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Parte 2. La metafísica de la no-dualidad

Capítulo 12. Espacio, tiempo, causalidad y destino

12.1. Los conceptos de tiempo y espacio

En la meditación del 12 de abril en A Net of Jewels (1996), dice Ramesh,

"El quid del dilema del hombre radica en el concepto del tiempo. Mientras persigue su mítica felicidad en el futuro, el hombre no tiene tiempo de disfrutar el momento presente. Y en realidad no existe tal cosa como el presente, porque en el momento en que uno piensa en él, ya se ha convertido en el pasado. Por lo tanto, lo esencial es no pensar en el presente, sino en realidad ser el momento presente – y esto no es otra cosa que la iluminación."

En la página 316 de I Am That (1984), Nisargadatta Maharaj dice,

"Es el hecho de aferrarse a lo falso lo que hace tan difícil ver lo verdadero. Una vez que comprende que lo falso necesita tiempo y que lo que necesita tiempo es falso, usted está más cerca de la Realidad, la cual es atemporal, siempre en el ahora. La eternidad en el tiempo es mera repetitividad, como el movimiento de un reloj. Fluye desde el pasado al futuro interminablemente, una perpetuidad vacía. La Realidad es lo que hace al presente tan vital, tan diferente del pasado y del futuro, los cuales son meramente mentales. Si usted necesita tiempo para lograr algo, ello debe ser falso. Lo real es siempre con usted, usted no necesita esperar para ser lo que usted es."

Y en la p. 525, dice,

"Antes de la mente, yo soy. "Yo soy" no es un pensamiento en la mente; la mente me acontece a mí, yo no acontezco a la mente. Y puesto que el tiempo y el espacio están en la mente, yo soy más allá del tiempo y del espacio, eterno y omnipresente."

La Consciencia es todo lo que hay. La realidad de la Conciencia/Presencia no es un concepto. Todo lo demás es. El espacio es un concepto que no es más real que los objetos que aparecen en él. El concepto de las tres dimensiones del espacio permite que el concepto de los objetos tridimensionales aparezca. Todos los objetos espaciales son puramente conceptuales, incluyendo el cuerpo humano.

La naturaleza conceptual del espacio se aclara si pensamos en la diferencia entre el sentido de "aquidad" (el sentido de aquidad/ahoridad (1) se denomina sentido de la Presencia) y el concepto de "aquí". El concepto de "aquí" implica el concepto de "allí", lo que equivale a "no aquí". Por lo tanto, la totalidad ininterrumpida de aquidad conceptualmente se ha dividido en dos partes, aquí y allí. Sin el concepto de espacio, sólo hay la totalidad de aquidad.

Sin el concepto del espacio tridimensional, no hay concepto de la profundidad tridimensional, de modo que todas las formas espaciales aparecen en la misma "profundidad" en la mente. Esto resulta evidente de inmediato cuando cerramos los ojos y todo aparece en la misma profundidad. Con los ojos cerrados, no hay una oclusión de un objeto por otro, como ocurre con los ojos abiertos. Cuando abrimos los ojos de nuevo, los pensamientos y los objetos "externos" parecen aparecer a diferentes profundidades. Sin embargo, puesto que no hay ninguna diferencia intrínseca entre el pensamiento y la percepción (ver Sección 9.2), sin el concepto de profundidad, los pensamientos y los objetos aparecen a la misma profundidad.

Ejercicio: Cierra los ojos y mira si los objetos (imágenes) aparecen a diferentes profundidades. ¿Qué ves?

Debido a que el cuerpo es bilateral, conceptualizamos el espacio en izquierda/derecha. Puesto que la gravedad y nuestro sentido del equilibrio nos mantienen erguidos sobre el suelo, conceptualizamos el espacio como arriba/abajo. Sin embargo, incluso con los ojos cerrados y sin imágenes visuales, hay todavía sensaciones corporales (llamado propiocepción) que nos dan el sentido de la orientación horizontal y vertical y el movimiento.

Pregunta: ¿Cómo puede una persona ciega conceptualizar la profundidad?

