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Extractos - Sri Siddharameshwar Maharaj

Extractos de 'Amrut Laya'

Por Sri Siddharameshwar Maharaj

Enseñanza 4

"Cuando el conocimiento objetivo acaba, el veedor no sobrevive como veedor. En ese momento, el orgullo del "yo" (ego) se disuelve" (DASBODH, Capítulo 6, Sección 10, Verso 16).

Sri Siddharameshwar Maharaj

El Brahmán es uno y sólo uno, sin ninguna dualidad. El Brahmán es sólo uno, y aparte de Él, no existe nada. ¿Por qué aparece entonces como un universo?

En diferentes ornamentos, hay sólo oro, nada más. Después se les llama brazaletes, ajorcas, collares, etc. Todos son diferentes, pero su base es sólo oro y nada más. Pero lo que aparece entonces no es verdadero. Aunque se den muchas formas al oro, doblándolo y retorciéndolo, no es nada más que oro. El nombre y la forma no son nada y no son verdaderos. ¿Por qué se le llama a uno Hiralal (diamante)? Sólo para señalarle. Pero él no excreta diamantes. El mundo del nombre y de la forma no es verdadero, sólo la "consciencia" es verdadera.

Si es oro, el color y la apariencia son los mismos. Un camello hecho de oro, es oro; y si el Señor Vishnu está hecho de oro, es también oro. En todo eso, sólo existe el oro. La "Existencia" es omnipenetrante —incluso en los objetos inanimados, digamos las sillas. Lo que existe en la silla es madera. Similarmente en este mundo, todo lo demás es conceptual. No hay ningún otro que el Brahmán. Uno debe ver sin categorizar, sin conceptualizar; entonces el "veedor" ya no es. El "yo" debe ser desarraigado. Éste es el propósito de toda la lucha en el Vedanta. Porque "yo" es como Rahu y Ketu, los dos demonios que se tragan todo (el sol). (En la India, cuando acontece un eclipse solar, las gentes dicen que el Sol es tragado por los demonios Rahu y Ketu). El fuego mismo no dice nunca que es de la casta de un "intocable".

Aunque vosotros sois refulgentes como el Sol, el "yo", el demonio Rahu, ha venido a obstruiros. El Sí mismo es siempre brillante, pero es tragado por el "yo". Si desaparece el ego, eso es el signo de la "experiencia" última. El ego no es "Brahmán", pero aparece como tal. Todo es consciencia. No es necesario decir "yo soy Brahmán". El nacimiento y la muerte pertenecen sólo a este "yo". Los cinco elementos y la consciencia son lo que son, pero ese cuerpo sutil que se llama "yo" a sí mismo y que está lleno de deseo, eventualmente sucumbe a la muerte. Cuando alguien nos dice que "Wamanrao ha expirado" significa que el nombre ha muerto. Así pues, erradicad de vuestra mente que sois algún "yo" particular. Ese es el "signo" del conocimiento. El que dice "yo soy el que experimenta" es tragado por el demonio Rahu, es decir, permanece todavía en la ilusión.

Es la mano la que levanta, y uno dice "yo levanto". Los ojos ven, pero uno dice "yo veo". La nariz huele, y uno dice "yo huelo". Todo esto es el poder del Sí mismo, pero uno dice "yo lo he hecho". Ese poder pertenece a Dios. ¿Quién es este ego que dice "yo"? No tenía ningún lugar en el palacio, pero una vez admitido dentro, ha dominado al rey y ha afirmado su propia existencia. Pero cuando las escrituras emprendieron su búsqueda, su existencia misma quedó desaprobada. Entonces el "rey" afirmó una vez más "yo soy Brahmán". Hay una cosa acerca de esta condición —hay Felicidad. Si hay dos, entonces hay sufrimiento. Donde sólo hay "uno" hay felicidad.

Enseñanza 36

"El Brahmán (el Sí mismo) no puede ser movido. El Brahmán no puede ser atrapado. El Brahmán no puede ser puesto a un lado —Él está siempre presente en su sitio" (DASBODH, Capítulo 9, Sección 9, Verso l).

La verdad no puede ser evitada. No puede ser distorsionada ni cambiada de ninguna manera. Tal es el Parabrahman (el Sí mismo Supremo). Opuesto a esto, Maya (la Ilusión) es eso que puede ser manipulado o cambiado. Ambas entidades (el Brahmán y Maya) están presentes. De aquí que tenéis que buscarlos por vosotros mismos. Tratad de comprender que todos los objetos externos pueden ser movidos o apartados. La tierra misma gira sobre sí misma y da vueltas a la vez. El aire, el fuego y el agua son móviles también. Sin embargo, el cielo no puede ser movido aunque uno quiera hacerlo. Pero si se cierran los ojos, incluso el cielo desaparece. El cielo es la madre de todos los objetos. Todos estos objetos (es decir, el mundo manifestado) no son verdaderos. No hay ningún objeto en este mundo que no desaparezca si uno ignora su "existencia". Ahora mirad dentro. El cuerpo grosero desaparece. La mente es sólo pensamientos y habla.

Si uno está sereno (si la mente está en reposo), entonces desaparecen todos los sueños, las dudas, el intelecto, los pensamientos, etc. ¿Qué queda entonces? —nada. Esta nada también puede ser abandonada. Pero, sin embargo, queda el que abandona. "Yo" soy el que trasciende todo. Así pues, queda "yo" como un presenciador. Finalmente, abandonad también a este "yo". Ahora queda sólo la Verdad que es más allá del conocimiento o la ignorancia. El que ha olvidado todo, todavía queda. "El que entra, saldrá —no importa que sea un rey, un pobre o un mendigo". El que renuncia a todo ya no está en la esclavitud del cambio. Éste ha de ser comprendido corno Brahmán (el Sí mismo). Todo está en el Brahmán y el Brahmán está en todo.

Si hay pan en la boca, entonces ese pan ocupará un cierto espacio en la boca. Sin embargo, si se ven doscientos camellos en un espejo, el peso del espejo no cambiará pues los camellos vistos en el espejo son sólo un reflejo. Similarmente, aunque el mundo fenoménico está en el Brahmán, eso no afecta ni distorsiona al Brahmán de ninguna manera. Por lo tanto, una vez que moráis en vuestro propio Sí mismo, todos estos objetos externos desaparecen. Todo esto es Maya, sólo un engaño. El Sí mismo permanece intocado por Maya. El nacimiento de uno adquiere su verdadero significado sólo cuando se realiza el Sí mismo. Del Sí mismo han surgido el intelecto, el conocimiento, la ignorancia, etc. Por consiguiente, "vosotros" sois el precursor de todo. El Señor Brahma, Vishnu y Mahesh deben su existencia a "vosotros". Durante el sueño profundo, todos éstos desaparecen; pero "vosotros" sois permanentes.