2. la naturaleza del mundo,
  3. la naturaleza de la Verdad.

Indaga así en la naturaleza de la Verdad.

La indagación en la naturaleza del Yo disipa esta identidad equivocada, y el mismo desapasionamiento que da comienzo a esta indagación es suficiente para producir la aniquilación de esa entidad ilusoria, sin naturaleza propia e independiente. La instrucción del gurú tiene que ser contemplada con seriedad.

El método prescrito es la Auto-indagación, basada en enfocar la atención en el sentimiento interno del "Yo" (no del "yo"), el sentido de presencia impersonal. En las primeras etapas, la práctica de la Auto-indagación es necesariamente una actividad intelectual, pero pronto la percepción intelectual del "Yo" da lugar a una experiencia subjetiva que está totalmente desidentificada de los objetos y de los pensamientos relativos. Se alcanza el estadio final de la Auto-indagación cuando prevalece una conciencia sin esfuerzo del Yo soy, aunque no incesantemente. La Auto-realización se produce cuando esta conciencia sin esfuerzo es incesante, pero el punto importante es que este estado no puede ser "alcanzado" por la simple razón de que el "yo" que se supone que tiene que hacer ese esfuerzo va hacia su propia aniquilación.

La práctica de la Auto-indagación, o conciencia, o testificación, es una técnica suave y negativa ―si es que se la puede llamar así en absoluto― para liberarse del condicionamiento positivo que se ha acumulado a lo largo de mucho tiempo, y es totalmente diferente de los métodos opresivos o represivos habituales que intentan controlar la mente. Curiosamente cercano a la Auto-indagación es el método de rendirse a Dios como medio de alcanzar la Auto-realización o, más precisamente, la liberación de las ataduras. La vía de la rendición suele estar asociada con la bhakti (práctica devocional), que es de naturaleza esencialmente dualista. El punto que a veces se pasa por alto o ignora en tales prácticas devocionales es que el concepto "yo" (la entidad individual ilusoria) se fortalece cada vez más. Cuando detrás de las prácticas devocionales existe el motivo, propósito o deseo de sentirse satisfecho, la separación entre el individuo y su "Dios" se hace cada vez más grande. Incluso el deseo de liberación o iluminación hará que la rendición sea incompleta o parcial, porque el supuesto individuo hace un esfuerzo por conseguir u obtener algo a cambio. Entonces sólo es una transacción comercial; hay deseo detrás de los esfuerzos.

La única verdadera rendición se produce cuando no hay "nadie" que plantee las preguntas ni que espere nada. Esto significa rendir toda la responsabilidad de la propia vida, de todos los pensamientos y acciones de uno, a un poder superior, Dios o el Yo. Obviamente, tal auto-rendición presupone que uno no puede tener ninguna voluntad ni deseo propios, lo que en realidad implica la aceptación del hecho de que no hay entidad individual con capacidad de actuar independientemente de Dios. Esto equivale a una conciencia constante de que sólo el Yo prevalece, y de que el supuesto individuo es verdaderamente irrelevante en la totalidad del funcionamiento. En otras palabras, en realidad no hay diferencia significativa entre Auto-indagación y rendición, porque, en ambas, el "yo" es finalmente aislado y aniquilado

The Final Truth, p. 177-209
 

Comprendamos nuestra verdadera naturaleza y habitemos en ella. Tal comprensión comportaría la necesidad de rendir nuestra falsa identificación con una entidad ilusoria que supuestamente es independiente y autónoma. La rendición de este ego retirará todo deseo volitivo, todo hambre... A partir de ahí, toda acción será acción espontánea, sin culpabilidad ni responsabilidad personal. Así, en este morar en nuestra verdadera naturaleza llegará la perfecta serenidad.

¿Nuestra verdadera naturaleza? La conciencia universal, por supuesto; el sentido de Presencia que prevalece en cada ser consciente sin ninguna distinción ni discriminación, no como entidad individual, sino el sentido de Presencia como tal. En otro Abhanga significativo (1), el santo se dirige a esta Conciencia universal como a Dios, y canta: "Donde quiera que voy, tú eres mí constante compañero, guiándome de la mano; y asumiendo todas mis responsabilidades y preocupaciones, me das apoyo constante."

Explorations into the Eternal, p. 173
Notas:
  1. Abhangas, o bhajans, son poemas devocionales compuestos por los grandes santos marathi como Jnaneshwar y Tukaram. Son cantados diariamente en casa de Ramesh después de sus charlas.
Fuente: Ramesh Balsekar. La Sabiduría de Balsekar (Gulaab, Madrid 2005)