En la interpretación de Copenhague de la teoría cuántica, los sucesivos colapsos de onda (ver Secciones 6.3, 6.4) permiten que el concepto del cambio aparezca. Debido a que el concepto del tiempo depende del concepto del cambio, tenemos las equivalencias: tiempo=cambio=duración=sucesión. El concepto del tiempo es complementario al concepto del espacio, y se forma una cuarta dimensión que es perpendicular a las tres dimensiones espaciales. Al igual que ocurre con el espacio, es evidente que el tiempo es sólo un concepto, si comparamos el sentido de "ahoridad" (desde el sentido de aquidad/ahoridad) con el concepto "ahora". El concepto "ahora" implica el concepto "después", lo que equivale a "no ahora". La totalidad ininterrumpida de ahoridad se ha roto en dos partes, ahora y después. Sin el concepto de tiempo, sólo existe la totalidad de ahoridad. Un conocido intento de apuntar a la realidad conceptual que trasciende el espacio-tiempo es el libro de Ram Dass, de 1971, titulado "Be Here Now" (Estar Aquí Ahora). (Según se dice en un momento dado fue el tercer libro más popular en inglés, al lado sólo de la Biblia y el Manual para bebés del Dr. Spock.)

El concepto de tiempo depende de la presencia de pensamientos del pasado, pensamientos del presente, y pensamientos del futuro (ver Sección 9.5). Sin una comparación entre estos tres tipos de pensamientos, no podríamos formar el concepto del cambio. Sin el concepto del cambio, no hay experiencia, porque todos los pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones y percepciones son experiencias que dependen de una comparación entre pensamientos. El tiempo puede ser dividido conceptualmente en dos partes principales, pensamientos pasados y pensamientos futuros, que son polos opuestos inseparables (esta es una división más convencional que dividirlo en ahora y después, como en el párrafo anterior). El concepto del ahora se convierte en nada más que un pensamiento de la frontera entre pensamientos pasados y pensamientos futuros. (El verdadero ahora no es una frontera, sino que es "ahoridad".)

Ejercicios: 1) Durante los próximos días, todas las veces que lo recuerde, practique estar aquí y ahora. ¿Cuál fue su experiencia? ¿Valió la pena continuar con la práctica?
2) Cierre los ojos. ¿Siente que está usted en su cabeza?
De nuevo cierre los ojos. Ahora, antes de que surjan pensamientos e imágenes, vea si el tiempo existe. ¿Siente que está usted aquí, ahora en su cabeza?
De nuevo cierre los ojos, pero ahora tome conciencia de su cuerpo interiormente. ¿Siente que está usted aquí, ahora en todo el cuerpo?

Sin los conceptos del tiempo y el espacio, todas las demás conceptualizaciones son imposibles. En particular, el concepto de la identidad personal surge de la persistencia de los conceptos del cuerpo-mente, del hacedor personal, y la elección (véase la Sección 11.4). Sin esa persistencia, el "yo" conceptual no puede surgir. Así pues, el "yo" depende del concepto del tiempo. En la intemporalidad, no hay "yo".

Vemos un solo pensamiento a la vez. Los pensamientos del pasado, presente y futuro son los que nos dan la impresión de que el tiempo existe. Si pudiéramos verlos todos simultáneamente, el concepto del tiempo no surgiría. (Hay una sorprendente precisión en el dicho: "El tiempo es lo que impide que todo suceda a la vez.") Podemos tener visiones del "futuro", aunque sorprendentemente "reales", pero estas sólo se producen en el presente subjetivo. Lo mismo puede decirse de las visiones y los recuerdos del "pasado". Estos ejemplos muestran que el "pasado" y el "futuro" no existen como épocas separadas sino que en realidad constan de pensamientos en el presente subjetivo, que es el único "tiempo" que hay.

En consecuencia, como no hay una realidad objetiva fuera de la mente del espacio y los objetos que aparecen en él, no hay una realidad objetiva fuera de la mente del tiempo y los sucesos que aparecen en él (véase la Sección 9.2). Tanto el pasado como el futuro, sólo existen como conceptos en nuestras mentes.

Ejercicio:
- En la enseñanza de la no-dualidad, la Consciencia es la Conciencia más todos los objetos que aparecen en la Conciencia.
- La Conciencia no existe en el espacio. El espacio es sólo un concepto en la Conciencia.
- Dado que el espacio es sólo un concepto, los objetos no están objetivamente separados unos de otros. Por lo tanto, la separación no es real. Es sólo un concepto.
Estos son indicadores, no descriptores, porque apuntan a algo que no se puede describir. Sin embargo, eso no significa que aquello a lo que apuntan sea menos real. De hecho, realza su realidad ya que podemos ver directamente la verdad por nosotros mismos. No necesitamos la aprobación de los demás.
Reflexione sobre estos indicadores profundamente. Vea si puede ver directamente a lo que apuntan. ¿Puede ver que su verdadera naturaleza es la Conciencia, no cualquiera de los objetos de la Conciencia tales como sus pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones corporales, o percepciones? ¿Puede ver directamente que el espacio es sólo un concepto en la mente? ¿Puede ver directamente que la separación es también sólo un concepto en la mente?

12.2. Especulaciones sobre los conceptos de no-localidad en el tiempo y el espacio

Los experimentos de Bell-Aspect descritos en la Sección 4.3 demostraron que las correlaciones más-rápidas-que-la-luz pueden producirse entre sucesos en dos puntos diferentes en el espacio (véase también las Secciones 6.5, 6.6, 6.7). Esto es lo que entendemos por no-localidad en el espacio. Sin embargo, en la Sección 9.2, dijimos que la mente no existe en el espacio-tiempo sino que el espacio-tiempo existe sólo como un concepto en la mente. Por lo tanto, la no-localidad en el espacio no es más que un concepto en la mente.

En las Secciones 5.2, 9.4, tratamos sobre la mente no-local. Por mente no-local nos referimos a las diferentes mentes que aparecen en el contexto de la Consciencia universal no-local. (Esta es una definición más precisa de la mente no-local que la que figura en la Sección 5.2.) En virtud de la Consciencia universal no-local, las mentes pueden comunicarse entre sí a pesar de que parecen espacialmente separadas. Es por eso que las correlaciones más-rápidas-que-la-luz puede ocurrir entre lo que parecen ser regiones muy distantes del espacio.

Nota: Si el espacio se supone que es objetivo y no subjetivo, parece que hay dos tipos de no-localidad (ver Sección 5.2). Un tipo, como la visión remota, es aparentemente independiente de la distancia. Targ y Katra declaran en Miracles of Mind que la precisión y resolución en la visión remota se ha demostrado que es insensible a una distancia de hasta 10.000 millas. Con el mismo supuesto de espacio objetivo, un segundo tipo de fenómenos no-locales es menor cuanto mayor sea la distancia entre dos puntos. Debido a la dependencia de la distancia, no podemos decir que estos fenómenos sean no-locales en sentido estricto. Sin embargo, seguiremos agrupando todos estos fenómenos en la misma categoría de no-localidad. Un ejemplo es la paz y la tranquilidad que en general se experimenta en presencia de un gran sabio o en un grupo de meditadores (que vimos en la Sección 5.2 y en el Capítulo 16), pero que disminuye rápidamente con el aumento de la separación. Este tipo podría explicarse, al menos en parte, por el concepto del llamado cuerpo sutil, que se dice que es un cuerpo no físico que está asociado con el cuerpo físico, pero que puede abarcar un espacio más grande que el cuerpo físico (véase, por ejemplo, Marc Rich, Anatomía Energética (2004). Barbara Brennan, Manos de la Luz (1988), tiene una escuela en Florida, donde enseña a las personas a utilizar el aura para curar). Algunas personas con habilidades psíquicas son capaces de "ver" el cuerpo sutil como un aura y pueden observar que se expande y contrae en función de la expansión y contracción de su conciencia. (Es posible que algunos de los lectores de este curso tengan esta habilidad.) El segundo tipo de no-localidad en el espacio podría ser causado por la superposición de los cuerpos sutiles, que disminuye con la separación a causa de sus tamaños finitos. Las leyes que rigen el cuerpo sutil, que no se conocen, pueden permitir que sea no-local en el tiempo y el espacio. Puesto que sabemos casi nada sobre él, no podemos decir si su no-localidad es limitada o si puede ser sensible a todos los fenómenos que siempre han existido y los que existirán.

Al explicar la no-localidad es un problema sólo si se cree que el espacio es objetivo. Si es puramente subjetivo, no hay problema (ver Sección 6.10).

Pregunta: ¿Puede usted ver auras?

12.3. El concepto de causalidad

En la p. 9 de I Am That (1973), Nisargadatta Maharaj dice,

"Como todo lo mental, la supuesta ley de causación se contradice a sí misma. Ninguna cosa en la existencia tiene una causa particular; el universo entero contribuye a la existencia aún de la cosa más pequeña; nada podría ser como es sin que el universo sea lo que es. Cuando la fuente y fundamento de todo es la única causa de todo, hablar de causalidad como una ley universal es incorrecto. El universo no está limitado por su contenido, porque sus potencialidades son infinitas; además es una manifestación o expresión de un principio fundamental y totalmente libre."

Y en la p. 66, dice,

"Buscar las causas es un pasatiempo de la mente. No hay ninguna dualidad de causa y efecto. Todo es su propia causa."

Aparentemente, la ley mejor establecida de la fenomenalidad es la ley de causalidad, que establece que el presente y el futuro son determinados por el pasado. De hecho, en la vida cotidiana, normalmente utilizamos una forma más restringida de esta ley, que establece que un determinado conjunto de acontecimientos aislados (como su decisión de leer este curso) a la vez determina un conjunto de acontecimientos aislados en el futuro (su participación activa en este curso). Sin embargo, es imposible aislar un acontecimiento de todos los acontecimientos que lo han precedido (por ejemplo, es imposible aislar su decisión de todos los anteriores acontecimientos en su vida, y de todos los acontecimientos en las vidas de todas las personas que han influido en usted). Por lo tanto, la causalidad aislada es una ficción, ya que necesita la ilusión de aislamiento de un acontecimiento en el espacio-tiempo.

Ejercicios: Examine "su" decisión de hacer este curso. ¿Puede separarla de los anteriores acontecimientos de su vida? ¿Cómo le condujeron hasta ella? Trace hacia atrás la línea de tiempo tan lejos como pueda.
Recuerde un momento en que "usted" tuvo la intención de hacer algo, pero no lo hizo.
Recuerde un momento en que "usted" tuvo la intención de no hacer algo, pero lo hizo.

Este estudio tiene profundas consecuencias en lo que respecta a nuestro concepto del libre albedrío. El concepto del libre albedrío es idéntico al concepto del "yo", la libertad de elegir del yo individual que puede libremente conseguir la satisfacción de sus deseos. Esto depende del concepto de que hay un individuo que está separado y aislado del resto del universo (véase las Secciones 5.11, 5.12), que puede elegir libremente sus propios deseos (cuyos deseos no se ven afectadas por la causalidad) y que además puede controlar a su satisfacción la cadena causal de acontecimientos con el fin de satisfacer sus deseos. Pero, ya sea que la causalidad sea válida, en cuyo caso no puede haber un individuo separado y aislado con deseos libremente elegidos, o sea inválida, en cuyo caso no hay posibilidad de que tal individuo podría causar que algo suceda. Sin embargo, aunque un individuo puede estar convencido de que, mirando hacia atrás, no tenía control sobre acontecimientos pasados, por lo general se aferra obstinadamente a la creencia de que tiene cierto control sobre los acontecimientos futuros. Tal es la naturaleza de la identificación a la vista de la falta de conocimiento del futuro.

Ejercicio: Cierre los ojos y ponga su atención en la respiración. ¿Le vienen pensamientos o sentimientos? ¿No parecen provenir de ninguna parte?

Pregunta: ¿Tienes miedo de abandonar el sentido del libre albedrío? ¿Cuál sería el precio? ¿Cuál sería la ganancia?

Sabemos que, dentro del concepto del tiempo, la causalidad estricta es imposible debido a la naturaleza probabilista de la mecánica cuántica. Sin embargo, si los acontecimientos son probabilísticos en vez de deterministas, entonces los deseos y las acciones también serían probabilísticos, sin posibilidad de control sobre ellos por un supuesto hacedor. Así pues, independientemente del grado de mezcla de probabilidad que existe en el concepto de causalidad, no afecta a nuestra discusión sobre el libre albedrío y el individuo.

La doctrina de la causalidad, junto con el concepto del "yo" separado y su libre albedrío, es la doctrina del karma. Esta doctrina afirma que la causalidad garantiza que todas las decisiones que se tomaron en "mi" pasado determinan lo que "me" ocurre hoy, y, junto con todas las decisiones que "yo" tomo hoy, determinará lo que "me" ocurrirá en "mi" futuro. Uno podría pensar que el concepto de volición o libre albedrío podría ofrecer la posibilidad de escapar del karma pasado porque nos permite comenzar una nueva cadena de acontecimientos causales desligados del pasado. Sin embargo, como acabamos de ver, la creencia en el libre albedrío es incompatible con la creencia en la causalidad. De hecho, la creencia en el libre albedrío, junto con la creencia en la causalidad puede fácilmente dar lugar a la culpa y el remordimiento por las acciones pasadas y la ansiedad y el miedo por las consecuencias futuras (véanse las Secciones 5.13, 11.6). Pero, puesto que no hay un "yo", todo el karma debe ser impersonal.

Ejercicio: Trate de usar el mantra "el karma es impersonal" durante unos días. Vea el efecto que produce en usted. ¿Se siente más libre, o no?

La creencia en el karma es, probablemente, en gran medida responsable de los esfuerzos de muchas personas religiosas, en particular en los países hindúes y budistas, de tratar de renunciar al mundo y todas las cosas materiales, a fin de escapar de la inexorable rueda de la reencarnación y la esclavitud. Ellos no se dan cuenta de que la causa real de la esclavitud es el sentido del hacedor individual, y esto es lo que debe ser objeto de renuncia. Sin embargo, es inútil pedir al hacedor que renuncie a sí mismo, porque al tratar de hacerlo, lo que se consigue es reafirmarse a sí mismo. La única verdadera renunciación es ver con claridad que no hay ningún hacedor.

De esta discusión, vemos que cualquier causa discretamente identificable debe ser un objeto o acontecimiento aislado y separado (una evidente imposibilidad como hemos visto más arriba). Así, el concepto de separación es una parte intrínseca del concepto de causalidad aislada. También hemos visto que los conceptos de separación y causalidad aislada son partes intrínsecas del concepto del libre albedrío y volición. Ahora podemos ver por qué el individuo tiene dificultad en ver la no-existencia de la causalidad aislada. Si la causalidad aislada es real, entonces también lo son la separación y el libre albedrío, los componentes esenciales del ego. ¡El ego insiste en la causalidad aislada, porque la causalidad justifica su propia existencia!

En el comúnmente aceptado concepto de causalidad, es el pasado el que determina el futuro. Este concepto es arbitrario y se mantiene sólo porque se supone que el pasado es conocido, mientras que el futuro es desconocido, y existe el deseo de predecir y controlar los desconocidos acontecimientos futuros mediante los acontecimientos del pasado. Sin embargo, como hemos visto, el concepto de causalidad refuerza el concepto del individuo, que tiene el deseo de ejercer algún control sobre el desconocido futuro. Podemos preguntarnos, "Dentro del concepto del tiempo, ¿es posible que el futuro determine el pasado, en lugar de que el pasado determine el futuro (véase también la Sección 5.16)?" No hay ninguna razón científica de que no pudiera ser. De hecho, hay dos tipos de soluciones para la ecuación de Schrödinger, las soluciones "retrasadas" y las soluciones "avanzadas". Las soluciones retrasadas describen los acontecimientos futuros como resultado de los acontecimientos pasados. Las soluciones avanzadas describen los acontecimientos pasados a raíz de los acontecimientos futuros. Ambos tipos de soluciones surgen porque todas las leyes físicas microscópicas son igual de válidas en la dirección hacia delante o hacia atrás en el tiempo. Sin embargo, en la práctica, las soluciones avanzadas siempre son descartadas al ser "no-físicas", porque para utilizarlas necesitaríamos en primer lugar algún conocimiento de los acontecimientos futuros y, con ellas sólo podríamos predecir el pasado, que ya se conoce. Sin embargo, esto deja sin respuesta las cuestiones filosóficas, ¿determina el futuro al pasado, o el pasado determina al futuro, o está todo determinado o indeterminado? Por supuesto, estas cuestiones ya no son urgentes cuando nos damos cuenta de que el tiempo mismo es sólo un concepto.

Aunque no hay una ley de la causalidad, los acontecimientos no ocurren necesariamente de forma aleatoria. Sólo significa que ocurren sin causa. Aleatoriedad implica ausencia de una pauta o patrón, mientras que sin-causa sólo implica la ausencia de una causa para el patrón. Examinando la manifestación, podemos discernir patrones temporales y espaciales de los acontecimientos pero no se puede discernir una causa, ya que cualquier patrón puede ocurrir sin-causa. La meditación budista (véanse las Secciones 14.6, 24.2) nos ayuda a tomar conciencia del patrón, pero no de alguna causa para el patrón. El concepto de causalidad es un correlato del concepto de la realidad objetiva, y la falsedad de este último implica la falsedad del primero (ver próxima sección).

12.4. La naturaleza de las leyes

Además de la "ley" del karma, se supone comúnmente que hay por lo menos otros tres tipos de leyes:

  1. Las leyes de Dios. Estas dependen de cómo definamos a Dios. Si Dios es una palabra para lo Inmanifestado (el Noúmeno, ver Sección 9.3), entonces Dios trasciende a todas las leyes porque lo Inmanifestado trasciende a todos los conceptos. Por lo tanto, no existen tales leyes de Dios. Si Dios es una palabra para la Consciencia, es decir, todo lo que es (Sección 10.1), entonces las leyes de Dios abarcan a todo lo que acontece (devenir), ya sea concebible o inconcebible, previsible o imprevisible. Aunque Ramesh utiliza el concepto de "Voluntad de Dios", o "Ley Cósmica" (ver apartado siguiente), no hay ningún Dios que esté separado de nosotros o cualquier otra cosa.

  2. Las leyes de la naturaleza. Estas son las leyes que los científicos tratan de "descubrir". Son descripciones matemáticas (conceptos) de patrones de regularidad seleccionados que se observan en el mundo manifestado. Por consiguiente, como las observaciones cambian y son cada vez más refinadas, también cambian las leyes.

  3. Las leyes del hombre. Son normas de comportamiento que son conceptualizadas por la sociedad a fin de crear y mantener el orden, y de preservar la estructura de poder existente.

Como hemos visto en la sección anterior, la ley de la causalidad es sólo un concepto. Ahora vemos que todas las leyes no son más que conceptos. Si las leyes realmente existieran aparte de los conceptos, formarían parte de la realidad objetiva. Pero hemos visto que la realidad objetiva nunca puede ser demostrada que existe (véase la Sección 1.1), y de hecho su hipótesis produce paradojas en la interpretación de la teoría cuántica (ver Secciones 6.9 y 6.10). Por otra parte, exista o no una realidad objetiva, nuestras observaciones son las mismas (véase la Sección 6.10). Por lo tanto, podemos tener la seguridad de que las leyes son creaciones de la mente en lugar de propiedades de la Realidad.

12.5. Los conceptos del destino y la voluntad de Dios

Los experimentos de Libet (véase la Sección 5.9) demostraron que, en el tiempo objetivo, el impulso de levantar un dedo está predeterminado de 100 ms a 1000 ms antes de tener conciencia del impulso. Los experimentos con imágenes cerebrales de Soon, Brass, Heinze, y Haynes (véase la Sección 5.10) demostraron que el impulso de pulsar un botón izquierdo o derecho se realiza en el cerebro hasta 10 s antes de tener conciencia del impulso. El razonamiento lógico muestra que no tenemos más voluntad de reacción que un termostato (vea la Sección 5.11). Por lo tanto, parece que no tenemos control sobre nuestras acciones. Este concepto es similar al concepto del destino, que establece que todo lo que nos sucede está determinado fuera del tiempo. Es diferente del concepto del determinismo, porque el destino no es una consecuencia de leyes deterministas que operan en el pasado para determinar el presente y el futuro. El concepto del destino no requiere de ninguna ley en absoluto, ni tampoco requiere de los conceptos del pasado y el futuro.

Ramesh sugiere a veces que la Consciencia determina los acontecimientos presentes a fin de producir un resultado futuro específico. Por ejemplo, si un sabio (o cualquier otra persona) es necesario en el futuro, la Consciencia prepara un cuerpo-mente para que nazca con los genes necesarios en un momento apropiado del pasado, y sea educado con el condicionamiento necesario, para producir el futuro sabio (o el futuro alguien). Esto es similar al concepto de que el futuro determina el pasado y el presente tal como se sugirió en la Sección 12.3, es decir, que el presente es posdeterminado por el futuro en lugar de ser predeterminado por el pasado.

El concepto del "yo" como pensador y hacedor no puede explicar ciertos misterios. Mucha gente se pregunta qué les movió a tomar ciertas decisiones pasadas que parecían tan inocentes o accidentales en su momento pero que condujeron más tarde a asombrosas coincidencias. Casi todo el mundo se ha preguntado cómo sucesos aparentemente inconexos han conspirado para producir felices convergencias o sincronicidades en épocas posteriores. Ambas situaciones sugieren el concepto del destino, y el asombro que inspiran representa que la mente empieza a perder parte de su adhesión a su concepto de cómo el mundo "debería" funcionar, lo que permite a la intuición revelar algo totalmente nuevo.

En el boletín informativo de enero de 2006 de la Advaita Fellowship, Wayne Liquorman (uno de los primeros estudiantes iluminados de Ramesh, y ahora también un maestro) dice sobre este tema:

"El proceso que tiene lugar en este Advaita es uno de investigación y examen; de manera que usted adquiere comprensión observando sus propias experiencias. En el curso de la vida, las experiencias suceden. La pregunta es, ¿cuál fue su participación en hacer que esas experiencias sucedieran?

"Si usted mira hacia atrás en su vida, verá que personas que no conocía su existencia de repente entran en su vida y traen consigo enormes cambios en su vida. Podrían haber sido amantes, maestros, enemigos o gurús. ¿Cómo podría usted haberlos introducido en su vida, si ni siquiera sabía que estaban vivos?

"Quizás mirando a su historia, verá que los acontecimientos que ocurrieron en su vida eran parte de un acontecimiento mucho mayor de lo que usted posiblemente podría crear con su propio ser físico. Si usted puede ver su propia experiencia y su propio trasfondo, puede comenzar a ver que su estado actual es un producto de enormes fuerzas fuera de su control egoico. Esta enseñanza simplemente dirige su atención a mirar. La comprensión puede llegar o no.

"Es evidente que, si usted fuera responsable – si alguno de nosotros fuera responsable y capaz de crear nuestra propia realidad – ¡todos seríamos santos! Querríamos amar y ser amables y generosos en todo momento, porque cuando amamos y somos amables y generosos, nos sentimos mejor, todo el mundo alrededor nuestro se siente mejor, y esto se traduce en una vida mejor. El hecho de que, a pesar de nuestras buenas intenciones y nuestros más sinceros esfuerzos y observaciones, estamos todavía llenos de cualidades positivas y negativas que parecen indicar una cierta falta de control por parte del organismo.

"Si usted mira, y es bendecido para poder ver las inmensas fuerzas universales que están funcionando en la creación de lo que es usted hoy, entonces la culpabilidad, pos sí misma, se alivia de forma natural. Usted no tiene que hacer ningún esfuerzo para reducirla; sino que simplemente se disipa en el ver, mientras comprende que usted es una función del Universo. Tanto sus buenas cualidades como aquellas que usted y otros podrían no gustarles, son parte de esta mezcolanza que constituye cada ser humano."

El concepto del destino (que Ramesh también llama "la Voluntad de Dios" o "Ley Cósmica") es equivalente al concepto de que todo sucede completamente de forma espontánea (sin causa). Esto último es fácilmente verificado por el mero hecho de observar y ver que todos los pensamientos aparecen de la nada, incluyendo cualquier pensamiento o necesidad de elegir o hacer (véase el Capítulo 23). Cuando Ramesh utiliza la expresión de la voluntad de Dios como equivalente al concepto del destino, define a Dios como la Consciencia o la Totalidad, no como una entidad. El propósito del concepto de la voluntad de Dios es funcionar como un símbolo poderoso que puede socavar los conceptos del ego y del hacedor individual. El concepto de una cadena de causalidad es innecesaria si se sustituye por el concepto de que la voluntad de Dios es todo lo que hay.

Cuando nos damos cuenta de que "nosotros" no tenemos ningún control, hay una sensación de libertad y energía porque el control es esclavitud, incluso si pensamos que "nosotros" somos los que tenemos el control. Esta libertad trae consigo el conocimiento de un poder que es misterioso y profundo, el poder de la Consciencia (Dios). Irónicamente, si "nosotros" tratamos de usar ese poder, desaparece. Se trata del dicho, "úsalo o piérdelo". En su lugar, se convierte en, "si tratas de usarlo, lo perderás". Si "nosotros" jugamos con el poder de Dios, "nos" quemaremos por la decepción y la desilusión, pero cuando nos damos cuenta de que "nosotros" no tenemos ningún control, el poder de Dios, aunque sutil, se hace asombrosamente patente.

Algunas personas tienen miedo de que el concepto del destino dé lugar a una sensación de fatalismo. El fatalismo implica que sabemos, o creemos saber, lo que traerá el futuro. Esto podría resultar en un sentido de resignación e inacción. Sin embargo, en el concepto del destino, el futuro es incausado y desconocido, y esto puede traer un sentido de curiosidad, anticipación y emoción. Otras personas tienen dificultad en aceptar el concepto de que la manifestación no tiene causa, sino que sucede espontáneamente. Esta dificultad surge de un incondicional apego a la noción de causalidad, que requiere una causa identificable para todo lo que sucede. Sin embargo, un intento de preservar la causalidad proponiendo alguna entidad, como un dios, que hace (causa) que todo suceda no resuelve nada porque sólo provoca la pregunta, ¿qué causó la entidad? Esto conduce a una regresión infinita de causas a menos que se termine con una causa sin causa, que a su vez es equivalente a un hecho espontáneo.

La tácita pregunta detrás de la pregunta, "¿Por qué no hay un dios o entidad que esté dispuesto o no a determinar lo que sucede?" Es "¿Debería 'yo' tener miedo de este dios?" La respuesta es una contra-pregunta, "¿Quién es el "yo" que hace la pregunta?" Esto se convierte ahora en un ejercicio de investigación. Cuando el 'yo' es investigado, se torna evidente que no existe. Entonces, todas esas preguntas desaparecen. Otra respuesta es la realización de que la existencia de tal dios o entidad no puede nunca ser verificada, lo que es prueba de que no es más que un concepto vacío.

El objetivo de introducir conceptos (espinas, véase la Sección 13.6), tales como suceso espontáneo (sin causa), destino, o voluntad de Dios, es ayudar a dejar claro que no hay tal cosa como un hacedor (la espina original). Para demostrar directamente que no hay hacedor, vamos a utilizar las prácticas de des-identificación vistas en los capítulos 20, 22, 23, 24.

12.6. Ya estamos aquí ahora

En el estado de ignorancia espiritual, que es el estado de aparentes fronteras y separación, el presente conceptual es simplemente la frontera entre el pasado y el futuro conceptuales, y no puede percibirse como tal. La percepción sólo puede ver el cambio y nada más que el cambio. Este es el aspecto temporal de lo fenoménico. Sin embargo, la Conciencia pura, que es Lo-que-somos, está fuera del tiempo, es decir, en ausencia del tiempo. Esta intemporalidad es llamada a veces el eterno momento presente. Después del despertar, se ve directamente que la temporalidad (cambio) es sólo conceptual, no real.

Incluso en la ignorancia espiritual, es fácil ver que el cambio puede percibirse sólo porque el tiempo ocurre dentro de la intemporalidad. El movimiento de un arroyo que fluye de manera uniforme sólo puede verse desde la orilla, ya que un objeto que fluye con la corriente no ve ningún movimiento (cambio) de las aguas a su lado. Podemos ver el cambio, porque lo percibimos desde un trasfondo de invariabilidad. Esta es una prueba evidente de que nuestra conciencia es la Conciencia pura. Somos la Consciencia universal no-local, no una mente individual.

Del mismo modo, podemos percibir el espacio, porque somos la infinidad. Podemos ver los objetos porque los percibimos desde un trasfondo de no-objetividad. Esto se aplica a cualquier objeto, incluso a los pensamientos, sentimientos, emociones y sensaciones. Por ejemplo, podemos sentir dolor, porque somos la ausencia de dolor, y podemos percibir un pensamiento porque somos la ausencia de pensamientos.

12.7. Maya, la hipnosis divina

Maya es un concepto hindú que trata de explicar por qué creemos que el soñar despiertos (véase la Sección 13.1) es real. Maya originalmente denotaba el poder de la magia con el que un dios puede hacer que los seres humanos crean en lo que resulta ser una ilusión. Por extensión, más tarde pasó a significar la poderosa fuerza que crea la ilusión cósmica de que el mundo fenomenal es real. (Ramesh utiliza el término "hipnosis divina" para referirse a la misma cosa.) Por supuesto, Maya es sólo un concepto que pretende explicar la aparente realidad de otros conceptos. Como vimos en la Sección 9.4, la realidad objetiva es el resultado del proceso de objetivación, que es la conceptualización (ver Sección 9.2), más la identificación (véase la Sección 11.4). Esto significa que los objetos, entidades, o leyes físicas no tienen realidad en sí mismos. Su aparente realidad se deriva de la realidad de la Consciencia. La sutileza de Maya se hace evidente cuando examinamos por qué creemos que el mundo es real. Creemos que los objetos son reales porque no vemos la Conciencia subyacente de la que surgen y de la que constan (ver la Sección 23.3). Entonces, creemos en la ley de la causalidad y otras leyes físicas porque creemos que somos entidades separadas y queremos el poder de satisfacer nuestros deseos.

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Notas:
  1. Traducción literal de las palabras en inglés "hereness" y "nowness" a falta de una traducción mejor en español.